Mukanda de los Pende
Los chicos se emparejaban para aprender los toques de los palos de mingongo conocidos como ‘esqueletos de los muertos’, mientras uno los entrechocaba, el otro usaba un espantamoscas utilizándolo para alejar a las moscas del dolorido pene. Cada iniciado en el campamento, sostenía ambos objetos que usaba intercambiándolos con su compañero, uno de los objetivos era hacerse oír en la aldea. Notificando así a los asistentes, por ejemplo, que avivaran el fuego cuando llegara la noche por que haría frio, ya que ellos no tenían permitido tocar el fuego hasta su primer baño después del proceso de curación.
Además de enseñar a los niños acerca de la vida adulta, también se les instruía cómo tallar madera, hacer máscaras, tejer y cestería. También se les iniciaba en los dibujos iconográficos que se ven en las máscaras y fachadas de las casas, que aprendían realizandolos sobre la arena, son códigos que expresan ideas abstractas, teológicas, espirituales y hasta filosóficas. Tras el paso del mukanda de los Pende, estos niños se comprometían a aceptar las normas y reglas sociales que enseñaron los Antepasados, a cumplirlas y hacerlas cumplir.
Migongo
Así asumen las funciones preestablecidas para el bienestar social y la supervivencia de su pueblo, y estar preparados tras esto a asumir el liderazgo en su comunidad.
Ciertas cosas pueden ser intimidantes y solo los fuertes de corazón están preparados para ser debidamente consultados y en la forma adecuada.
Asumen la imagen de diferentes animales y figuras humanas, porque como explica Kamboyi, en su trabajo ‘Mukanda’: ‘‘Un pueblo no puede estar completo si faltan insectos, en la sociedad convivimos y necesitamos a todo tipo de seres vivos y cosas’’.
Pues todas las formas de vida deben ser respetadas, dado que cada una en su manifestación, muestra rasgos de comportamiento que sirven de enseñanza para aplicarla en beneficio de la comunidad.
Es la filosofía del ‘círculo de la vida’.
En este círculo encontramos por ejemplo a la mariposa, su forma y apariencia la delimitan claramente para que efectúe su papel de mariposa, pues está en juego su parte proporcional de integración en dicho círculo.
Personajes relevantes en el mukanda de los Pende
Hay una serie de personajes imprescindibles para el buen funcionamiento del mukanda y que con máscara u otro distintivo están presentes, como:
- Muthatho o Utenu, el vigilante, personaje dotado de una técnica poco envidiable de crueldad, pues castiga como si de un funcionario de prisiones se tratara, encargándose de mantener la disciplina en el pueblo y por tanto también aquí.
- Ndondo, el guardian que persigue a quien notoria y maliciosamente se mete o agrede a las mujeres.
- Kindombolo es un mbuyacomo los otros, y en este casoun enfermo que puede contagiarnos y del que hemos de protegernos pues padece viruela que a veces es mortal aunque él se crea invulnerable e ignore los peligros y el juicio social. Mantiene el orden durante el baile y entretiene con sorpresas extravagantes.
- Gabuku, la coqueta dulce y agraciada adolescente con la que las muchachas se sienten identificadas y a la que se refieren como su likishi iya, su representante.
- Katundu que hace de líder del grupo, actuando como maestro y espíritu protector del tundanji, el niño o niña que se inicia en el mukanda. El persigue y es agresivo con las mujeres escandalosas o malintencionadas, pero curiosamente, las ayuda cuando tienen problemas derivados de la ingestión de alcaloides. Minganji Gitenga, con su tocado semicircular, enseña y se asocia con la fertilidad y el éxito en la caza.
Lindeho
La lista continua con otros comparsas y al final está Lindeho, un personaje que aparece en determinados pueblos, no en todos, y que se muestra proyectando fuego, ascuas y humeantes volutas de su cabeza, con lo que entretiene pero asusta a los niños, con posibles castigos como dolorosas quemaduras, si no se portan adecuadamente.
Giphogo, como jefe de todos los mbuya y minganji y jefe de la mukanda cierra el cortejo; él es el hombre mayor, el sabio a través del cual se generó la sabiduría y con ella las reglas sociomorales.
Todos los enmascarados de mukanda educan a los iniciados en aspectos del comportamiento humano, benéficos o indeseables, como una forma de preparar a los jóvenes para sus roles como adultos. Las máscaras más importantes representan fuerzas de espiritus ancestrales que propiciaron la iniciación y protegieron a los jóvenes durante la circuncisión, el aislamiento y su capacitación.
los graduados
En la celebración final, los disfrazados, acompañan a los iniciados en sus bailes de presentación ante sus familiares y amigos. Algunas de estas máscaras y objetos, antes de su destrucción o venta, se dejan a los niños recién iniciados para que las usen durante uno o dos años, para que las utilicen en las presentaciones que realizan ante allegados de otros pueblos.
Durante este tiempo, los graduados demuestran a estas comunidades vecinas lo aprendido durante el mukanda de los Pende, por lo que reciben regalos, comida y dinero a cambio.
En la foto a vemos una foto de Eliot Elisofon realizada en Gungu en 1951 a la que atribuye el termino de Pende Minganji ‘guardian del campamento mukanda de los Pende’. Siendo una de las máscaras que al finalizar el ritual pasaban a ser quemadas junto a todo el campamento pero que como vemos en la b, algunas acababan en manos de museos, colecciones, o subastadas.
La base simbologica de la máscara, parte de un concepto fundamental, la dualidad, el bien y el mal, la vida y la muerte, lo femenino y lo masculino. Hace referencia a clases opuestas que pueden llegar a ser mediatizadas a través de la intervención ritual, a saber, ante lo contradictorio entre la aldea y el bosque, lo natural y lo sobrenatural, la mujer y el hombre, el iniciado y el que no, se puede interactuar para que se pueda transitar por ambos mundos paralelos que se hacen convergentes.
la túkhula
La visualización de los colores blanco, negro y rojo en las máscaras, cuya aplicación necesita de ritual, se relaciona con el uso análogo del caolín, la túkhula y el carbón vegetal, en otros rituales en los que se preveen las circunstancias que la vida presenta y para esa prevención se muestran dramatizados, como se hace en cualquier parte del mundo con el teatro, las marionetas o las sombras chinescas, para que de alguna manera estemos advertidos y protegidos.
Pues aún pensando en ayudas de fuerzas sobrenaturales, nadie como el africano para autoprotegerse. Es por eso que aún protegiendo el entorno con todo tipo de postes o estructuras que delimitan el lugar a proteger, los hechizos y encantamientos a los que recurren los nganga, los amuletos que se entregan al mayor de los jóvenes iniciados, el mbaala, para que proteja al grupo contra los ndoki, brujas y sus encantamientos, es imprescindible aprender para estar preparado, y eso es la mukanda.
Punto de vista
Todo lo que he leído para documentar este trabajo, está presentado con mucho misterio y morbo visto desde aquí y desde mi punto de vista personal, pero realmente creo que es puro sentido común, aunque con ello se desvele morbo, misterio y negocio de muchos.
Para inculcar ese ‘sentido común’ a los jóvenes, casi todo pasa por presentar, sabiendo el instructor que son niños, lo más duro que la vida presenta, así se insulta a sus seres más queridos de la forma más grosera que ellos, aquí resultaría suave el insulto, puedan escuchar, se les echa la comida al suelo de manera que, aunque están en la zona más limpia, siempre se impregna alguna brizna de hierba o grano de tierra pero no hay otra cosa que comer.
La colleja está a la orden del día si el paso de baile, o encender el fuego lleva más tiempo del debido. Y como colofón, al terminar la instrucción, reciben un nombre nuevo que pasa por decir a todo el mundo qué grado de nivel se adquirió, por encima de los apelativos familiares, con lo que hay que enfrentarse a la primera dificultad que presenta la vida, pues resulta que aquí no hay cuadro de honor, también el honor hay que empezar a ganárselo y de momento, con suerte, serás el decimonoveno de tu clase.
en el África subsahariana
Y se demuestra lo qué digo porque en el África subsahariana, esta manera de enseñar a los niños era recurrente, ahora digo era porque me he dejado hasta aquí llevar por el es, y ‘era’ recurrente porque las historias cambian de nombres pero no de sucesos actitudes y objetivos, y como aquí, sus estructuras religiosas y políticas parecen calcadas, al igual que aquí se copian leyes y hasta constituciones.
Y si allí, las fronteras solo existían si no se podían atravesar, se les ingeniaban para acceder a nuevos conocimientos y por qué no, riquezas, subiendo ríos en vez de montañas, permitiendo el cruce de gentes y ampliación de horizontes.
Sistemas de conocimiento
Estos sistemas de conocimiento precisamente trataban de facilitar no solo la buena relación con los vecinos, sino tener modos y soltura como para acceder a una buena conexión con los desconocidos. Algo que siempre ha aunado y permitido crecer al ser humano en todas las épocas y espacios, aunque ególatras, envidiosos o codiciosos hayan interferido en este humano deseo de prosperar.
Mucha es la información que se podría añadir pero lo más básico está contado, y si alguien precisa de más y lo sé, no tiene más que decirlo, pero entiendo que esto va de entretener y conocer algo más y no de hacer un master sobre el mukanda de los Pende.
Juanjo Andreu
Profesor de Bellas Artes y comisario cientifico de arte tribal africano
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