La hermandad Kònó bamana
Kònó es la tercera etapa: En ella se trataban los problemas de la dualidad humana con mayor profundidad. Examinando la fusión del pensamiento y el cuerpo, unión que da a luz a la conciencia.
La hermandad Kònó, dejó de existir hace tiempo, como ya se adelantó, pues su principal función era social, protegiendo los acuerdos y la estabilidad en general de los integrantes de la sociedad. Fomentaba la fecundidad pues el número daba fuerza al conjunto; la fertilidad de la Tierra para alimentar adecuadamente a las gentes y que estas prosperaran; y actuaba como mediadora cuando se debían resolver conflictos de intereses. Era el vademécum imprescindible para implantar y regular la moral cívica y con ella la harmonía social.
El Bamana
El Abate Henry, 1910, en ‘El alma de un pueblo africano: El Bamana. Su vida psíquica, ética, social, religiosa’, nos dice:
“Nuestros poderosos y grandes fetiches Boli reciben homenajes especiales, homenajes con grandes derramamientos de sangre, porque en todo momento uno necesita recurrir a su intervención…”
Los sacrificios principales son ofrecidos por tres razones, nos dice también pp.152-153:
“La primera, se hace para obtener su favor, para atraer buenas dádivas del fetiche; la segunda para salvar la vida, para abstraerse de una muerte decretada; la tercera se ofrece para apaciguar a un fetiche al que se atribuye la muerte de un ser querido y solicitar que se salven los sobrevivientes de la familia.
Al final de cada sacrificio importante, todas las piezas que componen el fetiche se limpian en la sangre excedente reunida en recipientes de tierra cocida llamados Da, y no es hasta que esta operación se ha realizado en el silencio más profundo, que se vuelven a depositar en sus pieles de cabra”.
Máscaras zoomorfas
Estas máscaras zoomorfas, en realidad cimeras de baile, ya que se usan horizontalmente sobre la cabeza, pertenecen al tercer ciclo o etapa, conocida como Kònó. Se utilizan en los rituales iniciáticos una vez conseguido su acceso. Sin cimeras compuestas a partir de diferentes características animales. Por lo tanto, la extrema longitud de la boca puede interpretarse como una trompa de elefante, como el largo pico de una gran ave, el afilado pero potente hocico de un carnívoro u otras parecidas similitudes.
Suelen ser mayoría entre las cimeras Kònó las que aluden al animal ‘totémico’ de la hermandad más importante, la hiena del Koré. Suelen presentar sujetas al hocico, trompa o pico, un envoltorio negruzco llena de ‘material mágico sagrado’, un Boli, atado al tronco o largo pico, siendo suficiente, si lo tienen, para distinguirse claramente de las cimeras Kómó, que nunca los tienen.
La frente del animal representado en las cimeras Kònó, como en el Kómó, suele ser abombada y desmesurada, remarcando el alto nivel de conocimiento, el tamaño de las orejas denota la aguda percepción de la hiena o animal representado.
Morfología de las cimerás de Kónó
Por la parte superior de las elongadas mandíbulas, e incluso en las orejas, ‘pueden presentar’ aunque no siempre, agujeros donde tienen o tuvieron insertadas plumas de aves, por lo general de buitres. El hecho de mostrar las mandíbulas abiertas, parece indicar el valor y poder que otorgan a la palabra. Y es notoria la pátina costrosa, resultante de los sacrificios y libaciones que se le realizaban.
Las cimeras del Kònó están entre las más estilizadas máscaras Bamana y aunque similares a las del Kómó, son comparativamente mucho más esbeltas.
Los Bamana, que suman unos 5.000.000, cinco millones de individuos, forman el grupo étnico más grande de Malí. El triángulo de la región Bamana, que divide en dos el río Níger, constituye la mayor parte del territorio al oeste y el sur del hoy Malí.
la cultura Mandé
Los Bamana son miembros de la cultura Mandé, un poderoso y gran grupo de pueblos de África Occidental. Kaarta y Segou fueron ciudades estado Bamana, allá sobre el siglo XVII y continuaron teniendo influencia política en todos los estados occidentales de Sudán, durante el siglo XIX.
Fue durante esta época en que se produjeron duros enfrentamientos religiosos en toda la región, situándose las sociedades islamizadas en contra de quienes pretendían preservar sus creencias tradicionales cuyos adalides y seguidores eran mayoritariamente Bamana.
Los objetos conceptuados por ellos como Boli, pl. Boliw, jugaron desde ese tiempo un importante papel en la vida ritual de cada aldea Bamana. Los objetos con tal poder eran en principio propiedad de la hermandad de iniciación masculina Kònó, aunque según fue esta desapareciendo, se fueron depositando en manos de miembros de alto estatus del Kòmó o el Koré, estatus conseguido tras décadas de introspección y profundo conocimiento, que les dotaba de tal grado de percepción como para saber ensamblar las demandas de la natural con el mundo de lo espiritual.
los Boliw
Insondables, opacos y misteriosos para el ojo no iniciado, solo esos miembros garantes de la capacidad y experiencia suficiente, estaban capacitados para manejar los Boliw con eficiencia y de manera segura.
La función principal de un Boli,esté situado sobre una cimera o como objeto independiente, consiste en acumular y controlar la ‘fuerza vital natural’ o Nyama con el único objetivo de beneficiar a la comunidad. Utilizados como altares o llevados durante las actuaciones de danza, son complejas creaciones generadas a partir de recetas esotéricas, o Daliluw: huesos de animales, materia vegetal, miel o algo de metal, algunos dicen que incluso pueden tener un meteorito, pueden componer el paquete o amasijo empaquetado, situado alrededor de una armadura interior de bambú envuelta en tela de algodón puro.
Cubierto todo ello con el férrico limo del Niger y pellas de arcilla, estas superficies van acumulando paulatinamente las diversas materias utilizadas en los sacrificios, como la sangre de perros, cabras o pollos, esputos de gachas de mijo y nuez de Kola masticada o espurreados de cerveza o vino de palma fermentados. La consecutiva acumulación de estas materias sobre el objeto, acrecentaban significativamente su poder espiritual.
creencia cosmológica Bamana
Al conocerse cómo se llevaba a cabo la composición de los Boliw y lo preciso y mimético de la posición de los diversos ingredientes, ha dado pie a investigar en porqué así.
Consecuencia de lo cual surgieron diferentes interpretaciones, por ejemplo, en específicos casos, parece que el orden de colocación se mimetiza con lo que a simple vista, bien en la noche o en el día, se observa en el universo, de manera que al ‘leerlo’ se interpreten los diverso factores del modelo de creencia cosmológica Bamana y propicien una respuesta.
También se ha observado que, sorprendentemente, la costra sacrificial que recubre los Boliw es similar al contenido no digerido de un estómago humano, a pesar de que generalmente los Boliw están compuestos de materiales extracorpóreos, provenientes del entorno pero no del interior de un cuerpo.
La forma más usada es la que vagamente recuerda un bóvido o cerdo, como el que mostramos, aunque pueden tener formas más o menos abstractas, desde los irreconocibles a los que asemejan a figuras humanas. Aunque curiosamente y casi todos, presentan un agujero donde se situaría el ano, en el que el demandante de solución a un problema, al indicarlo el ‘maestro’, debía meter su índice derecho invocando la gracia de ver realizada su petición.
El MET
El MET nos dice: “
…los líderes de Kònò, al igual que sus contrapartes en kòmò, desarrollan un profundo conocimiento de la flora y fauna de la región y manipulan materiales orgánicos e inorgánicos para proteger a sus comunidades. El capitular kònò que poseyera una máscara casco de estas, colocaba en su superficie un paquete envuelto de materiales.
El contenido del paquete permanece indiscernible para el espectador que no está al tanto del conocimiento estrechamente guardado que los miembros de kònò adquieren y comandan. La incorporación de tal materia en la máscara, aparentemente desnuda, llama la atención sobre la capacidad de un capitular kònò para localizar y usar materiales poderosos en sus artes”.
Las cimeras del Kònó, al igual que los de Kómó, se usaban horizontalmente; representaban un animal, cubierto de barro o materia sacrificial, con la mandíbula abierta y a veces con cuernos y plumas. Las del Kònó, también son alargadas y por lo general, representan una cabeza de animal con hocico largo y abierto, y sobresalientes orejas formando una V.
Las cimeras del Kònó
A diferencia de las truculentas cimeras Kómó, las del Kònó son generalmente más elegantes y simples. Y entre ellas las hay que imitan al elefante, símbolo de sabiduría y memoria, o a aves de pico desmesurado símbolo de lo espiritual, aunque pueden aparecer ambos animales simbiotizados en uno, y a veces con un acúmulo Boli, material sagrado, adosado. Aparte de estos pueden recurrir a cualquier otro símbolo que encierre aspectos de los distintos caracteres o estados de ánimo que concurren en el ser humano.
Estos aspectos los muestran en frentes exageradamente abombadas refiriéndose al conocimiento adquirido, o las picudas orejas de hienas u otros animales como si la agudeza auditiva de hiena o esos animales fuera la que las personas requieren para captar ese conocimiento necesario. Las potentes y alargadas pero elegantes mandíbulas hacen referencia al poder de la palabra y los modos de cómo usarla.
Las muchas referencias que hacen a la hiena, es por su conocimiento sobre el animal, del que admiran sus modos sociales, su fuerza y astucia, y el respeto por la naturaleza a la que limpian de despojos, al contario de nuestro desconocimiento y peyorativos prejuicios.
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