Terracotas y barros
Ashanti, Ghana
Entre los grupos étnicos Akan de Ghana son los Ashanti tal vez los que mayor poder e influencia adquieren en toda la región y zonas aledañas, pues además de su imponente poder material gracias a sus importantes minas de oro y gracias a éste, consiguen un poderoso ejercito y fuerza militar, que les hace a su vez incrementar sus riquezas gracias al trafico de esclavos de los que son uno entre los más importantes propulsores.
Posiblemente descendiendo desde el noroeste, el llamado Sudán Francés, los Akan se instalan en la zona al sur del país en la región Ashanti en el transcurso del siglo XIV, de la que reciben el nombre y donde establecen una capital, Kumasi.
Siendo la zona a la que con mayor facilidad arriban los barcos europeos de la época, en principio portugueses y a continuación holandeses e ingleses, gracias a este puerto
natural incrementan su poder sobre manera, intensificando el comercio de oro y esclavos.
manifestaciones artísticas
Sus manifestaciones artísticas se circunscriben al arte cortesano real, “regalías”, con profusión de oro, marfil, sedas o rico algodón. Quedando muy limitado el arte popular.
Famosas además de sus joyas y telas, son sus Akua´ba, muñecas de fertilidad y asientos en madera.
En cuanto a lo que nos ocupa, las terracotas, se sabe que aunque a veces realizaban grandes piezas para la corte, son las pequeñas cabezas que utilizaban en ceremonias
fúnebres o enterramientos, lo que mas a llegado a nuestro conocimiento.
Eran muestra de respeto y veneración hacia los antepasados y difuntos de alto rango, a los que se rendían ceremonias cuarenta días después de su muerte.
Algunas informaciones defienden la idea de que en una primera época, a la muerte del rey, sus más importantes colaboradores y esclavos le acompañaban en “su viaje” y se les ejecutaba decapitándoles, es posteriormente que se recurre a una representación colocando en su lugar estas cabezas de terracota llamadas Mma.
Mma
Sea cual fuere su utilidad, lo cierto es que estas pequeñas cabezas de terracota se encontraron depositadas sobre los túmulos funerarios, reproduciendo rasgos que determinaban ser personajes concretos y diferentes.
MMA -AKHAN ANGI – FOMENA ADAUZE –GHANA
Bankoni
Dentro de Malí y en la región de Bamako, la capital, territorio actualmente habitado mayoritariamente por los Bamana, está Bankoni, la pequeña aldea que da nombre a esta cultura.
Es en sus túmulos de donde provienen y se encontraron la mayoría de estas piezas. Son, esbeltas figuras antropomorfas de largos brazos, elegantes cuellos y troncos cilíndricos, adornadas con ostentosos abalorios y elaborados alabeos en sus vasos y útiles.
Aunque su utilidad nunca ha quedado patente, dada la ubicación de procedencia, es lógico pensar que su utilidad quedaba limitada a ritos iniciáticos o funerarios.
Los estudios de su composición revelan una amalgama más anaranjada y menos cribada que las adyacentes y con componentes de cuarcita. Esto le otorga un color característico y una especial dureza y resistencia.
En gran parte de sus vasos y recipientes se aprecia un delicado tratamiento a base de un brillante engobe rojizo.
Los estudios técnicos realizados, carbono 14 o termoluminescencia, datan estos trabajos entre los siglos XI al XVIII.
BANKONI, Mali. 1º busto – 2º SIRAKOROLA KOULIKORO urna funeraria – 3º a-b urna funeraria – 4º a-b y 5º a-b urna y recipiente funerario con engobe rojo – 6º busto.
Bankoni 5- Elegante y delicado recipiente, asentado sobre el tradicional
soporte al que cualificados expertos atribuyen la morada del espíritu.
Aunque su diseño posibilitaría variadas utilidades, por los restos que
habitualmente se encuentran en su interior parece ser que su función
es también fúnebre, bien como recipiente de restos o como parte integrante
del ajuar del difunto para su transición.
Observamos el delicado engobe rojizo, característico de estas piezas.
Bankoni 2.- Este tipo de objetos así como el pueblo que los fabricó,
siguen siendo un enigma para los historiadores de la
cultura africana. Se encuentran en las tumbas, pero no está claro si
tenían una función en las actividades cotidianas o se hicieron específicamente
como ajuares funerarios. Se especula que pudieran ser la
representación de animales para el sacrificio, sin tener que perder el
valioso ganado.
Su evidente falta de función utilitaria ha llevado a la teoría de que
fueron objetos de culto de alguna clase, cualquiera que haya sido su
función.
Bankoni 3.- Ánfora en la que se aprecia la consistencia de la cocción
de tierras de la que hablábamos anteriormente.
Aunque la función real de estas piezas
no está claramente establecida, se tiene
la fundada creencia que sirvieron para ritos
funerarios o de iniciación.
Benim
Benim 15x11x10
Bororo
Bororo, 1º y 2º ánforas JIDAGA
Bozo
Bozo, contrapesos de pesca. nº 3 SOMONO
Bura
Dentro del valle medio del río Níger, entre las fronteras de Níger y Malí, a cerca de ciento cincuenta kilómetros de Niamey se asienta la necrópolis de Bura-Asinda-Sikka. Fortuitamente, como casi siempre, un cazador encontró dos cabezas de barro cocido, era el año 1975. Tres años mas tarde estas llegan a manos de la facultad de arqueología de la universidad de Niamey.
Es en 1983 que se comienza con rigor el estudio y las excavaciones del terreno de forma sistemática.
Es el profesor nigeriano Gado Boubé quien delimita la época de utilización de esta necrópolis entre el siglo III y el XIII d. C.
Estas sepulturas contenían restos de cuerpos soterrados al rededor de un metro. Estos cuerpos enterrados, situados con la cabeza hacia arriba y orientada al norte, pies hacia el sur y brazos ceñidos al cuerpo. Conservaban sus brazaletes, abalorios e insignias.
Encima de ellos se colocaban vasijas campaniformes, rematadas a veces con bustos o cabezas antropomorfas.
Este es el elemento clave de lo que pervive de la cultura funeraria Bura.
En barro cocido, con forma de campana alargada, estas piezas nos hablan con su decoración exterior, del estatus que ostentaba el personaje allí enterrado.
En su interior, se encontraban huesos e incluso cráneos, que se cree pertenecían al esclavo o familiar, servidor personal del difunto al que se sacrificaba para enterrar con este. Estos servidores deberían prestar en el más allá idénticos servicios y funciones.
Además del estatus, es fácil adivinar la edad y sexo del difunto, dado que en el caso de los niños las piezas son más pequeñas y si no ha sido iniciado, carece de las incisiones
que representarían sus escarificaciones. La diferencia de sexos, a veces no tan perceptible, se conoce por la incorporación de senos o falos.
Las escarificaciones además, hacen referencia al origen del difunto, sus ancestros, poblado o subetnia.
BURA
Región de Níger
Región de Níger. 1º ASINDA, urna funeraria – 2º ASINDA, túmulo funerario masculino, siglo III a C – 3º Túmulo femenino – 4º busto
Bura 2.- La recargada y elaborada decoración de las escarificaciones que se observan,
nos hablen del prestigio y gran nivel social que detentaba este personaje. Posiblemente hicieran referencia a sus campos roturados….
Bura 3- A pesar de la degradación de la pieza se observa en la parte superior, un
sutíl tratamiento en forma de pequeños trenzados y algún desvaído trazo del rostro. No cabe duda que estamos ante la representación de un pequeño niño, e incluso aventuraríamos que muerto poco antes de su período de iniciación.
Calabar
En las orillas del Niger ciudad y región de Calabar, al sudeste de la actual Nigeria y en el estado de Cross River, se asienta desde el siglo XV cuando es descubierto por los europeos, el mas importante puerto interior del África Occidental que estos convierten ya a partir del siglo XVII e incrementan notablemente en el XVIII, en el mas importante mercado de esclavos de la época, desde el que se surtía a los puertos
azucareros de Cuba.
Es en esta zona donde ancestralmente sus habitantes fabricaron terracotas de gran calidad; sucesivas expediciones que fueron buscando enterramientos y restos humanos, no dieron con dichos restos antropológicos pero si con restos cerámicos, cuencos, reposacabezas, recipientes, urnas y figuras de caras lunares, planas y redondeadas.
Siendo zona de ritos de enterramiento y sacrificios, según pudieron observar, esta curiosa circunstancia de no encontrar restos humanos y si estas arcillas, y contemplando la morfología de las piezas, la deducción de los expertos es que tal vez
era la zona donde se enterraban las almas, esencia mística del individuo.
Esta idea se sustenta además en la cercanía de los montes Mandara donde otros pueblos crearon también en terracota los llamados “vasos del alma”, acrecentando así la idea que en la zona se tiene de la reencarnación, pues a su vez existen piezas y enseres que los pueblos Ekoy-Ejagham utilizaban en los ritos de fecundidad femenina.
Es Karl Ferdinand Skhaedler en 1997 y en su libro ”2500 años de arte africano en terracota y metal”, el que apunta que aparte recocidos de piezas, estas fueron creadas durante los siglos X al XI.
Así mismo afirma que todos estos ritos eran actualizados cada 25 años en la representación Owu celebrada en honor de las aguas y que preconiza la sociedad secreta Sekuapu, en ella el actor-adivino-mago porta la imprescindible máscara
Otobo, “espíritu de bondad eterna”, que simboliza al hipopótamo cual fantasma apareciendo sobre las aguas.
CALABAR, Cross River Nigeria Siglo XVII al XIX 1º y 2º 34 x 18 cm
Cham
Nigeria
En el río Gongola y dentro de su extenso valle al nordeste de Nigeria se asientan entre otros los Cham.
Este pueblo se distingue como sus vecinos por la realización de piezas en terracota, destinadas a procurar la prevención y curación de enfermedades, tanto de los humanos como de los animales, la adivinación o la buena gestación del feto.
A estas piezas los Cham las denominan itinate, y están depositadas en el habitáculo del adivino, personaje muy respetado en el pueblo, que en su recinto sin ventanas y aislado del pueblo y sus vecinos, es donde se da respuesta a los interlocutores en razón de su sexo, mediante unas piezas llamadas a su vez chandu.
En función de la respuesta a tal consulta, indicará al “paciente” la necesidad de acudir a un artesano que le haga una pieza de terracota que le proporcione la seguridad, una vez realizada la necesaria ceremonia de impregnación por el adivino, de que esta le va a procurar la solución a su problema.
Terminada la ceremonia, el solicitante pagará lo acordado y se llevará la terracota, guardándola hasta la solución de su problema.
Durante los festivales de recolección o equinocciales y en especial el del Jitum rellenan de cerveza estos recipientes para que compartan con ellos el júbilo y algarabía del
momento, con lo que de esta manera les agradecen los beneficios que han aportado y así mismo les requieren protección contra los malos augurios y enfermedades de la familia.
Hay una gran documentación sobre las características especificas de las piezas y sus puntuales enfermedades que relata J. Hare, por ejemplo el nemtile, contra hemorragias internas o hemorroides, el kalagurgur que aplaca las cefaleas y migrañas, el wangan especifico para la fertilidad de la mujer, el surjan contra la tos y expectoraciones, el tale contra la locura, alucinaciones o temblores, el kwal contra
los espasmos de la epilepsia, el furru contra el asma y la neumonía, el gando que previene la ulcera gástrica y dolores estomacales, el gutowe contra quemaduras en los útiles de la cocina, el seben que trata las diarreas y problemas estomacales de los niños, y un sin fin mas.
Los itinate conocidos exceptuando contadas excepciones no sobrepasan los sesenta años de antigüedad.
La primera pieza que observamos correspondería dentro de este vademecum a un kuluk kuluk, que previene los dolores articulares o musculares específicos de la espalda.
En el otro caso este jina kwinti está indicado contra los dolores agudos de oído.
CHAM. 1º JINA KWINTIYU -CHAM MWANA – 2º ITINATE, CHAM 1850-1920 v.-3
Dakakari Igbo
E n la actual Nigeria, entre los rìos Niger y el Benue, en la meseta de Awka-Orlu,
hace mas de 4.000 años, se calcula que llegaron los primeros habitantes a la zona. Ellos son los distintos grupos Igbo o Ibo. Todo el territorio es hoy producto de excavaciones arqueológicas, derivadas de un hallazgo circunstancial realizado en la zona de Igbo-Ukwu, por Isaiah Anozie, que en 1938 se propuso construir su casa.
Es a raíz de estos hallazgos y de su posterior donación por el accidental comprador de aquellas primeras piezas, al recién constituido Departamento Federal de Antigüedades del Nigerian Museum, lo que produce las exhaustivas, científicas y sistemáticas excavaciones que coordinó Thurstan Saw a partir de 1959.
Lo encontrado durante estos trabajos, se dató entre el siglo IX al X
Estas piezas producidas por la subetnia Bana Riji, de carácter funerario y dedicadas principalmente al culto a los antepasados, que ellos llaman Ngwarkandagara o “siervo de los muertos”, se guardaban en santuarios o mbari, construidos
a su vez de barro cocido, y erigidos bajo la advocación de la diosa tierra, Ala o Ane, o divinidades afines a esta.
Tanto estos mbari como las estatuas, recipientes o cerámica en general, eran realizados por “trabajadores del espíritu” que mediante un proceso iniciático de no menos de 6 meses y de hasta 2 años, se consagraban a la realización de esta
producción a medio camino entre lo ritual y lo artístico. Una vez finalizado y entregado el santuario, finalizados sus ritos, este se dejaba abandonado perdiendo su utilidad, pues lo importante es el periodo transcurrido y el propio proceso ritual en si.
Aunque la cerámica es un trabajo exclusivo de las mujeres, en su faceta de crear útiles o esculturas, pipas o adornos, estas piezas rituales como señalábamos antes, son privativas de esos iniciados, varones. de los que también hablábamos antes.
DAKAKARI IBO
1º NGWARKANDAGARA espírirtu de los pueblos del BANA RIJI. siglo XVI XIX. medidas 26×13
2º Dakakari Ibo urna funeraria
Djennè
Malí
En el interior de Malí, en una zona a caballo entre las ciudades de Dejenné y Moptí, en el delta interior del Niger, desde 1933 en que se produjo el primer hallazgo, no han cesado de descubrirse yacimientos cerámicos de esta cultura. Aunque fué en 1977
primero y posteriormente en 1980, cuando con criterio y seriedad científica se acometieron los trabajos bajo la dirección de los arqueólogos americanos Roderick y Susan McIntosh,
En un principio atribuidas a los Dogón, que en esas fechas ocupaban la zona, estudios posteriores las sitúan en la época de entre el siglo X al XVII coincidiendo con las importantes migraciones procedentes del Mandé
Claramente se comprueba en la actualidad que bajo los grandes pantanos del Delta del Niger queda aún por descubrir gran parte de esta rica cultura que permitirá aseverar o acrecentar las teorías que se defienden en este momento
Están realizadas con una fina arcilla procedente de las orillas del río que contiene una gran cantidad de hierro en su composición y que recubren posteriormente de un delicado engobe rojizo.
Los artistas crean composiciones llenas de de expresiones y gestos, como serenidad, angustia, compasión, temor, ternura…
Bernard De Grunne asevera, que estas expresiones son únicas en el continente y solo comparables a las del reino Kongo.
Este mismo experto comenta que estas piezas estaban situadas en altares denominados kordodjan, donde eran veneradas y que representaban antepasados divinizados, fundadores de pueblos o reyes importantes.
Eran también empleadas en ritos de petición, sacrificios o como protección, pero se descarta su uso en rituales funerarios.
Hay un mito primordial que habla de la serpiente Vida con quien el fundador de la dinastía Malinké, Magna Diabé, hizo un pacto mediante el cual antes de las crecidas se le sacrificaría una virgen, pero un mago se enamoró de una de ellas matando a la serpiente y provocando una sequía de 7 años. Desde entonces en los cimientos de los poblados se emparedaba una virgen, siendo posteriormente sustituida por una representación en terracota junto a otra de la serpiente.
D’Jenn D’Jeno Siglo XII al XIV Siglo XII al XV
serpiente pariendo al adivino 22 x 9
adivino 20x10x12,5
Dogón
Pueblo Dogón
Este pueblo de origen nilótico, se asentó en el transcurso del siglo XV en Malí, en el interior de la falla del Bandiangara y alrededores
El termino Dogón en su idioma tiene un peculiar significado, “es la hierba permanente, que perdura a pesar de la sequía”
Aunque es rara y escasa la producción de objetos de terracota entre los Dogón, pues los útiles que utilizan provienen en su mayoría de etnias vecinas, sí construyen determinados objetos casi siempre en un orden mas místico, y con claras alusiones a solucionar los problemas inherentes a su condición, ubicación o creencias.
Son por tanto recurrentes, las peticiones de lluvia, cura de enfermedades de familiares o del ganado, buenos partos o fructíferas cosechas. Alusión u honra a los difuntos o ancestros, así como la previsión ante los cotidianos o grandes discernimientos que alumbren sus portentosos adivinos.
Extremadamente raros, presentamos estos objetos de gran poder, autuel, encargados de retener la fuerza espiritual del protegido y que llegan a poner en peligro la vida de
quienes los manipulan, máxime si no son los habilitados.
autuel
adivino 18x12x16
Galanda
la región de Galanda
Estos contenedores funerarios que los pueblos de la región de Galanda, en Nigeria, situados entre el río Gongola y su poderoso afluente el Hawal, a los que ellos denominan mbirhlen’nda y que evocan al espíritu del tutor o protector de la comunidad, se colocan en el centro del santuario de frente y mirando hacia la entrada,
siendo objetos de veneración; en los periodos de ritos, normalmente de fertilidad, antes de la siembra y tras las cosechas, se sacan de la capilla y se lavan y enjuagan tanto por fuera como por dentro, tras esta ablución y ya dentro del ritual Xombata, se llenan de cerveza especialmente elaborada con maíz de Guinea y de esta forma honran y solicitan al espíritu, una abundante y fructífera cosecha.
La realización de estos contenedores y en esta región, queda a cargo de las mujeres, que mediante un curioso y elaborado sistema de bobinado, semeja el barro madejas de lana que incorporan sobre el tramo ya elaborado, lo van recreciendo y adornando, para después del recocido pulirlos y a veces tintarlos.
De alguna manera y en particular en este caso, se observan las herramientas de caza o defensa que utilizan los hombres, en un reflejo de la simbiosis que estos pueblos dan, ala relación del espíritu con el quehacer humano.
MBIRHLEN’DA estilo GALANDA. rgn DINGAY
Grassland
Camerún
Dentro de la Región de los Pastizales, en Camerún, estos preciosistas recipientes, no solo muestran la maestría de los artesanos, sino que además dan muestra de gran
imaginación y de la exquisitez con que sus habitantes están acostumbrados a convivir.
Ciertamente son piezas que no puede permitirse el común habitante del poblado, pero no dejan de ser una regalía, de sus siempre orondos dignatarios.
Compuesto el orden social por numerosos reinos dependientes a su vez de otros mas importantes, es cierto que sus riquezas e industria les permite estas exuberantes piezas.
Estos útiles están realizados para servir de contenedores de las ascuas, que en esos territorios tan húmedos, es necesario guardar para iniciar el fuego del día siguiente.
Son pueblos cultos, con esa raigambre que da el haber sido consecutivamente intervenidos por todo el que por allí ha pasado y no han sido pocos, pues no solo pobladores venidos del norte, mandé, hausa, peul…. también y desde el siglo XVI portugueses, que dan nombre al país, daneses, holandeses, y mas adelante potencias coloniales como alemanes primero, que tras perder la 1ª guerra mundial ven como franceses e ingleses, se reparten la colonia.
Cocidos en primer lugar los recipientes casi lisos, se añaden a estos, todos los recamados y adornos con que los enriquecen a posteriori con el espectacular resultado final que podemos comprobar, antes de una última y definitiva cochura.
En toda la Región de Los Pastizales los 4 grandes reinos, Bamún, Bamileke, Tikat o Bamenda y sus mas de cien reinos menores asociados y en el caso de los recipientes que nos ocupan los Fumbán, otorgan a sus súbditos estos útiles que aunque propiedad del rey, este los cede para que quede constancia de su magnanimidad y obtener de esta manera el beneplácito de su pueblo.
Recipientes para ascuas
Katsina
Situada en Nigeria, es en la misma época de los 90 donde se decide separar estas piezas encontradas en un principio en los yacimientos de Kotorkoshi al norte de Jos y atribuirles una escuela personalizada, ubicada en esta región de Katsina y que presentan entre sí, múltiples coincidencias estilísticas.
No está en la actualidad clarificada su datación pues aun con los estudios de termoluminescencia realizados, el arco de épocas no está suficientemente ajustado, se atreve con su erudición Claire Boullier a situarlas entre los siglos VII a. C. al VIII d. C.
Casi todas las manifestaciones, tanto masculinas como femeninas, presentan un tronco cónico con pocos detalles y miembros proporcionalmente reducidos.
Al igual que las Nok y Sokoto, es característica la desproporción de la cabeza respecto al resto del cuerpo, esta, con ojos almendrados a veces perforados, marcadas cejas y
boca de prominentes labios.
Siglo III aC a IV dC Janus a y b. 49 x 22 x 35 cm
Katsina 1- Esta cabeza con un más que doliente gesto y exquisito peinado,
es un delicado ejemplo de esta cultura.
Katsina 2- Es típico en las representaciones sedentes de las figuras de Katsina esa peculiar disposición de “jarra invertida”, apoyando los brazos sobre las rodillas.
Es cierto que la elaboración y el detalle que presentan estas piezas carecen del detalle y gusto de las Nok, bastante mas meticulosas.
En el caso de esta pieza observamos la casi ausencia de abalorios o elementos decorativos, pero sí la más trabajada y decorada barba, así como los atributos de virilidad con el ombligo enfatizado y su marcada
Sexualidad.
Kolokani Segou
1 2 3 a 4 b 5 Saré de Barí
Región de Moptí. Segou – 3º 17 x 11 x 14 – 4º 23 x 13 x 12 – 5º 15,5 x 10 x 13
Komaland
Ghana
Esta denominación, Komaland, es por la región donde habitan los Koma, al norte de Ghana en el Volta Blanco.
Básicamente agricultores o comerciantes, principalmente con sus vecinos del Sahel.
Su máximo esplendor se fecha entre los siglos XII al XVII, tras el cual y al poco tiempo van poco a poco extinguiéndose hasta su desaparición poco después.
Yikpabongo, literalmente “ruinas de la selva”, es el perdido lugar, lleno de restos y vestigios de pueblos anteriores, donde a finales de ese período, un subgrupo, los Koma-Bulsa, se ubican tras emigrar desde el norte.
Es al rededor de 1984/5 que las excavaciones realizadas en la zona, dan con una serie de túmulos funerarios que en el interior de las cámaras mortuorias muestran los ritos
de enterramiento donde dados los restos encontrados, se consumía un especie de festín de despedida en honor del difunto, a la vez que se enterraban los restos de los sirvientes que se sacrificaban con el dignatario, pues su utilidad y función vital acababa con la muerte de este.
A su vez los abalorios, útiles, armas y objetos del difunto así como pequeñas cabezas de entre 6/7 y 20/25 cms. Acompañaban al difunto en su tránsito.
Uno de los máximos expertos en este pueblo, E.A. Dagan, plantea la posibilidad de que estas figurillas cóncavas, sirvieran de pequeños recipientes en los cuales se libaban
substancias rituales, tanto para la adivinación como para realizar ofrendas y que dada la porosidad de la arcilla utilizada en su composición, permitía que de alguna manera
se filtrara básicamente por los orificios nasales y acabaran absorbidos por la tierra.
A día de hoy siguen las excavaciones y estudios, esperando que permitan un mas profundo conocimiento de esta misteriosa civilización.
Kongo
Longuda
el Gongola
Asentados sobre las colinas que circundan el Gongola, en Nigeria y habitados
por unos pocos miles de pobladores que comparten una cultura común, estos habitantes dan especial relevancia al igual que sus convecinos los Cham, a unas piezas
que aunque similares en concepto a las de sus vecinos ellos las denominan kwandolowa, piezas de terracota a las que se les atribuye la posibilidad de sanación tanto de enfermedades como de la prevención ante los malos espíritus.
En su creencia de que sus males son provocados por entes que toman posesión del cuerpo, es el adivino-curandero el encargado de visualizar dichos elementos identificándolos y diagnosticar, previo pago del estipendio correspondiente, mediante el chandu apropiado en función del sexo y siempre en la penumbra de su celda habitáculo, la preparación de la pieza-rito-medicina, que aliviará al solicitante.
En casos de premura y reincidencia o contagio se aúnan los dos chandu, el masculino y el femenino, para auspiciar una más fuerte contraposición a los entes del mal.
En cualquier caso y previa a la factura y modelado de la pieza, se unta con la arcilla bien humedecida al paciente, básicamente en la zona a sanar y en la cabeza, puerta que da acceso al mal.
Al contrario que con sus vecinos los Cham, los Longuda no trasmitieron a J. Hare las propiedades particulares de sus piezas, aunque atribuían denominaciones especificas y
particulares a todas ellas.
KWANDALHA. Cultura LONGUDA. Región de ADAMAWA. Siglos XVII al XIX v.-4
Mambila
A caballo de la frontera entre Camerún y Nigeria, en la región de Taraba, provincia de Sardauna y en la planicie de Mambila de la que toman el nombre, esta primitiva población dicen que fue la que dio origen a la primera lengua Bantú.
El termino Mambila hace referencia a “los hombres”, y entre ellos se conocen como los Nor.
De sociedad matrilinial y como concepto social básico el de la ayuda mutua, kurum, todos aúnan esfuerzos en el trabajo y labores, que pasan a ser comunales.
Ni ostentan jerarquías ni poderes personalizados, se basan en acuerdos que dirige el hombre más anciano con el apoyo del consejo de edad.
Monoteístas, como casi el resto de África y en contra de lo que se suele presuponer, su dios creador, es nombrado indistintamente como Nama o Chang.
Cuando alguien muere, los antepasados únicos a los que se rinde culto, trasladan su espíritu en la noche y hacen sonar trompas como lánguidos lloros.
Sus típicas figuras llamadas Tadet, tan reconocibles dentro de la estética africana, compilan todos los atributos que el ser humano debería de hacer prevalecer.
Son símbolo de bienvenida con sus manos mesando la barba, que a su vez denotan respeto; el abultado vientre que propicia la fertilidad, las protuberancias sobre cráneo y espalda que cual púas del puercoespín nos previenen contra males físicos o mentales.
Estas figuras que básicamente son reflejo de las virtudes que detentaban los antepasados y se elaboran en su honor, son realizadas exclusivamente por hombres y por ellos manejadas.
Siendo frecuente encontrar Tadet en madera, es especialmente extraño encontrarlas en terracota.
La mayoría de estas esculturas representan figuras ancestrales, aseguran la fertilidad y ofrecen protección contra las fuerzas del mal.
Esta pieza representa el característico estilo Mambila, con la cara prominente en forma de corazón, la nariz chata y los ojos redondos, así como los nódulos que
decoran los lados de sus brazos. A menudo, las esculturas se cubren con una capa de yeso blanco que tanto realza la potencia de la obra como aumenta sus poderes espirituales.
Típíca en su estética, esta extraña pieza de terracota, pudiera ser que tuviera una función particular o estar relacionado con poderes curativos específicos, o haber sido creada para aliviar las dolores producidos por alguna dolencia física.
En África, los defectos de nacimiento se consideran a menudo como un buen augurio. Los que vivían con deformidades se cree que eran bendecidos por los espíritus y que poseían poderes sobrenaturales.
Dada la naturaleza de este trabajo, podemos pensar en una ayuda para la curación, o que pueda representar un enano o jorobado.
fotos 1ª 2ª 3ª 4ª 5ª 6ª y 7ª Urnas funerarias SHAMANS. 8ª GOEMAI muñeca fetiche. 9ª muñecas. 10ª 11ª y 12ª urnas funerarias. La foto 1ª 19 x 15 x 21 cm.
Mambila 9- Al contrario que los objetos de ritual que estaban realizados en exclusividad por los hombres, los objetos cotidianos como útiles, adornos, muñecas u objetos para prevenir accidentes cotidianos o contra el mal de ojo, como en este caso, eran de producción exclusiva de las mujeres.
Esta pareja de “pájaros”, de los que lo único que tenemos claro es su procedencia y que los autóctonos amigos, investigadores y estudiosos de su pueblo, como Alassa Mfouapon, nos ha proporcionado y adelantado su conocimiento y valiosa
opinión. Mambila, Camerún- Nigeria
Mambila Goemai
Mambila Goemai. Curiosa muñeca. No es inusual aunque si raro, encontrar o poder ver este tipo de muñecas, lo normal es encontrarlas de madera como único juguete y posterior fetiche de esa niña-mujer, donde esta irá incorporando sus miedos y alegrías,
enfermedades, prevenciones y con un poco de ventura su futura descendencia.
Mambila 9- Pero estas de terracota, parece ser que forman parte de ese triste ajuar de ritual de enterramiento donde con ese cuerpecito se entierran los sueños de sus padres, familiares y amigos y el dolor de todo el pueblo.
El dolor también te hace sabio y estos pueblos de África para paliar un tanto este dolor, se busca caminos menos dramáticos donde ocultarlo, por eso te cuentan que “un niño no es humano, sino solo agua, hasta que no le nacen los incisivos”.
Hermosa triquiñuela ante el dolor de un tan angustioso como reiterado
suceso, recordemos que cinco de cada siete niños fallecen antes de los 25 años actualmente.
Mambila 10.-sta peculiar vasija nos muestra la simbiosis de un animal protector y
benefico, en este caso un cocodrilo donde las “puas” se transforman en las protuberantes placas sagitales del animal y la llamada “calabaza existencial”, en alusión al vientre femenino, con los apuntados senos que nos hablan indiscutiblemente de una mujer, tal vez joven, pues nos hace notar lo enfatizado de su ombligo y carece
de adornos, no ha tenido tiempo. Sigue siendo muestra de la peculiar manera de describir relevantes personajes a los que retribuir ofrendas o rendir honores o deferencias. El porqué, es la duda que nos queda pendiente y que el personaje se llevó.
Hacemos notar que la suma de las explicaciones que aplicamos a las 3 piezas de
esta etnia expuestas, dan una idea más concreta y exacta de la utilidad de estas.
Mambila 12- Este ánfora, antropomorfa, como todas las de estas regiones, se
cree son realizadas tal vez en vida pero en una avanzada edad del representado,
para los ritos de sanación o finalmente funerarios.
Los largos brazos, aderezados con pulseras, como muestra de riqueza, se pliegan
languidamente sobre el cuerpo. La boca, siempre abierta dando una respuesta, sirve
a la vez para escanciar los liquidos de los rituales, que dan la utilidad a estos vasos.
La curiosa cabeza de esta pieza, que asemeja a la de un equino, parece ser que
hiciera referencia a que la pieza estuviera dedicada a un hombre importante, tal vez
un jefe, pero no un guerrero pues no porta ni muestra armas, pero si a alguien capaz
de poseer algo tan valioso y prestigioso como un caballo.
Mambila 11 En esta pieza observamos que dentro de las caracteristicas que rigen
las normas de los rituales que les dan funcionalidad, cada una mimetiza un personaje
concreto, los senos y cortos brazos que nos muestra nos hablan de una mujer y
en referencia a la hortaliza que simboliza en principio lo que ellos denominan
“calabaza existencial”, hace referencia al venturoso vientre de la mujer en cinta.
Parece ser que las salientes “puas” que adornan su craneo, cuello y torso, son alusión
a las escarificaciones que como adornos, se hacen como distintivo de su entrega y
dedicación.
Namji
Muñeca
Nok
Nok
Dentro del valle del rio Niger y en el area de su afluente el Benue, se encuentra el pueblo de Nok, que da nombre a la serie de hallazgos que se produjeron en la zona
Gracias a las nuevas tecnologías, como la termoluminescencia, se ha podido clarificar la datación de esta cultura entre los siglos VII a. C. al IX d. C. durante el que se aprecia claramente su desaparición.
Esto contribuye a reivindicar que esta civilización representa, dentro de las subsaharianas, ser una de las culturas mas antiguas y la primera en la figuración en barro.
La serie de piezas recuperadas en esa zona, reúnen unas características propias que definen con claridad un estilo común.
Bernard Fagg, arqueólogo, pero en 1943, al servicio de la Administración Colonial británica, es el receptor de una pieza que un ingeniero le hace llegar y que parece ser que había servido de espantapájaros hasta ese momento.
Esta pieza parece ser que se encontró un año antes, 1942, en las colinas de Tsami sobre el valle del Jemaa.
Esta curiosa cabeza se adornaba con un peculiar y lujoso peinado. No fue esta la primera pieza encontrada, pues tiempo más tarde se recuperó una pequeña cabeza infantil, aparecida en 1928 que el coronel Dent Young había recogido
de la casa de unos canteros.
Bernard Fagg, el autentico descubridor de lo que el denominó “cultura Nok”, fué el que dada la semejanza de dichas piezas dio, dada su formación, relevancia a dichos descubrimientos, dedicándose a recuperar las piezas que sucesivamente fueron apareciendo.
Se convirtió de esta manera en el mayor especialista del tema siendo nombrado director del Departamento de Antigüedades de Nigeria desde 1957 a 1963.
Publicó sus trabajos, en un tratado hoy en día de referencia, “Nok terracottas”.
Esta cerámica, básicamente, está realizada con una fina arcilla, mezclada con polvo rico en mica y cuarzo, producto de la molturación de la roca propia de la zona, que le da unas características únicas.
Estas piezas, huecas, moldeadas a mano y sin ningún tipo de molde, se trabajaban tanto por fuera como por dentro, siendo cocidas al aire libre y nunca en horno cerrado.
tras esta primera cocción se aplicaban sucesivas capas de engobe, proveniente de cenizas o de limaduras metálicas, que le proporcionan tonos diversos del gris al cobrizo.
Y observando las piezas mejor conservadas, se cree que tras estos tratamientos se alisaban con un canto pulido. Tras esto se decoraban con incisiones o estrías.
En ocasiones se realizaban por partes, la cabeza, el tronco, las extremidades, los aderezos, etz. sustentando el conjunto un armazón de madera en el interior, que desaparecía durante la cocción.
Aunque la generalidad de las piezas de la zona es bastante homogénea, ciertas peculiaridades hicieron que se subdividieran a su vez en 4 grupos con ciertas características propias:
Jeema, Katsina Ala, Kuchamfa y Yelwa.
El antropólogo e historiador Ekpo Eyo da una explicación a estas características que abarcan un área tan extensa, a la posibilidad de que “ toda el área cultural Nok pudo haber estado en su totalidad bajo la influencia de un dios, un rey o un comercio común”.
la cultura Nok
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Algunas concepciones bien intencionadas sobre la cultura Nok, hablan de que es la mas antigua entre las africanas, datándola sobre el 2.200 antes de Cristo. Concepto no ampliamente aceptado ni claro.
En el centro de Nigeria cerca de los yacimientos de estaño situados junto a la villa de Nok, se encontraron en 1943, unas estatuas fragmentadas en tierra cocida.
Tras estos se descubrieron al poco, otros trozos de estatuas también en tierra cocida de una enorme calidad artística, en una zona más al norte.
Anteriormente en 1932, se habían encontrado en la zona de Sokoto once estatuas en perfecto estado de conservación, produciendo un autentico shock entre los expertos y en el mercado internacional de antigüedades.
Después de esta fecha y también al norte de Nigeria, en la zona de Katsina aparecieron más estatuas de terracota.
Como todos estos descubrimientos no fueron hechos por expertos, sino por trabajos fortuitos, la posible información que pudiera interpretarse sobre su función o utilidad, apoyada en el entorno, la forma, manera y zona de sus descubrimientos, ha sido perdida y por tanto nos es desconocida.
La cultura Nok nos ha brindado con sus descubrimientos varios estilos identificados y todos datados entre los siglos IV antes de Cristo y el II de nuestra era. Es de momento difícil de saber si se trata de culturas distintas o de variaciones regionales. Gran cantidad de estatuas de estilos diferentes han sido encontradas en la misma región. Por ejemplo un cierto numero de terracotas conocidas como de estilo clásico han sido descubiertas en la región de Katsina, a trescientos kilómetros al norte de ese centro cultural, la villa de Nok.
Es muy probable que en tiempos futuros nos sea desvelada más amplia información, de lo que por el momento representa el gran misterio de la arqueología africana.
Este estilo conocido como clásico, de estas terracotas Nok, comprende estatuas de cabezas alargadas, gran frente lisa, peinado muy elaborado y los ojos circundados por una ceja superior lineal y de un surco inferior curvado. El cuerpo está profusamente decorado con joyas de terracota, evocando perlas.
Las terracotas de la región de Sokoto son en general, estilísticamente menos elaboradas y no presentan la riqueza de detalles que presentan las terracotas denominadas clásicas.
Ellas son reconocibles por la peculiar manera con que el párpado superior tiende a recaer sobre el ojo. La mayor cantidad de estatuas Sokoto estaban fragmentadas, pero con su reconstrucción se ha revelado una forma de cuerno cónico que parece una alusión a un falo. Casi todas estas estatuas se han datado sobre el 400 antes de Cristo.
Estatutaria de Katsina
Las estatuas de la zona de Katsina tienen los ojos globulares y semicerrados en una expresión de introspección. Las dataciones por termoluminescencia han dado como resultado un periodo comprendido entre el siglo I y el IV, un poco mas tardío que el de los estilos anteriores. Un conjunto de las terracotas provenientes también de la villa de Nok presenta cabezas extremadamente alargadas, con un peinado muy trabajado y adornadas de joyería muy elaborada. Estas son llamadas como de estilo alargado en contraposición a las conocidas como las de estilo clásico, aunque la forma de los ojos y los peinados es en las dos significativamente muy similar. Ambas no obstante presentan dataciones del mismo periodo.
Tristemente no podemos más que especular sobre el fin con el que fueron creadas. Aquellas que aparecieron intactas se sujetan sobre una especie de trompo abierto en la base. Se hace interesante hacer notar que este tipo de terracotas con esas bases se encontró también sobre los tejados de las casas de la villa de Bwari en la región de Nok
La enorme diversidad de figuras y de formas de las terracotas Nok, indica seguramente que eran utilizadas con distintos fines, por ejemplo como estatuas funerarias asentadas sobre las tumbas o como estatuas reverenciales para recibir sacrificios o libaciones.
Podemos elaborar una tipología sobre estas estatuas.
El primer tipo reagrupado de retratos, tiene la cara muy individualizada.
El segundo de estatuas de mujeres, tiene una actitud dinámica como por ejemplo danzando El tercer tipo comprende un grupo de estatuas adornado con figuras de animales que puede representar cazadores
La cuarta categoría agrupa estatuas que representan pensadores con la mano en el mentón y el codo apoyado sobre la rodilla o con el brazo levantado.
Y al final un quinto grupo de estatuas, hibrido, mitad humanas mitad zoomorfas o de estatuas con rasgos deformes.
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Nok 1.- En esta estatua, observamos el hieratismo de las figuras como característica mas notable, estando claramente diferenciados los atributos sexuales de ambos personajes.
De Grunne llega a denominarlas por lo cilindrico de su apariencia como “estatuas pilares”.
A estas figuras claramente se les atribuyen la simbología de la dualidad de lo masculino y femenino, imprescindible en la naturaleza humana. Aunque hasta el momento nadie se ha decantado por atribuirles una especifica función, dado que nada se conoce sobre sus creencias u orden social. Las conclusiones hacen suponer varias utilidades, como ceremonias fúnebres, ritos religiosos, culto a los antepasados o representación de reyes, seres míticos, espíritus o como amuletos de prevención. Bernard Fagg comenta que en 1977, en la región, “las figuras de ceramica se utilizaban todavía como florones en los tejados de paja y en los templos
y es muy probable que en la antigüedad se utilizaran con los mismos fines”. Es curioso observar como en esta pieza apreciamos en su parte posterior, el lazo con el que se traban los pies ambos personajes.
Nok 2.- Kuchamfa es la región, al oeste de Nok, que da nombre a este subestilo. donde creemos que encaja esta pieza. Más ligera en contraposición a las anteriores
que nos muestran esta cultura, si parece un pieza claramente dedicada a rituales funerarios pues nos da pié a pensar, por su forma cilíndrica apta para sustentarse directamente sobre la tierra del túmulo, y mas ligera de ornamentos, esta función, lo que le privaría de la inclusión del grupo de las dedicadas a altos dignatarios, mas recargadas y enjoyadas. las piernas de ambos personajes al igual que posteriormente
ocurre con …
Nok 3.- Claramente estaríamos dentro del subestilo de Katsina Ala, al sudeste de la provincia de Jemaa. Con el rostro alargado y el típico bigote a lo “mandarín”. Así
como generalmente las figuras femeninas se representan de pie, las masculinas aparecen arrodilladas, asemejando bien orantes o esclavos, o como en este caso
sentadas, en la que sin duda estaríamos ante alguien que por los adornos de su vestuario, mas bien parece un dignatario o personaje relevante. Wiliam Fagg, el
hermano pequeño de Bernard, puso de relieve la curiosa proporción antropométrica de toda la estatuaria africana pues así como en occidente la proporción estética entre cabeza y cuerpo es de una a siete, en la africana es de una a tres o cuatro, como máximo. Las teorías sobre esta proporcionalidad tienden a argumentar la creencia de que en ella se concentraban las energías espirituales o la inteligencia preclara
contrastar datos de la copa de la expo del Britis que viene en el catalogo
Sao
África Occidental
Entre Tchad y Camerún se encontraron ciertas piezas, posteriormente datadas desde el siglo V antes de Cristo. Esta civilización está considerada como una de las mas antiguas del África Occidental, aunque la mayor cantidad de objetos encontrados se sitúa entre los siglos X al XVI.
La palabra Sao literalmente se traduce como “los hombre de otra época”, los antiguos. Denominación acaso despectiva con la que distintos pueblos del litoral del lago Tchad
como los Fali o los Kotoko, se referían a las distintas oleadas de emigrantes que bajaban huyendo de la islamización, asentándose en la zona sudeste del lago en zonas pantanosas e insalubres.
A partir del siglo X se alían los subgrupos formando un imperio y es a partir del siglo XII que empiezan a instalarse en ciudades amuralladas de barro, pero en el siglo XIV empiezan las hostilidades con los Kanem ya islamizados y con cuyos sultanes entran en continuados desacuerdos, acoso que acaba con el imperio y los últimos vestigios de esta cultura.
Sus habitantes, dispersados, acaban integrándose con pueblos aledaños como los Massa o Borne o mas al sur, con los mas amigables Kotoko.
Es en el siglo XVIII cuando ya con toda el área islamizada, desaparecen como pueblo.
Los primeros vestigios se hayan durante las excavaciones realizadas por Théodore Monod en 1926 y son refrendadas y datadas en principio, diez años mas tarde por las realizadas y estudiadas por Anne y Jean Paul Lebeuf.
Las cabezas masculinas se piensan que son la idealización de una divinidad o antepasado, aunque se desconoce su real utilidad.
Las piezas parece ser que eran guardadas en santuarios tanto públicos como privados, donde se piensa que se les rendía culto aunque no ritos, pues no presentan restos de
ningún otro tipo.
Se cree que las mujeres eran las encargadas de su modelado aunque la cochura correspondía a los hombres. Están adornadas y comúnmente coloreadas en tonos rosas o rojizos y muy bien cocidas.
En las “urnas” se depositaban los huesos o restos del difunto, practica que persiste hasta finales del siglo XV en el que se procede ha enterramientos propiamente dichos.
Casi todas las piezas aparecieron en zonas de enterramiento, lo que dio a creer que eran de rito funerario, aunque en la actualidad se piensa que este echo es circunstancial dado el alto porcentaje de victimas, que fueron ejecutadas in situ durante las cruentas batallas mantenidas en el periodo de islamización.
Pendiente de verificación
Senufo
Senufo o Ligbi
Sokoto
En 1992 aparecen a la venta una serie de piezas en el mercado europeo, esencialmente el francés, que en principio asimiladas a Nok, son rápidamente atribuidas por los expertos a otras maneras de hacer.
Un fácil seguimiento, evidencia que la procedencia se sitúa en la prospecciones petrolíferas que a cuatrocientos kilometros de Nok, en la región de Sokoto, están llevando a cabo diversas compañías.
Menos elaboradas, en principio, que las Nok, notables autores las relacionan entre sí, por las similitudes estilísticas, pero Bernard De Grunne difiere de esta opinión, afirmando que no encuentra esas evidencias iconográficas entre esos tres estilos, Nok, Sokoto y Katsina y que en su opinión son independientes.
La cultura Sokoto
La cultura Sokoto se sitúa entre el siglo V a. C. al II d. C.
Básicamente cabezas de rostro triangular, con grandes, curvadas, pobladas y a veces decoradas cejas. Los peinados en forma de casco, lisos o finamente trenzados, no están, sin embargo, tan elaborados como los Nok.
Generalmente aparecen con barba bien definida y trabajada en las representaciones masculinas, siendo escasas y raras las muestras femeninas.
La nariz y la boca suelen ser prominentes, marcadas y perforadas
Los cuerpos salvo en escasas y valiosas excepciones se han destruido y perdido durante el proceso mecánico de las antedichas excavaciones.
SOKOTO 1.- Esta impactante estatua bifronte o Janus, antropomórficamente parece representar al hombre y la mujer, con la extraña peculiaridad de tener los brazos despegados.
Iconográficamente esta estatuaria se ha perpetuado hasta nuestros días en casi todo África occidental, sin que ello haya clarificado ni su origen, utilidad o significado.
Bernard Fagg, en los años 70, apuntó la teoría de esa dualidad masculino-femenina, por encima de “ mas que un solo dios o una única idea”, para todo este tipo de piezas Janus, dentro de las 3
culturas.
SOKOTO 2.- Este personaje, regio en el porte y en atributos, parece indicarnos claramente su estatus. Como mayoritariamente estas piezas aparecieron en los túmulos de Karauchi. Entre los poblados de Jado y Anka en la región limítrofe con Maru. Nos hace pensar que fueron creadas como símbolo tras la transición, de una futura reencarnación dentro de los ritos fúnebres, pero
es solo una opinión.
Época desde el siglo IV aC al V dC.
Foto 1ª 11 x 10 x 11 cm. Foto 9ª Janus 53 x 24 x 28 cm. Foto 10ª Janus 55 x 27 x 34 cm.
Songhay
Recipiente para cuajar la leche
Zarama o Shamans
Tennenkou
Esta cultura, se sitúa en los aledaños del pueblo del mismo nombre dentro de la región de Moptí, en el Delta interior del río Níger dentro del territorio Malí.
Sus obras son similares estéticamente a las Djenné, pero más sobrias y esquemáticas que esta.
Sus dataciones nos hablan de que se produjeron entre los siglos XII al XVI, y su descubrimiento tubo lugar durante la década de los años 70.
Tennenkou 2.- Posiblemente debido a la influencia islamizante, contraria a las iconografías, y según otros expertos, a una especie de paso de transición transcurridos ciertos años después de la muerte del representado, vemos este busto desmembrado y decapitado.
Parece ceñido con cinturón y provisto de un importante símbolo de virilidad como es el protuberante ombligo; observamos también una especie de gola en el inicio del cuello, bien siguiendo la corriente de dotar de imponentes cabezas a sus personajes, o en nuestra
opinión porque tal vez portara una armadura.
Desde nuestro punto de vista y por estas razones creemos que se trataría de la imagen de un reconocido guerrero
Tennenkou 1.- Este personaje genuflexo, que apoya las manos sobre las rodillas en una expresión de concentración u oración, hace clara referencia a las habituales posturas de postración, en los momentos de plegaria, de las distintas culturas de Malí.
Mantiene restos de engobe rojo y es de destacar dentro de lo esquemático de la pieza, la amplia y longilinia boca, la protuberante y poderosa nariz y el tratamiento de los ojos. Fue recogida en la villa de Thial en Natamato.
NATAMATO villa THIAL Siglos XIV al XVI
Timbirma o Tamberma
Recipiente de adivinación Útil
Yelwa-yungur o Wiisu-yung
Estos dos pueblos con diferencias mínimas entre sí, son de subetnia genérica Dakakari,
Todos dentro de la etnia predominante Igbo o Ibo, y la única diferencia es la región de procedencia que da nombre a su vez a los habitantes;
Unos provenientes de la Región de Yelwa otros de la Región de Yungur.
Situados todos ellos en el noreste de Nigeria, en los distintos corredores en que se ubican, el de los Igbo-Dakakari-Bana Riji, que son la matriz y de los que hablamos en página propia mas arriba, o esta el de los, Igbo-Dakakari-Yelwa o el de Igbo-Dakakari-Yungur
Yelwa
Wiisu Yongur siglo XIX
A CLASIFICAR
Objeto de poder
Mano de mortero
Posiblemente LOBI, objeto adivinación mediante una rama de efedrina
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