Deidad Ifa
Ifa, dicen que es un dios, una religión y un sistema geomántico de adivinación. Seguro, no soy nadie para ponerlo en duda. Sí llego a considerar, que Ifa, se basa en un sofisticado sistema de 256 diagramas, que encierran cada uno multitud de hechos recopilados por cada ‘sacerdote adivino’, babalawo, durante el tiempo de la existencia de Ifa, similar a la mejor encuesta que se pueda realizar hoy en día; esa experiencia acumulada, que llaman Odu, permite un cierto grado de previsión que al igual que en una encuesta, bien realizada y nunca con tantos datos, la respuesta sobre las variantes de uno de esos 256 supuestos, se pudiera entender como previsible y por supuesto para quien la solicite sin saber su base, como adivinación.
Esto así definido, parece romper los esquemas de lo que se considera una creencia, y por tanto por encima de criterios lógicos, y estoy de acuerdo, porque el que te escuchen, la cercanía y palabra amables, están muy por encima de lo que entendemos como lógica. Si además se adorna de un ceremonial y liturgia atractiva, obviamente tendrá más auditorio que cualquier oscarizada película de aventuras o miedo. La necesidad mueve montañas y consolida criterios de fe.
Lo que me asombra, es que nuestros expertos sociólogos y psicólogos, que lo son, queden en mantillas ante el sorprendente hacer de estos babalawo, con enormes dosis de memoria, comprobado está por otros ilustres especialistas blancos, y por su interesante sistema de interlocución con sus clientes.
La adivinación
Veamos en qué consiste su método: La adivinación se practica con ayuda de hasta 16 ikines o nueces, no más, sí menos, que se echan sobre una bandeja de madera u opon ifa, rectangular, circular o semicircular, que muestra en primer plano un retrato de Eshu. Previamente la bandeja se recubre de iyerosun*15, polvo o harina blanca esparcida, y tras un ritual se hace la pregunta al cliente o adepto; a continuación se echan las ikines o semillas de la palma sagrada del mismo nombre, que dejan unas marcas sobre la harina que debe ‘leer’ el babalawo.
Este en ese proceso, debe recordar del Odu, lo estudiado referente a la pregunta hecha, entresacando mentalmente las respuestas, del diagrama pertinente en que haya encajado la pregunta. Las nueces se traen y guardan en recipientes rituales, llamados agere ifa, que son como grandes copas o cuencos, soportados sobre una cariátide, en una pieza única de madera tapa aparte.
Los ideogramas son llamados genéricamente Odù Ifá por los creyentes y ‘Banco de Datos Universal’ por los especialistas y antropólogos en distintas universidades europeas y americanas.
los babalawos
El ritual específico se retrotrae a las enseñanzas de Òrúnmìlà, el Irúnmòle o espíritu de la religión yoruba denominado Elérì Ìpin Ibìkejì Olódùmarè cuyo significado es ‘Testigo de la creación y el destino tras Olódùmarè’. Siguiendo el ritual, los babalawos o ‘padres de lo secreto’, invocan a Orunmila y Eshu para que les den clarividencia y poder visualizar el futuro de aquellos solicitantes necesitados de pautas, con las que poder afrontar acontecimientos imprevistos.
La indumentaria litúrgica de los babalawos se completa, llevando durante el ceremonial el odigba ifa o enseña de titular, colgando de una cadena. Ya realizados todos estos preámbulos, se le pide al cliente que susurre su problema a un caurí , concha o moneda de curso legal, que dejará caer sobre la bandeja de adivinación.
El babalawo entonces solicita la presencia de Ifa, al que saluda cuando nota su presencia, y le ruega dé respuesta a los problemas del cliente. Pide a Orunmila, que como conocedor del ayanmo o destino personal del hombre desde que presenció la creación junto a Ifa,lo desvele, y ofrece a Ile, la tierra, el ebó, la ofrenda con que agradece su acogida, y a Olodumare, el Dios Todopoderoso, por su existencia.
El iyerosun
Finalmente, convoca a los adivinos ancestrales y es entonces cuando arroja las ikines o nueces de la palma sagrada ocho veces. A cada vez, él apunta el resultado en el iyerosun*15 o polvo que se puso en la opon, bandeja, cuyo resultado final debe situarse en uno de entre los doscientos cincuenta y seis posibles signos odu.
* Nota 15: El iyerosun recibe ese nombre del árbol del mismo nombre, endémico en Nigeria y muy apreciado por las termitas que lo pulverizan, siendo este polvo el que es más propicio; cuando no se puede acceder a este producto se recurre al elubo o harina de batata o tubérculo similar.
Ifa en el arte Yoruba
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- 160 Agere Ifa realizado por Olowere 1895 a 1937, más conocido como Olowe de Ise. Este nació realmente en Efon Alaiye, pero muy joven se trasladó a Ise en Ekiti donde el Oba Arinjale, rey de Ise Ekiti, le apadrinó realizando los postes de entrada de su palacio. El añil que impregna algunas de las figuras es un homenaje a la matrona Iya Mapo, protectora de las ocupaciones de las mujeres, como las tejedoras, peluqueras o ceramistas. Objeto realizado en la última década del siglo XIX. Sus obras se exhibieron en el British Museum en 1924, tras lo que muchas de ellas pasaron a manos de los grandes museos o las más importantes colecciones privadas.
- 161 Agere Ifa de los yoruba del norte de Oyo, estado de Oyo en Nigeria. Siglo XIX al XX. Madera y cuentas de vidrio. Medidas: 22,9 x 16,5 cm. Donado por el Fondo Rogers en 1971, al Metropolitan Museum of Art, MET. Nº rg: 1971.91
- 162 Agere Ifa de los pueblos Yoruba de Nigeria. Siglo XIX al XX. Madera y una lasca de metal. Medidas: 16,2 x 15, 9 x 14 cm. Donado por el Dr., Jeffrey S. Hammer en 1980 al Metropolitan Museum of Art. MET. Nº rg: 1980.553.2.
el Reino Edo de Benín
Peculiarmente vemos que no aparecen figuras humanas, las clásicas mujeres o maternidades, y en su lugar vemos dos gallos, que sobre todo en el Reino Edo de Benín representan a la Reina, sobre ellos cuelgan los odigba ifa del adivino,y en el pico sujetan ambosun bastón que me parece un iroke Ifa, el bastón que a modo de batidor utilizan los babalawos para llamar a las deidades.
Según las distintas combinaciones de los 16 mejis o apuntes principales del babalawo este accede a los 256 Odu Ifa, discerniendo cual aplicar en cada caso, facilitando al cliente la enseñanza y consejo derivado de este para cómo actuar, o si se necesita de algún sacrificio, o ebó.
El por qué de las Ikin nueces o semillas del árbol sagrado del mismo nombre, deriva de que es la representación de Ifa, pues estas germinan en el suelo, brotando y produciendo flores cuyos frutos vuelven a caer al suelo en un Òpèlè o ciclo vital eterno, representación de la creación y la existencia así como del principio, continuidad y conclusión de la materia.
Juanjo Andreu
Profesor de Bellas Artes y comisario cientifico de arte tribal africano
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