Introducción
Los invasores Nakomse llegados del norte, introdujeron en el Volta Blanco, junto a su ejército, su lengua y sus tradiciones burocráticas, pero muchas de sus manifestaciones culturales las iban tomando al gusto de las existentes en los pueblos que conquistaban.
Es muy posible que su tradición por el gusto sobre sus figuras ancestrales de reyes o dignatarios, derive de las figuras tradicionales mágicas que tenían los subyugados Nyonyose.
Esto puede explicar el hecho de que muchas de las esculturas reales sean mujeres o bisexuales, aunque los informantes Nakomse aducen que la bisexualidad de los personajes se refiere a la necesidad del jefe de representar a todos sus súbditos, hombres y mujeres por igual.
La muñeca de los Mossi, llamadas Biiga, puede que sea la talla más conocida y presente en cualquier museo o colección occidental que se precie.
Estilo sudoeste Ziniaré, Uagadugú | Estilo norte Risiam, Kaya | Estilo antiguo Colleccion jj andreu |
Muñecas Mossi
Todas las muñecas Mossi son cilíndricas en su base y raramente se aprecian brazos y menos aún piernas. Siempre son mujeres, por lo general con los pechos elongados. La cabeza se compone generalmente de una esfera, rematada en la parte superior por un semicírculo vertical a modo de cresta,
Esta cresta representa el tradicional peinado de las mujeres llamado Gyonfo. En todos los casos, la forma de la cabeza es simplemente una estilización del peinado trilobulado usado comúnmente por las mujeres; en estas representaciones, es el lóbulo más grande, el central, el que se extiende como una cresta desde la parte frontal de la cabeza y por la nuca, hasta el cuello.
Las formas más pequeñas en cada lado de la cabeza representan mechones de pelo trenzados por encima de cada oreja. A veces en algunas tallas, se ve incorporada una pequeña pieza de latón, con la intención de representar un pasador como el que ellas se suelen insertar en el pelo para sujetárselo. Pueden presentar estas figuras, líneas o escisiones que corresponderían a las escarificaciones que en realidad corresponden a la mujer, no siempre jóven, para la que se hace la muñeca, lo que es fundamental para saber en que región se hicieron.
Además, siempre hay un pequeño agujero en la base para representar el ano, y también pueden mostrarse someramente los labios mayores y la vulva. Algunas muñecas están envueltas en piel para que no se vean desnudas y dar un aspecto más natural.
Yatenga
Suzanne Lallemand, 1973: 235-46, ha proporcionado mucha información útil, basada en su experiencia sobre el terreno en Yatenga:
“A pesar de que estas muñecas son muy abstractas y están más o menos esquematizadas, se reproducen con precisión los atributos físicos más importantes de la joven madre Mossi. Bajo su punto de vista, representan en ellas una curiosidad, ellos lo llaman Kordo, que es el nombre que le dan específicamente al pecho de la madre cuando está repleto de leche, es el ‘contendor de leche’ del que la extraigo mediante el ‘saca leches’ o Peebo, literalmente ‘extraer leche’.
Después del nacimiento del primer hijo, la madre, hermanas más mayores, comadronas o vecinas, masajean los pechos de la madre para facilitar la lactancia. La figuración de los pechos henchidos es un símbolo primordial sobre la maternidad. Además, las marcas incisas en el pecho y el estómago de las muñecas reproducen con exactitud las escarificaciones que embellecen a la muchacha Mossi, realizadas durante su ciclo iniciático a la pubertad. Las escarificaciones que nacen desde el ombligo, de las que hablamos al final, se efectúan tras el nacimiento del primer hijo”.
muñecas de madera
En las Biiga, muñecas de madera, los brazos, piernas y rasgos faciales no se visualizan, porque no tienen nada que ver con la edad, el sexo, el grupo étnico o la capacidad reproductiva de la mujer.
Los estilos de ejecución de estas muñecas, aunque con claras similitudes, difieren de un lugar a otro. Es posible atribuir a las muñecas Mossi, orígenes geográficos específicos en base a los estilos de la talla, la forma de la cabeza de la muñeca es el determinante característico.
Una novia siempre llevara consigo su muñeca, y con ella ira a la residencia del clan patriarcal de su marido, que puede distarconsiderablemente de donde ella nació y donde se hizo su muñeca.
Es por ello que el pueblo en el que se ve o adquiere una muñeca, no tiene por qué ser el pueblo en el que se esculpió, por lo que suele resultar engañoso intentar relacionar estilos con orígenes geográficos.
Estilo del sudoeste
Este estilo proviene principalmente del pueblo de Ziniaré, al noreste de Ouagadougou. La cabeza es un semicírculo, sin rasgos faciales, y con dos más pequeños a cada lado que forma el peinado.
El cuello es corto y el torso es un cilindro sencillo montado sobre un pedestal o base. Un gran número de estas muñecas se vendían cada día en el mercado de Uagadugú, en la década de los 70, pero ya en los 80, habían desaparecido, porque los comerciantes locales adquirían toda la producción, a la que intentaban avejentar mediante barro, hollín o excrementos con grasa, con destino a ofertarlas a las más lujosas tiendas de antigüedades de Abidjan.
Estilos del Norte
Las muñecas de la región de Risiam en el norte, tienen cabezas más pequeñas, también en forma semicircular, y mirando la figura de frente se observa que los pechos forman una V invertida.
Otras muñecas del norte tienen la cabeza en forma de semicírculo pero más pequeño y senos colgantes, pero todo ello queda más mimetizado que en la figuras del sur. La base del torso suele presenta una sucesión de anillos apilados.
En el noreste, el estilo de tallado más conocido es el de la zona de Kaya. En el se aprecia como la cabeza queda desplazada hacia adelante sobre el cuello, de manera que la línea que va de este a la espalda, se extiende hacia arriba y sobre la parte superior de la cabeza, en una curva ininterrumpida, como la línea que equilibra la base de la barbilla a la punta de la pechos.
Estilo oriental
Las muñecas más diferentes y grandes son las de la zona de Boulsa. Muestran un rostro cóncavo, tallado sobre una cabeza plana, en forma de disco. El cuello es largo y cilíndrico, y el torso emerge del ombligo. Los senos se proyectan hacia abajo desde los hombros.
Son famosas y numerosas las que tallo Somyogedê Koudougou en el pueblo de Bonam, al norte de la ciudad de Boulsa. Frecuentemente vende sus muñecas en el mercado de esta su ciudad. Su padre, Zimwomdya Koudougou, hizo muchas muñecas del mismo estilo. Él murió en la década de 1970.
Hay otro estilo, o más correctamente, en un tipo de muñeca, se observa una extensión colgando sinuosamente, que sale de la cara o parte alta del cuello. Representa una trenza de cabello, usado por las jóvenes sobre la frente, y que las mujeres de más edad o casadas llevan en la parte posterior de la cabeza.
Esto en absoluto es una característica de un estilo regional, de hecho es algo antiguo y pasado ya de moda, especialmente en Uagadugú, donde los estilos de peinado de mujer se ven influenciados por las modas de Abidján o la estilosa Kinshasa, aunque ese estilo aún puede verse en remotas aldeas Mossi, lejos de los caminos pavimentados.
Este apéndice aparece en muñecas de varios estilos regionales, y con frecuencia es trenzado en cuero en las muñecas vestidas de piel, en las que se pretende ocultar su desnudez.
Función de las muñecas Mossi
La función para la que se crean estas muñecas, tiene dos vertientes, unas, con superficie gris polvoriento, son utilizadas por las niñas como meros juguetes, otras, con superficies brillantes y oscuras, son utilizadas por las mujeres como amuletos de fertilidad.
Muñecas como juguete: Eugene Mangin que es quien se sepa, el primero en publicar sobre las muñecas de Burkina Faso y su utilidad o función, en 1921: 37, dice:
… “En los días festivos o principales, las niñas llevan sus muñecas de madera, y se dedican amablemente a enseñarlas con gran solemnidad, y el que momentáneamente coge la muñeca, sabe que tiene que alabarla y que debe dar a la niña un par de caracoles*, tras devolvérsela”.
* Nota: Se refiere a caurís como moneda.
Desde hace ya décadas, es muy común ver muñecas en los compuestos, residencias familiares, Mossi, donde a menudo yacen abandonadas en un rincón, con un uniforme pulverulento y poco atractivo color gris mate. Es como si las hubieran acarreado a paladas tras ser pisoteadas durante años. Las niñas acostumbran a jugar con muñecas que ellas, sus padres o hermanas mayores, han fabricado a partir de lo encontrado más a mano.
Estas muñecas pueden estar hechas con un palo toscamente tallado, pequeños trozos de mijo con barro amasado formando una especie de cabeza, cartón enrollado, o una mazorca de maíz con el penacho a modo de elaborado pelo trenzado y con algarrobas secas a modo de brazos, en un formato similar al de las muñecas de mazorca americanas del siglo XIX.
Biiga
Ahora hay muchos niños de familias ricas, en especial en las ciudades más grandes, que juegan con los juguetes o muñecas más prestigiosos de plástico, importadas del lejano Taiwán o la más cercana Ghana.
Aunque las muñecas tienen las características físicas de la Ma o madre, se las llama hijo o Biiga, las chicas jóvenes afirman que se trata de sus niños. Les dan nombre, bien masculino o femenino, y las cubren con trozos de tela, jugueteando con ellas sobre sus rodillas. Las niñas incluso practican un enema, llamado Yamde, que es una característica común de los Mossi durante la crianza de los hijos. Hasta que el niño no llegue a la edad de tres años, su madre le administrara un enema dos veces al día, inyectándole agua o cualquier otro líquido.
Meurer afirma que:
“Las muñecas de madera o de mazorca son cuidadas como si fueran niños de verdad y que si una joven maltrata a su muñeca, cuando ella tenga los suyos enfermarán o morirán”.
estereotipo de la mujer ideal
Está claro que Meurer exagera el caso, y que su aserto pude ser producto de una conversación trivial con las mujeres, pues ellos mismos no le dan realmente mayor importancia a como juega la niña con su muñeca.
Las mujeres de edad utilizan los muñecos como dispositivos didácticos, instruyendo a la niña en cómo debe cuidar y alimentar a un bebé, pero se dan cuenta de que las niñas se distraen fácilmente con otros niños o por las tareas diarias encomendadas en la casa familiar, por lo que la muñeca puede ser abandonada, aunque sea momentáneamente.
Es obvio que la idea de los padres de la muchacha Mossi, pasa porque la niña aprenda y que la muñeca represente y actúe con ella como si de un niño de verdad se tratara, que piense y le sirva para que sus hijos sean como ella espera que lo sean en el futuro. Como en todas partes, la muñeca es un estereotipo de la mujer ideal, en este caso de la mujer Mossi, y la niña viste a su juguete con restos de tela y pendientes o colgantes hechos de flores e imaginación.
Exactamente igual a como pasaba y hacían aquí nuestras niñas imitando la cultura y moda de su ciudad o país. Incluso a la famosa Barbie se le aplican esos parámetros, siendo un emblema de la mujer actual moderna y bella. Las niñas Mossi, como las niñas occidentales o de cualquier lugar de este mundo global, relacionan fácilmente las imágenes de hermosas mujeres, como modelos de conducta general, social, moral y sexual con las que recrean sus fantasías sobre el futuro.
Juanjo Andreu
Profesor de Bellas Artes y comisario cientifico de arte tribal africano
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