Economía de los Senufo
Hemos visto en el resumen previo, que los senufo compiten con otros pueblos de agricultores sedentarios, autoproclamándose los agricultores por excelencia. Son sanas competiciones pues el territorio es mucho, la población escasa y los mercados distantes entre sí.
Admitamos que los senufo son excelentes agricultores y autosuficientes. Ahora entendemos de procesos agricolas que antiguamente requerían de prueba y descarte, con la consiguiente pérdida de tiempo para conseguirlo, y sabemos que no es lo mismo plantar un tomate entre piceas o juníperos de lo alto de la sierra que al abrigo del soleado valle y junto al río. Eso nos hace comprender cómo estos pueblos se adaptaron al entorno.
El continente africano, por su latitud, 37º 21´ norte y 34º 51´ sur, y cadenas montañosas no excesivamente altas, se adecua a acoger tan extensa como diversa flora y fauna, como creo todo el mundo conoce. Tal vez la sabana, como por ejemplo en la sudanesa, si hubiera recursos y no abocada a guerras por el control del petróleo escusadas en la religión, podría ser el vergel que fue el Nilo y sus riberas.
Orografía
El bosque ecuatorial, al sur de esta sabana, es una muestra del vigor de la naturaleza, en él tenemos una capacidad hidrográfica considerable que proporciona un alto grado de humedad a lo que se suma la capa de manto orgánico que proporciona la densa floresta. Claramente lo que se da en la sabana, no resulta lo más adecuado para cultivarlo en el entorno del bosque y viceversa.
Tal vez por eso, como demuestra el profesor Peter Murdock, cuando se introdujo el ñame, banano o taro de Malasia, al encontrar un entorno casi idéntico al del sureste asiático, se adaptó a este hábitat perfectamente; cuando los antiguos pueblos conocieron de estos cultivos, su expansión hacia el sur y el este se hizo inevitable.
Y el profesor nos señala:
“Los estudios de estos cultivos no especulan sino que desmenuzan cada familia de plantas alimenticias de modo exhaustivo, haciendo comparaciones entre más de veinte cultigén por familia y entre nueve distintos pueblos del noroeste. El ñame, bananos y taro aparecen en cada uno de los nueve, y en casi todos los casos como alimentos básicos, mientras que no hay cultivos de tipo sudanés excepto la palma aceitera.
No se puede concebir una prueba más sólida de que los pueblos del noroeste entraran en su hábitat actual cuando recibieron cultivos alimenticios de Malasia, a menos que, por supuesto, hubieran vuelto a una economía de caza y recolección, sacrificio que los cultivadores a lo largo de la historia rechazaron hacer invariablemente”.
cultivos de origen malayo indonesio
Y sobre la implantación de estos cultivos de origen malayo indonesio en territorio africano nos lo explica así:
“Hemos examinado las pruebas que indican que las plantas alimenticias de Malasia se establecieron en la costa de Azania en el este de África hacia el año 60 d. C., fecha aproximada de la visita del autor del ‘Periplus del mar de Erythraean’. Podrían haber sido introducidos varios siglos antes, pero no mucho más que eso si aceptamos la evidencia arqueológica que data de la expansión del sur de los Cusitas legalíticos. La datación por radiocarbono coloca a pueblos nigriticos en Zimbabwe, en Rhodesia del Sur, en el siglo VII.
Por lo tanto, tenemos un período de tiempo de aproximadamente 600 a 900 años, durante el cual las cosechas de Malasia se difundieron por todo el continente hasta la frontera del sahel, atravesando posteriormente el bosque ecuatorial hacia África Oriental. Como el cinturón de ñame estaba ocupado por pueblos agrícolas de pleno derecho, capaces de tomar prestados nuevos cultivos con facilidad, la difusión hacia el oeste presumiblemente requería mucho menos tiempo que la migración hacia el este, con sus necesarias adaptaciones sucesivas a las nuevas condiciones geográficas.
No podemos estar muy equivocados, entonces. Una ruta obvia hacia el bosque tropical corría hacia el sur a lo largo de la costa atlántica, y esto parece haber sido seguido en un período temprano por las diversos migraciones”
la agricultura en la economía de los Senufo
Ya hemos visto su procedencia, pero no sólo reconoce y une a los senufo con el resto de pueblos agricolas vecinoscon esos datos, sino que se asevera el por qué y cómo se asientan, compartiendo sistemas morales y sociales, así como mercado con sus vecinos.
La ocupación de la agricultura vemos que es el trabajo a desarrollar, que recae básicamente en los hombres, que incluso utilizan el sistema de tala y quema y la rotación de cultivos y donde los bananos el taro y ñame son básicos y a los que se suman los que van llegando del continente americano aunque en menor medida, como los fríjoles maíz malanga mandioca maní pimientos batatas y algunas cucurbitáceas, alcanzando la yuca el estatus de alimento fundamental.
Alimentos que comen con una salsa que contiene okra y manteca de karité, grasa obtenida de las nueces del árbol de karité, originario de África Occidental. Frutas como la papaya, el plátano, y los limones y las carnes, cuando están disponibles, complementan la dieta senufo.
El agua es la bebida habitual, mejorando su sabor cuando es necesario, con varias gotas de lima, harina de baobab, nuez de cola o pulpa de tamarindo. En ocasiones especiales, los senufos beben una cerveza de producción local hecha de mijo o maíz o, en algunas áreas, vino de palma. Rotan los cultivos e incluso dejan en barbecho el terreno al menos durante uno de cada tres años.
La caza
Además de la agricultura, estas gentes dependían en gran medida de la caza de la que se ocupaban los cazadores dozo, vocablo mandé y del intercambio en los mercados para el pescado que se adquiría seco, y también la recolección de frutos silvestres en la que a menudo se ocupaban los más jóvenes. Algunos pastoreaban alguna cabra u oveja, y en los corrales mantenían pollos y algún pato, así como ocasionalmente perros y gatos.
El mercado intertribal era por tanto modesto. La mayoría realizaba intercambios, en los que lo más demandado eran barras de hierro o sus manufacturas. Los hombres se ocupaban de la caza y de las reuniones comunales, desbrozar y limpiar la tierra y también de sembrar y cultivar, las mujeres ayudaban en todos los trabajos aunque principalmente se ocupaban de la casa y de las necesidades de la familia, del mercado y los intercambios y producían la cestería, haciendo los trabajos de alfareria previos a la cocción.
Todo, en especial la tierra, era comunal, y se repartía en un orden en que primaba la antigüedad de los linajes, aunque se intentaba que se repartiera en usufructo hereditario equitativo, pero como tal usufructo sin derecho.
Los agricultores senufo, como el resto de pueblos del entorno influenciados todos por los pueblos árabes del norte, expertos en cómo utilizar el agua, aprendieron de estos y están familiarizados con prácticos métodos de riego. Y aún cuando la colonización, trajo tecnologías agrícolas más modernas, como los arados mecánicos, en varias regiones de habla senufo, sigue siendo la principal herramienta agrícola la azada, ya sea de mango corto o largo.
Los concursos de labrantío
Los concursos de labrantío han transformado el agotador trabajo agrícola en ritual, donde hombres y a veces mujeres, compiten por el título de sambali, el ‘agricultor del año’, una de las formas más importantes de ganar prestigio y relevancia dentro de su clan particular. De hecho, un campeón puede lograr la inmortalidad simbólica, en el sentido de que es venerado como un campeón ancestral del clan y es recompensado con el trofeo personal, normalmente una elocuente talla, tefalupitia, que otorga el clan, y que se guarda junto a las de otros ancestros y personajes importantes.
Tras la recolección, los distintos grupos de agricultores cambian los azadones por tambores y ritmos de balafón, mientras que los orgullosos componentes del clan o familia del campeón, lo celebran con grandes y jubilosas algaradas.
El título de campeón no solo celebra el concepto de ser el mejor manejando la herramienta, sino que se premian valores como la fortaleza, resistencia, habilidad, obediencia a la autoridad, trabajo en equipo y liderazgo.
Como en el resto del continente, tradicionalmente los senufo canjeaban o usaban conchas de caurí como moneda, aunque el uso de estas conchas ha ido siendo suprimido en función de la introducción en la era poscolonial por la moneda regional, el franco CFA.
La administración colonial
La administración colonial introdujo el maní y el arroz como cultivos comerciales para el consumo regional y la exportación; el sorgo, el ñame, la yuca, la okra, las patatas, los pimientos picantes, el tabaco, el algodón y otras fibras son otros cultivos comerciales producidos para las necesidades locales y regionales principalmente, y con diversos grados de éxito para la exportación.
Además de la agricultura, los hombres senufo participan en industrias artesanales y en la elaboración del tabaco; las mujeres senufo hilan el algodón, preparan aceites y jabón, especialmente de manteca de karité, y preparan condimentos para usar en la cocina. Tanto los hombres como las mujeres senufo pueden participar en la producción local de cerveza y en la fabricación de textiles.
Esto de más arriba, casi todo se implantó en época colonial en los albores del siglo XVIII, propiciando la llegada de productos de otros continentes, lo que podría parecer una evolución y apertura de posibilidades, pero fue visto por las sectas Mussa y Agua de Mousa, como una involución, prohibiendo el cultivo de todo aquel producto que no fuera ‘negro’, se llegó a llamar ‘la revolución del ñame negro’ lo que trajo consigo el que hasta la topografía cambiara; tampoco podían consumirse los animales sacrificados en rituales, lo que generaba otro problema pues habían surgido innumerables sitios y gentes que lo hacían, solicitando la curación de sus males y que antes lo consumían y repartían.
Las creencias en la economía de los senufo
También se prohibió el cerdo, no por creencias religiosas sino por la misma cuestión, lo que perjudicó ostensiblemente a los senufo, pues se cerraron muchas instalaciones en el área de Korhogo, potenciadas por la administración colonial. Así mismo introdujo las monedas de plata aunque estuvieran acuñadas en Europa, que legitimaba aduciendo que el metal provenía de África, en detrimento del Franco CFA. A favor, Mousa habilitó todos los días de la semana si hombres y mujeres quisieran trabajar, lo que antes no sucedía.
Todos los pueblos tienden a ser autosuficientes y los que han compartido orígen, migraciones y acaban en ubicaciones regionales comunes, insertan en su acervo cultural todo aquello que han encontrado en su transitar a través de los siglos. Los senufo no son ajenos a esto e integran en su cultura aherreros, tallistas, tejedores de hilaturas y tejidos y de fibras y canastas, fundidores de bronce, alfareros, joyeros y guarnicioneros.
Artesanía
Estos artesanos crean bellos objetos y útiles como poleas de tejer, botes para ungüentos, muebles o asientos monóxilos y puertas.
Navaga o Kpeene, es el gremio de los escultores de máscaras y figuras y el que a él se dedica es el navagabele o kpeenebele, pertenecen a una casta aparte, trasmitida matrilinealmente. Utiliza exclusivamente madera sacralizada del sinzanga.Kule, el gremio de herreros y el herrero kulebele.
Tyelibele es el artesano metalista que realiza las figuras para el adivino, siendo los que producen refinadas joyas y amuletos o Yawiige, con forma de colgante, brazalete o tobillera y con referencias a animales totémicos como el fo con una pitón, camaleones o cocodrilos, todo ello con carácter apotropaico, osea, de veneración y protección. Djelebele son los guarnicioneros, que por su aprendizaje de los grandes maestros norteafricanos practican el Islám aunque mantengan sus rituales animistas.
Los numunbele se dedican a la cestería. Tchedumbele son aquellos que montan a medida lo realizado por varios gremios, como el hierro de la azada al mango, la punta de la lanza a su asta o la cuerda al arco; estos también ingenian los puentes, entre otras cosas.
Herreros
Habiendo vivido durante siglos entre los agricultores senufo, nadie como sus herreros para saber cual y cómo es la mejor herramienta para cada trabajo agrícola específico, siendo además expertos conocedores de los útiles y artículos necesarios para el hogar y las múltiples ceremonias.
Por ejemplo, los kulebele o herreros producen la tiya, la emblemática azada de mango corto del agricultor senufo, peculiar herramienta adaptada a la longitud del brazo de cada cliente al igual que el peso y amplitud de la cuchilla; así como hacen con armas, esculturas de hierro forjado utilizadas por adivinos, instrumentos musicales, y otros objetos para uso doméstico y ritual. Las mujeres de los herreros son a menudo las más expertas en confección de esteras y cestas.
Los trabajadores de la madera producen útiles para el hogar como recipientes, cazos o morteros, taburetes de patas cortas y los especializados tallas de esculturas, máscaras y figuras utilizadas en los diversos rituales de los senufo.
Los metalistas no solo funden sino que son hábiles diseñando y haciendo los moldes para la cera perdida, tal vez aprendido de los maestros antiguos del Imperio de Ghana establecido en el Mandé; producen yawiige, adornos, joyería y abalorios pero sobre todo objetos para la adivinación y esculturas y ornamentos rituales y ceremoniales; mientras que las mujeres de los fundidores de bronce acostumbradas a estar cerca del fuego y conocedoras de sus secretos son alfareras expertas que producen gran parte de la cerámica doméstica de uso local.
Los djelebele
Los djelebele, guarnicioneros, trabajadores del cuero, producen escarpines, amuletos, fundas de cuchillos, bolsas, tabaqueras y adornos cosméticos y ceremoniales.
Los mercados no difieren mucho de aquellos de la Europa de principios del siglo XX. Se caminaba a pie por veredas que hoy nos parecen imposibles y además cargados hasta los topes, y aunque cansados, con el espíritu alegre pensando en que se vendería todo aquello conseguido con tanto mimo y esfuerzo; y además está lo que representaba socialmente, la charla con buenos y viejos amigos y donde los jóvenes, chicas y chicos, tenían la oportunidad de relacionarse.
Y además aprender, cruzar datos y conocimientos pues a la propuesta de uno, alguien con experiencia no se calla su truco pues realmente la maldad no cabe y sí el demostrar que se sabe, por lo que nadie calla su saber.
Son mercados dónde como en cualquier otro lado confluyen mercancías de todo tipo, desde alimentos, como cereales o frutos, aves de corral o caza, ganado, útiles de madera cerámica o metal, herramientas, objetos de cuero, y lo más diverso que alguien pueda pensar, pues ciertas piedras o trozos de madera con formas o colores especiales pueden simbolizar para alguien algo premonitorio aunque los más solo vean eso, nada.
Es el mundo de la oportunidad semanal y si es el comarcal, el imperio de los sentidos, para el que los ve las diez o cien primeras veces. Olores colores y sabores que embargan el cuerpo pues el inconsciente hace tiempo que deambula perdido.
los dyula malinke
Desde siempre los dyula malinke, son los reyes de este imperio, donde hacen creer que lo son los senufo, aunque ellos son realmente quienes marcan las normas, ejerciendo una influencia sustancial en el comercio con las poblaciones senufo que tienen a su vez una gran dependencia de estos renombrados comerciantes .
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