Ile Ife
Ile Ife, como hemos visto, está ubicada en la actual Nigeria a lo largo de la costa, al sur del Golfo de Guinea, donde a su vez se encuentran los golfos de Benín y de Biafra que bañan sus costas. Ife fundada sobre el siglo Vi por los yoruba, controlaba el bosque tropical al oeste del delta del río Níger.
Y las evidencias muestran que mantuvo algún tipo de conexión con el reino Igbo Ukwu, a su vez con exquisitos y preciosistas fundidores, que a su vez despuntó en el siglo IX en la misma latitud pero al otro lado del río Níger.
También hemos visto que las excavaciones arqueológicas han revelado las varias vicisitudes que alternaron tiempos florecientes con otros de ocupación e incluso devastación de las que siempre emergía, lo que explica los lapsus temporales de evidencias de sus primeras prácticas culturales, de lo que no queda recuerdo ni en sus tradiciones orales.
Marcel Griaule en su ‘Folk Art of Black África’, 1950, p. 16, escribió que:
“… está más allá de nuestros horizontes. Está inmerso en un clima en el que no tenemos experiencia, y sobre el cual, a pesar de las apariencias, solo tenemos datos fácticos mínimos… ”
los artistas de Ile Ife
Es importante recordar siempre las improntas de los pueblos y los artistas de Ile Ife también sabían sacar lo mejor de sus gustos estéticos: perfilaban sobre elevando el borde de los labios mejor que hoy lo hace un maquillador de la pasarela de Milán; en las comisuras de los ojos, el párpado superior se superpone sobre el inferior al modo que lo hacen las pestañas, como también gusta hoy en día alargando ‘el rabillo del ojo.
Asimismo, se remarca una línea paralela sobre el párpado superior; se destaca el arco ciliar pero no así las cejas que no se muestran; gustan de mostrar el cabello que lo peinan con exquisito gusto y bien delimitado; llegan al extremo de mostrar, los normalmente tres pliegues del cuello que se les forma a los africanos cuando están bien cuidados, aunque el número exagerado es también símbolo de estatus.
Figura de la foto nº 14: Esta cabeza, por estar adornada con cinco coronas, según los expertos y el propio rey actual de Ife simboliza el retrato de una reina. Desde luego con solo verla se acepta tal conclusión. Junto con otras, esta magnífica pieza de terracota, fue recuperada del sitio de excavación de Ita Yemoo por el profesor Frank Willett.
excavación de Ita Yemoo
Parece que pudo ser que perteneciera a un cuerpo entero. Las huellas de pintura que se mantienen en la cara y la corona parecen prueba evidente de que si no todas, sí algunas terracotas pudieran estar pintadas, como hoy las máscaras de madera. Mientras que vemos la enorme profusión de adornos sobre la cabeza, apenas vemos un delicado colgante sobre la frente. Sí es a considerar la finura con que se delimitan los rasgos, en mi opinión un retrato, y hasta las estrías naturales de los carnosos labios.
Respecto a los tocados o coronas sobre la cabeza, cuanto más altos mejor. No es lo mismo una tiara papal que un bonete, o un bombín que una chistera, que si ahora son objeto de bromas, en su momento, finales del XI inicios del XX, diferenciaban a las claras la alcurnia del sujeto.
Pero recordemos que hablamos de entre los siglos XII al XIV, por lo que desde luego esta cabeza por sí sola, es un excelente relato sobre la sensibilidad y emociones que eran capaces de proyectar unos pueblos tildados de salvajes o como poco de primitivos. No es de extrañar que en la industriosa Europa de 1938, no se diera crédito a que fueran obra de ellos y que de inmediato se sacaran a relucir mitos cercanos y de blancos, pues cómo compararlos con nosotros.
Obatala
El tocado sobre la cabeza lo forman cinco diademas o coronas y los expertos estiman que el número tanto de diademas como de las cuentas que lo componen dan una idea del rango y la posición del personaje dentro de él. Los diseños con forma de roseta parece ser que eran exclusivos de los individuos pertenecientes a la primera dinastía.
“Estas rosetas sugieren la importancia de las plantas y sus flores, y la antigua primacía de los dioses sobre la propiedad de la tierra para los del linaje de Obatala”.
Y como si de botánicos se tratara el número de pétalos que componían las rosetas, era concluyente para diferenciar ante quién se estaba. Las de 8, ocho pétalos, eran las de más alto grado que se otorgaba a un humano.
Si se componía de 16, dieciséis pétalos, estaba referenciándose a un dios. Como conclusión a esto, los ocho pétalos se asocian a los líderes de mayor rango del linaje de Obatala, pero aquellos compuestos de rosetas de dieciséis pétalos quedaban reservados a la esfera de los dioses.
Frank Willett
En algunas cabezas se observan diademas de círculos concéntricos y parece que tal accesorio hace referencia a personajes políticos relevantes de la nueva dinastía de Odudua. De hecho, a día de hoy se muestra un gran diseño con un círculo concéntrico en las puertas de hierro fuera del palacio de Ife.
Esta cabeza junto a otros objetos se encontraron entre los restos de un santuario destruido en un incendio, construido con entramado de ramas y enlucidas las paredes con adobe y techo de paja
Willett encontró próximo a este otro santuario construido sobre un extenso pavimento cerámico. Los pavimentos de cerámica son una característica distintiva de la antigua Ife que coincide con el período de mayor esplendor de la escultura de terracota y metal fundido, entre el año 1000 al 1400 de nuestra era.
El sistema de pavimentación consistía en colocar hiladas de baldosas cerámicas con un formato determinado, que a su vez nielaban tramos de dibujos que formaban espigas realizadas con cantos rodados insertados.
Foto 15 Foto 16
15:Jefe Lajuwa. Arcilla cocida. H. 32.8 cm. Museo Nacional, Lagos, Nigeria, 20-79.R.10
16: Ife. Arcilla cocida. H. 16 cm. Museo Nacional, Lagos, Nigeria, 79.R.6 – Ife 305. Fotos Dirk Bakker
Eyo y Willett
15: Según Eyo y Willett 1980, p, 103: “Se dice que la cabeza que estás viendo se mantuvo en el palacio del rey. Se llama Lajuwa*4, a quien se recuerda como el usurpador que se convirtió en rey cuando murió Oni Aworokolokin” * Nota 4: Cuenta la historia que:
“Después de la desaparición del Ooni su señor y maestro, Lajuwa escondió o enterró su cuerpo y fingió ser el Ooni. Cuando se descubrió su engaño, Lajuwa fue decapitado, con todos los artistas y escultores por el Ooni siguiente. Y así, Lajuwa se escribió a sí mismo en la historia, porque hoy es el patrón de los cortesanos de Emese, el palacio”.
16: Vemos en la foto nº 9 que abre este apartado de arte, al Oba Adesoji Aderemi, Ooni de Ife, que se dedicó desde 1938 a recuperar los objetos antiguos que la gente había descubierto haciendo caminos o cimientos, incluida esta cabeza, que custodió desde entonces, dando pie al Museo de Ife y los Nacionales de Nigeria en Lagos.
Willett, 2004 afirma que:
“Entre los objetos encontrados los más numerosos son la terracotas seguidas del metal, y lo que sí se ve en ellos es la diversidad de estilos y temas”.
Retratos sueltos
Cabezas como estas no pertenecían a figuras enteras sino que eran retratos sueltos. Otra casualidad, que no es exclusiva, resulta de la manera en que estos objetos antiguos desaparecen y aparecen; en este caso los aldeanos, recuperando piedras u otros materiales para construcción o removiendo antiguos solados o cimientos para otros nuevos, daban con estas piezas que guardaban entre lo excepcional, milagroso o tesoro personal sin saber qué habían encontrado, pero también temerosos, que encontraron siglos más tarde de cuando se produjeron y abandonaron.
De manera que a lo mejor reverenciados atribuyéndoles a saber qué, o por si acaso, los guardaban o enterraban en lugares sacralizados, para exhibirlos, honrándoles si hacía el caso en ceremonias normalmente anuales. Estos nuevos usos y honras de seguro nada tienen que ver con su primera función y posiblemente tampoco se hayan encontrado de nuevo en su primitivo lugar de orígen.
18 17 y 18. Inicios del siglo XIV. Terracota. 17 H: 127 mm. nº reg. 67/16 S. Reenumerado IF 67.1.5. | 18: H: Museos nacionales de Nigeria, Ife. |
Susan Preston Blier
Susan Preston Blier en su ‘Art in Ancient Ife, Birthplace of the Yoruba’, p. 77, hace referencia a estas piezas asegurando que:
“Varias cabezas de terracota de la Era Floreciente de Ife, aproximadamente el 5 por ciento del total, muestran tres marcas faciales elípticas de ‘bigote de gato’ en las comisuras de la boca, similares a las que se asocian con los Yagba Yoruba, un grupo que hace tiempo se asentó al noreste, y que más tarde se asimiló con los Nupe. En una de esas esculturas, las marcas se extienden hacia las mejillas de una manera similar a las marcas faciales posteriores de los Yoruba Abaja, lo que indica una conexión histórica entre las dos”.
Obayemi 1992, p. 73 y 74, pone en boca de Andrew Apter que:
“Un grupo de Yagba Yoruba ocupa un espacio en Ife donde el dialecto Iyagba todavía se habla a veces. Más comunidades históricas de Yagba se encuentran en la región Yoruba de Ekiti donde se han encontrado los primeros emplazamientos de trabajo de hierro. Es posible que la población Yagba de Ife estuviera involucrada en actividades complementarias de fundición en este lugar”.
Al observar algunas figuras de Benín con las mismas marcas faciales, sosteniendo herramientas de herreros en sus manos, tanto Preston Blier como otros expertos, apuntan a que era tradición que los herreros a parte de acudir como tales al Reino de Edo Benin, fueran a su vez remitidos como embajadores de Ile Ife.
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