Dahomey
En tiempos del imperio, en Dahomey, el linaje real ofrecía a sus antepasados, cada año, el sacrificio de 100, cien esclavos o cautivos. Los difuntos se representan con estatuas talladas en madera, a las que genéricamente también llaman bocio y que guarda la familiacomo elemento protector fundamental tanto de su entorno como de la comunidad.
El rey, designado entre sus hijos por su predecesor, era un personaje sagrado, ante el cual todos se postergaban. Designaba numerosos dignatarios, entre otros a dos ministros que disponían de grandes poderes. Las numerosas mujeres del rey se dividían en sus esposas elegidas, algunas de las cuales ejercían cierto control administrativo sobre los funcionarios, las madres, tías, amas etc., que eran atendidas convenientemente y las comprometidas por razones de estado. Más las amazonas, que les protegían, combatían y aunque esclavas, debían permanecer castas.
El “pacto de sangre” establecía una fraternidad entre los pactantes y se había convertido en un medio de reclutar agentes y espías para el gobierno.
En un rincón del palacio real un compartimiento contenía sacos de rafia llenos de guijarros, era el censo. Cada saco representaba un poblado, con un guijarro por persona, repartidos estos por edad y por sexo. El censo servía para regular la movilización y los impuestos.
el Rey Glelé
El rey, conducía el ejército en las guerras, más habituales de lo que se puede imaginar y a las que para nada rehuían.
El león es el animal totémico del rey fon; el Rey Glelé en el siglo XIX impuso algo establecido, que la dimensión de la boca del león, representara la sabiduría de su discurso.
Especialmente a la muerte de un rey, se le tenía que rehacer un reino en el más allá, mediante ofrendas y los numerosos sacrificios humanos que le acompañaban.
Anualmente, se realizaba también otra celebración en honor de los antepasados reales, la llamada fiesta de las “Costumbres”. Era esta una ocasión para que el rey hiciera ostentación de sus riquezas a los ojos del pueblo, así como para distribuir una parte de las mismas; los 100, cien sacrificios humanos que acompañaban esos actos desencadenaron, en vísperas de la conquista, la oposición de los europeos.
Otras circunstancias, por ejemplo, la partida hacia la guerra o la construcción de un palacio, exigían también de estos sangrientos sacrificios.
Ghezo
En los palacios de Ghezo y de Glelé, en Aboméy, puede verse todavía uno de los museos históricos más ricos del África negra: bajorrelieves extraordinarios que son como páginas de historia, tronos montados sobre cráneos humanos, tapicerías, alfombras, tintes que exaltan los símbolos regios en un estilo poderoso, en medio de los cuales destaca, como una fuerza de la naturaleza, el búfalo que simboliza a Ghezo.
La base de la organización del reino era el poblado, con un jefe nombrado por el rey y un consejo de jefes de familia. La asociación Dokpwé, que comprendía a todos, jóvenes y adultos, procedía, por medio de sus miembros, a la ejecución de los trabajos duros ritmados por los cantos y la música; el jefe de la asociación, el Dokpwega, era consagrado por el rey.
Los poblados estaban agrupados en provincias, confiadas por el rey a grandes personajes.
Había cuatro clases sociales, los esclavos y prisioneros de guerra; los siervos, nacidos de los esclavos en Dahomey; la clase libre, campesinos y artesanos, que se convertían en soldados en tiempo de guerra y la aristocracia, altos funcionarios y sacerdotes, que no trabajaban con sus propias manos y podían poseer esclavos.
Dahomey y la costa de Benín
Dahomey y el resto de la costa de Benín tienen la particularidad de ser los únicos lugares de África que poseen lugares a modo de los conventos europeos, en los que hombres y mujeres se consagran al culto de las diferentes deidades.
Aunque representado por un bronce con claro estilo Ifè, de los Yoruba, permitidme contaros este curioso mito: El pueblo Fon, cuenta cómo la serpiente cósmica, Aida Hwedo, fue creada al principio de los tiempos por el Creador, un dios andrógino, con dos caras: Mawu, la luna, femenino, y Lisa, el sol, masculino.
Mawu es una deidad creadora, aunque rara vez se levantan o ven santuarios o rituales dedicados a ella. Mawu es representada como una anciana asociada con la luna, la noche, el ocaso.
Lisa es joven y de sexo masculino, asociado con el sol, el día, y está caliente, lo que le hace feroz y punitivo, el orto.
La tradición mítica dice que Mawu creó la tierra y luego se retiró a los cielos. Cuando vio que las cosas no iban bien con los hombres, envió a Lisa para ayudar a los humanos a los que facilitó el arte de domesticar animales, fundir hierro y fabricar herramientas.
Del mismo modo, Mawu también creo los espíritus humanos y su propio destino, hizo los primeros hombres de arcilla, defiende también la ley moral y recompensa o castiga a la muerte.
En Abomey
En Abomey existe una rara representación de Mawu, pintada de rojo, con grandes senos y una luna creciente.
El culto de Mawu no se limita a África, hay cultos dispersos en el Caribe y Brasil trasmitido sin duda por los esclavos llevados a aquellas tierras.
Aido Hwedo contribuyó a la creación al llevar al creador en su boca mientras se formaba el mundo. Cuando terminó la obra, el Creador vio que era un peso excesivo para la tierra: demasiados árboles, demasiadas montañas, demasiados elefantes, demasiado de todo.
Entonces, le pidió a Aido Hwedo que se enroscase y se colocase por debajo de la sobrecargada tierra, como si fuese un cojín, para poder transportarla. Como a Aido Hwedo no le gustaba el calor, el Creador hizo el océano para que viviera allí.
Cuando Aido Hwedo nota una gran presión sobre sí, tiene que cambiar de postura para descansar, a consecuencia de lo cual cada vez que lo hace se desatan terremotos.Aido Hwedo se alimenta de barras de hierro que forjan unos monos rojos que viven bajo el mar.
Aido Hwedo
Cuando el hierro se agota, del hambre se come su propia cola. Eso conlleva que la tierra, se desequilibre con toda su carga y caiga al mar.
En cierta ocasión Aido Hwedo se encontró sola y lloraba convulsivamente lo que produjo tremendos terremotos, los seres humanos aterrorizados, clamaban a Mawu.
Este, enterado del suceso y tras preguntar a Aido Hwedo, compadecido ante sus lamentos, le dio una compañera, una segunda Aido Hwedo, el Arco Iris, la serpiente que vive en el cielo pero se conecta y penetra en el mar y que durante las tormentas clama hablando con su compañera, enviando a la tierra fuego junto a los rayos de los dioses.
Benín figura entre los países más pobres del mundo. Se ubica en el ámbito dominado por la cultura Yoruba de Ife, donde los pueblos ewe, del mismo tronco lingüístico, constituyeron en el siglo XVII dos reinos: el de Hogbonu, hoy Porto Novo, y el más conocido de Abomey, en el interior.
Esos estados se estructuraron en torno al auge del tráfico de esclavos, del que fueron intermediarios.
Estado centralizado
Los reyes fon, organizaron un Estado centralizado, Abomey, que extendió sus dominios al este y al oeste de las actuales fronteras de Benín. Un ejército disciplinado y eficaz, que tenía la particularidad de contar con un gran contingente de mujeres, característica que mantuvo hasta el fin del siglo XIX, les permitió romper la tutela del Alafin de Oyo, en Nigeria, y conquistar varias de las ciudades yorubas.
Desde el siglo XVII traficantes portugueses, franceses e ingleses, usaban el puerto de Ouidah, principal centro de la trata, para recibir y enviar convoyes de esclavos.
La monarquía de Abomey sufrió un duro golpe cuando Inglaterra prohibió el tráfico de esclavos en 1818, pero el rey Ghezo de 1818 a 1856, mantuvo el tráfico clandestino hacia Brasil y Cuba. Él fue un rey entusiasta y pragmático, que promovió, además, el desarrollo de la agricultura, adoptando un férreo monopolio estatal del comercio exterior.
Su nieto Behanzin heredó en 1889 un estado próspero, pero sobre el cual se cernía ya, la amenaza colonial.
la amenaza colonial
Las tropas francesas desembarcaron en 1891. Los fon les opusieron resistencia, pero no pudieron impedir la ocupación de la capital, en 1892. El rey y su ejército se replegaron a la selva, donde continuaron resistiendo hasta 1894.
Behanzin, que se transformó en un símbolo de la resistencia anticolonial, capturado, murió desterrado en Martinica en 1906.
Los colonialistas destruyeron la estructura política centralizada de la antigua monarquía fon, derogaron todas las normas de la sociedad tradicional e implantaron un sistema de sobreexplotación de la mano de obra agrícola, monopolizando el comercio de aceite de palma.
la colonia de Dahomey
A comienzos de este siglo, la colonia de Dahomey, nombre dado por los franceses, ya no se podía sustentar por sí misma. Cuando el país obtuvo la independencia, en agosto de 1960, exportaba la misma cantidad de oleoginosas que en 1850 y tenía una población tres veces mayor.
La independencia fue resultado directo de la debilidad de Francia después de la Segunda Guerra Mundial y del esfuerzo de un grupo de nacionalistas educados en Europa liderados por Louis Hunkanrin.
Se enfrentaron durante veinte años al régimen de trabajo forzado que impuso la administración colonial. A pesar de estar prohibido cualquier tipo de organización política local, Hunkanrin creó la Liga de Derechos Humanos, que se enfrentó a una represión feroz. Cientos de aldeas fueron quemadas, se contabilizaron casi 5.000 muertos y Hunkanrin tuvo que exiliarse en Mauritania.
En 1960 los franceses ya no podían sostener económicamente a Dahomey y le concedieron la independencia. El gobierno autónomo heredó una economía arruinada y una sociedad dividida por la corrupción colonial.
Mathieu Kérékou
Comenzó un período de gran inestabilidad, en el que se sucedieron doce gobiernos civiles y militares en 16 años.
La descomposición de la élite neocolonial era completa cuando el 26 de octubre de 1972 el entonces mayor Mathieu Kérékou encabezó un golpe de Estado de jóvenes oficiales que se alzaron contra la corrupción y el despotismo existentes.
Dos años más tarde optaron por el marxismo-leninismo, cambiaron el nombre del país por el de Benín e introdujeron un sistema de organización política y económica comunal. Todos los bienes extranjeros fueron nacionalizados y se organizó el Partido de la Revolución Popular de Benín en calidad de partido único.
Ese programa revolucionario comenzó a ser blanco de numerosas conspiraciones, organizadas desde el exterior. En enero de 1977 hubo una fallida tentativa de invasión, con participación de mercenarios franceses y la complicidad de Gabón y Marruecos.
A finales de 1989 tras la celebración de una Conferencia Nacional fue aprobada mediante referéndum una nueva Constitución y la celebración de elecciones multipartidarias.
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