Estatuaria de los Mossi
Combiene recordar que los Mossi son una agrupación de pueblos. Desde principios del siglo XX, existen ya descripciones sobre las esculturas de los Mossi. Ya en 1904 el etnógrafo francés Ruelle, 1904: 683, o posteriormente Tauxier, 1917: 384, y Frobenius ,1926: 94, las definen en sus libros, aunque navegantes, misioneros y comerciantes ya hablaban de ellas en los puertos, iglesias, comercios y ciudades europeas, pero ninguna de las fuentes más antiguas, ni estas, mencionan su estilo o definen su función.
Los Mossi producen varios tipos de figuras, sobre todo ciertas tallas de madera que se utilizan en los entierros y que sustituyen el cadáver del jefe fallecido. Otras figuras de madera de menor tamaño, se utilizan en las ceremonias para honrar al nuevo jefe en cada pueblo. Las figuras de animales representan las características ideales que debe tener un jefe Mossi. A eso se suma que muchos pueblos de África, aprovechan sus lugares de referencia, como las zonas de reuniones publicas, o zonas de paso obligado, para dejar ‘mensajes’, en estos mensajes, que aparecen tallados en frisos, puertas, dinteles o pilares, reflejan proverbios, reglas de convivencia, hechos históricos o heroicos.
lingüística artística
Asimismo,los Mossi tallan dos tipos de mensajes figurativos, unos son postes que aparecen emparejados, masculinos y femeninos, que se colocan a ambos lados de la puerta que conduce a la residencia del jefe.
Otros postes de madera, más largos y bifurcados, tambien tallados con mensajes, sirven de pilares a los refugios contra el sol, que utilizan los jefes para dirigirse al pueblo, dictar sentencias o dictaminar normas. Los Mossi también reproducen figuras en bronce, poderosos amuletos que utilizan los adivinos o representanciones de emperadores fallecidos, o sus utiles.
Algunos adivinos Mossi utilizan figuras de piedra o de madera. Por último, las pequeñas muñecas de madera destinadas a las niñas, Biiga, están bien representadas en las colecciones europeas y americanas.
Excepto las muñecas, todas las figuras Mossi, independientemente de su tamaño, el sexo, la función o el material, se llaman Ninandé, en singular Ninana, que significa simplemente “figuras modeladas”.
Pilares Mossi de refugio, y de residencia. Colección ata. |
Figuras de jefes Burkina fasso
A diferencia de las máscaras, que son utilizadas por el Tengabisi en las ceremonias religiosas de la familia, las figuras son utilizadas por los Nakomse en un contexto político, como afirmaciones visuales del Nam o derecho de gobernar del Naba. En algunos contextos, el papel de las figuras es similar al de las máscaras.
Las figuras Mossi son talladas de una sola pieza de madera, y varían en altura entre los 40 y 50 cms. Las características de estilo más notables son un torso cilíndrico atenuado, con los brazos extendidos rígidamente a los lados y los antebrazos paralelos a los muslos.
Por otra parrte, la cabeza pronunciada y rotunda, donde la cara puede ser ligeramente cóncava con pomulos planos a menudo lisos.
El sexo suele estar claramente indicado. La mayoría de las figuras que pueden contemplarse en colecciones son mujeres y llevan una cresta sagital que se extiende desde la parte frontal a la parte posterior de la cabeza, lo que representa el peinado de la mujer llamado Gyonfo, así como senos colgantes, ombligo prominente, e incisiones a modo de cicatrices faciales y ventrales que imitan a las cicatrices que son usadas tradicionalmente por las mujeres Mossi.
Naturalismo en Estatuaria de los Mossi
Contrariamente a lo que el occidental piensa de entrada, el africano es y practica la naturalidad, pero suele ser muy pudoroso con su intimidad, por lo que difícilmente se verán sus partes más intimas, siendo su total desnudez, un legado que se les impuso durante los siglos de esclavitud.
Las tallas que se ven en museos o colecciones donde las personas quedan representadas en madera con todos sus atributos bien definidos, debemos saber y pensar que se debe a sus practicas religiosas donde es fundamental la procreacion, la fertilidad y la fecundidad, pero cuando esas figuras que ellos hacen, para sus ritos que no para nuestro deleite o conocimiento, se exponen a la vista del público durante sus ceremonias y se celebran los sacrificios ancestrales de fin de año, las figuras van siempre envueltas en tejidos hechos al efecto e intercambiables, que les cubre la parte inferior del cuerpo y los muslos imitando el vestido de las mujeres tradicionales. Estas figuras, presentes en colecciones fuera de África, son sin embargo las que se presentan desnudas, algo, para ellos, poco moral.
A | B | C |
Influencia artística Dogón y Senufo
- a: Subastada por Christies en 2018: Es una rotunda figura femenina donde aún reconociendo es Mossi, no hace falta ser un gran experto para observar la gran influencia de sus vecinos Dogón y Senufo. La rotundidad de las caderas, los protuberantes e iniestos senos, el óvalo de su cara y el peinado con cresta sagital, y sus escaras, van más allá de un interés estilístico del escultor, realmente es la representación del ideal de belleza de la mujer Mossi.
- b: Según Christopher Roy 1987: 152 a 167: “Estas estatuas tienen el papel esencial de afirmar la autoridad del jefe o Naba. Patrocinado para personificarlo durante años durante las festividades anuales de Na-poosum dedicadas a los antepasados, hombre o mujer, se mantiene en la cabaña de la esposa más antigua del jefe. El contexto de uso y su conservación en un lugar cerrado explican tanto su rareza como el estilo muy individual de cada uno”. Según Roy ditto: 158: “Un artista a veces esculpe en su vida sólo una o dos estatuas para un jefe; y sólo puede trabajar para uno o dos chefs en la región”.
- c: Subastada por Sothebys en 2011: Aquí el escultor destacó notablemente el ideal Mossi de la belleza femenina. La dinámica de la pose responde a la extraordinaria tensión generada por el arco que forma su torso, subrayando las extremidades cónicas y el vigor de las curvas. La elegancia de la estatua se acentúa por el protagonismo de la cara con rasgos remarcados y ojos metálicos, y por la pátina oscura, profunda, que revela en la veta aflorante de la madera, la vejez de la obra. Altura 56,5 cms.
el estilo de sus vecinos Mandé
Hablando de piezas originales, hay que insistir en la gran conexión y o mezclas existente, por matrimonio, interés o simple admiración y asunción de lo que ‘los otr0s’ hacen, que aún se observan figuras Mossi que han sidoatribuidas a otros pueblos y vicecersa, pues hay similitudes importantes entre el estilo Mossi y el estilo de sus vecinos Mandé, los Bamana y los Bobo, así como con los demás pueblos de Burkina Fasoy Malí. Esto sin embargo no es óbice para que dada la gran falta de homogeneidad de estilo, existente en la escultura Mossi, se puedan observar objetos similares hechos por dos artistas en pueblos vecinos y que presenten grandes diferencias.
geográfica del país ocupado por los Mossi, estos se vieron influenciados por los estilos de los pueblos autóctonos donde estos llegaron. Además, cada artista Mossi, como mucho realiza la figura de uno o dos jefes vivos más otro tanto de jefes regionales tradicionales en toda su vida. El conjunto de figuras de la casa de espíritus ancestrales de un solo jefe Mossi, suele representar el trabajo de varios artesanos diferentes durante décadas, pues pueden estar acumuladas las realizadas durante las distintas jefaturas vividas por una comunidad.
El artesano en Burkina fasso
Cuando a un artesano se le solicita la realización de una escultura del jefe, este en realidad solo tiene un cliente, al que sabe que tiene que satisfacer y contentar. Por lo que cumplidas las demandas, suele resultar un trabajo peculiar.
Sirva como ejemplo la del jefe Nakomse de LaTitón, cerca de Yako, que se la mando hacer imitando un jugador de fútbol. Por último, aunque las figuras de los jefes se colocan a la vista de la comunidad una vez al año, son obras mucho más privadas.
Mientras que las máscaras de madera, que son utilizados por un segmento diferente de la población Mossi, viajan de una comunidad a otra para llevar a cabo ritos o los funerales de los miembros del clan que han emigrado a sus pueblos de origen, lo que resulta en influenciar estilísticamente una amplia área geográfica, las figuras de los jefes nunca dejan la residencia de su propietario y sólo las ven de año en año la población local o uno o dos artistas que viven cerca y previo permiso.
esculturas masculinas
Es importante recordar que no todas las figuras Mossi son de mujeres, por lo que pueden carecer de la cresta sagital que se utiliza muy a menudo como la única base para la atribución a los Mossi. Aunque las esculturas masculinas Mossi son escasas fuera de Burkina, no son desconocidas, por ejemplo, al margen de la que nosotros mostramos más adelante, que sepamos hay otra pareja, hombre y mujer, en la Colección Blanca en Seattle.
La función de estas esculturas, además de su papel en la reafirmación de la autoridad del jefe, formalmente actúan con similares funciones que las máscaras. Algunas se crean y utilizan específicamente para los funerales de los jefes y tras el entierro y fin de los mismos, habitualmente se destruyen, mientras que otras, a veces creadas para el mismo fin, por el renombre del difunto u otra causa especial, es retirada al santuario, donde regularmente se le ofrecen sacrificios anuales como a antepasados reales.
Función de la estatutaria de los Mossi
El santuario propiamente dicho es el Roogo kimse, o tumba de jefes, que es el habitáculo reservado al efecto por la esposa principal, donde se recopilan dichas esculturas Los funerales son siempre una parte importante de la sociedad y el etnógrafo Jacques Kaboré detalla con minuciosidad en su publicación, el uso que se da a ciertas esculturas en el transcurso de dichas ceremonias.
Describiendo el uso de una figura tallada para el entierro de un jefe Koupéla, señala que la muerte se mantiene en secreto, para que durante el interregno, que tradicionalmente deja sin efecto las leyes anteriores hasta la elección del nuevo jefe, este tiempo sea lo más corto posible.
El cadáver es enterrado en silencio e intimidad inmediatamente después de la muerte y nadie fuera de la familia mas cercana es informado. Tiempo más tarde, horas o hasta un par de días, es cuando llega el momento del funeral social en honor del anterior jefe, donde los cortesanos de mayor rango efectúan los rituales y ceremonias utilizando una escultura de madera que representa al difunto.
Jacques Kaboré 1961
Jacques Kaboré 1961: 7 y 8, lo narra así, transcribiendo el relato de un pariente cercano:
… “Tallada en el tronco de un árbol de nuez de Karité. Esta efigie era aproximadamente de un metro de largo. Cuidadosamente tallada, tenía todo lo que un hombre muestra al exterior con los detalles de sus extremidades y órganos: las piernas, los brazos, la cabeza, los ojos, la boca, las orejas, etc… en esta figura la persona del jefe difunto se vuelve a recrear. Pretendidamente se le afeita la cabeza, después de lo cual se lava completamente. Se viste el cuerpo con ropa, adaptada a la medida: camisa, traje, pantalones. La cabeza estaba cubierta con una tapa en punta, sobre la que se coloca un gran sombrero. Incluso se le colocaron zapatillas en los pies.
Después de quedar cuidadosamente vestido, sin olvidar nada, se disponen a enterrar a este llamado cadáver. Se enrolla, completamente vestido, en una gran manta blanca, a continuación, en una estera especial. Finalmente es colocado en una camilla hecha de dos barras largas paralelas, cruzadas a intervalos por palos cortos. Un paño negro cubrió todo el conjunto. Entonces fue cuando se comunicó al pueblo que todo estaba preparado. Con celeridad, la gente acudió y todo el mundo pretendió agolparse a la puerta de la cabaña a la espera de la aparición del ‘cuerpo’. Los tambores acrecentaron su ritmo, los cantos fúnebres comenzaron.
Algunas personas que ocupaban primeros lugares, se hacían con los restos de tejidos, rafias o trozos de la camilla, y trastabillando por no caerse debido a la aglomeración, se llevaban estos restos elevando sus manos sobre sus cabezas. En ese momento, los bailes alrededor de la casa de mi abuelo comenzaron; con el catafalco siempre en alto, se elevaba subía y bajaba, rebotando frenéticamente arriba y abajo. Avanzábamos lentamente abriéndonos paso a través de la multitud, con pasos medidos, acompañados del sonido de los instrumentos musicales, canciones y las incesantes explosiones de viejos mosquetes. De esta manera se completaron tres vueltas, al rededor del gran complejo de mi abuelo, entonces llegó el momento de la inhumación.
El laghda o sepulturero
El laghda o sepulturero, que es quien esté cualificado para colocar el cadáver en la tumba, de entre nosotros existen requisitos especiales para ello, saltó a la tumba y se le dio el ‘cuerpo’, de madera, que se coloca en la posición deseada y precisa. Luego, aun dentro de la tumba, se le acercan y recibe las ofrendas y regalos que el coloca adecuadamente. Todo esto se llevó a cabo exactamente de la misma manera que he descrito más arriba, para el entierro real del cuerpo de mi abuelo. Cada quien ofreció lo que pudo, lo que tenía…
El Laghda, musitó una especie de oración propia suya, luego se cubrió la tumba con un gran recipiente, tras esto fue todo cubierto con tierra. Por último, una vez se cubrió la tumba de esta manera, se arrojó un puñado de caracoles, caurís, sobre ella. De esta manera, el funeral se terminó”.
Respecto a la descripción de cómo se utilizan estas figuras en los rituales de sacrificio, en 1966 Peter Hammond publicó fotografías de las figuras que aparecían en los sacrificios anuales en honor al jefe difunto y del nuevo en ejercicio y sus antepasados. Estas figuras se muestran en Na, que por términos coloniales acaba siendo común llamar Na poosum, ‘Na zarigüeya’, en el término de Gourcy, en el sur de Yatenga.
Peter Hammond
Hammond, 1966: 02, dice al respecto:
“En el pueblo de Na poosum, los ancianos de todos los clanes con parentesco común, acudieron a la población principal donde se reunieron en el sitio previsto para las honras, haciéndole regalos de mijo y asegurándole su dependencia y la continuidad de su poder político, rogándole la intercesión ante sus poderosos antepasados, con el fin de que el pueblo pudiera disfrutar de paz en los próximos meses durante la estación seca y las lluvias tempranas a principios del año siguiente …
Los jefes de Na poosum recibieron a los representantes de los linajes de la comunidad delante de la entrada de su residencia, de manera similar saludaron a los ancianos y elogiaron su adhesión al camino de los antepasados.
En la Na poosum todas las fuentes de poder, social, político, y lo sobrenatural, de las que el bienestar de los Mossi dependen, fueron agasajados y premiados por su apoyo a lo largo del pasado año y animados por esa generosidad de sus suplicantes, para que continúen con su benevolencia hasta la temporada que viene”.
festival Umbila
En 1977 en el poblado de La Titón, se celebró la ceremonia anual llamada Umbila en honor de un jefe. El propósito del festival Umbila es idéntico al de Na poosum en Gourcy; los ancianos de cada uno de los clanes del distrito reafirman su lealtad al jefe y le honran presentándole los frutos de la cosecha reciente. Durante tres días, el jefe Nakomse viaja a caballo por cada uno de los pueblos de su distrito para recibir los saludos y las ofrendas de la gente, ya sean Nakomse, Nyonyose, Saya o herreros, Yarse o tejedores, o Silmi mossi pastores.
Cada mañana, justo antes de salir para iniciar el día, el jefe hace una base o plataforma baja, como de 10 0 15 cms. de tierra, creando en ella un pequeño montículo centrado, todo ello ubicado justo en la entrada a su residencia. Sobre esta especie de ara, se sacrifica un pollo blanco en honor a los antepasados reales.
Cuando el jefe abandona su casa y sale de su patio de entrada, se sitúan previamente dos figuras de madera sobre la plataforma y junto al altar ancestral. Las figuras se mantienen en su lugar, hasta que el jefe regresa a su casa al atardecer, cuando vuelven a repetirse los sacrificios ancestrales.
El jefe de La Titón es propietario de tres generaciones de figuras, una pequeña, hermafrodita, perteneció al abuelo del actual jefe, una figura femenina más grande perteneció a su padre, y una nueva, hablamos de 1977, representa la figura masculina de un jugador de fútbol.
la islamización
Obviamente la ceremonia previa a salir es para solicitar buen día, las dos figuras que se sitúan junto al ara son para proteger bienes y personas que quedan en el recinto. El sacrificio posterior, ya a la llegada, es para agradecer que vuelve y claro, ya, se retiran las esculturas pues él, ha llegado.
Dada la islamización, muchas de estas figuras propiedad de jefes convertidos al Islam, y que nunca fueron muy numerosas, han sido destruidas o vendidas a museos, anticuarios o turistas. No conviene por tanto presumir de poseer algo autentico si se ha comprado hace seis o siete décadas en algún mercado africano.
El jefe de Gourcy, representado en la fotografía de Hammond en Na poosum, era propietario al menos de dos de estas figuras de madera llamadas, Ninandé en 1977.
Por visitantes diversos y sobre todo por el equipo de investigación de la universidad de Yale, se sabe que a pesar de que había sido un devoto musulmán durante muchos años, e incluso hecho la peregrinación a La Meca diez años antes, las figuras no habían sido exhibidas públicamente durante diez años, pero si cuidadosamente conservadas en el dormitorio del propio jefe.
El jefe de Gourcy
Afirman ellos que uno de las dos, era la misma figura vista a la derecha en la fotografía de Hammond, vestida con un paño en la cabeza, envuelta, y con granos de N’de. Estaba en buen estado en el año 1977, aunque un poco desgastada, y todavía mostraba claramente las cicatrices faciales y ventrales características, visibles en la fotografía antedicha.
La presión que los hijos del jefe y ciertos asesores, devotos musulmanes avergonzados porque su padre y jefe aun tuviera aquello en la casa, impidieron a este que explicara el significado de las figuras, las escarificaciones y los tocados.
Tauxier 1917: 384, manifiesta que: “En el sur, esas figuras… ‘Representan antepasados’, y ocupan un privilegiado estatus las figuras de Gourcy, ocupando lugar de honor durante los sacrificios a los antepasados reales, o los funerales de jefes de Gourcy fallecidos. Lo que lleva a la conclusión de que las esculturas representan a miembros de la realeza, o al menos, simbolizan los espíritus ancestrales“.
los rituales en Na poosum
Su presencia es fundamental durante los rituales en Na poosum o los sacrificios de Umbila.
Las representaciones de animales son poco conocidas fuera de Burkina Faso, pero el país Mossino propicia solo figuras humanas, ellos sí hacen en madera tallas de animales. Los animales tallados con mayor frecuencia son el carnero y la gallina de guinea, ambos comúnmente asociados con el Nakomsey que son frecuentemente utilizados como ofrendas a los antepasados reales.
Estos animales representan lo que por sus características se compara con las virtudes que debe tener el jefe ideal Mossi. La valentía, tesón y agresividad del carnero, que debe poseer y demostrar un jefe, y el silencio, sinónimo de prudencia, que la pintada guarda incluso al serle cortada la garganta y no emitir sonido alguno en su sacrifico. Las figuras de animales no representan espíritus protectores.
Los mensajes, son importantes manifestaciones que los diversos jefes quieren trasmitir a su sociedad. Son normas morales o sociales, a modo de edictos, y en su caso suelen trasmitir proverbios, advertencias o hechos que ponen de manifiesto determinado valor de un relevante antepasado. Con ello intentan advertir o prevenir algún mal acto o circunstancia que pueda dañar al pueblo, también alabar actos o anunciar celebraciones. Se cambian periódicamente.
Postes de madera tallada en la estatuaria de los Mossi
Los jefes suelen trasmitir claros mensajes, cuando ordenan tallar algo. De hecho para hacerlos visibles a todos, los sitúan en el lugar más transitado, hay dos tipos de postes de madera tallada, los postes pequeños sirven para sujetar la puerta, que consiste en una tupida estera de fibras vegetales trenzadas, situada en una pared de la choza principal del compuesto del jefe. Otros más grandes, sostienen el techo de paja del refugio al sol donde el jefe recibe y preside el tribunal, a las afueras de su casa.
Al entrar en la casa, cada poste exhibe tallados un hombre y una mujer. Están situados bien visibles en el Samandé, o patio oficial, anterior al compuesto o residencia familiar. Los mensajes se adosan tallados debajo de las figuras antropomorfas, a ras de suelo y separados de la pared de adobe, pues entre ellas discurre a modo de puerta corrediza la intrincada trama de fibra vegetal que actúa a modo de puerta. La figura antropomorfa mide unos 60 cm. de altura, forma la parte superior del poste. Lleva las mismas características estilísticas y cicatrices faciales que las figuras independientes.
Uagadugú
En la región alrededor de Uagadugú, la figura del lado derecho de la puerta es de sexo femenino, y tiene una sola escarificación lineal, que se inclina hacia la mejilla izquierda, y otra más pequeña con forma de cruz a la derecha. La figura masculina, a la izquierda, lleva las tres líneas verticales en el lado de la cara y la cicatriz diagonal en la mejilla derecha, como se efectúa a los niños Mossi antes de llegar a la pubertad. En cada caso, los detalles son realizados en la madera con una chapa de metal al rojo vivo, a modo de pirograbado.
Estas manifestaciones tan exclusivas, artísticas para nosotros pero socialmente relevantes para ellos, son idénticas a las esculturas tradicionales, que con más probabilidad, se pueden ver en su contexto original por cualquier visitante que transite por el país Mossi.
Se puede admirar una pareja de ellos en la entrada del palacio del Mogho Naba en Uagadugú, en su Samandé, el patio oficial, situado en el lado oeste del palacio, cerca del cruce de la carretera a Po y el camino a Gounghin.
Yale
El equipo de Yale señala: “Desde 1976 en que el jefe Sanom fue nombrado jefe regional y titular en el importante pueblo de Saponé al suroeste de Ouagadougou, ha mandado erigir dos nuevos puestos cada año, el de acceso a su residencia y el administrativo, ambos en la entrada de su complejo”.
Los mensajes se cambian cada año después de los sacrificios anuales posteriores a la cosecha, cuando a los antepasados de los jefes se les agradece el proveer por el bienestar de la comunidad durante el año. A los mensajes antiguos se les entierra como a cadáveres humanos.
Las tallas sirven para dos fines: son símbolo para todos los visitantes de que la casa pertenece a un jefe importante, y a su vez guardan la entrada del compuesto para prevenir que espíritus peligrosos dañen a la familia. Es evidente que en este contexto, ellos creen que encarnan espíritus que velan por el linaje del jefe.
el Samandé
Es común en todos los pueblos Mossi observar en lo que llamaríamos plaza mayor o principal, que eso es el Samandé, el refugio contra el sol de techumbre de paja, en la entrada a la residencia del jefe de la aldea. Como hemos dicho anteriormente, el altar de los ancestros reales también se encuentra ahí.
A menudo, los jefes Nakomse pueden ser vistos, sentados debajo de sus refugios en conferencia con los burócratas y los ancianos del linaje del pueblo o región. Muchos de estos refugios están construidos con postes de madera ahorquillados, tallados con formas antropométricas y geométricas.
El sistema de colocar estos postes con ‘mensajes edictos’ lo tienen bien estudiado, pues en función de a qué o quién va dedicado se sitúa en uno u otro sitio. Los organizan en hileras de a tres, con entre tres a cinco postes alineados cada uno y separados entre sí a unos dos metros de distancia. A veces las umbrelas muy grandes pueden llegar a tener hasta ochenta líneas de postes, pero raramente se tallan todas con estos mensajes.
Composición de los postes
Las hileras varían en altura desde un metro y medio a dos, aunque a mayor tamaño más proporción se ancla al suelo, enterrando hasta un cuarto o tercio de su longitud. Estos postes están bifurcados uniformemente en la parte superior para apoyar las vigas horizontales que a su vez soportan el techo de paja.
El techo de la estructura es bajo, no superando el metro y medio ni baja del metro diez por lo que hay que encorvarse para entrar. Esto proporciona la máxima sombra en la tarde. En la disposición más común de tres filas de tres postes, el pilar central puede estar duplicado, con dos postes colocados juntos.
Sirva de ejemplo que los diversos informantes, etnógrafos, antropólogos y algún militar que visitaron La Titón dijeron que esos dos postes centrales representan al jefe mismo, en su carácter masculino y femenino como representante ideal, físico y espiritual de la comunidad. Como vemos estas estructuras tienen mucho que ver con las Togunas o ‘casas de la palabra’ de los Dogon.
Kobre
Los postes presentan habitualmente una decoración recurrente, una serie de anillos apilados que son representaciones estilizadas de las pulseras de bronce, llamadas Kobre, de ese material o aleación son, usadas exclusivamente por las esposas de los jefes.
En los ejemplos más elaboradamente tallados, que son los que fácilmente se pueden ver en museos o colecciones importantes, suele presentar una figura femenina tallada en relieve.
Estos complejos no se pintan pues están a merced de la intemperie, con sol abrasador y lluvias torrenciales, por lo que presentan signos de desgaste, con profundas fisuras donde la parte blanda de la madera ha desaparecido y solo conserva la estructura más densa del tronco, sobre todo producido por esas lluvias que empapan la madera y que de inmediato seca y desgasta el ardiente calor.
las tallas ceremoniales
Como en casi toda África, y siempre en la Occidental, las tallas ceremoniales incluidos estos mensajes, son efectuadas por herreros que se ofrecen al personaje, normalmente un jefe de menor rango, designado por el jefe de los linajes locales, quienes esperan favores a cambio, especialmente el regalo de una esposa para sí o para un hijo. Estos complejos están erigidos durante la vida del jefe, y cuando muere, el altar situado en el centro suele ser el lugar donde se depositan las ofrendas hechas en su honor.
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