Oro versus Magbo
La sociedad ‘masculina y secreta’ Oro goza entre los yoruba de un poder inmenso. De hecho se cree que antiguamente sus componentes eran los líderes de la no menos influyente ogboni. El líder, lo es siempre y suele serlo a su vez de la comunidad, de manera que Oro se componía del líder de cada barrio, grupúsculo o aldea. En sus periódicas reuniones se calificaba la actuación de la población premiando a los que habían procurado beneficios a la comunidad o castigando a los infractores, incluso pudiendo imponer la pena de muerte.
Asimismo, presidían también los entierros. Como toda sociedad africana esta también celebraba un festival anual, sobre julio. Duraba varios días y le estaba expresamente prohibido a las mujeres, ‘que nunca deben ver a Oro’, y a los calificados durante el año como díscolos o indeseables.
Foto 122 | Foto 123 |
El festival tiene su punto álgido por la noche, cuando se lleva a cabo la mascarada, que se dispersa por todas las calles de la ciudad. Esta mascarada recibe el nombre de Magbo. Alguna máscara exhibida en importante museo, tiene adscrito el término Magbo, porque se sabe actúo en esta mascarada, pero realmente no hay máscaras especificas; en realidad los nombres son relativos a las mascaradas que no a las máscaras.
No hay máscaras casco yoruba que no se utilicen en cualquier festival pues todas tienen un amplio carácter social que representa a toda la comunidad y en ningún caso son por tanto excluyentes. Casi todas las que se bailan en Oro, lo hacen también en Egungun por ejemplo, aunque depende mucho también de cada región.
Foto 125 | Foto 126 |
El líder de la sociedad Oro
Para entender algo mejor su importancia permitidme unos datos sobre un dramático episodio que convulsionó la zona, que recopiló la Comisión de inmigración y del estatuto de refugiados de Canadá:
El líder de Oro y del consejo de jefes de Arewa dijo a Post Express-BBC el 1 de agosto de 1999:
“los Yorubas han estado celebrando los festivales de Oro durante más de 56 años. Hoy en día, los yorubas pueden ser cristianos o musulmanes, pero todavía hay diseminados por el campo santuarios para los antiguos dioses; y fiestas tradicionales, como la del culto de Oro aún se celebran y se toman muy en serio. Como en muchos cultos de este tipo en África occidental, a las mujeres y a los forasteros les está prohibido mirar sus figuras enmascaradas”.
Los comportamientos son estrictos y es complicada la relación, el Post Express el 2 de julio de 1999 escribía:
“…se informó que hubo un enfrentamiento entre Yorubas y Hausas, provocado por yorubas que mataron a una mujer hausa que estaba fuera de su casa por la noche durante el festival Oro; al menos 66 personas fueron asesinadas en Sagamu, una ciudad a unos 80 kilómetros al noreste de Lagos. los yorubas alegaron que una mujer hausa había ofendido la tradición local al salir el sábado por la noche durante el festival yoruba de Oro… Una versión de la historia dijo que los adherentes enojados de Oro habrían atacado a la mujer y los miembros de su comunidad hausa, lo que resultó en la muerte y destrucción de la propiedad”.
La BBC el 19 de julio de 1999 apostilló a esto:
“Que, según los informes, fue asesinada después de ver la procesión nocturna”.
El Post Express
El Post Express el 27 de julio seguía relatando:
“Los problemas comenzaron el 17 de julio… cuando algunos jóvenes yoruba presuntamente asesinaron a una mujer hausa que supuestamente violó la ‘orden de quedarse en casa’ durante el festival anual de Oro. En una ráfaga de ira de los yorubas, los ataques resultantes llevaron a la matanza de más hausas. IRIN informó que el conflicto estalló porque los yoruba dijeron que la comunidad hausa se había negado a obedecer la regla tradicional que exige que los no participantes en el festival se mantengan alejados de las calles” .
El 31 de julioThe Economist informó que:
“Más de 60 personas habían muerto y que el asesinato la semana pasada en Sagamu se inició por la decisión de los yorubas de llevar su tradicional desfile religioso nocturno, o mascarada, el Oro, a través del área hausa de la ciudad por primera vez en nueve años, y por la negativa de los hausas a aceptarlo a lo que insistían los yorubas en que debían permanecer fuera de las calles mientras pasaba, siguiendo su tradición”.
la BBC
El 17 de agosto de 1999 aparece un artículo en el sitio web socialista mundial diciendo:
“El conflicto parece haberse desatado después de varios días de un festival tradicional yoruba, el Oro. Tradicionalmente, los que no participan en el festival deben permanecer alejados de la calle. Los yoruba hablaron con un periodista de la BBC y dijeron que los hausas no habían respetado esta tradición. Los hausas dijeron que habían sido atacados indiscriminadamente”.
El Dr. Frederick Fasehun, líder del Congreso Popular Yoruba Oodua,OPC, declaró en Tempo Life el 10 de noviembre de 1999:
“En Sagamu, sabes que el festival tradicional de Oro se estaba llevando a cabo, cuando una mujer, una invitada entre los yoruba, violaba los principios del festival de Oro. Cuando se inicia el festival Oro, ninguna mujer de ninguna nacionalidad debería contemplar el Oro. Ya sea una mujer italiana, inglesa, estadounidense, sudafricana o yoruba, ninguna mujer debería contemplar a Oro con sus ojos desnudos. La pena por tal violación es la muerte, sin importar quién sea la mujer. Eso fue lo que sucedió en Sagamu”.
Tempo Life
Tempo Life en información adicional dedujo que:
“Fue el incumplimiento de las horas de adoración o la restricción del fetiche a los surcos sagrados lo que llevó al enfrentamiento entre una sección de la comunidad hausa y los seguidores de Oro en Sagamu el mes pasado. En una conversación con la revista en Abeokuta, estado de Ogun, Taiwo Oloyede, una curandera tradicional, dijo que la tragedia de Sagamu no se debió a personas consecuentes con Oro ya que el cuerpo de la mujer hausa presuntamente asesinada por personas de Oro no desapareció, se encontró. A ki i ri ajeku Oro, dijo, lo que significa que si se tratara de personas reales de Oro, su cuerpo no habría sido encontrado. ‘Fue un mero caso de asesinato’, afirmó. En la alternativa, dijo, si la mujer hubiera visto Oro y este contuviera los poderes mágicos, habría muerto de muerte ‘natural’ sin que nadie la tocara”.
Este desgraciado incidente propició el que la cuestión se debatiera: El ingeniero Taye Ajibola es un musulmán devoto que vive en la República de Níger; cada vez que se celebra el Oro en Yewa, él regresa a casa para participar. Argumentó que:
“El Oro no es una práctica pagana sino una forma de reunir a los miembros de la comunidad y darle un sentido a su propósito”.
Sobre el asesinato de mujeres por causa del discurrir de Oro, el ingeniero que, cuando era niño, solía mantenerse alejado de los festivales Oro, dijo:
“¡Un juego debe jugarse de acuerdo con sus reglas!”.
Los más acérrimos musulmanes y cristianos lo ven como:
“Un sistema abominable del que los creyentes deben huir”. Pero incluso entre los creyentes, las opiniones están divididas.
Lagos
Shuaibu Yekeen, un clérigo musulmán en Lagos que envía a sus hijos a casa para iniciarse cuando van a dar el paso a su mayoría de edad, afirmó, que antes de enviar a su primer hijo, había buscado el consejo de Dios sobre la compatibilidad del Oro con el Islam y el dueño de la religión, es decir, Alá, le había dado el visto bueno.
Tempo Life el 10 de noviembre de 1999 en un extenso artículo exponía: “En realidad, para los nativos, el objetivo de Oro es simplemente evitar la revolución de las mujeres. Pero para el tradicionalista, es asegurar que el tejido social se mantenga intacto. El gobernador del estado impuso un toque de queda en Sagamu, el 22 de julio de 1999 según Post Express. Unos días después, los enfrentamientos se extendieron al estado de Kano, IRIN informó el 23 de julio de 1999 que hubo muertes ‘no confirmadas, pero Post Express el 28 de julio informó que ‘no menos de 30 personas fueron muertas’ en Kano, y que el “número de muertos había aumentado a 40 al día siguiente. El 31 de julio de 1999, The Economist informó que el presidente Obasanjo había enviado una delegación a Sagamu y que “había estado alarmado por la magnitud de los daños y la pérdida de vidas”.
Foto 127 | Foto 128 |
el festival de la sociedad Oro
Tempo proporciona más detalles sobre el festival Oro: “Oro no es una religión sino un sistema para garantizar la paz y la armonía en la tierra. … Pero en Egba y Egbado, siempre que los miembros de la secta de Oro van a actuar se impone un toque de queda en toda la tierra. Las mujeres deben permanecer en el interior, acostarse y cubrir sus cabezas y las de sus hijos, especialmente las niñas. El toque de queda de Oro es, para las mujeres, una especie de sentencia de muerte de la que el único indulto es el más íntimo de sus diversos dormitorios.
Una vez logrado esto, los jóvenes miembros del culto a Oro comenzaron a cantar y bailar por toda la aldea. Para los mayores, es la hora de salir y discutir problemas serios que afectan tanto a los individuos como a la comunidad en general, especialmente aquellos temas que no pueden o no les gustaría discutir en presencia de mujeres y niños. Oro, también se llama baba, padre, y Oluwa, señor. El pueblo Anango del estado de Ogun y Benin lo llaman por esos tres nombres, pero tienen otros nombres como Ita, Ajala y Alugbe, el último significa ‘un señor confiable’.
Control comunitario en Egba e Ijebu
En Egba e Ijebu, el Oro es un instrumento de control comunitario utilizado por los ancianos. Su uso está bajo el control del Osugbo, el consejo ejecutivo tradicional. En Anango, también hay un consejo ejecutivo, pero esto simplemente se llama awon agbagba: comprende el ajano o ajanan y otros sacerdotes del culto como el abore, atobo, eleri ogun u olori ogun.
Pero allí, el sistema es más amorfo que en Egba o Ijebu. Aparte del ajano y los ancianos de la comunidad se aceptan otros miembros, si creen en el sistema. Las fuentes le dijeron a la revista que esto posiblemente se deba a la fuerte influencia de las religiones extranjeras, aunque en sus estudios de la sociedad yoruba, el Dr. Félix Iroko, profesor de historia en la Universidad de la República de Benin, Abomey – Calavy, postuló que:
“En el estado de Sakete y sus alrededores, el festival de Oro se celebra una vez al año; dura dos semanas, generalmente entre julio y agosto, pero fuera del período festivo los miembros del culto pueden presentarse en ocasiones especiales. En tales ocasiones se ofrecen sacrificios a espíritus ancestrales en el Oju oori, el cementerio de los fundadores de la comunidad, cuando hay un problema de seguridad en la tierra y los ancianos quieren controlar el movimiento de las personas. terremotos.”
Culto a Oro
Cuando el Oro está fuera, hay toque de queda sobre la tierra. Eso es lo que exige la tradición. Solo los hombres adultos pueden salir; los niños no pueden. Las mujeres no deben. De hecho, una de las principales características del culto es la exclusión de las mujeres de cualquier conocimiento de lo que sea el Oro. Cuando la deidad está fuera, se dice que Oro se´de u oro gb´ode, literalmente ‘Oro se ha apoderado de la tierra’ o que ha impuesto un toque de queda sobre la tierra.
En los viejos tiempos y, de hecho, aún ahora en las zonas rurales, el festival anual dura dos semanas y cuatro días y las noches de antes y después de cada uno de esos días. La sesión diaria de inicio se conoce como Awodun Oro. La segunda sesión se lleva a cabo 48 horas después de la primera y se llama Eta, el tercer día.
La tercera sesión tiene lugar siete días después de la primera y, por lo tanto, se conoce como Eje. El último es el Etadogun. Aunque esto literalmente significa el día 17, en realidad tiene lugar el día 16. El hecho de que cada una de las cuatro etapas comience una tarde y dure toda la noche, todo el día siguiente y la noche siguiente podría justificar la denominación.
Tradicionalmente, después del Etadogun, las festividades se completan con una fiesta de disfraces que dura toda la noche a la que asisten tanto hombres como mujeres. Esto se conoce como el Efe ikagba Oro. Se lleva a cabo dentro de los tres meses posteriores a las cuatro sesiones de Oro.
Cronología del festival Oro
Durante las dos semanas que dura el festival Oro, las mujeres no deben salir. Se les aconseja que cubran todas sus necesidades en casa porque Oro podría estar ‘acechando’ y observando si se ‘comportan mal’. En los cuatro días especificados, el toque de queda se levanta solo brevemente dos veces al día, primero de 8 a 10 a.m. y luego de 4 a 6 p.m. Es un período en el que las mujeres compran varios tipos de orinales o bacinillas que van y se vacían en el monte cuando el toque de queda acaba.
Cuando se levanta temporalmente el toque de queda, un hombre recorre la aldea gritando:
“Oro ha ordenado a todos que salgan y se relajen, pero nadie debe irse demasiado lejos de casa”. Y, cuando termina el breve descanso, el mismo hombre grita Baba ni ki alara paramo, lo que significa que, por decreto del señor, ¡el toque de queda está activado!
A pesar de esas órdenes restrictivas, las mujeres son las que más disfrutan del festival. Esto es porque, mientras están adentro, descansan y disfrutan las canciones de los adaba Oro. Estos son los jóvenes, miembros del culto, que se dedican a tocar la batería y cantar. Las canciones tienen mensajes morales de mucho calado, pero a su vez, entretenidos. Por ejemplo, los hombres podrían usar las canciones para insultar a aquellas mujeres que no cuidan adecuadamente el medio ambiente. Las canciones también pueden ayudar a que las mujeres renuncien a los peligrosos viajes nocturnos.
El día a día en la sociedad Oro
Salido el sol, después de cada sesión, toca a las mujeres manifestarse, durante el día, al aire libre pero sin ver el Oro. No hay nada tan bueno como ver a las mujeres en sus elementos naturales, bailar, saltar, cada una con una vara en la mano para azotarse. Como en el caso de los hombres, el propósito del golpeo mutuo es hacer que las personas sean resistentes al dolor corporal y acostumbrarlas a soportar los malos comportamientos de sus vecinos sin tomarlo como algo personal o molestarse.
Cantan canciones como: ‘quién no es sincero está asomando por la puerta para ver al dios’.
Cabe señalar que estas canciones son una versión femenina de la que cantan los hombres, acusando a las mujeres de excesiva curiosidad y falta de sinceridad. Pero estas canciones difieren de una localidad a otra y algunas se improvisan como respuestas a situaciones particulares.
Antes de ir al pueblo donde bailan de casa en casa, como hicieron sus homólogos hombres un día antes, las mujeres se reúnen primero frente al Igbo Oro, el Bosque Sagrado.
el Ojubo Oro u Oju igb’Oro
Ese lugar se conoce como el Ojubo Oro u Oju igb’Oro, santuario de Oro. Allí, reciben mensajes de buena voluntad, así como advertencias de la Majowu, la diosa de Oro. El mensaje de la diosa es una especie de directriz sobre qué espera la comunidad en lo que concierne a las mujeres. Cuando la diosa está hablando, ninguna mujer se atreve a hablar. El miedo se apodera de todas. Las mujeres se arrodillan y rezan. El baile y el canto comienzan solo después de que la Majowu termina su mensaje y las libera diciendo ¡ma ma lo ki e si maa se jeje-eee o! ¡Oro a gbe yin-in-in-in o! ¡Ve, compórtate bien y sé buena!.
Esta etapa es en la que se aparenta un cierto estado de veneración en el sentido real del mismo. Por supuesto, sucede en todas las religiones; siempre existe el riesgo de adulteración ya que los fieles o adherentes a veces adoptan prácticas ajenas no recomendadas, hasta que se hace.
Por ejemplo, el Oro ha degenerado a veces, en muchas comunidades, pasando a venerar a otras deidades como Ogun, el dios de los metales, y Oju oori, la tumba de los antepasados, también llamada Oju Egungun en algunas áreas. Además, el ajano, jefe de los sacerdotes, lo acepta y propicia, blandiendo su emblemático bastón, un bastón tallado al que se le ha dado una mirada aterradora y fetichista, gracias al incesante vertido de la libación de aceite de palma.
la sociedad tradicional yoruba
Etimológicamente, majowu, en idioma yoruba, significa “no seas celoso”. Y eso explica el mito. En la sociedad tradicional yoruba, un hombre debe tener tantas esposas como desee y ninguna de las esposas debe estar celosa de la otra o evitar que el esposo adquiera más y más esposas. Majowu, como la diosa de la paz y la disciplina entre las mujeres, frunce el ceño ante las mujeres que se “portan mal”, por celos. Mientras recorre el pueblo de casa en casa por la noche, majowu habla con todos, especialmente con las mujeres. Ella bendice a quienes, de acuerdo con las normas y valores de la comunidad, “se portaron bien”. Al mismo tiempo, amonesta a quienes se “portaron mal” en el año anterior. Los que cometieron delitos graves pueden ser multados.
Debido a que la voz de majowu es como la de la armónica, no todas las mujeres pueden comprender lo que dice. En consecuencia, la diosa tiene un ser humano, un hombre, por supuesto, como intérprete. Esa persona asume la responsabilidad de interpretar el mensaje de la diosa en un lenguaje sencillo, sin sonido de armónica. Ahí es donde está el mito.
La leyenda de la sociedad Oro
La razón de ser de Oro, según la leyenda, es evitar el mal en la comunidad y, al mismo tiempo, entretener. Los seguidores actúan como vigilantes cada vez que están fuera. De este modo, se evitan actos como el robo, al menos, en el entorno tradicional. También. Se consulta el oráculo de Ifá y se hacen los sacrificios necesarios. Tales personas creen que pueden ayudar a garantizar la paz.
La ironía es que en la mayoría de las ciudades yoruba, solo se escucha hablar sobre Oro, el esposo, ignoran por completo a Majowu, su esposa. El mito sobre Oro es que es un dios que vive en un plano muy alto, inalcanzable para los humanos. Se dice especialmente en Anango y Egbado, que Oro es un dios, masculino. Entre él y los humanos está Majowu pero el mensaje que lleva es el del marido, Oro.
Ella habla el idioma de los dioses y el de los humanos. Ella es probablemente el equivalente yoruba de Janus, el fetiche romano de dos caras, de los comienzos y las puertas. Solo que aquí, las imágenes no entran en absoluto. Pero la verdad sobre Majowu es esta:
‘Es un hombre, un ser humano masculino que anda con un órgano bucal compuesto por una pipa de bambú bloqueada en ambos extremos por una membrana de celofán y que tiene, en el medio, una abertura para la boca. Mientras el hombre habla hacia el pequeño órgano, el viento de su boca sale a través de las aberturas laterales bloqueadas, haciendo que la membrana de celofán vibre y, por lo tanto, produzca un sonido extraño como el del órgano bucal o la armónica. Es por eso que el uso de la armónica no es muy tolerado en Anago’.
las comunidades Yoruba tradicionales
En las comunidades Yoruba tradicionales, ningún hombre es tal hasta que se inicia en el culto. En efecto, la iniciación marca el paso de la infancia a la edad adulta. Tiene lugar aproximadamente a la edad de la pubertad, dependiendo de la evaluación de sus habilidades por parte de sus padres y otros hombres de la comunidad. Antes de la iniciación, uno generalmente se considera un ogberi,o egberi, es decir, la persona no iniciada, un hombre inferior con el estatus de mujer. La iniciación abre los secretos del mundo al nuevo participante.
El marido de Majowu, Oro ‘grita’ tan fuerte que se puede escuchar su voz hasta 10 kilómetros de distancia, es un mito y una realidad. Un mito porque el sonido proviene de un pequeño trozo de madera o metal. Es un pequeño , objeto de forma oblonga, del tamaño de una pluma de cola de un gallo o gallina doméstica. Cuando el objeto se lanza rápidamente en el aire, hace que las moléculas de aire vibren. Y es la vibración la que causa el sonido extraño que es muy similar a los ladridos de un perro.
Para facilitar el lanzamiento y la vibración, la pieza de madera, o metal, está unida a una cuerda muy flexible. La cuerda en sí misma generalmente se sujeta a un poste flexible de aproximadamente dos metros de largo. A medida que el poste gira rápidamente, transmite el movimiento a la cuerda y luego al objeto oblongo que ladra al vibrar en el aire.
Oro, ma so’ko
A veces, cuando la cuerda se desgasta, se corta, y en la reacción, el objeto sale como un proyectil. Cuando eso sucede, hay otro mito que ayuda a cubrir esa insuficiencia: los miembros del culto se aclaman Oro, ma so’ko! … Oro, ma so’ko! ‘Oro, por favor, no arrojes proyectiles; ¡por favor, no arrojes proyectiles!.
La idea es dar a los no miembros la impresión de que el fetiche Oro está enojado y, por lo tanto, arroja piedras. En caso de que los laicos escuchen el ruido del objeto cuando aterriza, por ejemplo, en una azotea, es posible que no entiendan lo que sucedió. Pero a pesar de la súplica, para que Oro no arroje piedras, las sigue arrojando.
De ahí el adagio yoruba que dice así: ti a ba so wipe ki oro ma so’ko, oro a ni oz o ni so omiran sugbon eleyi to wa lowo oz yi, on yoo so o, ‘cuando le dices a Oro que no lance proyectiles, acepta con la condición de lanzar antes la que tiene en la mano’. El adagio es útil cuando se le aconseja a una persona o se le ruega que no haga algo después de que teóricamente ha dado un paso que, para él, es irreversible.
Medios de comunicación modernos
Antes del advenimiento de los medios modernos de comunicación, el dispositivo también servía como medio de comunicación en tiempos de emergencia. Cuando suena persistentemente en un período o tiempo incómodo, los nativos saben que algo inusual ha sucedido o está por suceder. Entonces, los ancianos comienzan a converger en la plaza del pueblo o en el lugar de donde emana el ruido. Y, cuando se van, lo hacen como “hombres de verdad”, con todas las armas, machetes y juju posibles. Todavía cumple ese propósito hoy en las zonas rurales. La institución Oro es en gran medida una forma de mantener la solidaridad grupal y el apego a las reglas y principios de la obligación social.
De todo lo anterior, se deduce claramente que los hombres no veneran a Oro. Lo utilizan realmente como un medio para un fin, reafirmando su autoridad sobre las mujeres que están abocadas a venerar el fetiche de Oro.
Ahí es donde entra la realidad. Originalmente, cuando los ancianos tallaban un Oro, toda la comunidad reunía sus juju o poderes mágicos que eran ‘a prueba de mujeres’. El poder se confiere a la pieza de madera tallada para que cualquier mujer que lo vea muera de muerte natural. En tales circunstancias, no es la pieza de madera o metal en sí la que se considera un tabú para las mujeres, sino los poderes mágicos que se le confieren.
los Oogun
Es como una película fotográfica; Lo real no es el material de celuloide que vemos, sino la sustancia química, como el haluro de plata, que se extiende sobre él y para el cual el celuloide simplemente sirve de soporte. Por lo tanto, la mujer creyente en Oro, lo que no puede ver no es en sí el trozo de madera o de metal, sino el conjunto de todos los Oogun, poderes mágicos, que la cohorte de ancianos maneja, a los que las mujeres son mortalmente alérgicas.
Pero esos poderes mágicos se están convirtiendo rápidamente en leyendas. En ausencia de estos, las personas recurren a la fuerza física para silenciar a las mujeres que ven Oro, y ese es el caso en muchos lugares hoy en día. Si una mujer lo ve o se cree que se ha encontrado en una posición para verlo, es silenciada para siempre porque se cree que los secretos son una carga demasiado pesada para las mujeres.
En un intento por evitar que divulgue el secreto, ella es silenciada. Y, si hay otros profanos allí, ya sean hombres o mujeres, todos son silenciados. La jerga es que O ba Oro lo, ella ha desaparecido con el Oro, o Ese Oro gbee mi, el oro se la tragó. Cuando tal es el caso, los restos de esa persona se entierran en el Igbo’ro, bosque sagrado. …
el Ojubo Oro
Incluso hoy, en las áreas yoruba más remotas donde las ideas de los hombres blancos no han mutilado la cultura indígena, los profanos que se aventuran en días prohibidos son ‘tragados’ por el Oro. Tal fue el caso hace unos tres años, 2001, en Oja Odan, Estado de Ogun, donde la policía descubrió tres cabezas humanas, cortadas hacía poco, en el Ojubo Oro o Igbo’ro.
Originalmente, para evitar que las mujeres curiosas se asomaran por las grietas de la puerta o la pared y murieran prematuramente, había un dicho: Bi o wo o firi ee ku firi, bi o wo o wara ee ku wara, ‘míralo furtivamente y morirás furtivamente, velo rápido y morirás rápido’.
Incluso hoy en día, donde las personas aún se aferran firmemente a la tradición, se cree que los ancianos tienen poderes para conferir alergias mortales al fetiche de Oro.
Pero en muchos casos en Lagos y en muchas otras grandes ciudades, el Oro ha dejado de ser sagrado, ya que los delincuentes a menudo lo explotan para crear pánico, robar o cometer otros delitos menores. Esto es diferente al pasado cuando Majowu solía andar con Ase o Epe en la mano. Esos eran poderes mágicos que ‘ella’ solía asegurarse de que cualquier cosa que dijera, ya fuera como oración o maldición, se hiciera realidad.
la bandera de Oro
En un intento por reducir los sufrimientos humanos mientras se mantiene ondeando la bandera de Oro, el tiempo para su desempeño se ha reducido enormemente en las ciudades y en las carreteras principales de las zonas rurales. Ahora, en tales áreas, se lleva a cabo en la oscuridad de la noche. Las actuaciones a plena luz del día generalmente se limitan a los surcos, caminos, sagrados. …
Oro es una pieza de madera sobre la que se otorgaron en el pasado poderes mágicos, y de los cuales proviene un sonido. Sí. Pero como TEMPO Life descubrió, los fundadores de la cultura yoruba no querían que las mujeres temieran y, tal vez, veneraran, ni el pedazo de madera ni los poderes mágicos que contenían.
Más bien, es el sonido que sale de él. Es cierto que la Biblia y el Corán condenan la idolatría en términos inequívocos. Pero no hay ídolo adorado en Oro. Lo que hay es percibir un ser superior a través del sonido y las vibraciones. Y, al no haber adoración, en el sentido real de la palabra, sino solo miedo, no se puede decir que el Oro sea realmente una religión, ya sea pagana o no, sino una mera cofradía. …
Pero el verdadero peligro para el Oro, como lo descubrió la revista, no es desde afuera sino desde adentro. El verdadero peligro son los propios integrantes del culto:
“cuando los muchachos del área secuestran durante el festival y cometen asesinatos bajo el nombre de Oro y toda la comunidad no se levanta y lo condena, se hace un gran daño a la imagen del culto”, dijo una fuente.
República de Benín
A fines de la década de 1960, surgió un peculiar caso escuchado en un tribunal de Sakete, República de Benín; fue el caso de dos grupos de adoradores de Oro que en desacuerdo de cómo realizar el festival, lo disputaron a punta de pistola. El juez, un profano no yoruba que tomó el caso, hizo a los adoradores del Oro una interesante pregunta que luego se convirtió en tema de canciones en todo Anango: mo se bi eyin ni e ngbe igbo oro; ki lo wa de ti e ko mo ede oro?, “¡no es una pena que ustedes, los adoradores de Oro, no entiendan el mensaje mismo de Oro, que es un mensaje de paz!”. Esa pregunta sigue siendo relevante, incluso ahora”.
Tal vez el documento de la ‘Comisión del refugiado y los derechos humanos de Canadá’, presentado por ACNUR, nos resulte farragoso o lo sea mi traducción, pero creo que sí se entiende.
Mascara Magbo
El festival Magbo ekine no solo honra a héroes a caballo o jagun jagun o la fertilidad, también a los espíritus del agua, que vemos incorporados en las máscaras como la pitón o Ejò nla el cocodrilo u Oni, el antílope Agira o el pájaro Oigdo. Veamos las mascaras de las fotos.
124 Máscara Magbo. Población yoruba del suroeste de Nigeria. Madera y pigmentos. Donada por Ewa e Yves Develon al Musée des Confluences, Lyon, Francia. Con el nº rg:. 2018.14.28.
El museo nos dice:
“Esta máscara se distingue por su sorprendente forma en U y la proyección de las caras hacia adelante, produciendo una impresión de movimiento. Fue utilizado durante los rituales de la sociedad Oro, responsable, entre otras cosas, de hacer cumplir las condenas penales”.
Región de Ekiti
- 125 Mascara casco yoruba. Región de Ekiti, Madera y pigmentos. Medidas: 76 x 53 x 50 cm. Como he apuntado antes en realidad puede utilizarse en la mascarada de cualquier festival, pertenece a mi colección personal y fue traída a España el año 1923 por el misionero Miguel Andreu Castro. Los primeros expertos que la vieron para su primera exposición en Sevilla en 1992 como el inglés Jack Goody y poco más tarde la alemana Verena Stolcke antropólogos ya creyeron que tenía un papel en el Magbo, por la pitón ejò nla, el jinete jagun jagun y los músicos. Estos mismos expertos la ubicaron en la región de Ekiti, aunque se había recogido en Ikorodu no lejos de Lagos.
- 126 Máscara casco yoruba. Suroeste de Nigeria
- 127 Foto de Anthony Pappone. El pie de foto reza: ‘Festival del Oro’. Enmascarado y colorido con todo aquello que guarda como un tesoro para no pasar desapercibido, sea para Gelede, Egungun u Oro, el bailarín posa tal vez antes de iniciarse la nueva oportunidad con que sueña, apareciendo en fotos de portadas de revistas y ¡oh! con un contrato que le permita mundos mejores, o no piensan en eso quienes aparecen en nuestros talent sow?
- 128 Foto de Henning Christoph. Esta impactante foto, como tantas otras del apasionado Henning Christoph muestra otra apabullante manera de llamar la atención, guardando antiguas esencias. Tal vez sea una de sus fotos sobre el vudú, aunque en el pie donde aparece en internet aparezca como ritual Oro, pero espero que el maestro, amable e interesado en ilustrar nos desvele la verdad.
Juanjo Andreu
Profesor de Bellas Artes y comisario cientifico de arte tribal africano
Deja una respuesta