escuela del Bosque
Cada región tuvo una “escuela del Bosque” primigenia. Ese mítico lugar es conocido como el “Bosque más alto”, origen a su vez de la gran logia suprema de la región. Ese lugar requería de una losa de piedra, sobre la cual fueron iniciados los fundadores del Bosque de esa región.
Para cada nueva filial y su escuela se hacía una réplica de dicha piedra. Una de esas piedras fue robada a los Gola y vendida a un hombre blanco que la llevó y la vendió a un museo en Alemania, donde estaba exhibida. El hombre que la robó fue ejecutado de inmediato, y se produjo tal insurrección en el País Gola que el gobierno de Liberia la reclamó a Alemania e hizo llevar la piedra a la Casa del Estado en Monrovia, donde ahora se expone al público.
Es una tosca representación de una rana o un sapo. No es toda la piedra que era tremenda, sino un fragmento que extrajo el ladrón. Toda la piedra era en sí una pieza tallada perfectamente cuadrada.
Cada Bosque tenía varios departamentos de pregrado: 1º, alfareros; 2º, portadores de cuerda; 3º portador de palos; 4º portadores de paja; 5º constructores o arquitectos. Los cargadores de barro eran aparentemente del mismo rango que los porteadores, e incluían a aquellos que eran “demasiado estúpidos para aprender”.
el Sande
El novato era promovido de un departamento a otro. Cuando se convertía en constructor, podía comenzar a obtener sus títulos. Los constructores podían entrar en las ‘Hojas’ o escuela de medicina. Los estudios de las Hojas incluían hierbas para medicina, para envenenamiento y para momificación. La medicina y el envenenamiento también se enseñaban en el Sande. Podían completar otros estudios siguiendo un orden preestablecido:
- 1º el control y uso de los rayos para asustar o matar a enemigos, pasando a ser de la Hermandad Gbô;
- 2º de los cursos de los ríos, el viento que sopla en los árboles, etc.;
- 3º y último era el de consternación, terror, espanto o el arte del mismo diablo, que es realmente todo. Cuando sabías eso, lo sabías todo.
La escarificación
La escara del estatus de un hombre está en su pecho. Al verlo, uno sabe de inmediato cómo estrechar su mano. Ciertos gestos también revelan la posición de un hombre: tal vez la forma en que entra en la casa; siempre, la forma en que se sienta, cruza las piernas, cruza las manos o agita el espantamoscas o Ten ki que sostiene. Los espantamoscas de vacas blancas son emblemas de autoridad.
También pueden ser llevados por las niñas mientras bailan. Los marrones, rojos o negros, cuando los llevan los miembros de Poro, son símbolos de medicina. Este término incluye magia y drogas, algunas de las cuales, en casos de extrema necesidad, se usan como venenos. Cada hierba tiene su uso y su nombre y signo secreto. Los espantamoscas pueden ser usados tanto por hombres como mujeres.
Los espantamoscas de cola del elefante son llevados solo por aquellos con alta autoridad. Los de cola de caballo son muy raros y solo los llevan el jefe guerrero o su esposa. Rara vez se llevan todos, excepto en tiempo de guerra.
la escuela de Poro
Cuando un hombre de alto nivel en el Bosque viaja a un país extraño, puede acceder a la escuela de Poro y ser inmediatamente recibido de acuerdo a su rango. El encargado de la escuela le pondrá a prueba, grado tras grado, hasta que uno de los dos abandone. La persona superada en rango arrojará su Ten Ki o espantamoscas de vaca a quien le ha superado en conocimiento.
Si es el visitante, devolverá el espantamoscas de vaca, girándola primero alrededor del asa y haciendo un leve movimiento o fingiendo entregarla dos veces. La tercera vez en realidad lo entrega. Esta parece ser una forma educada de entregarle algo a alguien.
El estudio de la medicina o de ‘sanguijuela’, es común tanto para hombres como para mujeres y el único que a ellas se les permite. Ambos aprenden el uso de ciertas hierbas para enfermedades, dolores de cabeza, reumatismo, llagas, desmayos, ataques, parto, embalsamamiento.
La posición de las mujeres en la organización intertribal se denota por los adornos que usan: hojas atadas en el cabello o dibujos de arcilla blanca en la cara; por los pasos dados al bailar, o incluso la forma de entrar en la casa, por no hablar de las marcas de escarificación.
Las escaras de una mujer siempre están en la espalda. Pueden estar en la parte posterior de su cuello, o en su espalda, ya sea arriba o abajo, dependiendo en cada tribu esa posición. Algunas marcas pueden hacerse entre las piernas o en el perineo, pero nunca en el pecho, como en los hombres.
La momificación
La momificación se enseñaba sólo en el Poro. Por lo general lo primero era extraer las vísceras, al menos algunas, del cadáver. Luego se usaban ciertas hierbas secas, recolectadas previamente, que se mezclaban con aceite. Este ungüento aceitoso se ponía donde hubiera heridas de arma blanca, soplándolo sobre ellas con una caña hueca. Cavada la tumba, se hacía dentro una plataforma de más o menos un metro por encima del fondo, con un entramado de palos colocados en ángulo recto, el mismo número de palos en cada capa, y exactamente cuadrados, rememorando la piedra cuadrada del Poro.
Se depositaba sobre la plataforma el cuerpo y se cubría con otra capa de palos, tapando bien todo con tierra. Encima de esto se preparaba y encendía un fuego, que se mantenía ardiendo hasta que el cuerpo quedara momificado*. Los fluidos de los tejidos rezumaban a través de pequeñas hendiduras hechas en la piel. Un cuerpo así tratado podía conservarse indefinidamente.
*En nuestra opinión, además del ungüento soplado sobre el cadáver, saben qué tipo de ‘palos’ deben utilizar en cada capa, tal vez alternando pura leña seca y otros no tanto, seleccionados también según determinadas propiedades. También el tipo de tierra con que cubren el cadáver.
La combustión final de los palos, del entramado de la plataforma, que deben acabar como el conocido carbón vegetal, y el grado de aislamiento pero también porosidad de la tierra colocada encima, propiciarán que el cadáver pierda todos los fluidos dejando básicamente los tejidos como el cuero curtido.
los Vai
Si un niño moría en la escuela del Bosque, no podía ser enterrado hasta que la escuela hubiera cerrado. Sería momificado. A nadie afuera se le decía que estaba muerto. Después de que se cerrara el Bosque, quizás meses o incluso años después de su muerte, el cuerpo se entregaba a sus padres para que lo enterraran. Este proceso de momificación probablemente también se daba entre los Vai aunque lo limitaban a los miembros de los clanes que alcanzaban altos grados en la sociedad.
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