Efile Mukulu
Donde hay bien y para percibirlo así, debe haber mal. Eso es lo que teme el ser humano, sea blanco negro o con pintas. Al diablo cristiano, ellos llaman Efile Mukulu, y al relato de sus maléficas obras Kafilefile. Percibir lo bueno, es casi banal, nos parece lo normal; que salga el sol, los animales paran o la hierba y sembrado crezca es lo normal. Las riadas, que la noche se dilate o que las crías mueran, formarían parte de lo inadecuado y esto es parte y función del mal. Lo ven como antinatural por que ataca la normalidad de su día a día. Maestros en deslindar este tema son los Luba Songye, que desde antiguo desarrollaron en su relato oral Kafilefile, la figura y hechos de un ser malvado y tramposo.
El oponente de Dios desde el principio. Efile Mukulu hemos visto más arriba que es una acepción de Dios, y líneas más abajo el diablo, su traducción real es ‘Sombra de Dios’. Hasta el término sombrío es algo que nos previene al leerlo o escucharlo. Pero es tan necesaria la sombra como la luz no hay una sin otra. Hemos visto que los Luba creen en una fuerza espiritual general que impregna toda la naturaleza. Son nuevamente los Luba Songye los que más inciden y los Songye tras la disolución del imperio incluso acrecientan, mientras los Luba lo difuminan.
Merrian
Merrian, p. 297, dice:
“Se considera que Efile Mukulu existe en todo y que lo es todo, y por lo tanto, todo es parte de Efile Mukulu“.
Este concepto puede que no sea expresado tan taxativamente por otros grupos, pero en el pensamiento Luba la idea de que una sombra, alma o espíritu, opera en todo, está bien presente y arraigada:
“Esta fuerza oculta es creada por Dios mismo es obra de las propias manos de Dios y está claro que Dios deja algo de su propio ser en todas sus obras, en todas; así como los humanos impregnan de su esencia vital o espiritual lo que crean o manipulan.
La dualidad es inevitable. Conocer el nombre y la fuerza vital interna de las cosas, para poder usarlas de manera segura para el bien de la humanidad, es conocer medicina o brujería, es decir, conocer el poder basado en el conocimiento y habilidades creativas”.
Shamanwa o Dios
Para el Luba central, Dios es Shamanwa, el ‘Padre de las habilidades’. Brujería: ‘Uso de las fuerzas ocultas, con la intención perversa de matar a la gente o destruir cosas’. Es su concepto del mal, del que allí y aquí todos nos resguardamos. El ser humano intenta moldear su mundo, mediante la palabra o sus creaciones manuales, que en definitiva son expresión de su pensamiento, y del mismo modo, intenta domeñar aquello invisible que sabe encierran las cosas materiales: Usamos el fuego forjando el hierro o con la azuela transformamos la madera.
Ellos intentan sobreponerse a esas realidades invisibles, a esas fuerzas ocultas, dándoles formas materiales visibles. A esas materializaciones en figuras humanas o animales les dan nombres, y así quedan al alcance de la imaginación humana, de la visión y del lenguaje. Sean hechas de piedra o de madera les dan individualidad, de manera que se les pueda hablar, despertar, elogiar o maldecir. Y en este mundo, como en el de la medicina, estas materializaciones, ya amuletos u otros objetos rituales, son el vínculo entre las realidades espirituales y el mundo empírico.
Adivinos y curanderos
Los rituales, como oraciones, invocaciones y ofrendas, quedan en manos de determinados individuos, o cualificados o funcionarios. Los cualificados suelen provenir de un maestro que ya anciano cede su plaza, a los funcionarios les otorga su capacidad su posición en el grupo, como ser jefe de familia, líder de linaje, jefe de aldea o similar; unos y otros deben pasar por un proceso de iniciación especial que les ‘gradúe’ como adivinos o curanderos.
No es o suele ser el mismo personaje el adivino que el curandero, aunque sí dan valor, como todo mundo, a lo vulgarmente conocido como ‘cura de confesionario’, el hablar con alguien que te escuche y sepa orientarte es importante seas o estés cómo y dónde sea. Dentro de estos ‘profesionales’ hay niveles, y el encargado de adivinar determinadas opciones que atañen al grupo, puede provenir de entre cualquiera de estas personas, basta con que demuestre o haya demostrado su fiabilidad. La adivinación, sanación, limpieza de personas o aldeas contaminadas, necesitan de actos rituales previos, pues tienen su orígen cuando los muertos interfieren con los vivos reclamando atención o exigiendo ser consultados.
“La característica principal del curandero tradicional debidamente iniciado es la posesión de espíritus acompañada por declaraciones proféticas”.
Santuarios
Dicen ellos con su lenguaje enfático y grandilocuente. Y realmente es, aún, así; necesitan que el espíritu se imbuya en el oficiante, para que le indique como proceder y cómo adelantar lo que a continuación va a suceder. Los adivinos y los curanderos tradicionales constituyen un tipo de gremio informal, pero dicho corpus gremial nada tiene, ni se debe confundir, con las sociedades secretas, numerosas antes, que se dan entre los Luba. La posesión ‘de’ espíritus, no confundir ‘por espíritus’, ocurre normalmente en los santuarios, término este que tiene mucho de sacro, pero que en nada se parece a lo que imaginamos nosotros al nombrarlo.
Un santuario en sí puede ser una pequeña choza, donde se depositan, sobre el suelo o piedras, recipientes como calabazas o cestas donde guardan objetos de todo tipo, naturales o fabricados, pero que simbolizan la presencia de un espíritu durante los rituales. A veces, el santuario es un árbol plantado para honrar a un antepasado. Medicina también es un vocablo a aclarar pues no son pastillas o inyecciones, sino una piedra, ungüento, tela de araña, cauris, o una piedra del río.
Las medicinas
Si santuario y medicina queda aclarado, objeto ritual, es normalmente media calabaza u olla cerámica con bocas anchas donde quepan ‘las medicinas’. Además de en un santuario, estos ‘objetos rituales, pueden encontrase en la entrada de una aldea o en una encrucijada de caminos, pues en ambos casos necesitas que los espíritus residentes no entren en conflictos con el tuyo si eres forastero y si residente, que si sales, la caza o negocio te sea propicio.
Suele cuidarse de los objetos sagrados la esposa principal. Y en días claves tienen lugar los festivales periódicos, como los de siembra y recolección, de luna llena, de paso, entierro… El fin de todas estas prácticas, no cabe duda, es la paz, paz social y paz armónica donde vivos y muertos encuentren su lugar y acomodo.
La asociación Mbudye
La asociación Mbudye tenía como función principal inculcar a los futuros reyes, jefes y otros funcionarios los conocimientos místico esotéricos Luba. La comprensión de estos conceptos, constaban de cuatro etapas, en las que se utilizaban ciertos dispositivos didácticos que facilitaban la comprensión y su recuerdo, ante la complejidad de los orígenes y las premisas de la realeza Luba.
En la tercera etapa, se usaban pinturas murales que ilustraban las migraciones y ubicaban en el paisaje los lugares sagrados donde descansaban los ancestrales espíritus Luba. Durante este nivel, cada iniciado adoptaba una personalidad espiritual y se convertía en clarividente, como se refleja en las líneas blancas pintadas alrededor de los ojos del adivino, hechas cuando ya estaba poseído.
Pero solo durante la cuarta y última etapa, Lukasa, nombre de la etapa y del aparato en que se apoya, un iniciado lograba el dominio total de los matices de los preceptos y prohibiciones reales de los Luba, accediendo a ser guardianes de tales conocimientos.
La religión Luba
La religión Luba tiene tres figuras que forman el compendio y fundamento del mundo sobrenatural: Shakapanga Creador Universal o Leza, Dios Supremo, dos acepciones pero un solo ser; Mikishi que escriben así pero pronuncian Mukishi, espíritus territoriales responsables de la abundancia por el esfuerzo y los espíritus que habitan el agua o bavidye, en singular vidye, tenidos por espíritus poderosos capaces de poseer seres humanos; y Bankambo, los ancestros.
En el mundo de los vivos, las figuras principales son kitobo o nsengha, el sacerdote; nganga, el curandero; y mfwintshi, la bruja, encarnación del mal y la antítesis de la voluntad de los antepasados.
Dentro de los cultos religiosos no pueden faltar, las oraciones, letanías con alabanzas, canciones y bailes, sacrificios, ofrendas, libaciones y rituales de limpieza o purificación y de paso. Además de esto, comunicarse con lo divino implica desentrañar sueños y, especialmente, la práctica de lubuko, la adivinación, para consultar la voluntad de los antepasados antes de cualquier decisión importante o para conocer las causas de la desgracia.
la noción de bumuntu
En el núcleo de la religión Luba se encuentra la noción de bumuntu, aquella persona cabal que encarna el concepto mucima muyampe, tener buen corazón, y buleme, dignidad. Bumuntu es el objetivo principal de la existencia humana y la condición sine qua non para que el gobierno y la religiosidad sean genuinos.
De acuerdo con estos principios es por los que la realeza Luba se considera divina al amparo de los BuLopwe, aunque en la práctica no se identificara al rey con Dios.
Genéricamente, los bantúes contemplan el conocimiento o sabiduría como un poder vivo y creen que ‘muntu’ encierra el ‘poder del conocimiento’, que en el idioma Kiluba es ‘udi na Buninge bwa kuyuka’ o ‘sabiduría de lo oculto’, ese conocimiento, se encerraba en el término magia. Magia, su concepto y rituales, que en todas las religiones conocidas, europeas o asiáticas, tribales o civilizadas, era considerada sagrada e inseparable de la religión.
Son ciertos analistas del XVIII y XIX, los que en la deriva evolucionista producto de la industrialización, consideraron la magia como un estadio primitivo e inferior de conocimiento superado por la ciencia. Sin dar cabida a que quienes sabían, eran los considerados magos, capaces de hacer mover un tren con agua o alumbrar con un alambre. Nadie duda ya que la ciencia surgió de la magia tras su divorcio de la religión.
misión en Mpala
En 1885 los Padres Blancos establecen una misión en Mpala, al refugio de un puesto fortificado que la Asociación Internacional Africana que había fundado Emile Storms había instalado dos años antes.
La espiritualidad Luba empezó a ser conocida y difundida al resto del mundo por la publicación del misionero Plácido Tempels, ‘Filosofía Bantú’ en 1945.
La controversia generada por este libro y su noción sobre la ‘Filosofía Bantú’ colocaron a la religión y el pensamiento Luba en el centro del vasto debate intelectual que llevó al nacimiento de la filosofía africana contemporánea y la teología de la inculturación africana.
Juanjo Andreu
Profesor de Bellas Artes y comisario cientifico de arte tribal africano
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