Sociedades iniciáticas vuvi
Las sociedades iniciáticas son responsables de mantener el orden y transmitir la tradición en todas sus formas. Garantizan la cohesión y la regulación social dentro del grupo y es por ello que están presentes en ceremonias religiosas, educativas, terapéuticas o judiciales.
Este es el caso del Bwiti o el Mwiri que está muy vivo entre los pueblos de Gabón central como los Tsogho, Apinji, Povè o Vuvi y Sango, o los Mungala Kota y los Ndjabi Ambaama u Obamba. Otras, por diversas causas, han desaparecido totalmente como la Ngil o la Sô de los Fang.
No sé si hasta aquí han quedado claras las funciones de las máscaras y como se realizan. Pero quiero incidir en algo tan importante como básico, “son sagradas”,por tanto raras de ver. Es por ello que lo que hacen los adeptos es pintarse cara y cuerpo y vestirse en función del rito, para estar adecuadamente vestido a lo que requiere la máscara y su ritual correspondiente.
Las sociedades iniciáticas femeninas
Las sociedades iniciáticas femeninas, como el Ndjembè, de origen Myènè, que practican las mujeres Vuvi, la Lisimbu de los Kota o incluso la Nyembe, son las más influyentes y corresponden a pueblos del centro de Gabón. Estas sociedades, exclusivas de mujeres, continúan brindando educación a las jóvenes, definiendo su lugar en la comunidad y afianzando su papel como esposas y madres. Siendo capaces de prestar una asistencia médica real, preservar la salud física, mental y mística y servir de protección contra la brujería.
Las máscaras pertenecen a las sociedades iniciáticas. Como vectores de regulación, son el medio para establecer su poder sobre toda la población. La máscara intimida al profano y permite al maestro de iniciación hacer valer su autoridad.
Son la visibilidad de lo correcto y es el recordatorio a niños y mujeres, pero sobre todo a los inadaptados o levantiscos, que en caso de incumplimiento de las reglas tradicionales, las fuerzas invisibles intervendrán para reconducir de nuevo a los antisociales al camino marcado.
Ciertamente la colonización primero, a caballo del siglo XIX y XX y los nuevos tiempos ahora, han mermado las practicas tradicionales. Han sido muchos años de incertidumbre y vaivenes y la memoria se vuelve difusa ante la inasumible cantidad de información que hoy se recibe y que se prefiere a escuchar a los ‘anticuados’.
Creencias
Es curioso sin embargo, que a cualquier africano, la visión de una pieza le infunda cuanto menos respeto. Aunque creo que aquí un Cristo en Semana Santa también. A los que aún se acercan, los Vuvis no son excepción, les mueve esa raigambre ancestral que a todos nos lleva en uno u otro momento a invocar al más allá, y ellos aún tiene mucho que preguntarse por ese más allá que tan lejos tienen aún.
Por eso no es difícil comprender que mantengan creencias que en realidad rigen la convivencia. Y no hay mejor imagen que la máscara que llevan impresa en la portada e incluso índice de su cerebro. La máscara es una representación del espíritu que interviene en los estilos de vida ancestral, que cual señal de tráfico muestra el camino a seguir para aquellos que quieran fortalecer su espíritu y el vínculo que une a este con las tradiciones que perduran, pues no dejan de ser aquellas que le han permitido situarse entre sus iguales.
Sumergirse por tanto en conocer esas reglas, participar en las ceremonias que llevan a ese conocimiento, ver cómo ese espíritu que oculto tras una máscara y revestido de naturaleza, se hace ver y se manifiesta, sigue siendo algo dificil de soslayar. Y ante los desajustes que a diario observan, tener algo donde refugiarse, fortalecerse y retomar enseñanzas de cómo actuar, no está de más, pues los modos cambian, pero sólo eso.
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