Introducción
Desafortunadamente, no hay mucho interés en nuestro país, comparativamente, sobre las culturas africanas. Y entre los interesados, algo a lo que se presta poco interés son los tejidos y si son los realizados en el Reino Kongo, menos. De hecho son más conocidos los atribuidos, normalmente, a los kuba como los de shoowa, cuando la realidad es que en origen eran de los mbuti, pigmeos integrantes del grupo congo, que fueron los primeros en realizar una pasta derivada de corteza de árbol amalgamada con latex, savia, del mismo árbol; pasta que aplanaban y luego decoraban con tintes, realizando pequeños tapetes.
Eso dio pie a textiles de una calidad catalogada como de ‘lujo’ por las monarquías europeas del siglo XV, que se pusieron de manifiesto a nivel mundial en el Met Museum, en la exposición ‘Congo Power and Majesty’, comisariada por Alisa LaGamma en 2017. Me remito a sus datos y a los de la experta en textiles africanos, Christine Giuntini.
los mbuti
Atribuidos a los kuba como se ha dicho, la realidad es que el primer ‘paño’ conocido en la zona se debe a los mbuti, integrantes del Reino Kongo, en el estuario del Rio Zaire al pie del Océano Atlántico.
Ellos mismos parece que inician el proceso del tejido partiendo de tiras de fibra sacadas de las hojas de la llamada ‘palma dorada’, cortadas a mano muy finamente y que los tejedores, una vez humedecidas, frotaban con las manos para flexibizarlas. El resultado de la unión de la dúctil textura y el dorado y cálido tono es el llamativo y ‘lujoso’ tejido final.
Washburn, 21., nos dice:
“Este tejido es de uso común en la zona dado que son expertos cultivadores de palmeras, de las que extraen numeroso productos, aceite de palma, vino de palma, etc. y saben cómo preparar las hojas para la ejecución de estos tejidos”.
la conversión al cristianismo
Los portugueses llegaron en 1483, ansiosos por comerciar que no por coleccionar nada que no fueran dividendos, su mentalidad no estaba en nada que no fuera eso. Tras la conversión al cristianismo del rey Kongo, quiso establecer relaciones con otros estados europeos a los que mandó regalías como muestra de su buena voluntad, incluso parece que él a su vez recibió diversos objetos de estos. Entre estos presentes estaban piezas de tejidos con hechura y diseños africanos pero adaptados como cojines al estilo europeo de la época, tal vez aconsejado por los colonos y misioneros europeos.
Durante el siglo XVI las cortes europeas se enzarzan en aparentar el máximo poder, y para alardear ante embajadores o visitas reales de sus pares, crean los ‘Gabinetes Reales’ donde concentran exquisitas obras de sus más hábiles artesanos y aquellas, del mismo empaque, pero de los mas recónditos lugares.
Se podían ver en ellos y entre otros, prodigios de orfebrería autóctona o filigranas de porcelana china, ricos pectorales y aderezos mexoamericanos, y como no, espléndidos marfiles y tejidos africanos. De estos últimos, a pesar del tiempo y las guerras, incendios y mala gestión, aún se conservan algunas de las mejores telas Kongo en colecciones formadas en Europa desde el siglo XVI hasta el XVIII. Estos ‘gabinetes o salas de arte’, entre los daneses y holandeses ‘kunstkammern’, concentraron aquellas colecciones inicio de los grandes y asombrosos museos que hoy vemos.
siglo XVI
Durante el siglo XVI, en la llamada ‘Era de la Exploración’, estas colecciones se concentraron en atesorar todo aquello que resultara asombroso y exótico, aunque refinado. “De Estocolmo a Florencia, de Londres a Praga, los paños de lujo de Kongo se conservaron en las colecciones de las cortes y esos ‘gabinetes’ formados por gobernantes, príncipes y élites urbanas.
Los primeros dos ejemplos registrados aparecen en Praga en 1607, en el Kunstkammer del Sacro Emperador Romano Rudolf II de Praga, 1576 a 1612, donde permanecen hoy, pero las casas reales de Suecia y Dinamarca lo siguieron rápidamente”. Remarcan nuestras expertas.
Tejido mbuti
Al margen de los primitivos textiles mbuti de pasta de madera, se cree que el proceso de creación de los tejidos de rafia pasa por la creación de pequeños trozos que los artesanos kongo unieron para adaptarlos como ropaje a las élites.
En cuanto a los patrones, no se sabe con certeza, pero si se comparan con los de las tallas de marfil del oliphante son muy similares. Los textiles, sin embargo, son mucho más complejos pues se aprecia cierto virtuosismo en su diseño y encaje.
Su creación fue descrita con admiración por el misionero italiano en el Reino Kongo Antonio Zuchelli, de 1663 a 1716. Él anota cómo los tejedores locales terminaron su tela:
“…con un cuchillo cortaron la tela en los lugares apropiados y la frotaron bien con sus manos, para que pareciera un terciopelo estampado”.
Los europeos compararon lo que vieron con los lujosos terciopelos de seda italianos con elaborados diseños de tejidos, pero admiraron tanto las piezas, que en palabras del capitán de la marina portuguesa Duarte Pacheco Pereira, ca. 1460 a 1533:
“Eran tan hermosas que las hechas en Italia no las superan en mano de obra”.
Lo que realmente les sorprendió fue que aún siendo de rafia que no de seda, las telas kongo:
“Fueran milagrosamente tan suaves al tacto”.
siglo XXI
Volviendo al siglo XXI, Christine Giuntini nos dice:
“Este formato de una interminable red entrelazada es casi seguro indígena. Parece que los patrones entrelazados se desarrollaron en todo el mundo espontáneamente como motivo decorativo. En muchos de los textiles kongo, los patrones entrelazados se deconstruyen, creando una repetición rítmica desigual que se extiende ‘eternamente’ en todas direcciones.
Es un patrón sin fin, por así decirlo. No sabemos cómo se pasaron los patrones de un tejedor al siguiente, pero es muy probable que los tejedores, siempre hombres en la región Kongo, aprendieran desde temprana edad a memorizar estos repetitivos y complejos patrones. Así como los músicos tienen memoria en sus dedos para que estos consigan la melodía deseada, memorizando la música tocada con sus dedos, los tejedores de las culturas tradicionales tienen lo que a veces se llama memoria muscular.
Pensar en el esfuerzo por retener en la mente tales jeroglíficos de precisión matemática y en los años que tal memorización les llevó puede aturdir nuestras mentes, y es fácil comprender que cuando la ciudad estado Kongo fue interrumpida por el descontento político, todo esto es sumamente importante. La información técnica se habría perdido”.
Tejido del pueblo kongo
“Cuando hoy miramos estas obras de arte textil, su diseño atemporal sorprende. Sus sofisticados patrones geométricos parecen moverse impidiéndonos salir del laberinto que forma la inusitada espiral rectilínea, tan similar a los patrones entrelazados de los olifantes de marfil tallados en los curvos colmillos de elefante. Tales motivos repetitivos no eran meramente decorativos sino que tenían un profundo significado dentro de la sociedad kongo”.
Alisa LaGamma explica en su capítulo introductorio al catálogo de la exposición:
“Cómo el movimiento en espiral es una metáfora visual para el camino tomado por los muertos, que es fundamental para el pensamiento y la imaginación de los Kongo. Ese concepto se comunica a través de los diseños terminados, explicando por qué se trataba de piezas de exhibición de la élite en la sociedad Kongo y por qué eran un componente importante en los intercambios diplomáticos con los portugueses desde el siglo XV”.
Las telas kongo
Las telas kongo también se registran en el siglo XVII como ‘piezas de premio’, lujo, adquiridas por médicos, científicos y académicos. El médico milanés Ludovico Settala, 1552 a 1633, y su hijo Manfredo, 1600 a 1680, formaron uno de los museos científicos más famosos de Italia, que incluyó varios ejemplos. Hay un dibujo de uno doblado, anotado como:
“Pequeña alfombra para hacer un cojín para sentarse, hecho de paja, de rara belleza… hecho en Angola o en el Congo”.
La red académica de Settala incluyó al erudito jesuita Athanasius Kircher, 1602 a 1680, director fundador del Musaeum Kircherianum en Roma, quien adquirió piezas descritas en 1709 como: “Cuatro alfombras hechas con admirable habilidad en el Reino de Angola… parecen telas de seda a pesar de que están hechas de hilos de palma muy finos”.
Sir Hans Sloane
Sir Hans Sloane 1660 a 1753, médico y segundo presidente de la Royal Society, cuya colección se convertiría en la fundación del Museo Británico en 1753, poseía dos piezas que figuran en su inventario de manuscritos y que aún sobreviven aunque muy deterioradas. Un cojín oblongo en mucho mejor estado, también en el Museo Británico, se adquirió mucho más tarde e ilustra el auge de la etnografía como disciplina en el siglo XIX, lo que llevó a la fragmentación de las Kunstkammern en toda Europa.
Se inventarió por primera vez en el Royal Danish Kunstkammer en 1674, pero fue desmantelada por el Nationalmuseet en Copenhague y adquirida por el abolicionista Henry Christy 1810 a 1865, quien la regaló al Museo Británico.
el original mpu
Diversos autores como Cecilia McGurk o Vanessa D. Moraga referencian citando a Cole, pag 386, los diversos componentes de la vestimenta de la élite del Reino Kongo:
“El mpu era un tocado anudado pero flexible de rafia dorada o fibra de piña y componente vital de los atuendos del jefe, que también incluían una túnica de malla o kinzembe, una cestilla con cierre tejida, un amuleto o n’kisi envuelto colgando, una cesta relicario, la campana doble, y un taburete”.
El mpu es un genérico para diversos tipos de tocado: El ngunda, de ngu o madre, que determina el linaje y que se sabe observando los finos relieves de los patrones; sin estructura alguna es abovedado, se le entregaba al nuevo jefe en el momento de ser reconocido como tal. La ngola es más alta, la que se ven en las acuarelas de las fotos de arriba, siendo privativa de los líderes del Reino Kongo.
la túnica kinzemba
Hemos visto que el Reino lo componían diverso pueblos como los kongo, vili, yombe, mbundu o los woyo con su reino, Ngoyo, entre otros, ocupando un territorio desde el sureste del actual Gabón hasta el norte de Angola, lo que antes se conocía como Bajo Congo, y para todos ellos el mpu era el distintivo de autoridad, sagrado, con el que se investía al elegido para ejercerla. V. D. Moraga nos ilustra diciendo que: “El mpu fue un poderoso símbolo cosmológico que conectaba al jefe o mfumu, a su clan y al pueblo, en su orígen mítico, así como en los dominios de su territorio especifico o nsi”
Respecto a la túnica kinzemba es el único vestigio antiguo de las tradicionales prendas ceremoniales desde hace siglos y de todo centroáfrica. Como todo tejido del Reino Kongo de rafia de palmera dorada. El capuchino Merolla en 1688 nos lo describe así:
“Los altos dignatarios portan una especie de prenda como de paja que les cubre por detrás de los hombros llegando hasta más abajo de sus partes, curiosamente elaborado, dos ranuras permiten que emerjan sus brazos, está rematado en dos borlas que cuelgan del lado derecho. Sobre los glúteos, tiene un tondo tejido, que lateralmente cuelga sobre el suelo”.
tejidos kuba
No quedan mas que imágenes, antiguos dibujos, acuarelas o grabados, de muchos de los tejidos que utilizaban, se perdieron, y esta mínima muestra de fotos y datos que aquí se exponen, no se corresponde con la enorme cantidad de tejidos e información existente en distintos museos y colecciones de Europa y EEUU, para los que aún sigue siendo una incógnita, curiosa a mi entender, de cómo fue posible que estos tejidos tuvieran tanto éxito entre las élites europeas como para ser requeridos y exportados en tal cantidad, dado el costo, pero eso queda a ser investigado por todos aquellos que os sintáis intrigados, que espero seáis muchos.
Apuntar para terminar que los muy conocidos popularmente tejidos kuba, parece no haber duda derivan de la técnica de los kongo, que adquirieron ya entrado el siglo XVII y que desarrollan brillantemente y con amplitud.
Esclavitud
Pongamos fin a este apartado sobre el Arte, no sin volver a insistir de quién estamos hablando, y de que aunque el artesano fuera escogido y sus herramientas las mejores de su entorno, estaba bajo la mano de opresores, blancos o negros y mediatizado por el miedo a equivocarse, o destruir un valioso elemento, fuera determinada madera, metal a fundir o colmillo de elefante o hipopótamo; al fallo, podía sobrevenir la esclavitud.
Pues la creciente llegada de misioneros cristianos iba a la par con la de los demandados artículos de lujo, por lo que la captura de esclavos en las tierras del Reino Kongo creció, con más de 5.6 millones de seres humanos secuestrados, Vansina habla de 13, trece millones, vendidos y enviados como esclavos, documentados, en la mayor exportación de esclavos de África a América desde 1509 hasta 1867. Según Jan Vansina: “Toda la economía desde el Loango hasta Angola y participada por sus instituciones de gobierno se basaron en el comercio de esclavos”.
Juanjo Andreu
Profesor de Bellas Artes y comisario cientifico de arte tribal africano
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