Mito de la creación Fang
Nzame es un dios creador de origen Mitshogo, al que conocen por tanto tras su salida de su origen ancestral en las orillas del Nilo Blanco, al que adoptan el resto de pueblos de la región; está compuesto por tres potestades como se ha dicho, que son: Kzane, Mebere y Nkwa. Ellos no obstante tenían su propio mito sobre la Creación.
Cuando ambos relatos se transcribieron, ya de mano de misioneros en época colonial, estos relatos se desarrollaron, con el aroma, de aquiescencia obligada a los postulados de aquellos que lo escribían. Veamos una versión de su mito primigenio sobre:
“En los tiempos originales, del cielo se dejó caer un hilo hasta las aguas que formaban el horizonte. Por él descendió la araña depositando una bolsa con huevos. Las diligentes termitas rompieron la bolsa, extendiendo los huevos por la superficie de las aguas formándose la tierra. Entonces Mebere, la lejana deidad creadora, inmaterial y sin querencias de padres mujer o hijos, ser sin presencia y único, origen de la generación de todas las cosas y prescriptor de su orden, modeló un lagarto de arcilla y lo depositó en un estanque.
A los siete días, de las aguas surgió Nsamá, ancestro primordial y padre de todos los humanos, de cuyo dedo gordo del pie, Mebere, substanció a Nyingono, primera mujer y madre de todos los humanos.
Mebere
Exentos de morir, enfermar o trabajar, su abulia propició el que se saltaran la única prohibición que Mebere les había impuesto, copular, pero Nyingono se insinuó provocando a Nsamá que se saltó la prohibición cometiendo Nsem, incesto, por lo que Mebere,sintiéndose enormemente agraviado, les expulsó del paraíso condenándolos a ellos y sus descendientes, los Fang, a las mismas vicisitudes que al resto de los seres vivos.
Nyingono*2, con su proceder propició que sobre los humanos recayera todo lo que la vida encierra, muerte, enfermedades, trabajo, pero también los diferentes linajes de los Fang, los blancos, los pigmeos y las ‘gentes del bosque’ los gorilas.
Pero benevolente al fin, Mebere, no pudo por menos que ocuparse de su más querida creación, de manera que cuando Nsamá perece y se presenta ante él, antes de enviarlo a la Tierra, le enseñó a cazar, a cultivar y el poder de dominar el fuego, con la cerámica y la forja, la escarificación y a tallar. Y le mostró el lugar donde él y sus descendientes, tras la muerte terrena, quedarían alojados y reunidos con sus antepasados, sin temer a ‘la sombra’ o espíritu del sueño, y el alma perturbada o ‘inquietante ente’ que aparece tras consumir Elan*3.
Odzamboga
Cuando Nsamá muere una segunda vez, ya en la Tierra concebida, los Fang son un pueblo integrado y dotado del conocimiento y cultura que les hace humanos. Pero en el reparto de lo considerado material, los blancos, taimados y ladrones, se hacen con todo. No quedando a los Fang más alternativa que abandonar su poblado original, Odzamboga, y migrar buscando otras tierras donde acogerse.
En su deambular todo son penalidades: Sin costumbre deben atravesar un gran río de enorme caudal*4 y, sobre todo, el gigantesco árbol Adzap*5. Su tamaño es de tal desmesura, que su interior debe ser ahuecado para abrir un túnel y poder atravesarlo. Solo les sonríe la fortuna cuando se encuentran con los pigmeos, antiguos pobladores del bosque, que solícitos les ayudan guiando a los errantes Fang hasta sus nuevos territorios”.
Traducción libre de un extracto del texto de Nguema Obam, Paulin. En: ‘Mythes et legendes fang’. L’Harmattan, París 2009.
Notas
- Nota 1: Principio metafísico, para ellos entonces concepto, que originó la materia.
- Nota 2: Tenida cual Pandora africana, habría abierto la caja de todo lo que la vida contiene.
- Nota 3: Elan es el ritual iniciático en que se consume la Ibogaína entre otros alucinógenos.
- Nota 4: Iconográficamente para ellos “Una enorme pitón”
- Nota 5: La alusión a Adzap, este ‘gran árbol’ simboliza el Bosque Ecuatorial que deben atravesar y al que los Fang, gentes de sabana, no están habituados.
Segunda versión de la creación Fang
En otra versión, o segunda parte, se cuenta:
“Estando Nzame contemplando su obra, tras que sus tres potestades dieran forma al ser que debía encargarse de regularla, Fam, optó por dar a este el don de la inmortalidad para que con tal capacidad siempre estuviera presente y ningún otro ser pudiera rebelarse.
Pero resultó que pasado un tiempo, Fam, engreído de soberbia, se volvió arrogante, maltrataba a los animales y pensándose insustituible dejó de rendir culto a Nzame.
Nzame, enfadado, encargó a Ntzalan, el trueno, para que entre relámpagos y truenos mandara rayos destruyendo todo lo que existía, excepto a Fam a quien se había prometido la inmortalidad. Nzame, tras esto, decidió renovar la tierra y probar de nuevo. Puso una nueva capa de tierra sobre el planeta y creció un árbol en ella.
El árbol dejó caer semillas de las que emergieron más árboles. El árbol dejó caer algunas de sus hojas en el agua que se volvieron peces, y dejó caer otras hojas en la tierra que se convirtieron en otros animales. La tierra requemada por el rayo quedó debajo y la prueba es que si se excava profundamente, se encuentra esa tierra a la que llamamos carbón.
Más tarde, Nzame decidió crear un nuevo hombre, pero esta vez lo haría mortal; le llamó Sekume, que es el ‘padre de todos nosotros’ ”.
Nsissim
Hizo a Sekume con gnoul, cuerpo, y nsissim, alma. Nsissim le da vida a gnoul. Cuando gnoul se muere, nsissim sigue vivo, es inmortal. Nsissim vive en el ojo. El punto brillante que hay en el centro del ojo es Nsissim.
Más tarde, Nzame le dijo a Sekume que cogiera un árbol e hiciera con él una mujer. Así lo hizo y lo llamó Mbongwe, la primera mujer y “madre de todos nosotros”. Entre los dos tuvieron muchos hijos.
Y ¿qué pasó con Fam?
“Un día Sekume cogió a Fam, hizo un profundo agujero en la tierra y metió en él a Fam, asentando una gran figura rocosa de sí mismo, Nzame, taponando la entrada, desterrándole a lo oscuro. Pero Fam hizo túneles debajo de la tierra hasta que consiguió salir fuera. Entonces, se encontró con que Sekume, Mbongwe y sus hijos, se habían adueñado de la tierra. Enfurecido, se ocultó en los bosques y en el agua, donde mata a las personas y hunde los barcos”.
De ahí sus creencias y religión tradicional, basada en el culto a los muertos.
Deja una respuesta