N’Tomo
N’Tomo es la primera etapa donde con cinco o seis años preadolescentes ‘no circuncidados’, pasan cinco años avanzando a través de cinco niveles de instrucción. Se crea así una fraternidad al compartir enseñanzas y las preguntas que estas generan. Afecta a todos los niños antes de la circuncisión.
Esta etapa se distingue por instruir al niño sobre su propia situación entre el resto de humanos y su lugar en el mundo. Este primer grado se subdivide en ciclos que simbolizan distintos animales y cuyo comportamiento sirve de ejemplo.
- – El león ocupa el primer ciclo: ejemplariza el saber, se enseña al niño la grandeza del alma humana, cómo esta nace y evoluciona. También sobre aspectos físicos humanos.
- – El sapo el segundo: se vincula con enseñanzas sobre la vida y la muerte, dado que este animal parece no descomponerse tras la muerte y evoca la idea de eternidad.
- – El pájaro, tercero: es en el que se enseña al niño lo que tiene que ver con el pensamiento del hombre, cómo desarrollarlo, evolucionar una idea y saber expresarla.
- – la gallina, cuarto: su pisada evoca la encrucijada y por eso trata de explicar la relación entre el hombre y el cosmos, ya que guarda afinidades, según ellos, con el sol y la tierra.
- – El perro, quinto y último: tiene que ver con la socialización, lealtad y el honor, como dimensiones nucleares del alma humana.
simbología inicial
Dentro de los simbología inicial con que los Bamana instruyen a los niños, por funcionalidad y propia prevención comienzan diciendo: “El calor o Goniya hace fuego o Ta y los dos mundos, tierra y cielo, existen a través de la luz o Dye fia”
Así comprenden la importancia del fuego y que es por la luz que percibimos las cosas. Los enmascarados N’Tomo en la cara que muestran, nos dejan ‘leer’ que una nariz larga y fina pero prominente, es para los Bamanael órgano del sentimiento y por tanto, del acuerdo, que no del contrato, social y la cohesión que le da solidez y estabilidad.
Sin embargo la boca, cerrada y pequeña, recuerda que en esta etapa hay que aprender a medir la palabra e incluso a callar cuando es necesario, la boca puede convertirse en enemiga del humano y por ende, de la sociedad misma. También son importantes los ropajes de algodón cultivado ese año que llevan, que si son blancos o Ntomo Dje son por lo general hijos de herreros o sacerdotes y si son variados, los típicos amarillentos o negros, son N’tomo Fing y sus tonos proclaman su clan.
Transcurridos los cinco ciclos y los rituales, no siempre al 5º año, hay una serie de celebraciones por el fin de la etapa, y aludiendo a que para su paso a adultos necesitan previamente demostrar su preparación mística y o religiosa, los varones deben aún cumplimentar de manera estricta lo que sería este paso, con cuatro ceremonias durante la que despojados de su mäscaras, y sus vestidos, pero armados con flexibles varas, se fustigan entre ellos ceremonialmente durante un tiempo debiendo aguantar el dolor.
To n déou
En el segundo día de celebraciones, aquellos que serán circuncidados son considerados Soli y deben honrar a los miembros superiores de la hermandad llamados To n déou, para lo que deben efectuar Soli kili basi, lo que requiere que deben ir por toda la comunidad de casa en casa sin dejarse ninguna, cantando alabanzas dedicadas a cada jefe y su familia en concreto.
La noche anterior a la circuncisión y escisión o D’lo, los dos géneros se separan formando un grupo cada sexo. Los candidatos llevarán la frente impregnada con colores blanco, amarillo o rojo, y tan solo ir cubiertos con una manta. Los niños son afeitados y ungidos con aceites, y a las niñas tal vez le hicieran alguna escara y desde luego sí bien peinadas y acicaladas y vistiendo un Bogolan proporcionado por sus futuros esposos, con colores correspondientes a su clan y nivel en la sociedad.
En la circuncisión de las mujeres, el alfarero y la esposa del herrero del pueblo, frente a sus padres, escinden a las niñas que tendrán unos quince años. En la cultura Bamana, el clítoris representa el aspecto masculino de la mujer, y el prepucio el femenino en el hombre. En el caso de las muchachas la sangre se recoge y entrega a su prometido, para que él haga una ofrenda y refuerce su compromiso ante los antepasados.
la circuncisión masculina
Para la circuncisión masculina, el niño que ronda entre los diez a doce o trece años, es llevado al centro de la aldea donde es circuncidado por el Fa maestro de los herreros de su clan. Una vez que los Soli hansanado las cicatrices de sus cortes tienen otra ceremonia, la del Boloko déou don bo con la que concluye el evento.
Pero siendo importante, pues significa la ‘muerte del infante y el nacimiento del adulto’, es realmente a los varones a los que se alaba y felicita en público, haciéndolo en el entorno familiar a las chicas, lo que indica que aunque practican la igualdad de género de manera relevante y sorprendente desde hace siglos, aún son los hombres Bamana quienes marcan la diferencia.
Tras esto, ya sí se les considera aptos para iniciarse como adultos. Y las muchachas, algunas cerca de los quince años, e importante tenidas por fértiles, pueden optar a casarse.
de la infancia al conocimiento
El N´Tomo, marca por tanto, antes de la circuncisión, el camino de la infancia al conocimiento; al que sigue Kómó, después de la circuncisión, introduciéndole al conocimiento general; Kono en lo referente a temas sociales; Nama en los aspectos psicológico; Tchi Wara en el conocimiento del cosmos; y Koré comprender la divinidad, que es la base última del ser humano y que acaba sobre los 56 años, en que paulatinamente, el individuo aún se debe acercar a esa perfección que emerge de la divinidad comprendida.
Conviene indicar que la hermandad Jo que se ocupaba de todos los rituales, se ha convertido en una especie de marco donde caben y se han instalado otras fraternidades de iniciación.
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