La estatuaria dogón
Los dogón, han sido tradicionalmente magníficos escultores que trabajaban, aún lo hacen, con igual talento creador terracota metales o madera. Algunas de sus esculturas de madera, con cerca de dos siglos, aún pueden admirarse en museos y colecciones, pero si no tan antiguas hay admirables muestras siempre cercanas.
La tradición de la estatuaria, hierática si se quiere pero siempre elegante en sus formas, atrapa visualmente, sin importar el concepto, sólo por su estética. Es una manera de hacer que rompe esquemas, cuando aparece en los años 30 del pasado siglo; ya en Europa se conocían obras de otros pueblos africanos desde varios siglos antes, todas tienen una impronta peculiar, característica, pero tal vez la manera en que a este pueblo se llega, la polvareda que levantan sus mitos y leyendas y su excepcional entorno, hace centrar la mirada en sus obras y entonces sí, descubrirlas. En sus obras representan personajes mitológicos o antepasados.
El estilo dogón
Respecto a las tallas de figuras, no está claro, para mí al menos, que tengan el carácter místico y o sagrado de algunas de las máscaras sino que más bien son representaciones de ancestros o parientes fallecidos a los que se conmemora y se piden soluciones o consejos basándose en sus vidas anteriores. Es mi opinión.
El estilo dogón es variado en función de la diversidad de orígenes y ubicación del pueblo de cada artesano, hasta no hace mucho sólo el herrero, aunque presenta rasgos comunes como, cabeza ovoide, hombros cuadrados, miembros afilados, senos puntiagudos, antebrazos y muslos en planos paralelos, y donde las caras muestran rasgos definidos con arco ciliar resaltado, nariz larga y con narinas formando punta de flecha.
La región de Bandiagara
Incidiendo, no se puede pensar en que ningún pueblo vive aislado, ni los dogón, del resto de poblaciones de esta zona subsahariana, dado que todo el Sahel es una zona de intensos contactos económicos, y por tanto, culturales, sociales y humanos, con las consiguientes influencias. Hay que desterrar de una vez por todas la idea de culturas aisladas y únicas e ir integrando la concepción de una cultura concomitante, multifacética, mestiza y flexible.
La región de Bandiagara es una muestra de ello y la cultura y el arte dogón una muestra más de esos resultados.
Esas influencias, esa duplicidad, entre un cierto modelo común y las múltiples variaciones, en la materia: madera metal o barro cocido, el tamaño: imponente o minúsculo, son de alguna manera la base que mezcla arte e historia, antropología y sociología, pasado y presente. Si las diversas influencias han modificado su sociedad enriqueciéndola con conocimientos diversos, mitos y leyendas, cómo no en lo cultural y con ello al propio arte dogón, produciendo notables estilos y variaciones dentro de un tronco común.
“La estatuaria dogón es más corriente encontrarla en los altares de los templos de la aldea o pueblo o en los altares familiares o individuales, donde se realizan los sacrificios.El santuario está conectado con el mundo sobrenatural a través del culto Binu, uno de los cuatro principales de los cultos religiosos dogón.
los espíritus Binu
Para cada santuario, hay un sacerdote o sacerdotisa que fue elegido por los espíritus Binupara que se lo erigiera y dedicara.Los altares individuales y del hogar son los que normalmente se encuentra ya sea dentro de la casa o detrás del granero de la familia. Mientras que muchos estudiosos anteriormente atribuyeron a las estatuas o figuras una función de culto o representación de los antepasados o solicitudes de fertilidad, esto es algo generalizado entre quien ha simplificado o no ha precisado convenientemente y no se ha aplicado a buscar y describir su función”. DeMott, 1979.
“Las esculturas Dogón, más que ninguna otra, dan cuerpo a valores religiosos y sentimientos, y constituyen entidades simbólicas y esotéricas” J. Laude.
“Para los dogón, pueblo de agricultores, las articulaciones, se revelan indispensables para dar fuerza, ligereza y firmeza para el trabajo de la tierra. El conjunto de las articulaciones se resumen simbólicamente en las clavículas, presentadas como el sistema de suspensión del esqueleto. Las clavículas son además receptáculo de los ocho granos cultivables ofrecidos a la humanidad por Amma, el dios supremo, los cuales insuflan la energía vital de cada ser. Comúnmente son usadas como figuras para los santuarios, siendo intermediarias para peticiones u oraciones de fertilidad”. Alfonso Revilla ‘Proyecto de innovación’ Didácticas diferenciales. UniZar pag 4.
el sustrato cultural
Los dogón utilizan el sustrato cultural que encuentran cuando llegan a la meseta de Bandiagara. La cultura subyacente les sirve de base para su propio camino artístico. Pero hay que sopesar dónde están, a tiro de piedra del cruce de caminos africano más transitado y culturalmente más solicitado, donde la evolución surgió frenética en lo que eso significa en tiempos lejanos, pero como cualquier otro pueblo, los dogón con el conocimiento paulatino adquirido en cada momento, tras migraciones, la evolución económica resultante y los cambios, enriquecieron su creatividad dejando asombrosos trabajos a lo largo de la historia, ampliando expresiones estéticas y rompiendo con ideas de inmovilismo.
Si en los relatos que nos deja Griaule de las conversaciones que mantuvo con Ogontemmeli, este perfilaba, añadía, trasmutaba cada cosa dicha, de día en día durante años, ciertamente sin contradecirse, cómo no podemos esperar lo mismo de sus artesanos.
la artesanía del arte en La estatuaria dogón
Es curioso plantearse qué diferencia la artesanía del arte.
Ahora, Manolo Blahnik aparte, un zapatero es un artesano, hace artesanía; Buonarroti hizo arte. En su época, ¿qué consideración tenía a quien entendemos ahora hace arte?
Pues era alguien que tenía que saber de piedras, o sea ser cantero; de herramientas, ser herrero o su ayudante; alquimista, entender de pigmentos y aglutinantes; de tejidos y de yesos, albañil, que utilizaba la artesa y de ahí deriva artesano. Eran por tanto gente corriente, antes de ser maestro del nivel de Miguel Ángel que cuando ya lo era, tenía un taller repleto de artesanos que le solucionaban esas ‘minucias’ con artesanía; para la gente corriente era difícil discernir entre cultura y vida, pues en ambas se trabajaba mucho y comía poco.
El término es más bien una diferenciación creada con los grandes genios de la música y de la pintura del siglo XIX en Europa, que dejaban atrás el adjetivo ‘maestro’, ya daba para poco, para declararse ‘artistas’ que no ‘artesanos’. Esta diferenciación raramente ha existido de la misma manera en otros momentos y lugares.
La estatuaria dogón y el arte y la artesanía
Así, en África, el arte y la artesanía se ensamblan necesaria e incuestionablemente para dar cobertura a su necesidad de expresar sus creencias, la religión y su ubicación en el universo en las mascaras o las esculturas pero también en los tejidos, joyas, útiles, armas etc. Lo que no quiere decir que muchas de sus obras no sean arte aquí y ahora, y que determinados y contados nombres no estén reconocidos.
En estas muestras, a disposición de quien quiera verlas, hemos visto esculturas de diferentes subgrupos dogón y veremos también, en diferentes materiales, de grupos anteriores y coetáneos a los dogón, que caracterizan diferentes áreas geográficas. Como por ejemplo, de Djennenke, Niongom, Tomo Ka, Tellem, Mande, N’Duleri, Tintam, o de los acantilados, Bambou Toro, Kambari, Komakan.
“Las estatuas son efigies de personajes míticos y por lo tanto, orientados hacia el pasado. Muchas de ellas son atribuidas por los dogón a los tellem, sus predecesores”. Delange 1967. Pag 1 y 2.
“Las esculturas tellem representan una etapa formativa de las realizadas por los dogón, lo que nos remite a una evolución del arte dogón en el siglo XX”. Laude 1973. Pag. 28
“Los dogón consideran esas cavernas sagradas y que no les pertenecen, por eso no se aventuran a entrar”. Ibidem. Pag 28.
los tellem
“Los dogón atribuyen a los tellem, pueblo que consideran sus predecesores, la autoría de ciertos objetos culturales y funerarios, incluso estatuillas, encontrados en santuarios ubicados en las cuevas excavadas en los acantilados de Bandiangara. Los dogón invadieron la región donde los tellem estaban establecidos, expulsándolos de los acantilados: en algunas regiones, sin embargo, las dos sociedades convivieron pacíficamente”. J. Laude 1973. Pag 24.
“Confirmando lo dicho, algunas esculturas encontradas en las cuevas de los acantilados y atribuidas a los tellem fueron datadas en el siglo XVIII”. Ibidem. Pag 24.
Pierre Langlois, que publicó las primeras estatuillas tellem que aparecieron en el mercado, siempre indicó el lugar exacto de su descubrimiento:
“Las cuevas excavadas en los acantilados, donde las encontré bien protegidas contra el tiempo, la humedad y los insectos, preservadas por su gruesa capa de pátina, libación de sangre y gachas de mijo”.
“La estatuaria puede dividirse en dos grupos principales, de acuerdo con su apariencia: la mayor parte, considerada arcaica, y aquellas otras que no poseen marcas de uso y parecen nuevas. Las del primer grupo fueron cubiertas con sangre de animales sacrificados, mezclada con polvo de maíz; pueden parecer más antiguas que las del segundo grupo, pero las diferencias derivan solamente de las condiciones en que se mantuvieron. Esas estatuillas fueron encontradas en los santuarios secretos establecidos en los acantilados. El tipo arcaico de estatuaria se refiere a los ancestros de la sociedad, mientras que la estatua sin adición de material puede ser considerada una estatua de ancestro familiar, hecha en representación del espíritu de ese antepasado”. Segy 1975. Pag 153.
Juanjo Andreu
Profesor de Bellas Artes y comisario cientifico de arte tribal africano
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