Ngi
Y aquí retomamos a Ngi, cuya hermandad tenía como objetivo primordial, garantizar que la comunidad quedara a salvo de brujería, hechizos y las perfidias tanto espirituales y emocionales como físicas promovidas por un Evú.
Y el culto Melan y su complemento místico el Byeri, como fundamental conjunto intercesor con la Potestad Divina, único poder realmente capacitado para controlar todo aquello que creó. Dicen que evú proviene de ‘a vu’ raíz de un verbo que significa extinguir, lo que buscando subterfugios pretende la magia mediante la hechicería con todo aquello que se le opone.
Tanto Pierre Alejandre como Jacques Binet, profesor uno misionero el otro en su libro de 1958 “Le groupe dit pahouin” obviamente con datos recopilados años antes, comentan que: “Los iniciados se desplazaban en comitiva maquillados de blanco y rojo portando en su rostro la máscara Ngi” pero sin describir cómo era, tampoco Bennett en “Notas Etnográficas de los Fang” de 1890, aporta ninguna información sobre la máscara. Falgayrettes-Leveau en “Fang” de 1991 comenta que Bennett ni tan siquiera respondió, cuando en cierta ocasión se le preguntó si la máscara blanca la llevaba un hechicero de Ngi.
los hechiceros
Dejando la duda existente entre los estudiosos de a quién se daba tal importancia, pues se pensaba que en zonas del oeste los hechiceros iban por libre sin dependencia de su comunidad y parece que al este sí estaban relacionados; pero situados en uno u otro extremo, es lógico pensar que si no había que hacer alardes acrobáticos de baile, sino solo llevar puesta la máscara, teniendo a esta además por sagrada, lo normal es que la llevara el más apto.
La realidad es que a los que primero pisaron aquellos territorios les interesaba más su qué que los quienes y pocos fueron los que sin ser expertos, como lo entendemos hoy, sí se sintieron atraídos por aquello que les producía sensaciones, anotando lo que hoy nos sirve al menos para elucubrar aunque lejos de las certezas. Lo que sí es cierto es la dificultad de datar, ubicar y dar catalogación, buena o mala, a lo existente, que exceptuando aquellas primeras piezas, e incluso muchas de las depositadas en grandes museos, están en duda.
En 1931 Grebert W.A., intentó realizar una catalogación de objetos en la región del Rio Ogooué constatando:
“la triste desaparición de las máscaras Ngi, de las máscaras Só de los ritos lunares y de las máscaras tradicionales yelmo de dos o cuatro caras tanto con barbas de rafia o sin ella, que posiblemente estaban coronados con cuernos o con algún personaje situado junto a las plumas en la parte superior”
el País Mpongwè
Y hablando de espiritualidad, dejadme poneros un relato eclesial: “La llegada de los misioneros a Gabón: el papel de la Congregación del Espíritu Santo.
Según el padre Gérard Morel, que se basa en los escritos del padre Raponda Walker, los primeros intentos de introducir el cristianismo en Gabón se remontan al siglo XVIII. En 1777, los capuchinos italianos dependientes de la misión de Santo Tomé fundaron una casa misión católica en Gabón, en el País Mpongwè, en la actual zona costera de Libreville.
Pero este primer contacto no se mantuvo por varias razones, incluida la práctica vergonzosa de la trata de esclavos, incluso por parte de los misioneros. En ese momento, la religión cristiana pareció a los nativos un instrumento más del comercio europeo.
Todo esto despertó el descontento entre los pueblos costeros de Gabón y la desconfianza hacia los misioneros europeos. Al final no se estableció ninguna relación duradera. Nada asumieron los nativos de este primer contacto, salvo que el hombre blanco tiene una religión. En las costas del África negra, por ejemplo en el Congo, un país vecino de Gabón, en el siglo XVI, también hubo intentos de inculcar el cristianismo por parte de los portugueses, pero sin mucho éxito porque el comercio acaparaba todo y los intentos de cristianización no pasaron de las costas.
Juanjo Andreu
Profesor de Bellas Artes y comisario cientifico de arte tribal africano
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