el Byeri
El Byeri era el culto a los ancestros. Preconizaba los ritos y ceremonias contemplados en su religión con los que los fang honraban a sus antepasados. Era el camino escogido para acceder a la divinidad y que esta se involucrara en ayudar a los humanos.
El Melan por otra parte era el culto tradicional de los fang. Pero para ello se necesitaba al menos un antepasado que hubiera sido encomiable, de intachable proceder y valedor de las tradiciones, que su evú no hubiera tenido conexión con el mal y nunca hubiera intervenido en actos de brujería.
Era necesario que antes de fallecer hubiera encargado a su hijo primogénito, o en su defecto a un albacea, entre otras cuestiones velar por su cráneo, huesos largos y falanges para que él, notándose reclamado por alguno de los que poseía alguno de esos restos, se ocupara de interceder ante las fuerzas divinas y velar por el bienestar de los suyos.
Entonces sí, su cráneo exclusivamente, dentro del culto Byeri a los ancestros podía ser utilizado solo o junto a otros, como necesario interlocutor en los rituales del melam.
Pero no era hasta pasados al menos dos ciclos lunares que se inhumaba el cadáver y recogían los restos, pasando el cráneo, fémur tibias peronés y falanges, a componer el Eyema Byeri.
Liturgia
En el acto de inhumación del cadáver, el hijo mayor del difunto se encargaba de la compleja ceremonia, mientras los músicos, labatell, entonan sus canciones y el ndong mbá, el danzante enmascarado bailaba su histriónica danza, los restos del cadáver eran ungidos de caolín, tras lo que eran distribuidos en grupos envueltos en esteras.
Se iniciaba a continuación una danza donde los participantes, en fila india, dirigidos por el más anciano se repartían los vestidos, enseres y posesiones del difunto según sus deseos.
Todo terminaba cuando el mismo anciano bendecía a los congregados, siendo entonces cuando el difunto quedaba liberado, comenzando una nueva vida como mediador entre ambos mundos, procurando bonanza, prosperidad y armonía a sus allegados.
Creen que los cráneos y huesos alargados de su antepasado encierran un mayor poder de conexión con él y de mejor acceso así a lo que este cree más positivo para sus descendientes.
Nsekh
Por eso recopilan primero los cráneos de su padre y madre y luego los de los hermanos de estos. Para lo que utilizan unos recipientes, pequeños al principio y más grandes según se incrementen los huesos, a los que vemos escritos como Nsekh, Nsek, Nsok halan o Ngon que en principio guardan en su casa en una habitación sin ventanas creada exprofeso.
Los recipientes nsok más pequeños pueden ser envoltorios de estera de rafia, tela o piel y los más grandes, de hasta un metro, de cortezas del árbol aseng a los que llaman Niämödo.
Cuando solo se tenía un cráneo este quedaba en la habitación donde dormía el jefe de familia, pues no debía estar solo.
Acumulados varios cráneos y huesos, pasaban a la ‘casa de los muertos’, auténticos santuarios, contenidos en las cajas de corteza y protegidos por la imagen idealizada del difunto, pasando el conjunto a ser llamado Eyema Biery y solo el recipiente sobre el que se sustenta la figura del guardián y que recoge los restos es el Nsek.
el alma o Nsissim
Algunos byeri llevan insertos discos o tachuelas metálicas en las cuencas de los ojos, todos los relicarios quedaban guardados a la sombra en la ‘casa de los muertos’, de manera que en esa penumbra el brillo de esos ojos simulara el alma o Nsissim revelando su inquietante presencia.
Una vez al año se sacaban y eran bailados por el sucesor o como marionetas sobre las chozas. Los relicarios eran protegidos y defendidos si hacía falta hasta la muerte.
Ciertos byeris llevan a sus pies un espacio en forma de cazo o cucharón, otros presentan un espacio hueco en la espalda o vientre, mientras en otros se aprovecha el hueco del eje central del bloque de madera que la savia deja al crear la ‘madre de la madera’, oquedades que utilizan como contenedores de restos óseos y que la familia conserva en el santuario privado de su casa, siendo las vísceras, según su creencia, restregadas o impregnadas pues en ellas residen la fuerza y el pensamiento que opuestos pero imprescindibles, generan la vitalidad.
Si Eyema Biery es el conjunto que tiene ya depositados los huesos y restos del difunto, Mwan Bian es el nombre previo que recibeantes de que se le depositen dentro dichos restos, pero teniendo la figura del difunto incorporada, sirviendo en este caso, aunque se dilate el proceso, como potente ‘medicina’. Este conjunto puede llegar a servir como altar migratorio.
Ceremoniales
En todos estos ceremoniales los fang, como vieron hacían sus vecinos los pigmeos ba aka o baka, se pintaban de blanco para hacer ver que quien se ‘cura’ es un espíritu, no un humano, y de rojo cuando lo que se pretende es mostrar el esfuerzo que ese humano pone por su parte para ser suficiente y hacer ver que honra para demostrar respeto y cariño a sus ancestros y no que siempre acuden con peticiones o ruegos, para lo que usan ‘la sangre del árbol rojo’, al que unos llaman padouk y otros al este túcula, pigmento que extraen de la corteza de árboles viejos del mismo nombre, que pulverizaban y licuaban en látex del mismo árbol para poder fijarlo.
En definitiva, el blanco simboliza todo aquello que tiene que ver con lo espiritual, mientras que el rojo es aquello que tiene que ver con lo vital, lo material y el esfuerzo y alegrías que es vivir.
Debemos entender que estos pueblos tienen diferentes perspectivas respecto a nosotros para percibir lo que les rodea hacen y dicen. Donde nosotros vemos arte ellos ven posibilidades. Donde nosotros pedimos cuando rezamos, ellos por lo normal entienden que deben agradecer, mostrar respeto a lo mucho que se les dio cuando sus antepasados vivían.
Hemos partido del paso de la infancia de los jóvenes a ser reconocidos como adultos dentro del culto de la hermandad Só, y a estos chicos los hemos llamado ‘iniciados’, y para el africano el ‘iniciado’ lo es de por vida, pues siempre se está aprendiendo.
Ku Melan
Del Só, han pasado al Byeri y de este a continuación se entra al Ku Melan, entender esto requiere ser consciente de que el tiempo corre y que para estos cultos necesitan dejar de trabajar, por lo que hasta el ku melan estos iniciados más los adeptos que se sumen le dedican la temporada seca, que empieza en octubre y puede dilatarse hasta más allá de enero.
En paralelo, ‘iniciados’ de otro grupo de edad, o sea, al menos y entre otros, los anteriores a los que acaban de hacerlo, se han estado iniciando en los cultos de acceso a la pertenencia de otras hermandades, que iremos viendo.
Es importante que al hablar, o al leer otros trabajos, se entienda, que los fang u otros pueblos pasan de un culto y sus ceremonias a otros como si no hubiera transición, es un error. Dedican un tiempo de ‘vacaciones laborales’ al año para dedicarse en cuerpo, y alma, a cada culto.
Tessmann
Y dejadme que todo lo anterior nos lo sintetice Tessmann, que por cierto no los llamaba fang ni pangwe sino angwe, que parece era el nombre que ellos se daban y como eran conocidos por los demás:
“Cuando mueren un hombre o mujer angwe, sus hijos o sobrinos lo entierran, y meses después recogen su cráneo. Al igual que hacen los Kota. La muerte de otros parientes próximos permite completar la colección de cráneos, se prepara un recipiente de corteza, que se coloca en un rincón de la casa.
Los cráneos y fragmentos se sitúan en el fondo, entre trozos de corteza de Copaifera y fragmentos de Prevostea africana, recortados y teñidos con paduk, planta que trae buena suerte. Se añaden también otros talismanes.
El resto del bote se llena después con hojas de banano secas, y se cierra. Sobre la tapa aparecen sentadas una o varias figuritas de madera; sus grandes ojos de hojalata contemplan con mirada ausente la vida cotidiana de la casa, como si viniesen de otro mundo y como si no pudiesen entender en absoluto los asuntos de los hombres”.
Ritual
En su ideario metafísico creen que al poco de nacer, cada fang tendrá un signo que indicará cuando le llegará su muerte. Son cosas comunes para la mayoría pero esenciales en su existir, como el canto de un determinado pájaro, el que un árbol muera o que el río arrastre hojas de determinada manera, por ejemplo. Es la madre quien en su momento revelará a su hijo cuál es el símbolo que indicará su muerte, de manera que al ver o soñar con ‘su señal’, dé los pasos necesarios para que todo discurra adecuadamente.
En un ritual prefijado, irá despidiéndose de sus allegados, bendecirá a su familia exhortándoles a mejorar su existencia y dictará su última voluntad en la que distribuirá sus bienes entre todos, evitando que luego se discuta.
Se nombrará un emisario que estará a su lado en todo momento, puede pasar largo tiempo, para que a su muerte divulgue el óbito ordenando se den los toques de tambor que así lo anuncien a la comunidad y al que los lugareños acuden en primera instancia para informarse.
Este emisario no suele tener mayores dificultades so pena que la persona muerta haya sido infértil, pues para los fang la muerte de alguien sin descendencia es una desgracia.
el Eyema byeri
En el ritual del culto a los ancestros, el Eyema byeri, ese conjunto sagrado de cráneo caja y figura, tenía como función honrar y venerar, mostrando respeto y cariño, al espíritu del ancestro que reside dentro, pues ya fue mucho lo dado cuando ese antepasado vivía, sabiendo que al recordarlo, seguiría ocupándose de que sus sucesores siguieran beneficiándose.
Tal era lo sagrado de su carácter que la preparación anual, previa al ritual, conllevaba una gran tensión que sobre todo afectaba a los adeptos primerizos o con pocas celebraciones. Se celebraba en un bohío con dos habitáculos, construido para la ocasión en el bosque. En uno se depositaban los eyema byeri de la familia y en el otro se acomodaban los novicios.
Parte fundamental del ritual consistía en que el ancestro comunicara a los allegados presentes, aquellas cuestiones que considerara relevantes y que el allegado pudiera a su vez consultar sus dilemas, para ello y dentro del ceremonial llamado nku melan ingerían entre cantos y danzas elan, un extracto sacado de la Tabernanthe iboga una planta con potentes alucinógenos que también les desvelaron los pigmeos.
el nganga
En esta ceremonia aquellos iniciados del año, u otros que no pudieran haberlo hecho antes, se reunían con el nganga, el hechicero en toda África Central, y en este caso el hombre más sabio, el más anciano y respetado de la familia, tenido como un antepasado, que actuaba como oficiante en todas las ceremonias.
Él procedía a preparar hojas y una decocción con sus raíces, con las que ungía la cabeza y pecho de los adeptos, tras lo que ingerían parte del mismo y masticaban hojas, cayendo en un letargo y a veces catalepsia que al despertar, contaban, les había conectado con los espíritus de sus ancestros que les habían relatado soluciones y consejos para que una vez recuperados de la simbólica muerte, las transmitieran a sus mayores.
La masticación o potente infusión ingeridas en este primer ritual del Ku melan, llevaba a tal estado que el individuo perdía el pulso y toda función corporal pareciendo estar muerto, algunos lo fueron, para lo que mediante una sucesión de pellizcos controlados, esto también podía provocar la muerte, había en un tiempo prudencial que pellizcarle el cuerpo para incitar que el riego sanguíneo se activara y así poder volver del mundo de los muertos a contar sus experiencias y desvelar lo recomendado por sus antepasados.
Culto a los ancestros’ familia Esseng en Ebängon danzando cráneos junto a ramos de plantas medicina | Culto a los ancestros’ en Ebängon por la familia Esseng. Sur de Camerún. Fotos Günter Tessmann |
la unción de esteatita blanca y arcilla ocre
Terminado este culto, se tornaba al byeri y al habitáculo contiguo en que los eyema byeri estaban, importante recordar que se había estado interactuando con ellos en su catatónico soñar hacía nada, entonces se extraían los cráneos de los nsek, y se les renovaba la unción de esteatita blanca y arcilla ocre entre proverbiales letanías, que daban paso al fragor de los tradicionales tambores de ranura nkúú, los arcos de cuerda elem y a veces las trompas tong de madera y se procedía a los sacrificios de animales cuya sangre se vertía sobre los cráneos.
Situándonos, o intentándolo al menos, en semejante ambiente… no es difícil imaginar el impacto que en los jóvenes iniciados, y a cualquier otro, impactaría la situación.
Lo cierto es que el temor a esa transición provocada por los alucinógenos, con la sensación de incredulidad de comprender qué habían visto, pues mediatizados antes y tal vez mucho más después, a saber qué puede llegar a crear la imaginación, que siempre trabaja y parte de los datos y miedos propios.
De un modo u otro, el resonar de la fanfarria y tambores atormentando un cerebro reblandecido, dejaría sin duda en cada muchacho tal estigma, que aquello que propugnaba no saltarse los eky o tabúes, ni las leyes y tradiciones por las que estaban allí, podría ser jamás olvidado. De modo que asimilada pero aún por deglutir, lo que podría durar sus vidas, sí servía para que tanto lo vivido en el Só como las pesadillas del Melan, traspasando en sus mentes el umbral de la vida, devinieran al inconsciente niño en un fang adulto.
el Melan o Ku Melan
Y sí, efectivamente, el Melan o Ku Melan, la experiencia metafísica de la muerte que los iniciados fang pasaban, es en realidad el mismo antiguo rito del Bwiti practicado en origen por los Baaka y Babonga grupos pigmeos con los que socializany que absorben después en sus culturas numerosos pueblos incluso de alejados parajes de los Fang, y que practican otros pueblos de Gabón, de los dos Congo e incluso Angola.
Hemos aprendido que todos ellos con sus propios instrumentos, aunque versionados posiblemente de un original de difícil ubicación, y que los miembros de la ‘gran familia’ fang, iniciados, danzaban acompañados de xilófonos creados para dichos eventos los mendjang mebian y marionetas llamadas muane biang creadas a su vez para rememorar aspectos que reforzaran conceptos del Melan.
Si en pasos previos los rituales requerían de máscaras, ahora ya en el Melan su culmen, debían incorporar figuras, de lo que veremos una pertinente descripción más detallada.
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