Los Senufo
Cuenta una leyenda Guro que si bajo un mismo techo se juntan muchas poleas unirán sus fuerzas para luchar contra el tejedor.
“Vosotros tenéis reloj, nosotros tiempo”. Proverbio amazigh.
Y tal vez por eso aunque sea un proverbio generalizado en África, los Senufo hacen un curioso tejido al que dan el nombre del pueblo de donde salió, Korhogo.
Korhogo
El pueblo Senufo de Korhogo está en Costa de Marfil. Se dice que este tejido está influenciado tanto por el Bògòlanfini como por el Kente de los Asante de Ghana que veremos más adelante y “nacido a su sombra”.
En el tejido Korhogo los Senufo casi siempre utilizan tonos ocres como marrones, cremas y negro, aquellos sacados de diversas tierras y el último de la ceniza del carbón vegetal, a los que en distintas tinas sumergían en agua que dejaban pudrir hasta fermentar, fijándolo con el extracto de las vainas y guisantes de ciertas acacias como la Nilótica, la base de la ‘goma arábiga’ y que al secarse los tonos contrastaban aún más, por lo que había que tener gran práctica y retentiva del proceso. Los diseños generalmente se dibujaban con una plantilla que al ir degradándose, daba un toque distinto a cada dibujo.
Estos símbolos utilizaban perfiles humanos y animales, aunque abundaban elementos demiúrgicos como el sol, la luna y las estrellas, todos ellos enraizados y muy presentes en la cultura y mitología Senufo.
usos del tejido
Los Senufo tiende a colocarlos en fachadas o aquellos sitios donde protegerse contra el mal de ojo y los espíritus que lo procuran, en prevención a sus conjuras y malas intenciones. Era imprescindible por tanto para los cazadores y quienes tenían que hacer largos trayectos, por lo que se usaban también en los funerales y en los ritos de paso de la sociedad Poro de hombres y la Sandogo de mujeres.
Ambos géneros participaban y se ocupaban de cultivar el algodón, luego las mujeres desbastaban e hilaban el algodón y preparaban el tinte mientras los hombres tejían y decoraban la tela.
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