Ahebi Ugbabe
Lo anteriormente leído nos permite introducirnos en la historia, real y documentada, de la ‘Rey famenina’ de los Igbo, Ahebi Ugbabe, fallecida en 1948, primera y única mujer Eze o ‘jefa de orden’ en la Nigeria colonial, que alcanzó la más alta cota de poder por su saber hacer, pero que tras algunas decisiones contradictorias e intentar utilizar la flexibidad de género Igbo a su conveniencia, se vió abocada a la nada quedando su historia reducida a una máscara.
Cuando era una joven adolescente, Ahebi fue ofrecida como sacrificio vivo a la diosa Ohe por un delito no claramente especificado cometido por su padre.Esto significaba que ella sería una Igo ma ogo algo así como una ‘esposa’ dedicada a la secta.
Ahebi, sin embargo, era fuertemente voluntariosa e independiente y huyó hacia territorio Igala donde no le quedo otra salida que la prostitución, lo que además de aprender el idioma le proporcionó contactos que le permitieron independizarse hasta conseguir ser una empresaria exitosa, estableciendo importantes conexiones económicas y políticas, incluido el Attah o rey de los Igala y ciertos oficales británicos e incluso al oficial mayor de distrito británico W. H. Lloyd, que destacados en el País Igbo y aunque aún de manera indirecta ya la metrópoli pretendía someter, de los que aprendió sus gustos y métodos comerciales, y su idioma.
los jefes Igbo e Igala
Su dominio de los idiomas frente al desconocimiento de los jefes Igbo e Igala, su visión comercial y cierta condescendencia con los ingleses, la hicieron posicionarse de tal modo que saltándose todas las normas coloniales, estos pero también los africanos, la nominaron como Eze, rey, o ‘jefe de orden’ para los ingleses, un título siempre masculino.
Respaldado por los británicos, el palacio de Ahebi Ugbabe en su pueblo de origen Enugu Ezike se convirtió en un importante centro político local. Se hizo con una gran fortuna y se casó con muchas esposas, de las que se dice que muchas buscaban refugio de maridos abusivos.
Pero era una época convulsa por los cambios impuestos, entre ellos ciertas normas como inventariar o contabilizar a los hombres y pagar impuestos, incluidas las mujeres, lo que en 1922 condujo a una rebelión de estas conocida como “guerra de las mujeres”.
lo místico y ritual en Ahebi Ugbabe
Si esto desetabilizó su posición, Ahebi Ugbabe terminó por undirse al intentar consolidar su poder a través de lo místico y ritual.
“Está prohibido que una mujer controle un espíritu enmascarado”,
se dice, y es lo que Ahebi Ugbabe intentó hacer, pues se tenía como Eze y hombre. Trato de crear su propio patrilinaje real, como rey y padre, y se mandó hacer una máscara que así lo reivindicara.
Pero en cierta ocasión en que iba a participar en un ritual, el sacerdote principal incautó su máscara y la mandó destruir, este gesto en principio simbólico, terminó con su reinado. En el juicio que siguió los británicos, presionados por la guerra de las mujeres y las continuas algaradas prefirieron volverle la espalda y ceder el control de nuevo a los ancianos.
Símbolos rituales
Ahebi Ugbabe tan tesonera como atribulada, no confiaba en que la sociedad le concedería un entierro ‘apropiado’, por lo que supervisó sus propios rituales funerarios, de manera que fueran acordes a su intocable estatus como hombre titulado. Incluiría sacrificios de animales, disparos y fanfarria músical gloriosa, así como los símbolos rituales necesarios para demostrar que el rey Ahebi había muerto como tal y como todos, como un hombre.
Esta última pretensión fue un fútil intento por dejar instaurado su patrilineaje y convertirse en un antepasado masculino, se frustró porque advertidos los sacerdotes, ancianos e ingleses, se apresuraron a deificarla como Diosa, pasando Ahebi Ugbabe a volver a ser una real hembra, eso sí con una máscara dedicada en su honor.
Enmascarados Adamma a:Foto de Lorenzo Dow Turner, Nigeria 1951. | b: Foto Nairaland |
No sé cómo es la máscara dedicada a la diosa Ahebi Ugbabe, me imagino que por la época y las atribuciones de género que dan a las máscaras Agbogho de características Adamma, como Dow Turner tildó a la máscara de su fotografía, tal vez se pareciera a esta. Desde luego no la imagino similar a las muy numerosas Adamma que se pueden ver hoy en día como la de al lado, pues ella la diseñó.
Juanjo Andreu
Profesor de Bellas Artes y comisario cientifico de arte tribal africano
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