Fetichistas estoicos y parcos
Fetichistas estoicos y parcos, sí, pero no tontos, hemos visto cómo en sus vidas todo está relacionado: el pensamiento con la palabra y ambos con los hechos. Siendo conscientes de su hábitat y posibilidades son reacios al cambio aunque no a la adaptación. Animista, el pueblo dogón con sus ritos y fetiches, creen proteger el pueblo.
Pero sin embargo, capaces de no perder sus perspectivas, es curioso que adecuando sus necesidades a sus escasos recursos o los que se les presenten, poniendo por ejemplo en boca de Amadingue Dolo: “Los inicios de la hostelería dogón se producen a la par que se inicia la antropología francesa”.
Sea cierto o no, ellos lo aceptan de buen grado manteniendo sus improntas, donde los más jóvenes y o astutos muestran lo que se les demande aunque se pervierta concepto y orígen; no soy el más adecuado para valorarlo, por lo que voy a limitarme a relatar lo que creo fundamental y conozco, sobre tal vez lo más atractivo conocido y estudiado de su cultura, qué sé que se espera y demanda…
Ritual de máscaras Dogón
Para cualquier ritual, se necesitan objetos que lo identifiquen, un crucifijo o la talla de una virgen en nuestra cultura. Ellos también, a su manera, en la suya.
Las actuaciones de danzarines enmascarados, se llevan a cabo tras la recolección y con motivo de los rituales fúnebres del Dama, también de los funerales que se desarrollen tras los fallecimientos que se puedan producir. Estos rituales se rigen por la Sociedad de las Máscaras, Awa o Jeme. Esta sociedad reúne a todos los hombres circuncidados, sean jóvenes o viejos. Los muchachos se convierten en miembros después de haber sido circuncidados. La autoridad se establece en función de la edad.
Muchos miembros tienen la potestad de poder esculpir su propia máscara.
Antes, en los tiempos míticos, la muerte no existía. En cambio, los hombres se transformaban en serpientes. Sin embargo, tras la ruptura de un precepto prohibido, los dogón se vieron expuestos a la muerte.
Hay un mito ancestral que habla de la serpiente Vida, con la que se hizo un pacto mediante el cual en prevención de las crecidas o inundaciones del Niger se le sacrificaría una virgen, pero en cierta ocasión un hechicero se enamoró de una de ellas y mató a la serpiente provocando una sequía de 7 años.
Mito que trajo el que desde entonces, en los cimientos de los poblados se emparedara una virgen, que posteriormente y ante la negativa de entregar normalmente a la niña más pequeña y la presión de los occidentales que lógicamente no lo vieron con buenos ojos, fue sustituida por una representación de la niña en terracota junto a otra de la serpiente. Otro mito dice que al adivino le fue otorgado su poder tras ser engullido y luego deglutido por una serpiente.
La Sociedad de las Máscaras
La Sociedad de las Máscaras celebra el culto al primer antepasado que murió con la forma de una serpiente después de haber transgredido el precepto. Desde ese tiempo, la muerte se ha transmitido a los hombres a través de contagio, esto no debe confundirse con el del ancestro Lebé Seru que resucitó y que es inmortal. La Sociedad de las Máscaras está dirigida por el Wala Banga, el jefe del altar de las máscaras.
La literatura etnográfica se refiere a la Sociedad de Awa, pero según Amadingue Dolo el nombre Awa es erróneo. El nombre correcto es Jeme. En Sigi Así que es el lenguaje secreto utilizado en la ceremonia Sigui, Awa significa Kanaga.
Juanjo Andreu
Profesor de Bellas Artes y comisario cientifico de arte tribal africano
Deja una respuesta