Terciopelo del Kasai
Los tejidos conocidos como terciopelo del Kasai, que eran realizados por los pueblos Kuba, básicamente por los integrantes del clan Shoowa, y que servían en principio como tapiz para el asiento del rey. Se realizaba sobre una base entretejida de fibra muy fina, recogida del interior de ciertas palmeras jóvenes. Se secaban al sol y luego se cortaban en tiras de 2 mm. A lo que ahora se conoce como rafia.
A continuación los hombres realizaban la base y luego las mujeres, era valor añadido si estaban embarazadas, insertaban sobre él las finas tiras coloreadas, con las que realizaban bellos ornamentos que podían ocupar hasta un año para su realización final. El valor era por tanto determinado por la belleza y calidad de la labor realizada. Eran por tanto muy apreciados como moneda de cambio o valiosos regalos.
Eran uno de los elementos más empleados como moneda en gran parte del África central, pues su valor provenía de que en su primera utilización, servían de cubreasiento de los reyes Kuba; eran cuadrados de unos 40 cm. de lado, que se conocían como “tsulu”, “nta” o “etoho” dependiendo de su número.
un nta
El conjunto de 30 tsulu, constituían un nta, cantidad suficiente de paños, para que unidos, formaran una manta capaz de cubrir a un difunto. Un tsulu elaborado con fibras de palmera, se llevaba un día de trabajo, y mientras era elaborado, las mujeres tejedoras cantaban determinadas canciones que recordaban el mito fundacional.
Con 8 o 10 piezas podía adquirirse un cuchillo, y con un nta se podía comprar una pipa o un brazalete. Estos paños de rafia recibieron el nombre de macuta en la zona colonizada por los portugueses, y por este motivo, la moneda que se acuñó en Angola entre los siglos XVIII y XX recibió también el nombre de macuta, que sustituyó a los antiguos tejidos de rafia usados como moneda.
Además de esos pequeños tapices utilizados como monedas, se realizaban largos tejidos de hasta ocho metros que eran usados alrededor de la cintura tanto por hombres como mujeres. Los realizados para hombres eran llamados Mapel y los de la mujer Ntshak.
Los paños, adrinka de algodón, machiras o gabagas fueron también muy populares como medio de pago en Nigeria y Congo.
los patrones
Observamos dos mujeres Shoowa entretejiendo los patrones de terciopelo del Kasai con sus manos, más pequeñas y delicadas, sobre la base también de rafia pero más rígida y consistente que por su textura realizaban los hombres. |
vemos la espalda de una mujer en que se puede observar la escara que coincide con los patrones reales de las faldas. Aquí es preciso fijarse en que a esta mujer, de alto estatus, se le ha cortado la mano derecha, tal vez por no haber querido rebajarse, o algún pariente varón, a obedecer órdenes de algún colono y como uno de los castigos recurrentes que se utilizaban sobre todo en época de Leopoldo II de Bélgica. Las mujeres de la foto de la derecha utilizan faldas Ntshak con patrones que de algún modo deben coincidir con aquellos que se les aprecia sobre su estómago. |
Cualquier acto social requería de la falda mapel o ntshak que dependiendo del tamaño y de los aditamentos, mostraba el estatus y jerarquía de la persona. Los patrones geométricos plasmados en sus tejidos de rafia se pueden encontrar en muchos aspectos diferentes de la sociedad y tienen determinados significados e importancia para el pueblo Kuba.
Meurant
Meurant 115 nos dice:
“Cuando estos tejidos están bordados, indican que el usuario pertenece o esta muy cerca de la realeza, por el hecho en sí del esfuerzo que requiere dicho trabajo”.
Las mujeres Kuba del clan Shoowa básicamente, son las encargadas de tejer esos magníficos y valorados tejidos. Las fibras, las consiguen, como hemos visto en los Kongo, entresacando del centro de las palmeras jóvenes las hojas más tiernas que secan al sol y que luego cortan en tiras de no más de 2 milímetros de ancho y que llamamos rafia. Así ya están preparadas para ser llevadas al telar y ser entretejidas
Hasta hace muy poco, estos paños se utilizaron como moneda o eran ofrecidos como regalos de gran prestancia. El valor era determinado por la complejidad de la labor realizada. Los paños largos, mapel o ntshak, que utilizan los nobles pero siendo alguno privativo del N´dop o rey y que suelen entregarle sus esposas cada vez que danza la máscara real, renovando así su vestuario; luego está la Lapuum Labot su vestimenta más noble y de prestigio.
Por su longitud de hasta 6 m y aditamentos adheridos, son pesados, tanto como apreciados, dado que su elaboración podía llevar varios meses o hasta un año para terminarlos.
Cole 307 apunta:
“Los niveles de detalle y el patrón a determinar, indican el status de la persona dentro de la sociedad”.
Elaboración de los patrones
Cole 388 nos dice:
“Estos se hacen cosiendo trozos pequeños juntos y sólo las personas de más prestigio llevan ropa hecha de este tipo de tejido. La falda que mostramos está hecha de tela de corteza y tiene una franja de rafia textil y algunas piezas de tela importada de Europa. Aunque este diseño parece muy simple, uno se da cuenta de la cantidad de esfuerzo puesto en la realización de esta tela que está hecha a base de pequeños triángulos cosidas entre sí para formar diamantes, y usando cuidadosamente tintes naturales y oscuros para su decoración. Los patrones no sólo representan la situación económica y social, sino la unidad étnica y la religión”.
Washburn, 20, reafirma:
“Los Kuba continúan produciendo todos los diferentes modelos, y aunque éstos ya nada tienen que ver con la realidad y el poder del pueblo, la estética no obstante, sí muestra la clasificación de la persona que lo lleva dentro de la sociedad”.
los Kuba
Aunque este tejido se originó en el reino de los Kongo, que se ubicaban en el estuario del Rio Zaire ahora Congo, no demasiado lejos del Océano Atlántico, los Kuba comenzaron a utilizar este conocimiento en el transcurso del siglo XVII.
Washburn 21 y Cole 388 nos dicen:
“Este tejido es de uso común en la zona dado que son expertos cultivadores de palmeras, de las que extraen numeroso productos, aceite de palma, vino de palma, etc. sino que preparan las hojas para la ejecución de estos tejidos”.
Washburn 23 dice:
“Los hombres entonces tejen las fibras que en ese momento son blancas, en un telar en diagonal donde crean unos rectángulos de unos sesenta centímetros cuadrados; cuando la rafia se seca, adquiere una característica tonalidad canela”.
Cole 388 por su parte comenta:
“Cuando se ha completado el tejido, tanto hombres como mujeres se aprestan a su la decoración antes de usar las faldas; estas, que se envuelven varias veces alrededor del torso, pueden alcanzar una longitud de entre tres a seis metros”.
Meurant 115 dice:
“Los hombres dan un efecto más natural a los textiles, mientras que las mujeres crean expresiones rectilíneas y geométricas que definen la tela”.
Tejido de Shoowa
Asimismo, Washburn 23 dice:
“Las mujeres acumulan los diseños geométricos, ya sea mediante motivos bordados o de pelo cortado, terciopelo o felpa; los de terciopelo o felpa presentan decoraciones separadas y reseñadas por líneas paralelas”.
Cambiar de repente los patrones, era algo común e intencionado, incidían en mostrar algo a reseñar rompiendo además la monotonía en la superficie; esto lo conseguían dando distinto espesor en cada línea a los elementos representados.
Cole 389 dice:
“La tela de rafia siempre ha sido un elemento importante en la sociedad de los Kuba, fue utilizado como moneda de cambio, en los contratos de nuevos asentamientos y como moneda de dote en los de matrimonio”.
Del mismo modo, Washburn 20, por otro lado comenta:
“Cuando se utilizaron estas piezas como moneda, la gente se refería a ellos no como los BaKuba, los ‘lanza cuchillos’, sino como Mbal o Bambala que se traduce como la ‘gente de la tela’ ”.
Cole 389 dice:
“En ceremonias como los festivales o en funerales siempre se utiliza tela de rafia; esta tela todavía es recordada por su importancia a lo largo de la historia”.
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