Introducción al concepto Nyame
Nyame, engloba el concepto dios, pero recibe como en todas partes otras acepciones. En el panteón religioso de la comunidad uno es el dios todopoderoso. El nombre de ese dios omniscente es Onyankopɔn que significa ‘El Único que es Sublime’. Esta acepción de dios viene de la palabra onyame, dios a secas.
Todos los akan creen que Onyankopɔn es el dios todopoderoso, y para llegar hasta él ha dispuesto otros dioses, abosom, en singular oboson, encargados de solucionar conflictos en la tierra y que son como jefes inferiores. Tienen un proverbio para mostrar porqué los niños creen en dios:
“Nadie le enseña a un niño a creer en Dios”.
Pues para ellos es obvia su existencia. Muchos piensan en pasar a Dios por alto, pero los akan enseñan con otro proverbio lo errado de esto:
“Por más que te ocultes, Dios siempre te ve”.
Como vemos, la vida de los asante, akan a fin de cuentas, esta regida por una serie de proverbios y uno, muy usado por los que viven en Ghana es:
“Al hombre sabio no se le habla en prosa, sino con proverbios”.
Refiriéndose a que el refrán adecuado nos hace pensar y razonar de la manera debida y nos ayuda actuar de la manera que corresponda.
Los refranes
Los refranes son usados en varias ocasiones en la vida de los akan, en las bodas, en los funerales, en la música folclórica o en las relaciones diplomáticas. Es la manera que usan para enseñar a los inexperimentados. En cualquier sociedad no es adecuado utilizar palabras malsonantes o gestos inadecuados y por esto los akan dicen: “Un traspié al hablar es peor que un traspié al caminar”.
O sea, la lengua mal usada puede hacer mucho daño a una persona.
Pero las palabras también puede ser usada con fines conciliadores:
“En presencia de la lengua, los dientes no discuten”.
Aplicado en referencia a los desacuerdos que pueda haber entre una persona y otra, como en el matrimonio que puede arreglarse tranquilamente, y si no resuelve por completo, el buen uso de las palabras puede calmar los ánimos.
Para prevenir a las personas insensatas que acometen las cosas sin pensar primero:
“Antes de provocar a una cobra, piensa en cómo escaparás de ella”.
Cuando los padres perciben una mala actitud de sus hijos son aconsejados de esta manera:
“Si ves que un brote te puede sacar un ojo, arráncalo, no lo aguces”.
Enseñando que los efectos de las malas tendencias deben ser cortadas desde las raíces, antes que se conviertan en un verdadero problema.
Proverbios en su contexto cultural
Hay algunos otros proverbios que para una persona que no forme parte de su comunidad quizá no pueda entenderlo y por eso hay que tener en cuenta un poco de su cultura. Por ejemplo, para los asante es de mala educación que una persona haga ademanes con la mano izquierda delante de otros, sobre todo si la persona es mayor que quien lo hace, de manera que, para disciplinar a tales personas que usan la mano izquierda, alguien mayor puede regañarle con este proverbio:
“No señales con la izquierda el camino a tu pueblo”.
En otras palabras valora lo que tienes, como tu origen, pueblo y comunidad. Otro refrán que se dice a los niños es:
“El niño que aprende a lavarse las manos come con los mayores”.
Dando referencia a una de sus costumbres, la de poner la comida de acuerdo con la edad, pero si un niño tiene buenos modales de higiene, educación y se comporta bien, puede comer en la mesa junto con los mayores, al lado de su padre y otros adultos.
En cuanto a los jóvenes que llegan a la edad del matrimonio, pueden escuchar de uno de los ancianos:
“El matrimonio no es como el vino de palma, que puede probarse”.
Esto es porque los vendedores de esta especie de vino ofrecen normalmente a sus clientes un trago para que pueda decidir cuánto va a comprar. Ahora en cuanto al matrimonio según sus tradiciones no se puede probar, debe estar seguro de esto y no tiene vuelta.
Dichos o refranes desde la observación
Los asante son óptimos observadores de lo que les rodea en la naturaleza, de las cosas, de las personas y de su cultura y crean sus dichos basado en esto. Por ejemplo es posible que un akan observara el comportamiento de las gallinas hacia sus polluelos y por esto dijo:
“El pollito que permanece cerca de su madre se queda con la pata del saltamontes”.
Queriendo enseñar que a la hora de compartir algo bueno se olvida fácilmente a quien se aísla. Y al ver una rana muerta alguien puede decir:
No se sabe cuán larga es la rana hasta que muere”.
Esto se le dice a aquel que no valora a un amigo, un pariente o esa persona que siempre está dispuesta a ayudar. Y quien escucha ese proverbio, sabe que aunque no esté presente, alguien se percata de su valía.

Es cierto que la implantación de todas las iglesias cristianas, anglicanas y católicas particularmente, y dada la capacidad de sus recursos, ver la foto, están transformando mucho de la impronta social y moral de este pueblo, llevándoles a conceptos globalizadores, pero no obstante, lo coherente de sus normas no choca, sino que suma; y de esta manera ese respeto que mantienen por los suyos y lo suyo, es palpable aún estando en occidente, al ver como estos muchachos en los colegios de su nueva diáspora, muestran un respeto inusual entre los demás, y admirable el ahínco que ponen en aprender y su entusiasmo, pero sin olvidar sus orígenes y socialización.
los proverbios en la vida de la comunidad akan
Son tan representativos los proverbios en la vida de la comunidad akan que esto se torna un arte por medio de los simbolismos que han creado. Muchos de los akan transforman sus dichos en símbolos que incorporan en tallas de madera, bastones, pesas de oro y tejidos tradicionales y en los modernos estampados de algunas telas.
Por ejemplo en Ghana podemos ver un símbolo tallado de “un hombre trepando a un árbol mientras otro le ayuda”.
Este símbolo personifica el dicho:
“Trata de subirte a un buen árbol y verás cómo alguien te echa una mano”.
Porque si perseguimos objetivos que merezcan la pena, probablemente habrá quien nos apoye.
Para consolar en los funerales colocan en un textil el símbolo de una escalera, queriendo decir que:
“Por la escalera de la muerte no sube sólo un hombre”.
Enseñando que todos debemos ser humildes y no vivir la vida como si nunca se fuese a morir.

Juanjo Andreu
Profesor de Bellas Artes y comisario cientifico de arte tribal africano
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