Figuras en latón de Obalufon
Obalufon, un hombre encumbrado por sus obras al pedestal de un Dios, poseedor de múltiples facetas: Es deidad de la guerra, la Paz, la prosperidad y con ella de la elegancia, la joyería, el tejido y su confección y sobre todo, del latón.
Veamos un relato de Suzanne Preston Brier:
“Las figuras en latón basadas en las tradiciones también están asociadas con Obalufon. Geoffrey Parrinder, en ‘Religión en una ciudad africana’, Londres, 1953, p. 30: en su descripción del santuario de Obalufon en Ibadan, señala que los no iniciados no se atrevían a abrir la puerta del santuario por el temor que les infundía quedarse ciegos, sugiriendo a Parrinder, que tal vez el trabajo interior podría ser de latón, dando a entender que su miedo derivaba del brillo que desprendía tal material.
Este ejemplar de arriba es, junto a otro de latón, los únicos que rememoran a Obalufón de Ijebu Ode, siendo este el único que se ha publicado hasta la fecha. Está depositado en el Museo Nacional de Nigeria en Lagos, el compañero de esta figura también está depositado en el mismo museo. Esta escultura de Obalufon también fue publicada por Denis Williams, junto con la otra en su artículo de 1964, p. IIb, y su libro de 1974 ‘Icon and Image: Estudio de las formas sagradas y seculares del arte clásico africano, Londres, p. 168. El compañero de esta figura, que también está en el Museo Nacional de Nigeria en Lagos, se representa sentado en un taburete cuya parte superior se curva hacia arriba.
Ciudad de Benin
El atributo distintivo de esta escultura es la representación de las manos, cerradas en puños, situadas frente al cuerpo en paralelo al suelo. La cabeza de bronce del siglo XVIII que hay en la Ciudad de Benin presenta manos con puños similares, guardando el estilo característico de las obras de los yoruba de la ciudad de Ijebu.
Otras esculturas de Obalufon que Denis Williams menciona, pero desafortunadamente no ilustra, incluyen a edan Obalufon, que presumiblemente tienen ciertas semejanza características similares a las de los edan Ogboni y, quizás, características distintivas de Obalufon propias. Un par de edan identificados con Obalufon se encuentran en el Museo Nacional de Nigeria en Lagos. Otro par de Obalufon edan ha sido fotografiado por Henry Drewal, según comunicación personal, el 9 de abril de 1984.
El trabajo parece mostrar serpientes que salen de las fosas nasales, una característica muy inusual en las esculturas de latón Ogboni, aunque ocasionalmente se encuentra en el antiguo arte de Ifè y en las tradiciones de fundición de latón de Benin. El motivo de la serpiente que sale de la nariz también se encuentra en Benin en cabezas de ‘espíritus’ y máscaras de Agwe, en el tocado de la figura del guerrero de Tsoede, y en varias obras de la antigua Ifè. El corpus de las artes relacionadas con Obalufon es, como vemos, bastante diverso. Varias características de estas esculturas sugieren sin embargo, un cierto paralelismo con la máscara Obalufon de la antigua Ifé.
Obalufon
Estos atributos incluyen, primero, el predominio del bronce en el arte sobre Obalufon en general; segundo, la importancia de las coronas y las máscaras entre estas obras a la cera perdida, y tercero, un énfasis en la gobernanza y temas de coronación en los rituales y formas religiosas del culto a Obalufón. Estos trabajos más recientes sobre Obalufon claramente refuerzan la identificación de la antigua máscara de Obalufon con la transición del gobierno de Ifè.
Aunque también se han documentado varias tallas de madera asociadas con Obalufón. P.A. Talbot, ii, p. 60, observó, aunque no ilustra, tallas de madera de Obalufon en Ijebu. Kevin Carroll publica en ‘Yoruba Religious Carving’, Londres, 1966, ps. 126 a 27, varios Obalufon que también llama Obanifon u Onifon, en tallas que vinieron de Isare cerca de Osi Ilorin. Él estima que tres de estas obras fueron realizadas antes de 1866; los o él tallista lamentablemente, son desconocidos.
La fecha temprana de estos trabajos sugiere, entre otras cosas, que el culto a Obalufon en Isare se remonta varios siglos. La descripción de Caroll de las tallas de Obalufon es la siguiente: “Incluso en su lamentable estado muestran una inusual belleza y refinamiento, miden tres pies de alto, están tallados en madera de iroko y aún muestran restos de pigmento rojo”.
Ijebu Ode
“Las tallas representan a dos mujeres arrodilladas con vestido ceremonial y elaborados peinados y a un guerrero llevado sobre los hombros de un sacerdote. La única vez que se cambió de ubicación a estas figuras se hizo en Isare a principios de siglo. Esta figura también es publicada por Carroll en su estudio de 1966, p. 128.
La obra retrata una figura femenina arrodillada, cuyos brazos descansan sobre los hombros de dos asistentes femeninas de las que una lleva una calabaza cubierta y la otra una blanca gallina nueva. La superficie de la obra está salpicada de pigmentos blancos, negros, ocres y amarillos sobre una base roja.
Me gusta la escultura de latón de Obalufon, las esculturas de madera de Obalufon ilustradas por Carroll tienen elaborados peinados con múltiples moñitos.
Awolalu, opp. p. 176, dice:
“También se ha documentado una máscara tallada asociada con Obalufón”.
Esta máscara, que es de la ciudad yoruba de Ilawe, se usa con un traje largo de paja o rafia. Hay una fotografía que muestra al jefe de Ilawe rezando ante esta imagen.
Estilo de Figuras en latón de Obalufon
Estilísticamente, la figura de bronce de Obalufon que vemos, comparte estrechos lazos con las campanas que muestran caras en el área Yoruba alrededor de Ijebu Ode. Estas campanas, según notas de Thompson 79, n. 13, se identifican con los jefes del linaje real.
Esta similitud se ve reforzada por el hecho de que la cara de la cabeza de latón de la figura de Obalufon publicada, se proyecta separada del cuerpo, de modo que la cabeza, cuando se ve sola, se parece notablemente a estas campanas. Un vástago proyectado de esta cabeza se inserta en el torso hueco de latón donde ambas luego se atan juntas”.
Hasta aquí el relato de Preston Blier, pero permitidme alguna precisión más sobre el tema, retomando la historia y el proceder de Obalufon. Recordemos que se tuvo que encarar al desatino asentado en Ifè por la animosidad de dos clanes enfrentados.
las escarificaciones verticales
Al sesgo de esto, y en referencia a las escarificaciones verticales que se observan en las piezas de terracota y bronce que hemos visto, no son exclusivas de Ifè y ni de los yoruba siquiera, pues se pueden ver muy similares entre los bobo de Burkina Faso, dinka en Sudán, tio o teke en el Kongo o los vecinos igbo también en Nigeria entre otros. A fin de cuentas el ser humano solo tiene en su piel una portada donde presentar el libro de su vida, la cara.
Sin embargo, también hemos visto que como mucho son la mitad las cabezas que presentan estas marcas, sean del materia que sean, y esto es lo que quería precisar pues parece que no es hasta la llegada de Obalufon al poder, que dejan de realizarse, al regular el hasta entonces turbulento clima político, en que parece ser estas estrías diferenciaban a la élite de la primera dinastía, y que con la llegada de la segunda a la que Obalufon pertenecía, él las prohíbe en sus dominios. Obalufon II, su titulo como rey de Ifè, dicen los relatos y parece ser que hay acuerdo, impone la paz en acuerdos concertados si podía o impuestos si no veía otro modo.
Como idea principal para solucionar las disputas que se había encontrado, dispuso que en su nombre, el reino actuara como mecenas promocionando las artes, y encargando parte de estas figuras. Permitió que las cabezas que hacían referencia a los líderes de la primera dinastía mostraran sus escarificaciones, diferenciándolas de las de la segunda, la suya, que carecían de ellas:
“Anulando referencias a familias históricas e identidades dinásticas, por razón de conveniencia política”.
Habiendo conseguido anular de este modo esa dicotomía identitaria, el rey promocionó la integración entre todos los habitantes de Ifè
Semántica de las escaras
Recordemos también lo mencionado anteriormente sobre las escarificaciones de mayor grosor que se ven en algunas cabezas, y que encontraremos más adelante en determinadas piezas de madera referentes a las distintas sociedades o rituales:
“Estas marcas parecen representar a individuos que participan en rituales en los que se emplearon escarabajos u hojas urticantes… para marcar la piel de la cara con patrones a corto plazo… Estas ‘marcas’ temporales pueden haber servido como referencias a las élites de la primera dinastía o sus descendientes durante ciertos rituales sobre la vida… Curiosamente, las esculturas que representan estas gruesas líneas se caracterizan por mostrar fosas nasales dilatadas y cejas fruncidas, lo que sugiere lo doloroso que resultaban las prácticas que producían ampollas faciales como estas”.
Algunas cabezas también presentan pliegues o anillos alrededor del cuello. Incluso hoy en día, los yoruba consideran esa característica como atributo de belleza.
doctora Suzanne Preston Blier, incluye esta peculiar figura, a la que da ese nombre en el catalogo de su libro ‘Arte y riesgo en la antigua yoruba: historia de Ifè, poder e identidad.c. 1300.’, donde la publica como propiedad del profesor de arte, curador y coleccionista Foad Satterfield.
el Museo de Antropología Phoebe A. Hearst
Exhibida en el Museo de Antropología Phoebe A. Hearst de la Universidad de California, a la entrada se pregunta:
¿Por qué a veces sabemos mucho sobre quién hizo las cosas y por qué a veces no? ¿Por qué a veces nos importa y por qué a veces no? Estas son las preguntas que se plantearán en la exposición que inaugurará la renovada Galería Kroeber Hall de Phoebe A. Hearst Museum of Anthropology.
El Museo exhibirá objetos de la colección que instan a los visitantes a pensar críticamente sobre cómo las percepciones de los creadores han variado en diferentes momentos y lugares”.
Es realmente curiosa, por la concepción de sus volúmenes, algunos simplemente huecos contenidos entre el tronco y la postura de los brazos, o la desmesura de la cabeza donde se aprecia la boca pero ‘nos mira’ sin ojos. Es notable la posición de los pies y la ubicación de los brazos que me recuerdan a los de las iagalanaga mumuye. No nos dice época, pero no creo que exceda de entre el último tercio del XIX al primero del XX, pero esto es mi apreciación y por la foto.
la doctora Preston Blier
Permitidme la semblanza que de la doctora Preston Blier, refleja el Museo:
“Suzanne Preston Blier es una historiadora muy apreciada del arte y la arquitectura africanos y profesora de Allen Whitehill Clowes en la Universidad de Harvard. Robando de su biografía de Amazon.com, “Después de enamorarse de África durante una gira en el Cuerpo de Paz, obtuvo su Ph.D. en Historia del Arte y Arqueología en la Universidad de Columbia”.
Sus libros han ganado muchos premios notables, al igual que ella, incluidas las becas Guggenheim, Fulbright y Getty. Su libro más reciente: ‘Arte y riesgo en la antigua yoruba: historia de Ife, poder e identidad, c.1300’, recibió el Premio Prose 2015 en Historia del Arte y Crítica.
En este importante libro, ella ‘desafía y extiende el debate académico’ sobre la antigua ciudad-estado nigeriana que es absolutamente central en la historia cultural y el arte de África y su gente más numerosa, los 40 millones de yoruba. Ife, circa AD 1300, creó una tradición escultórica extremadamente refinada y naturalista que es una de las más grandes en la historia del arte mundial”.
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