Introducción
La humanidad siempre ha tendido a recurrir a lo místico, cuando no ha sabido o podido solucionar dilemas o problemas que la superan.
La gran mortandad de niños en los partos o antes de la adolescencia, y el no encontrar soluciones, han llevado a muchos pueblos a recurrir a lo desconocido.
África es tal vez el continente que más sufre esta lacra. Tal vez por ello recurren a respuestas, y ayudas, de los poderes del otro mundo.
La creencia en la reencarnación, tan arraigada en África, está entre los yorubas vinculada a los ancestros de cada familia, ellos piensan que un difunto se puede reencarnar en un descendiente de segunda generación, un nieto por ejemplo para entenderlo mejor, recién nacido y de la misma familia. El bienestar de la familia depende por tanto de la regularidad generacional, para lo que se realizan sacrificios, libaciones y oraciones a los ancestros recientes para que tengan paciencia y a los antepasados por si su reencarnación se este dilatando.
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En tiempos antiguos a los gemelos se les tenía temor generando desconfianza e incluso repulsión; realmene hay que pensar que eran una doble carga, tanto para alimentarlos y cuidarlos, como para llevarlos, pues las continuas desavenencias entre los clanes dificultaban asentamientos fijos. Estoy recordando pueblos que mataban a sus hijos recién nacidos y se apropiaban a la fuerza de los que tenían los pobladores que conquistaban.
Sistemas esclavistas
La llegada de sistemas esclavistas entre los siglos XVII al XVIII y sobre todo la enorme mortandad producida por enfermedades como la viruela y el cólera*17 trasmitidas por esta causa, desconocidas en la región hasta ese momento, propició que ante la necesidad de niños recién nacidos empezaron a verse como doble aporte a la famila, celebrándolos con alegría y entusiamo. Pero se les atribuye un poder que establece su relación en función de si quien accede a compartir al niño es aceptado o por el contrario desilusiona, capaz por tanto de las mayores satisfaciones en un caso, o si no, desgracias como desastres, enfermedades o la muerte, por lo que se les debe respeto y realizarles las oportunas ceremonias y sacrificios.
* Nota 17: La viruela la trasmitieron los esclavistas blancos que se contagiaron en el continente americano. El cólera, casi endémico en Europa en esa época, por los que de allí llegaron, aunque se encubrió entre las numerosas fiebres que ya se padecían en África.
Los gemelos en los Yoruba
La mujer que tiene gemelos es objeto de deferencia y gratitud, pues sus hijos están cerca de los dioses, por lo que se les celebra con cantos de alabanza y la entrega de suculentas viandas. Por eso cuando un gemelo fallece, se recurre al adivino para averiguar la causa y saber qué orisha estaba disgustado y si exige para reparalo que se realice una figura conmemorándolo. Pero al considerar que los gemelos compartían alma, o ere, se tenía que representar a los dos.
En tiempos antiguos como los que decíamos antes, eran considerados una doble carga para las familias más humildes que llegaban a asesinar a uno de ellos, esto, hasta entonces normalizado, llegó con el tiempo a tomarse como una ofensa a Shango exigiendo castigar a la familia estensa por no ocuparse de sus parientes más necesitados. En ese caso se procedía a solicitar a Ifá qé se debía hacer, siendo entre otras cosas el que la madre bailara cada cinco días, cíclo lunar, al Ere Ibeji o espíritu del niño muerto.
la figura ere
Era fundamental que para conseguir beneficios ambas estatuillas estuvieran juntas e incluso se tocaran, en caso contrario sus aptitudes benéficas desaparecerían. Al creer los Yoruba que los gemelos compartían alma, sino se realizaba la figura ere, se creía que este podría vengarse pudiendo incluso llevarse con él a su hermano o procurar desgracias a la familia. De las dos figuras, a la ere, alma común pero representación del fallecido, se la tallaba con el sexo que tuviera pero con una idealización de adulto. Las ere se situaban en el altar familiar donde se les debía vestir y alimentar del mismo modo que a su gemelo vivo.
Hasta aquí, algo hasta cierto punto tan natural como otros sistemas de recuerdo por el dolor de los niños fallecidos en cualquier otro lugar del mundo. Veamos ahora su mitificación y el lugar que ocupan entre las múltiples ramas sincréticas…
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los Ere Ibeji
Para los yorubas, descendientes de estos o los adeptos a estas creencias, los Ere Ibeji están dedicados a Sangho, por lo que se les asperge polvo de lwa*18, siendo Sangho en este caso Oko Ibeji o esposo de gemelos, llamándoseles abekouta ibeji. Tienen gran importancia en la vida cotidiana de la familia donde se les hacen monumentos, compuestos de varios abekouta o figuras de gemelos que hayan muerto.
* Nota 18: Polvo blanquecino resultante de pulverizar el carbón o la ceniza del arbusto aromático llamado leva, lewa, o lwa.
Al primer gemelo que nace se le llama, Taiwo, contracción de to aiye wo, ‘El que viene a probar la vida’. Al segundo Kehinde, de ko ehin de, ‘El que viene detrás’, siendo el mayor de los dos. Se dice que Kehinde siempre envía a Taiwo delante para ver si la vida merece la pena. Kehinde es cuidadosos reflexivo e inteligente. Taiwo curioso aventurero e indiferente.
Los gemelos son también conocidos como Ejire aquellos que siendo dos, son uno. Aina es aquella contraparte femenina del niño muerto por causa de habérsele enredado el cordón umbilical en el cuello. El cordón tiene dos pliegues a los que se vincula con los caminos o vías por donde este recibió el Ide Ifa y el Oje Oosala, el ser respectivamente favorito de Eshu y prosecutor de Orunmila.
Son por tanto tenidos por orishas menores hijos de Sangho y Osun, aunque en algunos sitios se dice que su madre fue Oiá y criados por Yemayá.
Etimología de Ibeji
Etimológicamente la palabra de origen yoruba, Ibeji,proviene de dos vocablos ib, ‘nacer’, y eji, ‘dos’o sea nacimiento doble en alusion a los gemelos.
Los Ibejis son niños, Orisha, pero niños. y al ser por tanto espíritus emergentes están vinculados a todo comienzo, sea un manatial, el parto de cualquier ser, la eclosión de una mariposa o ave, o la germinación de una planta.
Los ibeji son la única deidad dual dentro de la cultura africana, necesitando por tanto de una doble ofrenda o presente a la hora de agasajarles, cuidando que sean para ambos sexos.
Relatan un mito que cuenta:
“En la antigüedad, en el pueblo de Isokun, vivía un agricultor muy próspero, pero que era más conocido como cazador de monos. Esto se debía a que aunque sus siembras eran muy abundantes, los monos se comían sus cultivos dañándolos considerablemente. Los monos eran una plaga para el agricultor. Este trataba de expulsarlos, pero ellos iban y venían, comiendo todos sus frutos. Él y sus trabajadores vigilaban los cultivos, lanzando piedras, amenazando con palos o matando a los monos, que reculaban pero volvían de inmediato a comer de su huerto.
Juju
El agricultor se las ingenió y mediante trampas y cercados consiguió mantener a los monos a raya. Pero entonces, los monos hicieron Juju, brujería, consiguiendo que lloviera a cántaros obligando a los vigilantes a guarecerse en las casas, pensando que también los monos actuarían de igual modo. Pero la brujería funcionaba allá donde los hombres estaban, permitiendo a los monos comer y comer a placer y en seco. Cuando el agricultor lo descubrió, mandó techar los accesos a las lindes de cada parcela para que los vigilantes se guarecieran. Así consiguieron acabar con muchos monos.
Un día llegó un adivino al pueblo de Isokun y predijo al agricultor: ‘Si continúas matando monos, tus esposas no podrán tener hijos. Los monos son sabios y poderosos, ellos tienen la facultad de enviar un abiku, hechizo que mata a los recién nacidos, a los vientres de tus esposas. Cesa de matar monos. Permite que los monos vengan y coman en tu tierra’.
Pero el agricultor no creyó a aquel babalawo y continuó matando monos. Estos se reunieron y discutieron la forma de vengarse del hombre. Fue así como decidieron enviarle dos abikus. Entonces dos monos se transformaron en abikus introduciéndose en el vientre de una de las esposas del agricultor. Cuando la mujer parió, nacieron los primeros gemelos en aquel pueblo yoruba. Esto atrajo la atención de todo el mundo. Era la primera vez que nacían dos niños a la vez. Unos dijeron: ‘Qué buena fortuna para el agricultor’. Otros manifestaron: ‘Esto es un mal signo para el agricultor, ya que sólo los monos paren gemelos’.
Abikus
Como los gemelos eran abikus, al poco tiempo murieron. Y los monos retornaron al ‘lugar de los no nacidos’. De nuevo, una de las esposas del agricultor quedó embarazada, y cuando parió, nacieron otros gemelos. Pero como eran monos, al poco tiempo de vida, murieron. Así pasó con todas las esposas. El agricultor, desesperado porque no podía tener herederos, emprendió un largo viaje para consultar a Orúnmila. Ifá le dijo: ‘Tus problemas son provocados por los monos. Ellos están enviando abikus a los vientres de tus esposas. Tú le has provocado a ellos un gran sufrimiento, y ellos en venganza te hacen Juju. Permite que ellos coman en tus cultivos, a lo mejor así se apaciguan’.
El agricultor regresó a Isokun, y dejó de cazar monos que pudieron comer con tranquilidad. Al poco, una de las esposas del agricultor quedó embarazada y parió gemelos. Pero el agricultor, inquieto por sus anteriores experiencias, fue de nuevo a consultar el oráculo de Ifá para asegurarse de que sus hijos no murieran otra vez. Ifá le dijo: ‘Estos gemelos no son abikus. Los monos se han apaciguado. Pero tampoco estos gemelos son niños ordinarios. Estos gemelos tienen el gran poder de premiar o castigar a los seres humanos. Su protector es el Orisha Ibeji. Si alguien maltrata a estos gemelos el espíritu Ibeji castigará a esa persona con enfermedad, pérdids de embarazos y pobreza. Y quien trate a estos gemelos con bien, será recompensado con hijos y buena fortuna’.
Ifá
Ifá también dijo:
‘Debes hacer cualquier cosa que les haga felices en este mundo. Lo que ellos quieran, dáselo. Haz ofrendas al orisha Ibeji. Ya que los gemelos fueron enviados al mundo por los monos y estos son sagrados para el Orisha Ibeji. Ni los gemelos ni sus padres pueden matar monos ni comer carne de mono’.
El agricultor retornó a Isokun y le dijo a su esposa lo que Ifá le había advertido. Él le explicó que lo que los gemelos quisieran, había que dárselo. Si querían dulce, se los diera; si querían ir al mercado a pedir, que los cargara y los llevara al mercado; si querían bailar, que ella los cargara en sus brazos y danzara con ellos. Así llegó la buena fortuna a la vida del agricultor.Desde este día, los gemelos son llamados Adanjunkale, ‘Los ojos brillantes de la casa’ ”.
la figuras Ibeji
Por eso a la figuras Ibeji se las representa como si fueran reales, y se las viste y engalana usando ropas cuajadas de cauríes, cuentas de vidrio, monedas o pintadas.
Se dice que los Ibejí incluso consiguieron auyentar al Diablo, mediante molestas argucias que le obligaron a prometer marcharse y anular las trampas que había colocado para capturarlos. Están considerados patronos de los gemelos aunque dan protección a todos los niños, llegando a invocárseles cuando estos enferman. Se celebra su fiesta el 27 de septiembre en la que se reparten dulces a los niños.
Todo lo que sea doble les simboliza y aquello con lo que se les honre debe ser doble, sean tambores, campanillas o velas. Se sincretizan con Cosme y Damian los hermanos cristianos martirizados por Diocleciano, en muchas partes se les representa sentados en taburetes unidos por una cuerda.
Se dice que los Ibejí inclusoconsiguieron auyentar al Diablo, mediante molestas argucias que le obligaron a prometer marcharse y anular las trampas que había colocado para capturarlos. Están considerados patronos de los gemelos aunque dan protección a todos los niños, llegando a invocárseles cuando estos enferman. Se celebra su fiesta el 27 de septiembre en la que se reparten dulces a los niños.
Todo lo que sea doble les simboliza y aquello con lo que se les honre debe ser doble, sean tambores, campanillas o velas. Se sincretizan con Cosme y Damian los hermanos cristianos martirizados por Diocleciano, en muchas partes se les representa sentados en taburetes unidos por una cuerda.
185 Egbado, Ibarapa | 186 Egbado, Ibarapa | 187 Egbado, Ibarapa |
Ibeji pueblos yoruba
- 185 Ibeji, pueblos yoruba, grupo Egbado o Ibarapa, Nigeria. Siglo XIX al XX. Madera, cuentas de vidrio, tela de algodón, azul añil, polvo de leña. Medidas: 24.1 x 9.2 x 8.9 cm. Donación del Dr. Jeffrey S. Hammer, en 1979 al Metropolitan Museum of Art, MET. Nº rg: 1979.527.26
- 186 Ibeji, pueblos yoruba, Nigeria. Siglo XX. Madera, cuentas de vidrio variadas. Medidas: 23.5 x 8 cm. Adquirido por B Kerrigan para el Museo Nacional de Escocia – British Museum. Nº rg: 1951.21.1
- 187 Ibeji, pueblos yoruba, Egbado o Ibarapa, Nigeria. Siglo XIX al XX. Madera, cuentas de vidrio. Medidas: 23 x 10 x 7 cm. Colección particular.
188 Erin u Oshogbo | 189 Erin u Oshogbo | 190 Erin u Oshogbo |
- 188 Ibeji, pueblos yoruba, Ilobu, Erin u Oshogbo, Nigeria. Siglo XIX al XX. Madera, polvo de leña, cuentas de vidrio, azul añil. Medidas: 27,9 × 7,6 × 8,3 cm. Donación de F. Peter Rose, en 1981 al Metropolitan Museum of Art, MET. Nº rg: 1981.424.14
- 189 Ibeji, pueblos yoruba, Ilobu, Erin u Oshogbo, Nigeria. Siglo XIX al XX. Madera, clavos, polvo de leña, latón, cuentas de vidrio. Medidas: 29.2 x 7.6 x 7.9 cm. Donación del Dr. Jeffrey S. Hammer, en 1979 al Metropolitan Museum of Art, MET. Nº rg: 1979.527.5
- 190 Ibeji, pueblos yoruba, Ilobu, Erin u Oshogbo, Nigeria. Siglo XIX al XX. Madera, polvo de leña. Medidas: 26 × 7.9 × 7.9 cm. Donación de F. Peter Rose, en 1981 al Metropolitan Muesum of Art. Nº rg: 1981.424.13
estilo Abeokuta Nigeria
191 Egba Abeokuta | 192 a Egba Abeokuta | 192 b Egba Abeokuta | 193 Abeokuta |
- 191 ibeji pueblos yoruba, Nigeria. Inicios del siglo XX. Madera y cuentas de vidrio. Medidas: 23,5 x 7,5 x 7 cm. Donación anónima de los Amigos Americanos del Museo de Israel. Nº rg: B99.0874 (ab)
- 192 a b Ere ibeji, pueblos yoruba, Abeokuta, Egba, Nigeria. Siglo XIX al XX. Madera, cuentas de vidrio, metal, ristras de caurís unidos. Medidas 25 cm. Museo nacional de Escocia. Nº rg: A.1931.119, A.1931.120
- 193 Ere Ibeji, pueblos yoruba, estilo Abeokuta, Nigeria. Inicos siglo XX. Madera, cuentas de vidrio, metal, caurís, añil. Medidas: 24 x 6 x 10 cm. La Porte Dogon para Bafra 2020. Que dice: El añil, los collares de perlas redondas y tubulares, pulseras de tobillo y grandes anillos de metal en las muñecas y las hileras de caracoles, constituyen el ‘abiku’, los abundantes adornos con función apotropaica de estas efigies ‘ere’ de gemelos. El espacio formado por la posición de los dedos de la mano ilustra las tradiciones estéticas yoruba de la región de Abeokuta en el estado de Egba.
estilo Omu Aran, Igbomina
- 194 Ere Ibeji, pueblos yoruba, estilo Omu Aran, Igbomina. Inicios siglo XX. Madera, pigmentos, cauris, metal. Medidas: 28,5 cm y 29 cm. Ex colección Pierre Dartevelle, Bruselas. Ex colección Fily Keita, Los Ángeles.
- 195 Ere Ibeji, pueblos yoruba, estilo Shaki, Oyo, Nigeria. Inicios del siglo XX. Madera, pigmentos, caurís, cuentas de vidrio, fibras. Medidas: 24,5 x 26,5 cm. Ex colección Helmut Zake, Heidelberg. Flak Galerie.
- 196 Ere Ibeji, pueblos yoruba, Ila Orangun, Nigeria. Inicios siglo XX. Madera, pigmentos y cuentas de vidrio. Medidas: 30 cm. Ex Christie’s, Tribal Art, 22 de noviembre de 1988. Ex colección William A. McCarty-Cooper, Los Angeles. Ex colección privada, EE. UU. Flak Galerie.
197 Poto Novo,Benín | 198 egbado ibarapa | 199 Ilobu Erin, Oshogbo |
- 197 Ere Ibeji, pueblos yoruba, Porto Novo, Benín. Siglo XX. Madera, cuentas de vidrio como ojos, metal, restos de materia de cubrición, añil. Medidas 23 cm. Galeria Bruno Mignot.
- 198 Ere Ibeji, pueblo yoruba, Nigeria. Siglo XIX al XX. Madera, cauris, cordón, cuentas de vidrio, campanas de bronce. Medidas: 22.8 x 8.3 x 2.7 cm. Donación: The Michael C. Rockefeller Memorial Collection, The Diana Woolman Memorial Collection en 1973 al Metropolitan Museum of Art. MET. Nº rg: 1978.412.673
- 199 Ere Ibeji, pueblos yoruba, Ilobu Erin, Oshogbo. Siglo XIX al XX. Madera, clavos, cuentas de vidrio, polvo de leña, añil. Medidas: 28,6 x 8,9 x 7 cm. Donación del Dr. Jeffrey S. Hammer en 1979 al Metropolitan Museum of Art. Nº rg: 1979.527.11
Juanjo Andreu
Profesor de Bellas Artes y comisario cientifico de arte tribal africano
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