La Escuela del Bosque en Sapâ Y Tiê
A diferencia de los SemiGrebo, Grebo y Kru, que no practican circuncisión ni escisión, en territorio Mano, en Sapâ y Tiê sí y ambas.Estos tienencostumbres similares a las de los Gio.
Los hombres y mujeres que las realizan son llamados Zo o So en Tiê, y Zo o Sou en Sapâ. El Bosque de las niñas Gio es una cabaña con un cerramiento en la parte trasera, como antes vimos. Antiguamente el tipo de albergue de niños y niñas Tiê era similar. El momento en que ambos ingresen en el Bosque es en luna nueva, cuando se cosecha el arroz, “es el momento adecuado, pues hay para comer y podemos centrarnos en aprender”.
Nuestra informante principal en Tiê, una “mujer rey”, la esposa del jefe supremo, que además era una Zo, acababa de terminar su Bosque antes de que llegáramos a su ciudad a fines de junio. Se comía arroz nuevo en algunas partes de Sapâ y Tiê.
Antes de que esta mujer hablara con nosotros, hizo que todas las mujeres y niñas no iniciadas presentes abandonaran la casa y sus alrededores.
“La mayoría de los niños, nos dijo, son entregados al Zo o Sou por sus padres o padrinos; algunos van voluntariamente; ocasionalmente, alguno debe ser llevado por la fuerza. Las niñas entran jóvenes, “befo’ dey bo’n, comoosito de niño pequeño”.
Antiguamente se creía firmemente que ninguna doncella podía tener un hijo hasta que hubiera sido extirpada. Ahora que la gente está más informada, algunas chicas no están siendo cortadas.
Zo
A medida que las niñas o los niños son entregados al Zo, este último recibe un regalo, como en el norte. Temprano en la mañana, después de que se han entregado los regalos, los niños o niñas son llevados a la orilla de un arroyo o estanque cerca del lugar donde el pueblo obtiene su agua para cocinar y beber.
El hombre o la mujer Zo, tanto en Sapâ como en Tiê, sacrifica un ave blanca y permite que su sangre corra por el camino que conduce a este lugar. Luego se cocinan las aves y un poco de arroz y se vierte aceite de palma sobre el arroz. Tanto el Zo como los neófitos lo comen y colocan un bocado de ave y arroz en el camino junto a la sangre derramada.
A veces, en Tiê, son las chicas las que van primero, los chicos al día siguiente; a veces es al revés. Sólo los iniciados son admitidos para ayudar u observar las operaciones.* Estas pueden ser realizadas por un hombre o una mujer Sou en Sapâ; en Tiê, una mujer Zo opera a las niñas, y un hombre Zo a los niños.
* Nota: En Sapa tanto hombres como mujeres, si son iniciados, pueden mirar; pero en Tiê, los hombres no pueden ver la operación en las niñas, ni las mujeres en los niños.
Escuela del Bosque en Tiê
En Tiê al llevar a las niñas a la orilla del agua y durante la operación, la mujer Zo usa un vestido especial. Consiste en la mitad del extremo cortado de una hoja de palma aceitera que se ha partido a lo largo de la nervadura central.
Antes de que se ate esto a la cintura, se le pone medicina para mantener las influencias de las brujas lejos de las chicas. La otra mitad de la hoja la guarda, y al regresar al pueblo, después de la escisión, la coloca sobre el techo de la cabaña en la que residen las niñas, sobre la puerta trasera. Antes de comenzar las operaciones La mujer Zo hace una medicina sumamente poderosa para atrapar y matar a cualquier persona que intente hechizar a sus protegidas durante el tiempo que están bajo su cuidado.
Tanto niñas como niños son “cortados” con cualquier cuchilla nativa ordinaria.
En Tiê, la manera de realizar la operación en las niñas es como sigue: se acolcha el suelo con un tipo de hojas escogidas, que producen cierto tipo de anestesia local parcial ligeramente urticante, sobre las cuales se acuesta la niña. Las auxiliares separan y sujetan sus piernas y se lavan sus partes íntimas con agua en la que se ha disuelto medicina. La Zo sosteniendo firmemente el clítoris comienza a cortar.*
* Nota: Las partes recortadas se entierran más tarde en secreto en el bosque. La “mujer rey” que informó de esto, no dijo más sobre este proceso ni sobre las medicinas, ya que esto las estropearía y la perjudicaría en sus cargos.
la circuncisión y escisión
Para detener el flujo de sangre, coge un plátano verde asado, cortado transversalmente, y sopla sobre la herida a través del orificio central abierto al tostarlo. A continuación, aplica un astringente, que a veces resulta eficaz.
Pocas, pero algunas veces, hay niñas que mueren desangradas y otras por infección. En cualquier caso, creen que alguien practicó magia negra. Esto requiere una investigación para encontrar al culpable. Si el acusado niega su culpabilidad, debe probar su inocencia en un juicio por ordalías.
Hasta que se detenga el flujo de sangre, las niñas deben sentarse sobre un tronco de cierto tipo de madera. Los muchachos lo hacen sobre un tocón de la vid llamada Debu. Las cenizas de esta vid se aplican a la herida como astringente.
En Tiê, el Zo que ha realizado la operación espera hasta alrededor del mediodía, luego lleva a sus protegidos al poblado. Su aparición es la señal para que atronen los disparos y se de paso a un desenfreno general, que continúa, con festejos y bailes, mientras los iniciados permanezcan en su casa del Bosque. No es necesario que todo el pueblo participe a la vez. Pues hay quien quisiera pero el trabajo le requiere, por lo que hay libertad de realizar la labor habitual, y de participar como mejor les parezca.
Las chicas son conducidas a la cabaña de su Bosque; los muchachos, a los suya, estos últimos después de haber desfilado desnudos por el poblado. Allí permanecen hasta que sanan. Los muchachos no pueden ser visitados por nadie durante este período; de las chicas no hay datos.
Sapâ
En Sapâ la madre puede entrar a la casa a visitar a su hija el primer día; el padre, en el tercero o cuarto. Si entra antes deberá pagar una multa.
No se enseña nada en la casa del Bosque, por lo que pudimos aprender. Todos los hombres que nos hablaron sobre esto estuvieron de acuerdo en que comían y cantaban, tocaban tambores y decían tonterías, y en general pasaban el tiempo como les placía.
La comida es llevada y colocada a la puerta desde la que quien la llevó avisa, luego se hace a un lado, fuera de la vista, hasta que la introducen. Las niñas solo comen arroz y aceite de palma durante su estancia.
En Tiê, las mujeres Zo que operan, solo pueden comer con otras mujeres Zo entre el momento en que llevan a las niñas a la orilla del agua hasta que salen de su casa en el Bosque.
A veces, durante su aislamiento en la casa, la Zo toma un cabello, solo, de la cabeza de cada chica y lo pone en una medicina especial que prepara ella. Luego, toma una porción para cada neófita, y se lo unta en la cara para que le llegue la buena fortuna. Al tercer día, la Zo aplica sobre las heridas curativas la misma medicina que se frota en una niña al tercer día después del nacimiento y en un niño al cuarto día. Esto es So dey go bo’n “como recordarle de bebe, cuando le achuchaba como a un peluche”. Al cuarto día, los iniciados abandonan la casa del Bosque y se dirigen a sus propios hogares.
los ancianos de Tiê
Según los ancianos de Tiê, antes los muchachos eran confinados a veces hasta dos lunas, pero en la actualidad rara vez se quedan más de dos o tres semanas. Un intérprete de Sapâ que estuvo presente afirmó no conocer que un niño estuviera confinado por más de dos semanas en su país, la región de Putu.
Cuando las chicas han dejado el Bosque, comienza su “tiempo de baile”, y continúa hasta que su Zo declara que ha terminado, probablemente cuando las heridas hayan sanado. Para este baile cada chica Tiê viste una especie de camisa de fibra de rafia hecha por su hermano.
Ella también usa en su cabeza cauríes que puede a su vez usar en la cintura. La señal de liberación es la demanda de la Zo para que se le den todas esas camisas que quema a continuación detrás de su casa. Ese el momento de que las niñas vayan a las fincas con sus madres y ayuden con el trabajo.
Salida de la Escuela del Bosque en Sapâ
Los padres y parientes pagan a la Zo cuando las niñas salen de su casa del Bosque. Habitualmente se les ofrecía un machete, un ave blanca, cuatro cestos, dos brazas de tela y cuatro tobilleras por cada una de las muchachas a las que hubiera ‘operado’. El padre de cada niña hacía matar una cabra que se cocinaba para un pequeño banquete.
“Si hay diez niñas, sus padres “agacharán la cabeza”, se consultarán, y matarán un novillo en común”.
Para los chicos Tiê se hace una gran fiesta y celebración cuando salen de su encierro. Primero se purifican ceremonialmente: se lavan con agua en la que se ha mezclado la corteza machacada del árbol Kolotue.
Luego, el Zo frota sus cuerpos con una pasta hecha mezclando carbón con aceite de palma, diciendo mientras lo hace: “¡Que cualquier problema o mala fortuna que recaiga sobre ti se vaya! ¡Que todo lo malo que esté delante de ti sea eliminado! Que sea reemplazado por buena fortuna!” etcétera.
Luego les peinan y trenzan finamente, y les ponen ropa nueva y adornos, muy a la manera de los muchachos del norte que abandonan el Bosque del Poro.
estatus social de los padres
Lo que se paga por los niños depende del estatus social de los padres. Un hombre pobre puede dar tan poco como una estera y un ave; un notable puede llegar a dar una tobillera, una cadena, un cuerno de carnero para colgar del hombro y un becerro. Este último se sacrifica y cocina para todos los presentes ante la insistencia del Zo.
Sólo después de estas operaciones se considera a los niños y niñas como verdaderos hombres y mujeres. Cuando dos hombres y mujeres pelean, si uno no ha tenido esta operación y el otro lo sabe, este último avergonzará a su oponente exclamando: “¡Tú no estás cortado, yo sí!” Que una mujer le diga esto a otra que ha tenido la operación es el mayor insulto posible, y resulta en un agravio muy serio.
Estas viejas costumbres están siendo abandonadas rápidamente debido a condiciones inestables. En la actualidad, a menudo es necesario que una Zo entregue a las niñas a sus padres inmediatamente después de la operación .
Fin Poro y Sande en Liberia
Juanjo Andreu
Profesor de Bellas Artes y comisario cientifico de arte tribal africano
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