Cerámica horneada
Cerámica horneada:
“Recientemente, años 50 s. XX, un gran número de terracotas procedentes de Malí, han aparecido ilegalmente en el mercado occidental. No es muy fiable por tanto la información concerniente a su descubrimiento. Tanto lo relatado por los profanadores clandestinos, como por lo descubierto en los estudios tras las excavaciones oficiales, sitúan su ubicación a lo largo del Niger. Trabajos arropados por textos árabes del siglo XVI, hablan y reflejan datos que se muestran en estos estilos culturales, como del interior del delta del Niger, …
Nada se conoce sobre estas culturas que tienen todas unas dataciones similares en estas obras aparecidas, pero está en la oscuridad más absoluta el conocimiento sobre su sistema religioso, político u organización social. Un gran número de estas terracotas, así como joyas y figurillas en bronce, sacadas casi siempre de forma ilegal de estos sitios arqueológicos han ido apareciendo en el mercado francés y belga, en el transcurso de los años setenta”.
jj Andreu: ‘Barros y terracotas Africanas’, 1987
Djenné
Djenné, es la primera clave estilística, el origen. Se atribuye al nombre de la zona arqueológica oficial, Djenné Djenno, en una zona a caballo entre las actuales ciudades de Djenné y Moptí, en el delta interior del Niger; desde 1933 en que se produjo el primer hallazgo, no han cesado de descubrirse yacimientos cerámicos de esta cultura. Siguiendo el cauce del Niger y a lo largo de él en territorio Malí, se han ido encontrando piezas similares, siendo Moptí uno de los centros principales donde ver, pero también donde los desaprensivos transaccionaron.
Muchos imperios se crearon y perdieron en la zona, el de Ghana el de Malí o el Songhai, pero parece que los mitos lo son porque sí perduran.
El tipo de figura refleja seres humanos y algún animal, sobre todo mujeres y serpientes, tal vez por el mito primordial del que hablábamos de la serpiente Vida, con quien el fundador de la dinastía Malinké, Magna Diabé, hizo un pacto mediante el cual antes de las crecidas se le sacrificaría una virgen, pero un mago se enamoró de una de ellas matando a la serpiente y provocando una sequía de 7 años. Desde entonces en los cimientos de los pueblos se emparedaba una virgen, lo que posteriormente se trasmutó por una terracota representativa de la muchacha y la serpiente.
Ounjougou
Parecen estas antiguas piezas el origen de un posterior estilo escultórico regional, con cabezas elongadas y delicados miembros como ya se ha explicado. Las piezas de estas varias culturas, se han datado entre el siglo XI al XVIII.
La zona arqueológica más importante de Malí se encuentra en Ounjougou, cerca del río Yané o Jané, en la zona arenisca del Bandiangara cerca de la antigua ciudad de Yenné o Jenné, tierra adentro del delta del Niger.
Fue en 1977 cuando Susan Keech y J. Roderick Mcintosh acotaron las excavaciones oficiales y posteriormente en 1980, cuando con criterio y seriedad científica se acometieron los trabajos bajo la dirección de estos arqueólogos americanos.
Están realizadas con una fina arcilla procedente de las orillas del río que contiene una gran cantidad de hierro decantado en su composición y que en algunos casos recubren posteriormente de un delicado engobe rojizo. Los dibujos que se observan en los útiles cerámicos del Niger se producen mediante la impresión de cuerdas sobre el barro aún mordiente, antes de su cocción.
En un principio atribuidas a los dogón, que en esas fechas ya ocupaban la zona, estudios posteriores las sitúan en la época de entre el siglo XI al XVII coincidiendo con las importantes migraciones procedentes del Mandé.
Claramente se comprueba en la actualidad que bajo los grandes pantanos del Delta del Niger quedan aún por descubrir gran parte de estas ricas culturas que permitirán aseverar o acrecentar las teorías que se defienden en este momento.
Composiciones artísticas
Los artistas crean composiciones llenas de expresiones y gestos, como serenidad, angustia, compasión, temor, ternura…
Algunas muestran escarificaciones faciales características.
Bernard De Grunne asevera, que estas expresiones son únicas en el continente y solo comparables a las del reino Kongo. Este mismo experto comenta que: ‘…estas piezas estaban situadas en altares denominados kordodjan, donde eran veneradas y que representaban antepasados divinizados, fundadores de pueblos o reyes importantes. Eran también empleadas en ritos de petición, sacrificios o como protección, pero se descarta su uso en rituales funerarios’.
Como en otras culturas y el Mandé engloba varias, es difícil atribuir a un pueblo concreto su elaboración, pues ya hemos visto como conviven, solapados, diversos pueblos que intercambian y adoptan tanto conceptos místico espirituales como técnicos y sus útiles y aunque es rara y escasa la producción de objetos de terracota, se pueden ver en museos y colecciones determinadas piezas atribuibles si no en este caso concreto a los Bamana, sí a la región donde estos viven.
Conceptualización
Estas figuras tienen casi siempre carácter místico, o son alusivas a procurar solución a problemas inherentes a su condición, ubicación o creencias. Son por tanto recurrentes, las peticiones de cura de enfermedades de familiares o del ganado, buenos partos o lluvia para fructíferas cosechas. De honra a los difuntos o ancestros, así como la previsión ante lo cotidiano o grandes discernimientos que alumbren sus agudos adivinos.
Junto al rio Bani, gran brazo o bifurcación del Niger, alrededor de la ciudad de Djenné se empezaron a localizar restos arqueológicos de los pueblos allí asentados antes y durante la 1ª gran oleada islamista sobre el siglo XIV. Estos llegan a imponerse y sobre el anterior palacio real levantan la magnífica mezquita, haciendo que estos habitantes se muevan, expandiéndose por territorios limítrofes, aportando singulares formas a los artesanos ubicados o por ubicar en las zonas de influencia como los Bamana, Bozo o Dogón entre otros.
Bankoni Segou
La zona conocida como Bankoni Segou es escenario del descubrimiento de muy notables muestras de escultura figurativa del siglo XV o anteriores. Dentro de Malí y en la región de Bamako, la capital, territorio actualmente habitado sobre todo por los bamana, está Bankoni, una pequeña aldea que da nombre a esta cultura.
Es en sus túmulos de donde provienen y se encontraron la mayoría de estas piezas. Son, esbeltas figuras antropomorfas de largos brazos, elegantes cuellos y troncos cilíndricos, adornadas con ostentosos abalorios y elaborados alabeos en sus vasos y útiles.
Aunque su utilidad nunca ha quedado patente, dada la ubicación de procedencia, es lógico pensar que esa utilidad quedaba limitada a ritos iniciáticos o funerarios. Los estudios de su composición revelan una amalgama más anaranjada y menos cribada que las adyacentes y con componentes de cuarcita. Esto le otorga un color característico y una especial dureza y resistencia.
entre los siglos XI al XVIII
En gran parte de sus vasos y recipientes se aprecia un delicado tratamiento a base de un brillante engobe rojizo, lo que apunta a ritual fúnebre. Los estudios técnicos realizados, carbono 14 o termoluminiscencia, datan estos trabajos entre los siglos XI al XVIII.
1º y 2º.- Estos bustos de estilo Bankoni se cree que como todas las piezas antropomorfas que aparecían y veían los morabitas o islamistas, iconoclastas convencidos, se rompían adrede.
3ª.- Urna funeraria recolectada en Sirakorola región de Koulikoro. Este tipo de objetos así como el pueblo que los fabricó, siguen siendo un enigma para los historiadores de la cultura africana. Se encuentran en las tumbas, pero no está claro si tenían una función en las actividades cotidianas o se hicieron específicamente como ajuares funerarios.
Esta concretamente que esta coronada con lo que aparentemente parece la cabeza de un caballo, aporta dos ideas, sin contrastar, si es un caballo podría estar hecha para alguien perteneciente a la élite social, pues el caballo sólo podían permitírselo contados individuos, la otra especulación es que representara cualquier animal que estuviera destinado al sacrificio, y con esta representación ofrenda, no habría por qué desprenderse del valioso ganado.
la cocción de tierras
4ª.- Ánfora en la que se aprecia la consistencia de la cocción de tierras de la que hablábamos anteriormente. Aunque la función real de estas piezas no está claramente establecida, se tiene la fundada creencia que sirvieron para ritos funerarios o de iniciación. La evidente falta de utilidad ha llevado a la teoría de que fueron objetos de culto de alguna clase, cualquiera que haya sido su función.
5ª.- Este elegante y delicado recipiente, por su forma, podría servir para almacenar cualquier tipo de líquido, pero dado que sería algo excepcional, pensamos que también fuera parte de un ajuar funerario o de culto relacionado con él.
6º.- Asentado sobre el tradicional soporte al que cualificados expertos atribuyen el sitial de dios, vemos aquí un recipiente que es útil y que igualmente serviría para depositar en él cualquier liquido o pequeños sólidos, bien para consumir o por la base y le evidencia de todos los anteriores como ofrenda o ritual de culto.
Aunque su diseño posibilitaría cualquiera de estas utilidades, por los restos que habitualmente se han encontrado en el interior de algunos, parece ser que su función era también fúnebre, bien como recipiente de algún resto del difunto o como parte integrante del ajuar para su transición. Observamos en ambos el delicado engobe rojizo, característico en estas piezas, dado que el rojo es sinónimo de la muerte, reafirma la idea sobre este ritual.
Juanjo Andreu
Profesor de Bellas Artes y comisario cientifico de arte tribal africano
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