el kituntwa
Reunir lo necesario para una boda requería de tiempo y esfuerzo, estaba en juego el honor de la familia. Por eso, otra norma ‘no escrita’ obligaba al padre del novio a ayudarle y especificamte a contribuir a la dote con el kituntwa, el ‘tesoro’ equivalente a la novia. Pero esto, de hecho, parece que pocas veces se llevaba a cabo, pasando más a formar parte del cuento, que de la realidad.
Realmente aún a finales del siglo XIX, los jóvenes e veían obligados a trabajar para su familia hasta una edad avanzada y en el mejor de los casos empezaban a percibir algo de lo que generaban pasados los 25 años. Por eso, los matrimonios llegaban en un momento donde posiblemente el padre hubiera fallecido o se viera imposibilitado físicamente de ayudar. Era pues más imposibilidad que falta de ganas por ayudar a un hijo. A esta discapacidad hicieron frente las madres que a los hijos agricultores ayudaban, por ejemplo, a secar y preparar la yuca; a los pescadores a ahumar pescado; o haciendo y vendiendo cerveza con la que conseguir cuentas. Además de ser fundamentales en la preparación de la fiesta.
El coste de la dote en una boda de los Luba
El monto de la dote, como vemos, se arreglaba con las perlas pero Zeebroek nos da otra pista:
“De trece matrimonios de los que compulsé, cuatro tuvieron que pagar con un rifle, importado por comerciantes Tsokwe, que los cambiaron por esclavos. Las cuentas y los rifles se complementaron con taparrabos de algodón o mantas ‘rojas’ de origen europeo. Estas propiedades eran de gran valor: nuestro informante Banza Mukenge cambio un rifle por dos de esta mantas’rojas’. Estas telas ‘modernas’ según me dijo una vieja Luba, probablemente sustituyeron a los tejidos de rafia y estaban destinados a la madre de la novia”.
Como pasa en la actualidad y casi en cualquier parte del mundo, hace años en ese rincón africano también se llevaba un largo tiempo el ahorrar dinero para hacer frente a una boda, los gastos del convite y demás invitaciones. Al menos un año, solo para lo requerido para los suegros. En esto también llevaban delantera los Balaba, los luba del río, pues un pescador reunía la ‘dote’ en unos meses.
S.XIX y principios del S.XX
Como pasa en la actualidad y casi en cualquier parte del mundo, hace años en ese rincón africano también se llevaba un largo tiempo el ahorrar dinero para hacer frente a una boda, los gastos del convite y demás invitaciones. Al menos un año, solo para lo requerido para los suegros. En esto también llevaban delantera los Balaba, los luba del río, pues un pescador reunía la ‘dote’ en unos meses.
Estos relatos de finales del XIX, principios del XX, concuerdan perfectamente con los relatos que a partir del siglo XVI manifiestan portugueses, italianos o daneses en el entorno no tan alejado de los reinos Kongo, Ndongo, Kasanje, Kuba o Lunda.
Esos mismos europeos, tal vez en este caso ingleses o belgas, y de nuevo en el entorno de cambio de siglos del XIX al XX, que contrataban mano de obra para sus comercios o haciendas, proporcionan esos ingresos introduciendo nuevos modos.
“Bokani Kitwa, de Twadi Ilunga, cuyos padres habían muerto, tras trabajar dos años con un europeo, intercambió ropa y tejidos de rafia por perlas; Makumbi Numbi, también de Twadi Ilunga, hizo lo mismo, habiendo cobrado en francos congo, los cambió por perlas a razón de 5 francos congo por 10 collares malungo y 100 francos congo por un collar mpunduji”.
Sawaki
De alguna manera a principios del siglo XX, trabajar para un blanco aunque simplemente fuera como sirviente, sawaki, o ‘porteador de sus maletas’, consiguió complementar un sitema que involucraba a jóvenes y viejos y mantenía una economía de intercambio y socialización en la que todos trabajaban y mejoraban su economía, aunque como hemos visto, quienes más rédito sacaron fueron los pescadores, y tras estos, los comerciantes intermediarios que proporcinaban las perlas, o las telas ‘rojas’, rifles o cualquier otra cosa que se necesitara. Este también era un mercado globalizado, sin que importara el tamaño.
Juanjo Andreu
Profesor de Bellas Artes y comisario cientifico de arte tribal africano
Deja una respuesta