Introducción
Hemos visto el Elan variante fang de cultos absorbidos de los pueblos pigmeos como el del Bwiti del que elan era copia,creandola hermandad con rituales que a su vez chirrían a los misioneros pero que los administradores coloniales no se atrevieron a censurar.
Este supo coger y mantener el testigo y aunque surgieron esporádicamente otras hermandades como la de Ndong mba la ‘hija del blanco’, u otras con prácticas espiritistas y supersticiosas e incluso algunas con influencias cristianas, todas acabaron así mismo por extinguirse.
Pero a mediados del siglo XX antes de la descolonización, los fang de Gabón adoptaron el Bwiti, pero el puro el de origen Meyen reivindicando algo más que espiritualidad, en el que al principio veían una continuidad de igual manera que hicieron el resto de pueblos de Gabón, aunque adaptando o incorporando directamente algunos de sus antiguos ritos y al que tal vez por previsión, sincretizaron con elementos cristianos, pero al que desde hace unas décadas el turismo y la masificación que produjo por el morbo que se le adjudicó, han convertido en un espectáculo folclórico.
religión Fang
Al ser un tema controvertido y con muchas aristas, y no queriendo soslayarlo sino intentar contar lo que de este ‘ritual’ conocemos, abriremos este apartado, en un ‘apartado’ especifico.
No obstante, al estar distribuido por gran parte de África Central, involucrando en ello a un buen grupo de pueblos, hace años ya se puso a disposición de todos un trabajo sobre en qué países se practica y porqué pueblos bajo el título de: ‘África rito Bwiti Bwete’.
En África, como dice el profesorDominique Zahan:
“Las sociedades tradicionales constituyen un complejo entramado de etnias y pueblos, cada uno con su religión, su culto y su estilo artístico, cuyas prácticas animistas tienen en común que todas muestran una profunda espiritualidad”.
Hemos visto anteriormente, en la religión Fang, que tienen conciencia de un dios creador Nzame, que tras crear el mundo que pisamos les dejó en él para que lo gobernaran respetando lo creado y que tras esto desapareció, por lo que recordando a aquellos que les precedieron en mantener ese orden y respeto es a ellos, sus ancestros, a quienes rinden culto pues ahora son los intercesores con la potestades de Nzame: Kzane, Mebere, y Nkwa.
Y por ello sus reliquias, sobre todos los cráneos y huesos largos, son el objeto sagrado al que veneran recordando a dichos ancestros y los preceptos que les legaron.
África
Tal vez por los dificultosos pasos que la vida les ha obligado a dar desde que recuerdan, sea característico en África imbricar el concepto de esfuerzo con lo místico, y como eslabón de una cadena común e indisoluble formen un todo con lo que nosotros llamamos arte.
Entiendo por esfuerzo, no solamente lo físico, sino aquello que exige pensar decidir y arriesgar, que es lo que la vida de estas gentes les exigió, exige y creo que la pérdida diaria de vidas de tantos conciudadanos les pasará la cuenta para seguir exigiéndoles hoy.
Como para otros, analizar el arte de los fang, necesita de recabar y conocer sus aspectos humanos, los: históricos, sociales, míticos, metafísicos, cosmogónicos y religiosos. Y en este proceso común se han visto de igual modo sometidos a ciertos grados de aculturación y mestizaje; sus creencias, preservadas oralmente, se basan en un orden cosmológico ancestral que se aprecia en sus costumbres y expresiones artísticas. Para los fang las fuerzas que mueven el universo son sobrenaturales y actúan sobre lo vivo y los fenómenos naturales.
Nadie cuestiona que el arte africano en general, y el de los fang es una muestra más, fundamenta la expresión de esto en sus objetos artísticos, cuya función estriba en servir de puente al hombre con ese mundo espiritual, de mano de los mejores intercesores, sus ancestros, aunque se debe recalcar que en el pragmatismo africano toda obra suele tener un doble uso, simbólico y utilitario.
los ancestros
Lo simbólico requiere de un consenso social, y todos aceptan que las fuerzas sobrenaturales que mueven el universo están sujetas a la disquisición de los ancestros. Esta cuestión es importante tenerla en cuenta para entender que ellos creen que sus obras, máscaras o figuras, están imbuidas por fuerzas sobrenaturales pues quienes las hicieron fueron meras herramientas manejadas por los ancestros, que les dotaran de ellas y que por eso dejan entrever en su expresividad esas energías.
Lo utilitario es tan simple como recurrir a dichas obras para recordar al ancestro que cumpla con sus compromisos y les propicie la vida. O, ¿a qué va un cristiano a la iglesia y le ruega a su particular virgen o santo?
Nos arrogamos ahora como antaño, poderes extrasensoriales que nos permiten elucubrar sobre los conceptos religiosos de quienes ni conocemos su lengua, lo que de entrada nos niega entender de qué hablan o qué expresan, fiándonos de intuiciones y prejuzgando sus maneras y obras.
Basta leer los textos que escribieron misioneros de cualquier adscripción religiosa, aún hoy, para ver que entendían su estancia por esas tierras como ante paso necesario a la entrada en su paraíso, previo el terrenal claro, y para ello subrogar cualquier otra creencia a la suya, por el camino o medio que fuera.
Colonos
La ecuanimidad de misioneros, militares y colonos brilló por su ausencia y no se dio crédito ni aquí ni en ningún otro lugar de África, a que de lo que hablaban y a quien veneraban era en realidad a la Naturaleza en la que convivían y les proporcionaba todo lo necesario para vivir y todo lo necesario para que su conocimiento y habilidades avanzaran a la par.
Reflexionando sobre los conceptos bantúes de cómo perciben su existencia vital, veremos que tampoco difieren mucho del pensamiento general que discurre por el resto del mundo, pues expresan que de donde vino todo a ese mismo todo revertirá.
Para poder facilitar la comprensión de este círculo cerrado enlazándolo en el mundo que percibimos, ellos parten de las tres figuras que rigen ciclos, la Tierra o Si, el Sol o Sa y la Luna o So, que a su vez se relacionan obviamente con la tierra, el fuego y el agua.
Tessmann, Günter, en ‘Les Pahouins Monographie Ethnologique d’une tribu d’Afrique de l’Ouest, en AAVV, Fang’, París, Dapper, 1991, pp. 238 a 243, relata que para los fang:
“Dios construyó el mundo: la tierra, el sol y la luna y posteriormente creó a los seres vivos. Cuando concluyó su obra se fue al cielo y el personaje principal que quedó sobre la tierra fue el hombre, que se distingue del resto de los seres vivos porque está compuesto por dos partes: una visible y pasajera y otra invisible, que sobrevive a la muerte”.
Perspectiva vital de los Fang
Así mismo afirma que:
“…los fang distinguían dos mundos, uno orgánico y otro inorgánico. No creyendo en el azar, todo se produce por una causa. Y atendiendo a lo anterior, el ser humano consta de una parte visible y temporal, el cuerpo, y otra invisible que pervive al cuerpo, el espíritu. El invisible espíritu queda integrado al cuerpo mientras esté vivo y, a su muerte, abandona ese receptáculo material para intermediar ante el Dios Creador por los que su contraparte material se ocupó en vida”.
Tessmann tiene razón sin duda, lo vivió de primera mano, y ahora nadie cambiaría una coma. Pero creo que hay que explicar algo sobre cómo llegan a esas conclusiones.
Sin duda muchos de esos pensamientos tienen influencia cristiana. En cualquier iglesia cristiana está presente la dualidad cuerpo efímero y espíritu inmortal, pero tampoco ellas lo ‘inventaron’ como mucho desarrollaron ideas, como los africanos, y ahí sí hay diferencias.
El mito en la religión Fang
Si arrancamos del mito fang de su origen y sus distintas versiones, estas responden a las preguntas básicas que se ciernen sobre el hombre. El origen de lo existente, el enigmático nacimiento del primer ser humano, la muerte y las dificultades que exige la pervivencia. A esas iniciales preguntas dan respuestas como: tener, forzosamente, que cooperar con los demás y poner nombre a un primer hombre y mujer y cómo, porqué y para qué son necesarios.
Acceder y posibilitar la creencia en un Ser Omnímodo, no hay teólogo, ni Santo Tomás siquiera, que no afirme que se debe a la necesidad humana de tener un interlocutor con lo trascendente. Seres vivos pensantes, humanos, los fang son conscientes de su poder y limitaciones; son conscientes de la necesidad de moverse para eludir problemas y mejorar sus vidas y de la dificultad que eso ‘puede’ entrañar. Y se mueven.
Y tras largo y duro caminar llegan a lo que parece puede ser el lugar idóneo y a pesar de lo desconcertante y hostil que les parece, tal vez empujados por unos, o convencidos por otros, penetran en ese mundo inédito y de agresivo aspecto. Si al principio les parecía inhóspito y en su tradición oral relatan la ansiedad por apartarse de él, es curioso que se entretuvieran doscientos años en su interior, más los ciento cincuenta desde el relato de esos doscientos hasta hoy, donde siguen, aunque algo haya cambiado ‘su bosque’. Y aunque ni fueron los primeros ni los últimos, sin duda es ‘su bosque’.
Lo inmaterial y lo material
Desde luego no debió ser fácil adaptarse y abrirse hueco, pero consiguieron ambas cosas y con mayor rédito que otros, tal vez porque supieron deslindar lo que la Naturaleza les ofrecía y que agradecidos recibían, de lo que eran y como grupo representaban. Conscientes de que ser es lo trascendente y no estar.
Confusos no obstante, como lo estamos nosotros cuando en ello pensamos, dan rienda suelta a la imaginación, recordemos, hace trescientos cincuenta años, y les aparece lo metafísico, las fuerzas ocultas, la magia, la brujería, los miedos y los que ofrecen respuestas a cada una de esas cosas. Y sin dejar de lado nada y a nadie ocupado en esto, sí encuentran cómo ampararse ante los acontecimientos que fuera de lo habitual se les presentan, sus antepasados, esos a los que conocieron a quienes querían y que les querían.
Y a ellos encaminan sus solicitudes, agradeciéndoles seguir vivos hoy y que lo estén mañana. Día a día. Porque eso es lo fundamental. Los postulados de muchos estudiosos, priorizan el que los antepasados les sirven como:
“… intermediarios entre el mundo de los dioses y el mundo material. Pero este ámbito de realidad oculta, según las creencias de los fang, no es el límite de la existencia, porque por encima de ella queda la verdad más trascendente, que es la Realidad Total: el Ser Superior, Creador de todo cuanto existe y la Tríada”.
la religión fang y el poder
Y este discurso, que me parece entresacado de aquellas palabras que desde el púlpito el sacerdote cristiano inculcaba machaconamente y con los jefes coloniales políticos, comerciales y militares que por cierto no olvidaban demostrarlo llevando incluso sus pistolas a la iglesia. Y claro, bien aleccionados, creyendo que el poder tiene razón y que por eso le ampara su dios, aceptan que se les oprobie e incluso se esclavice. Pensando, dentro de ese discurso de púlpito, que:
“En definitiva, la actitud del pueblo fang ante la naturaleza y ante el cosmos postula ser analizada desde tres objetividades diferentes: una realidad fáctica que se refiere a todo lo material, una realidad cósmica que alude al mundo extrasensorial y una realidad divina, que trasciende toda existencia”.
Y así, con discursos obvios bellamente trasmitidos, se llenan los grandes museos y colecciones con sus obras, y las casas de subastas y comerciantes de ‘arte’, llenan, sus bolsillos, sin que nadie pague derechos de propiedad intelectual ni ningún otro; simplemente se requisa la pieza. Claro que esto, se puede trasmutar a cualquier pueblo colonizado, no?. Y esto es básicamente la religión fang y la del que ostenta el poder.
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