Culto a Shango
Todas las culturas antiguas guardan en sus tradiciones a seres humanos que por sus alardes físicos inteligencia o belleza, pasan de mortales a héroes y de ahí a ser idealizados y deificados. Esto es lo que hemos visto sucedió con Arabambi tras ayudar heroicamente y suceder a su hermano Ajaka *11, al que por sus hazañas trasmutaron en Shango.
Su símbolo es una doble hacha colocada sobre la cabeza de las esculturas dedicadas a su culto. Durante sus ceremonias anuales, los presentes cantan y bailan alrededor del que lleva el cetro de danza u Osé Shango. En este culto se venera a su vez un cierto número de grandes esculturas genuflexas como signo de devoción, que suelen llevar a veces un recipiente, otras se presentan de pie pero con un instrumento musical, y por descontado las del emblema u Oshè Shango.
* Nota 11: Al principio vimos, cómo Oranmiyan, Alaafin de Oyo, tuvo dos hijos, Ajuwon Ajaka y Arabambi; a su muerte, Ajaka, el mayor, accedió al poder, pero al poco fue destituido por su ineptitud, le entregaron entonces el reino a Arabambi, haciéndose cargo de él. Fue un héroe que defendió Oyo contra todos aquellos que intentaron conquistarlo. A su muerte, Ajaka enardecido y con la lección de su hermano aprendida volvió a tomar el poder. Arabambi fue recordado, cantado, idealizado y finalmente deificado, otorgándole el nombre de Shango.
La mitología yoruba
La enorme difusión de esta religión ha propiciado que Shango esté entre los cinco dioses más venerados a nivel mundial. La mitología yoruba, otorga a Shango un sobrenombre, el de Jakuta, pasa por ser el Orisha más popular. Las fuerzas naturales asociadas con Shango son el fuego, el trueno y los rayos.
Su símbolo ritual más destacado es el oshè que simula un hacha con doble filo, pues él defiende la integridad de la justicia, que no debe decantarse.
Los altares Shango, conocidos con el nombre de Ojubo Shango, están siempre encuadrados entre dos cariátides antropomorfas.
Shango, dependiendo la zona puede ser llamado y escrito como Chango, es la principal deidad yoruba del suroeste de Nigeria. La expansión de la religión yoruba hace que también la practiquen los Edo Bini, vecinos al sureste de Nigeria, al que llaman Esango, los Fon de Benín al que se refieren como Ebioso o Sogbo. Y en el continente americano cuando está sincretizado con el catolicismo puede encontrase como santa Bárbara, patrona de las tormentas, y san Jerónimo, el políglota.
Como suele suceder con estos mitos, con más fábula que realidad, donde un humano puede escupir fuego o subir y bajar de cielos ultranaturales, se abusa de la credulidad o necesidad del pueblo, que necesita de ilusiones para seguir adelante día a día. Y como esos diversos y múltiples mitos están a mano fácilmente, permitidme que no entre en ellos y me remita a lo que sí parece contrastado y he comentado. Sí reconocer la amplia difusión de su culto y que como todo culto necesita de rituales, sacerdotes y liturgia.
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Nigeria
Al margen de lo que se acepta como histórico, que es su árbol genealógico, donde se le ubica como tercer rey de Oyo, como ya vimos, se dice que tras siete años de reinado, su palacio, recordemos la foto nº 7, de ramajes y adobe con gruesa cubierta de paja, fue destruido por un rayo, lo cual no es descabellado. El suceso parece que inició su decadencia, lo sorprendente es que como a continuación veremos, se le atribuya el poder sobre este fenómeno atmosférico.
Parece que tuvo cuatro esposas que dan nombre a los ríos más importantes de la región, de las que se idealizan tres, Oba, Oshun y Oya, dando a esta última el nombre de Ọya Iyansan , ‘madre de nueve’, pues se le adscribe el río Niger u Odo Oya, al que confluyen nueve importantes afluentes. También se le atribuye la facultad de dominar el viento, pudiendo ocasionar vendavales, siendo así la de mayor cercanía a Shango, y a la que se reverencia en algunas obras, casi todas guardadas en el santuario de este.
Shango en Territorio Yoruba
En Nigeria en el Territorio Yoruba, a Shango se le dedica el quinto día de la semana, u Ojo Jakuta, que saluda el día al son del tambor sagrado Bata, al igual que en Europa resonaban las campanas el día de fiesta. La liturgia ordena que sus sacerdotes vistan de rojo como dice la tradición gustaba él vestir.
Ese día debe consumirse àmàlà un puré de ñame o plátano verde, guguru, a base de una nuez amarga y gbegiri la sopa que sale de la agüilla de los dos anteriores productos hervida con alguna leguminosa y que se toma en primer lugar. Y como hemos visto antes en otros, estos nunca comerían caupí, una variedad de frijol, pues además de lo mal que puede sentarles, ‘caería sobre ellos la ira del dios del hierro’.
Recrear estos conceptos hace replantearme determinados supuestos, como la fe:
La fe, es creer por un convencimiento que escapa a la razón. ¿Miguel Ángel hizo La Piedad por su fe en la Virgen o tal vez le motivó el ver de repente el dolor de una mujer ante el cadáver de su hijo? ¿Que incita hacer el Camino de Santiago, la fe en los beneficios que el santo va a otorgar, o buscar un por qué existencial y encontrarse? Y si podemos plantearnos mil supuestos, ¿por qué otros no en lo que les motive?
Oshé Shàngó
137145 Oshé Shàngó. Emblema de Shango. Pueblos yoruba, Nigeria. Mediados del siglo XX. Madera, cuentas de vidrio, pigmento. Museo Nacional de Arte Africano. Donación del Dr. y señora. Albert E. Henn. Nº rg: 71-31-2. Cuando llega la inspiración a la imaginación le pone límites la maestría.
El museo nos dice:
“En las ceremonias en honor a Shango o Sàngó, el dios yoruba del trueno y el rayo, los devotos bailan con bastones de madera que simbolizan hachas de doble filo. Se decía que la deidad, de temperamento ardiente, arrojaba a la tierra cuchillas de piedra neolíticas, como rayos durante las tormentas. Y el hacha de Shango puede verse como una afilada proyección del pelo o como los elementos facetados de un bastón con múltiples cabezas. El emblema de danza dedicado a Shango ocasionalmente incluye representaciones de la serpiente arcoíris, una poderosa fuerza espiritual y un símbolo de fertilidad, perpetuidad y prosperidad”.
Varita de danza Shango
- 138 Oshé Shàngó. Varita de danza Shango. Pueblo Yorùbá. Siglo XIX o XX. Madera. 37,5 cm. Brooklyn Museum. Donación del Dr. y señora Renato Almansi. Nº rf: 70.86. Foto del Museo
- 139 Oshe Shango. Región de Oyo. Principios del siglo XX. Madera y pigmento. Medidas: 39 x 14 x 6.5 cm. Donación de Walt Disney World Co., una subsidiaria de The Walt Disney Company al Smithsoniam National Museum of African Art. Nº rg: 2005-6-67. Que nos dice:
“Este bastón es un emblema de Shango, el dios del trueno yoruba. Combina aspectos aparentemente contradictorios de Shango: la idea de que es Shango quien lanza rayos para castigar a los malhechores con la creencia de que es generoso, otorgando niños y protegiendo gemelos. Una devota debe arrodillarse en adoración mientras balancea sobre su cabeza el motivo de la doble hacha que simboliza los rayos del dios. En los filos han sido talladas cabezas gemelas”.
Shango, según el mito dios de las tormentas, cuando era humano y gobernaba como cuarto rey del antiguo reino de Oyo, ya tenía el poder de enviar rayos entre truenos y relámpagos y por descuido envió un rayo que sin pretenderlo mató a toda su familia. A esto se sumaron las desavenencias con Gbonka, otro héroe, en ese momento con más poder, con el que se enfrentó y que le derrotó y desterró de Oyo. Tan afligido como avergonzado, Shango se ahorcó en el bosque, pero en vez de morir se le compensó por la desdicha del mal causado a su familia, otorgándosele un lugar en el firmamento convirtiendose en un Orisha.
401 a 601 Orisha
Los Yoruba suelen decir que cuentan con entre 401 a 601 Orisha y se dice que es Shango, al ser el más reciente el que añade esa unidad a lo redondo de la cifra.
Desde su privilegiada posición en el firmamento, vigila a la humanidad y le sigue enviando tormentas. A Shango se lo representa con cabeza y cuernos de carnero. Se dice que el sonido del trueno lo hace su voz de carnero al bramar.
Se le tiene como dios de la justicia y la honradez, que castiga a quien transgrede estos principios golpeándole con un rayo. Shango, Sango o Sagoe, al margen de rayos, truenos o relámpagos, se dice que cuando está contrariado arroja a la tierra ‘piedras del trueno’. Los sacerdotes se acercan al sitio siguiendo los fogonazos del relámpago buscando la piedra arrojada por Shango.
Creen que estas piedras, que no está claro si son pedazos calcinados tras la caída de un rayo, o si meteoritos, que en unas partes se tienen como sagrados y en otros utilizados como monedas, sokpè, en el área de Nigeria, Benín, Togo, Ghana y Sierra Leona y que los yoruba llaman oduarà, tienen poderes especiales, dándoseles incluso rituales propios y guardándolas en los templos de Shango.
Shango en el arte Yoruba
A Shango se le venera y representa con una estatuilla muy conocida del arte Yoruba coronada por una doble hacha y vestida con la indumentaria del sacerdote del trueno. Este, vestido de rojo, sobre su atuendo debe llevar unos collares rojos, o que alternen cuentas rojas y blancas agrupadas en cuatro o seis unidades, una más o menos que los dedos de una mano, y que son distintivo sagrado de Shango. Como suele ocurrir en África, a estas figuras se las teme y considera portadoras de suerte si se cumplen los deberes rituales convenientemente.
De las cuatro esposas que tuvo, deificadas tres como hemos visto, se dice que Oya, su esposa principal, goza de la capacidad de transmutarse en su río, el Niger, y que es introduciéndose en este río donde Shango busca descanso.
Juanjo Andreu
Profesor de Bellas Artes y comisario cientifico de arte tribal africano
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