Organización social
En casa del padre los pasos del hombre quedaban marcados por establecer una familia, tener muchos hijos y llegar a ser patriarca de su propio poblado. Para lo que debía contraer…
Matrimonio
En la antigua sociedad fang, el matrimonio no era algo exclusivo de un hombre y una mujer sino que vinculaba a dos familias y también a los dos clanes de los que estas procedían.
En un matrimonio fang quienes refrendaban el compromiso, no solo eran los contrayentes como actores principales, sino que a su vez quedaba legitimado por la participación y ceremonias que efectuaban los padres de ambos y los jefes tradicionales de ambos clanes.
Los varones por lo general pasaban su vida en el pueblo en que habían nacido, a no ser que por decisión de los ancianos y previas las ceremonias rituales consiguientes decidieran una migración colectiva, o autorizasen a alguno a ubicarse en otro lugar, siempre por el bien de la comunidad. Por el contrario la mujer, nacía en un pueblo, se solía casar en otro y moría en el de su esposo. Esto en realidad era una prevención social, pues implícitamente conllevaba el que mujeres solteras casaderas se vieran obligadas a dejar el pueblo donde habían nacido evitando los incestos.
La tradición fang incluía además el no aceptar que en caso de divorcio la mujer ‘vuelva a casa’. Mpongo, 1968:40, nos dice:
“Marcando imperiosamente a la mujer el camino que debe conducirla al matrimonio y la maternidad, echando raíces en su nuevo pueblo y creando su propia familia”
sociedad fang
La tradición fang tiene un axioma:
“Cada persona, como un eslabón, depende de otra”.
El jefe del clan, como primer eslabón, era el guardián y primer adepto de la ley, y como tal tutelaba y representaba a los hijos cuyos padres habían muerto. El linaje del clan así no se perdía. Estar ‘encadenado’ al clan legitimaba el estado de derecho personal o individual. Por lo que, el esfuerzo por mantener la ecuanimidad y control de un jefe fang en el día a día, no dejaba de ser ‘derecho divino’.
Abuy 1985:42, reafirma: “Este derecho venía a reforzar el ser, en y con la vida”.
Este concepto debía estar constantemente vívido y arraigado en todos los componentes del clan, era fundamental el respeto que debía acompañarlo sobre todo para aquellas personas que más contribuían a mantener y acrecentar la fuerza y longevidad del clan, las mujeres.
Siendo deber del hombre y en igual medida, propiciar y proteger las vidas.
Detalles de la sociedad fang
Como se ha mencionado, la sociedad fang era patrilineal y el matrimonio obligaba a la exogamia y permitía la poligamia hasta donde el hombre pudiera acceder con su patrimonio. Respecto a la exogamia, a diferencia de los occidentales, en que la consanguineidad marca los límites incestuosos entre padres hijos y nietos pero lo admite con tíos y sobrinos; la exogamia entre los fang excluía a todos los miembros del clan, por mucho mestizaje que cualquiera tuviera en su línea ascendente.
De ahí la enorme importancia que se daba al conocimiento del árbol genealógico, que permitiera al interesado enumerar a todos los cabeza de familia desde su padre hasta el origen primigenio de su clan, de manera que al relatarlo, la familia de la mujer escogida pudiera comprobar que ningún nombre del de esta coincidía con el del pretendiente, eludiendo así toda relación de consanguinidad, evitando así la endogamia.
Por otro lado, en la sociedad fang, primaba la idea de que el linaje alcanzara los límites del tiempo, para lo que se necesitaba asegurar la sucesión y que los hijos fueran numerosos pues el número garantizaba prevención ante ocasionales accidentes y fuerza para contrarrestar cualquier imprevisto. Esto daba sentido a la poligamia, posibilitando el que se pudieran tener varias esposas.
Según clan
Esto por una parte obligaba al hombre fang a buscar una mujer fuera de su entorno y a dedicar enormes esfuerzos en su trabajo para acceder a una economía que le permitiera tener varias mujeres y alcanzar así mayor estatus, y por otra parte sus hermanas se casarían así mismo con hombres con los que tampoco tuvieran relación parental, como poco de otro clan, lo que promovía el que al no tener certeza de con quién se compartiría la vida cotidiana futura se tuviera mucho respeto con los foráneos, pero también mucha cautela.
Muchos pueblos del bosque observaban un popular refrán que dice: “Ayong ya ayong ka mbam nkie ovon” que literalmente es “cada clan tiene su forma diferente de fabricar el mango de su hacha”, con lo que hacen referencia a que cada clan tiene sus propias características, aunque respete las normas y principios generales del pueblo fang, lo que conllevaba el que aquel desconocido, cualquiera que se acercara al poblado se le agasajara con comida y alojamiento.Previamente a la ceremonia había un paso fundamental…
N’sud o nsua, la dote
Como en cualquier otro pueblo, la dote o ‘pago de la novia’ el n’sud o nsua entre los fang, debía efectuarla el pretendiente directamente o a través de sus deudos a la familia de la mujer, lo que entre los fang, en realidad en todas partes, era la forma tácita de iniciar, deliberando en diversas reuniones cuánto y cómo, y cerrando el compromiso al acordarlo, dándole lo que llamaríamos hoy valor probatorio.
Por lo general, los fang llamaban n’sud a aquello material vinculado a la ceremonia de casamiento, concretizados en objetos de metal fundido, el n’sud bikien, o ‘moneda de la novia’. Algo muy extendido sobre todo entre los pueblos con origen bantú o como los fang, asociados.
ekuelé
Como en otros lugares, antiguamente este pago se compensaba trabajando en la hacienda de la familia de la mujer durante un tiempo y aportando una serie de bienes que se acordaban como compensación por el trabajo que la muchacha prestaba hasta entonces en su casa.
Cuando de los trueques se pasó a la moneda a la que los fang a la suya llamaban ekuelé, los bienes materiales dejaron el paso a estas ekuelés o monedas tradicionales fang estableciendo una cantidad que por lo general marcaba la familia de la mujer.
De uno u otro modo, satisfecho el pago, o si era demasiado alto acordada la forma de llevarlo a cabo, esto otorgaba formalidad legítima a la unión, creaba un importante vínculo entre clanes y a la vez formaba parte del ritual que legalizaba la futura descendencia. Estas costumbres se perdieron cuando las potencias colonizadores europeas implantaron sus monedas y sus registros de empadronamiento.
El n’sud
Retomando el valor y proceso del n’sud, este confirmaba la unión legal entre una mujer y un hombre, entre una familia y otra, entre un pueblo y otro. No se pretendía hacer una exhibición de opulencia, ni de conseguir a la mujer porque aportara a su familia una compensación desmesurada.
El n’sud simbolizaba sobre todo convencimiento y consenso en la unión. Por tanto era elemento primordial en los matrimonios fang, y tan jurídicamente indispensable para la solidez del matrimonio que incluso si un niño nacía antes de abonar la dote por su madre, no pertenecía a la familia del esposo, sino a la familia de su madre a cuyo cargo quedaba.
Abuy, 1985:130 y 145 refrenda que:
“Al punto en que su padre era el padre de su madre, su abuelo materno, y, en su ausencia, el hermano mayor de su madre, su tío materno… resguardando así la dignidad que desea el padre para su hija, en su estado como mujer casada”.
El n’sud, la dote, era antaño como el ‘sí quiero’ que los novios se dicen en el altar. Cuando la familia del novio se presentaba en casa de los padres de la novia dejaban un regalo simbolizando la dote. Si la novia lo ponía en la mesa de su padre, era que aceptaba a su novio, si se lo devolvía a la familia de este, que lo rechazaba.
nsua
Monseñor Rafael María Nzé Abuy, 1985:143, antropólogo y filósofo guineano, estableció que el n’sud, o nsua en Guinea Ecuatorial, desempeña diversas funciones:
- “1º: Proporciona a la familia de la novia un medio de reemplazar a esta por medio de hijas políticas, en una función sustitutivo-valorativa de la mujer” Esto es, sirve el pago recibido por su hija para tener con qué pagar la dote de la futura mujer de su hijo varón.
- 2º: “Es expresión y signo de la estabilidad del matrimonio”.
- 3º: “Incide en la posición económico-social de las familias que van a unirse con los vínculos de afinidad” Aquí Abuy pretende argüir que como a su vez la familia de la novia tiene que contribuir con el ajuar o ewonga de su hija, se establece un acuerdo económico tácito entre las dos familias.
Abuy 1985:136 continua diciendo:
“No existe más derecho que nsua, pero tampoco menos. Nsua es signo de unión; cuando esta se deshace su devolución es legal y anula la fuerza de la ley sobre todo en los casos de infecundidad o excesivas desavenencias entre el marido y la esposa o, incluso, entre la casa y los parientes del esposo, o a la inversa”.
Solucionado lo estipulado en el n’sud, se daba paso al…
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