Palacio de Ooni
En 1938, un hombre estaba cavando los cimientos de una casa cerca del palacio del Ooni cuando en el espacio de unos pocos metros, encontró dos grupos de 6 cabezas más otra suelta. Trece en total. Willett 1967, p. 14 y 15 nos dice que:
“Poco después de eso, a principios de 1939, se encontraron cuatro cabezas más y este torso en el mismo lugar, un compuesto llamado Wunmonije”.
Aunque no he encontrado información de si fue por el proceso de fundido o si a raíz de su descubrimiento, debió de partirse por la cintura y no tiene la parte inferior. No obstante aún es posible ver que guarda los cánones de Ifè en que la cabeza es más grande en proporción al torso. Ya hemos visto estas proporciones típicamente africanas y entre los cercanos Nok e Igbo Ukwu.
La figura lleva sobre la cabeza una corona de cuatro elementos compuesta de lo que parecen cuentas y usa numerosas hiladas también de cuentas de diverso tipo sobre el pecho y una especie de gargantilla de la que cuelgan los dos lazos que parecen corresponder a la realeza.
El remate frontal que sobresale de la corona, presenta en la parte superior un rosetón de 8 pétalos con sépalos anillados en cono, similar aunque más pequeño que el de la parte inferior. Este remate, que ha desaparecido de las figuras de terracota, en este caso aparece entero. Es indiscutible que representa a un rey en toda su magnificencia, resplandeciente con todos sus atributos.
Drewal y Schildkrout
Drewal y Schildkrout 2009, nos dicen:
“Los diferentes componentes, como los colgantes en forma de pajarita, se ven repetidamente en las figuras de Ife y deben haber sido emblemas de autoridad. Se encontró una cuenta en uno de los agujeros, y los estudiosos concluyen que los agujeros se usaron para unir un velo de cuentas para ocultar la boca”.
56- 57. Aunque vemos dos imágenes contrapuestas en la que es la 56 la invertida. En esta pieza sí podemos ver en la parte inferior, algo que debe ser muy parecido a lo que en la anterior se perdió, dada la similitud entre ambas de la parte superior |
Es la representación en bronce de un rey de pie, conceptuada por los expertos como pieza excepcional de la escultura de Ifè, fuera de las cabezas.
Lleva como la otra una corona aunque de tres elementos y usa igualmente numerosas y variadas hiladas también de cuentas sobre el pecho, y la especie de grueso collar tal vez con aquellas cuentas del tipo awalé chevrón del que cuelgan la insignia y los dos lazos que parecen corresponder a la realeza.
El remate frontal que sobresale de la corona, en este caso lo que lleva en la parte superior parece uno de los grandes caracoles que se dan por África, aunque en la inferior sí aparece un similar cono anillado. Usa la típica falda abierta común en África, bien rematada en el borde inferior con lo que parecen cuentas.
Datación
Lleva manillas y tobilleras marcando aún más si cabe su grandeza. Sostiene en la mano derecha un cuerno de búfalo del bosque, que se supone contiene ungüentos protectores y en la otra mano un bastón corto. Datada en el siglo XIV EC. Curioso es ver que mientras la figura anterior presenta las marcas verticales en la cara esta la tiene lisa.
También se aprecia en la foto, no las he visto en directo, lo que parece un distinto tipo de fundición donde esta parece haber tenido un proceso similar al del camón de arena, o si ha sido a la cera perdida, esta tenía una reutilización sin estar filtrada; también puede ser que la tierra durante el tiempo que estuvo enterrada tuviera algún tipo de sulfito que la haya descamado, lo que parece anómalo puesto que habiendo aparecido con las demás es la única donde se aprecia cierta granulometría en la superficie. La figura ahora se guarda en el Museo Arqueológico de Lagos, Nigeria.
Referente a la foto nº 58,en 1957, se encontró esta escultura por unos trabajadores junto al camino a Ilesa. La composición representa a un Ooni y su Reina. Tal vez Okpa Eyo, Frank Willet con Suzanne Preston Blier sean quienes más nos puedan ilustrar hoy en día sobre Ile Ifè y los yorubas, puesto que aparte de sus aportaciones personales, recopilan todo lo que de interés han encontrado, por lo que para profundizar y saber nada como recurrir a ellos.
Suzanne Preston Blier
Y, ella, nos dice:
“Otro especial y llamativo sitio en Ifè, rico en arte, que también parece ha sido relacionado con Obalufon II y su famosa tregua política, es Ita Yemoo, término el de yemoo que se otorgacomo título a las reinas de la primera dinastía de Ifè. Este complejo de templos se encuentra cerca del sitio donde termina el festival anual de Èdi. El ritual Èdi está dedicado a Moremi*6, la esposa de Obalufón II, que también estuvo casada con el adversario de Obalufón II, el conquistador Oranmiyan. Una de las obras más llamativas de Ita Yemoo es una fundición de aleación de cobre de un rey y reina, foto 58, con brazos y piernas entrelazados.
El Rey lleva un cráneo de simio en la cadera, un símbolo de Obatala, pues los monos evocan a los primeros ocupantes de la región, identificando a esta deidad con los residentes autóctonos de Ife y con la primera línea de la dinastía. La Reina señala hacia el interior, mostrando a Odudua tanto como fundador de la segunda dinastía, como más tarde dios de la tierra yoruba.
Esta pareja real parece hacer referencia de esta manera, no solo a la dolorosa lucha dinástica entre las familias y los jefes de Ifè que competían entre sí sino también al matrimonio político y religioso promovido por Obalufón II entre estos grupos como parte de su tregua”.
* Nota nº 6: En Misceláneos, por la importancia que creo tiene, haremos un apartado concreto sobre Moremi, una heroína para su pueblo donde se entenderá mejor el ritual Èdi.
Moremi
Frobenius encontró la cabeza de esteatita de la foto nº 13 en Offa, ciudad natal de Moremi adyacente a Esie, situada al norte de Ife, que como se puede ver lleva un tocado similar al que se ve aquí. Y Preston Blier vuelve a recordarnos que:
“…en Esie se encontraron un grupo de figuras de esteatita similares. Es posible que estas obras de Esie también sean representaciones de Moremi, la heroína local que se convirtió en la reina de Ifè”.
En la foto nº 59 vemos una curiosa figura de aleación de latón. En 1957 preparando un terreno para construir, apareció esta figura junto con otras en Ifè, en el sitio de Ita Yemmo. Como se aprecia una mujer y la realeza se sentaba sobre el trono dejando entre las piernas el brazo que sobresale, posando los pies sobre el pequeño taburete que se ponía al lado se dio por hecho que era una reina.
Frank Willett extrayendo tierra del lugar obtuvo las primeras datas de termoluminiscencia y radiocarbono para la antigua Ifè. Allí descubrió la primera escultura aún en su contexto primario.
Preston Blier, nos dice sobre ella:
“Es una pequeña escultura que muestra a una mujer coronada que rodea abrazando un recipiente, y se recuesta sobre un trono.Sostiene un cetro en una mano; con la otra se apoya sobre el brazo curvo del trono. Su asiento es la representación en miniatura de los taburetes de cuarzo y granito, que se puede identificar en la actualidad principalmente con el originario de Ifè de los Sacerdotes vinculados a Obatala”.
Willett 2004, M26a, a su vez nos dice:
“ El cetro que ella sostiene es similar al de otra obra de Ita Yemoo que representa a un hombre con una inusual, para Ifè, marca diagonal en la mejilla. Un patrón similar a las marcas usadas por los Yoruba de norte residentes en Offa, entre otras zonas. La inusual postura de la reina reclinada parece hacer referencia al traspaso de poder en Ifè desde la primera dinastía del primer grupo gobernante a la nueva, en realidad segunda, línea dinástica de reyes simbolizados aquí a través de una reina, que parece ser la reina Moremi, la esposa de Obalufón II”.
estilo Ifè
Este es un hermoso recipiente de estilo Ifè. Bronce, aleación de latón cobre y zinc; del siglo XIX; una altura de 80 con tapa, sin 60,9 x 43 x 46,5 cm. Pertenece a nuestra colección personal. Vemos dos personajes, sin duda relevantes, que como en el anterior circundan abrazando un recipiente sobre cuya tapa hay un rey. Todo ello está soportado por una serpiente que forma una especie de uroboro.
El personaje de la izquierda lleva en esa mano un cuerno de búfalo, la otra la posa sobre el trono. El de la derecha, sujeta en alto con su derecha una mano izquierda, con la otra lo que parece una hoz. El amplio panteón yoruba con sus 401 dioses guarda entre ellos a Naana Buluku más conocida como la bisabuela de todos los dioses creados, dispensadora de todos los conjuros y hechizos y conocedora de todas las plantas.
Mawu
A partir del cosmos ella origina todo lo que vive en él. Se dice que tuvo dos hijos siameses Mawu, la Luna y Lisa el Sol, primera mujer y hombre sobre la tierra. A los que facultó para que le ayudaran con el ímprobo trabajo de ordenar el Universo y gestionar la Tierra. Permitidme contaros la parte de su historia reflejada en la pieza que vemos: “Olodumare creó el cosmos vacío y sin orden. Y antes que a nadie le dijo a Naana Bukulu que lo ordenara. Ella a su vez se apoyó en sus hijos siameses, Mawu y Lisa para que hicieran viable la vida.
A la creativa Mawu se le ocurrió cómo y con su hermano creó a la serpiente cósmica, Aida Hwedo, creada al principio de los tiempos por el dios andrógino con dos caras: Mawu, la luna, femenino, y Lisa, el sol, masculino.
Mawu es una deidad creativa, a la que rara vez se levantan santuarios o hacen rituales. Se la representa como una anciana asociada con la luna, la noche, el ocaso.
Lisa es joven y de sexo masculino, asociado con el sol, el día, y está caliente, lo que le hace feroz y punitivo, el orto.
La tradición mítica dice que Mawu tras ordenar la tierra hizo con arcilla las primeras figuras humanas tras lo que volvió su cara hacia los cielos. Cuando vio que las cosas no iban bien con lo creado, se giró del todo haciendo que Lisa encarara a la tierra para que ayudara. A los humanos, les facultó el arte de domesticar animales, y de utilizar el fuego con el que podrían con el tiempo fundir hierro y fabricar herramientas.
Mawu entonces les dotó de espíritu y destino, por lo que defiende también la ley moral y recompensa o castiga a la muerte.
En ciertos sitios a Mawu se la representa pintada de rojo, con grandes senos y una luna creciente. El culto de Mawu no se limita a África, hay cultos dispersos en el Caribe y Brasil sin duda trasmitido por los esclavos llevados a aquellas tierras.
Aido Hwedo
Aido Hwedo contribuyó a la creación al llevar a ambos hermanos en su boca mientras se formaba el mundo. Cuando terminaron la obra, vieron que era un peso excesivo para la tierra: demasiados árboles, demasiadas montañas, demasiados elefantes, demasiado de todo.
Entonces, le pidieron a Aido Hwedo que se enroscase y se colocase por debajo de la sobrecargada tierra, como si fuese un cojín, para poder transportarla. Como a Aido Hwedo no le gustaba el calor, ellos hicieron el océano para que viviera allí.
Cuando Aido Hwedo nota una gran presión sobre sí, tiene que cambiar de postura para descansar, a consecuencia de lo cual cada vez que lo hace se desatan terremotos.
Aido Hwedo se alimenta de barras de hierro que forja Awe, el dios mono rojo que se ayuda por otros como él con los que vive bajo el mar. Cuando el hierro se agota, del hambre se come su propia cola. Eso conlleva que la tierra, se desequilibre con toda su carga y caiga al mar.
En cierta ocasión Aido Hwedo se encontró sola y lloraba convulsivamente lo que produjo tremendos terremotos, los seres humanos aterrorizados, clamaban a Mawu.
Esta, enterada del suceso y tras preguntar a Aido Hwedo, compadecida ante sus lamentos, le dio una compañera, una segunda Aido Hwedo, el Arco Iris, la serpiente que vive en el cielo pero se conecta y penetra en el mar y que durante las tormentas clama hablando con su compañera, enviando a la tierra fuego junto a los rayos de los dioses. Oludomare, asombrado de lo creado y agradecido sopló finalmente el ‘aliento de vida’ dando continuidad a lo creado”.
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