Educación en Sande
Educación en Sande y o Bô. Cuánto aprenden las niñas mientras están en la escuela del Bosque es obvio que depende del tiempo que pasan allí. Son como escuelas de preparación para la vida que como adultas se van a encontrar. Reciben instrucción en canto y baile, cocina, partería y las formas de ganarse el afecto de un marido. También reciben un curso extenso sobre el uso de venenos, incluido el arte de la brujería y la captura de brujas, aunque los venenos deben usarse solo en casos de extrema necesidad.
Este conocimiento posiblemente explique gran parte del respeto que el hombre nativo muestra a sus esposas. Las mujeres de estas tribus tienen una posición mucho mejor en la comunidad que muchas mujeres en países mucho más civilizados. Están en condiciones de exigir sus derechos.
En el Bô de los Gio, a las niñas se les enseña a obedecer y cuidar a sus padres y hermanos mayores. A cocinar se supone que han aprendido en casa antes de entrar, si no son muy jóvenes pueden incluso tener un hijo antes de entrar, al que se la enseña a cuidar. No aprende nada sobre remedios para sus enfermedades. Eso es medicina, Leechery, cosa de hombres. A las niñas Mano también se les enseña honestidad y castidad tal como las conocemos.
medicina en el Sande
Se sabe por diversas y fiables fuentes, que se enseñaba medicina en el Sande. Todas las “mujeres principales” eran expertas conocedoras de remedios herbales. Adquirían por derecho hereditario que se les impartiera este conocimiento. Al ser niñas elegidas debían dedicarse a asimilar cómo actuaban y qué hacían y decían las mujeres de esta profesión, lo que entrañaba un compromiso por ambas partes. Podían ampliar conocimientos durante años, regresando a Sande a voluntad para aprender más.
Por el simple posicionamiento al estar de pie, y claro, por los bailes que se les permitía hacer en público, eran capaces donde estuvieran, de reconocerse entre ellas y serlo por muchas otras personas. A menudo, tras haber bailado, se veía cómo otras mujeres felicitaban y abrazaban efusivas a la joven y la ofrecían regalos sin que en apariencia hubiera un motivo, a menos que uno supiera de qué se trataba.
“Algunas ‘sanguijuelas’ ejercían libremente este oficio, alcanzando algunas una considerable reputación, llegando incluso a ser especialistas”.
Gbunde y Loma
Al terminar los ciclos tanto en Gbunde como Loma, donde los de la escuela del Bosque Sande o Bô son mucho más largos, la salida tras finalizarlos, son naturalmente, un evento que exige una ceremonia y una fiesta mucho mayor que en Mano, Ge y Gio. Los detalles son, en general, muy parecidos a los descritos por Westermann 1921 p.261 ff79 entre los Kpelle.
Los informantes de Mano nos dijeron:
“Las niñas aparecen blanquecinas por la Kalaba, el caolín. Llevan sobre sus cabezas unos sombreros, hechos solo por hombres, altos y cilíndricos, de estera tejida llamados Sabi y un trozo de tela de un metro cuadrado atado alrededor de la cintura como falda. Bailan y se dan un festín durante tres o cuatro días con la comida preparada para esta ocasión antes de salir del B0sque. Durante este tiempo no deben hablar con hombres “
Tampoco pueden entrar en cualquier cabaña, sino que deben dormir en la gran casa de la palabra del pueblo. Al final de los días de fiesta y baile van a un arroyo, se lavan y son purificadas ceremonialmente por sus mujeres Zo. Luego se ponen las prendas que sus padres y parientes les han obsequiado, como tapa sexos, faldas, collares de cuentas, tocados y adornos de plata”.
En Mano y Gio, las niñas son lavadas ceremonialmente por una Zo antes de salir. Cuando ha llegado el momento de salir, la “mujer principal” se dirige al jefe y le informa:
“He terminado mi parte”. Luego toma las medidas necesarias para prepararse para la recepción de las niñas. Se les envían regalos de ropa nueva y adornos. Antes de ponérselos, les afeitan la frente aproximadamente una pulgada por encima de la línea de crecimiento del cabello, y les trenzan el cabello para formar un elaborado peinado ondulado.
Mano
En Mano, antes de entregar las niñas a sus padres, ha de pagarse a las mujeres Zo. Pueden requerir de padres y parientes y en conjunto, hasta diez paños o su equivalente. Si todas las niñas que entraron al Bosque regresan sanas y salvas y se informa que no han estado enfermas mientras estuvieron allí, el jefe por lo general obsequia a las Zo dos o tres ovejas o cabras para que se cocinen para ellas y sus pupilas.
Tras estos preliminares y otras ceremonias, toda la gente del pueblo se entrega a banquetes y bailes, se disparan armas y hay jolgorio general, como en Gbunde y Loma.
Juanjo Andreu
Profesor de Bellas Artes y comisario cientifico de arte tribal africano
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