El alusi Agwụ
Agwụ leído la anterior, es fácil colegir que es un Alusi complejo. Tan complejo que una cosa es remitirse a su origen y otra lo que hoy se piensa qué es él. De hecho en la antigüedad, se creía que era el compendio que reunía el sagrado principio de la tríada, a saber: el Conocimiento, la Dedicación y la Sabiduría. Estas eran las tres fuerzas transmitidas por el alma “de las que emergía la verdadera luz espiritual de la iluminación”.
Esto también quiere decir que no es un solo espíritu, sino que son, o pueden ser, tantos como individuos le soliciten ayuda y realicen manifestaciones, figuras y rituales. Son Alusis, espíritus como Nwa Agwụ o Ụmụ Inyom y Okoro Agwụ nombres genéricos de los mensajeros que tienen el deber de trasmitir, mediante conexión con sus adeptos, aquellos pasos que faciliten a cada persona lo necesario para entender en cada época y momento cómo perseverar cada día.
Función de los Agwụ
Se dice que esta tríada de Agwụ fue percibida en los trances de eminentes Dibia en el origen de los tiempos o Uga Chi. Debemos tener en cuenta que el antiguo pueblo Igbo también sostiene que el universo en sí posee un alma, alma que ritualizan como Olisa y que engendró Chi Ukwu. Los Igbo también dicen que: Amụma sina Olisa abị“Todas las inspiraciones, pasadas, presentes y futuras, tienen su fuente en Olisa”, el único gran alma universal de Chi Ukwu.
Así, los Agwụ siempre estarán presentes y serán necesarios para atender y proteger los procesos de entendimiento. Para poner esto en un contexto más terrestre, dicen:
“Al igual que las abejas Ańụ o Anwụ fueron creadas para atender y proteger los procesos de fertilidad de la vida terrestre o el ecosistema de nuestro planeta, también lo hacen los Alusi Agwụ con los procesos del entendimiento”.
En la actualidad
Sí se coincide en que siendo un territorio tan grande y con tan gran diversidad de pueblos, es realmente notable la uniformidad del estilo, muy peculiar, de las representaciones de los Alusis antiguos, que ellos llaman Ụmụ Agbara Agwụ.
Hay extensos textos referentes a explicar todas las cualidades que encierran esta miríada de espíritus del conocimiento, así como la descripción de sus Dibias o sacerdotes y sus rituales, tantos como pueblos y casi individuos, pero creo que con lo anterior ya podemos hacernos una idea.
Veamos qué piensan hoy:
Dicen que la palabra Agwu, para los Igbo de hoy es polivalente “cada distinta persona entiende una cosa distinta”. Y aquí ahora ya sí aparece la palabra deidad, aunque el concepto o idea siga siendo el mismo.
Esta ‘deidad’ Alusi Agwu es percibida tan poderosa como para hundir o promover el devenir de cualquier persona. Pero generalmente es tenida como la deidad personal responsable de dar forma al destino, cuando este se decanta hacia el éxito, se supone que Agwu es benévolo, pero si es al contrario, Agwu es considerado un espíritu negativo. De una u otra manera el individuo queda a merced de la influencia de Agwu.
Qué representa Agwu
Es la deidad Igbo de la adivinación y la salud, y uno de los conceptos ‘teológicos’ básicos empleados para explicar lo bueno y lo malo, la salud y la enfermedad, la riqueza y la pobreza, el fracaso y el éxito.
Tan respetado como temido, Agwu es capaz de confundir a la mente más clara o desvelar al más confuso, de ahí ser el promotor de la clarividencia de ciertos Dibias, o el protector vital de los locos. Casi todas las poblaciones podían señalar a personas Agwu en su entorno, unos por su clara falta de coherencia, y otros considerados de mente preclara como los sacerdotes-adivinos o médicos, favorecidos unos y victimas otros del poder de Agwu.
Incluso popularmente se especula sobre si los triunfadores sociales, sea la que sea su dedicación, y los que cayeron, no estaban vinculados a este temido espíritu. Aún hoy, periódicamente, en la zona de Nri, en la población de Anaocha, en el estado de Anambra, se celebra el festival Onwa Agwu para apaciguar el espíritu Awgu, mediante el ritual Iru Agwu, que permita a sus ‘víctimas’, se es mientras no se consiga, alcanzar logros en su empeño.
Es en esta ocasión en que las mascaradas para adultos Ịgọchi na mmanwụ se representan, lo que aprovechan los Dibia adivinos, para realizar sus sacrificios rituales de connivencia con Agwu su patrón, en los que se utilizan las plantas sagradas Oha, Ogbu y Ogilisi con las que logran su conexión e intermediación.
Género de Agwụ
Otra peculiaridad que se atribuye a Agwu, es su reconocida capacidad de cambiar de género.
Exportado a las Américas, la creencia en Agwu fue generalizada en el pasado, siendo conocido como Agwu Nsi o Agwunsi, tenido como el Alusi embaucador, y conceptuado como la mítica araña Anansi de los Akán o Eshu el dios Yoruba.
Alusis de lo conocido como estilo tradicional. | Foto drch en Nri Awka por G.I. Jones 1938 |
“Ahia Njoku aún no existía. Eran tiempos muy antiguos cuando una desgracia asoló a los hombres. Las mujeres protegían a los niños y por fuera unos y dentro otros, todos lloraban. Las plantas estaban marchitando y los animales muriendo. La hambruna no perdonaba nada, ni a nadie, en el País Igbo. La gente estaba sumida en la desesperación. Ya lo estaba, pero el rey, el Eze Nri era presionado por sus súbditos, como si todas las atmósferas cabalgaran sobre él suplicándole, exigiéndole una solución.
Eze Nri, el rey, deambulaba despierto noche tras noche en busca de la solución a la hambruna. Llamó a sus amigos, a sus enemigos, a sus consejeros; el amor de unos, el temor de otros y la falta de respuestas de quienes debían darla, no le sirvieron. Pensó en su deber y qué podía ofrecer a Infortunio para que acudiera en su ayuda.
Eze Nri
Y entonces decidió entregar aquello que tenía y más valía, aunque menos que sus súbditos, sus hijos. Y así lo hizo. Después de matarlos, con un propósito, seccionó en pequeños trozos sus cuerpecitos depositando cada trozo en huecos consecutivos echando un somero puñado de aquella pulverulenta tierra sobre ellos, y sí, lloró, entonces lloró sobre sus hijos y lo hizo desconsoladamente, temeroso de que no solo perdiera a sus hijos, sino también a su amado pueblo.
Pero oh! Tras días y días de acudir, ya últimamente secos sus ojos y anegada en dolor su alma, emergieron, alrededor de los montecitos donde había depositado cada trozo de su alma junto el del cuerpo de sus hijos, multitud de pimpantes pimpollos, que se desarrollaban lo que se podía decir, vertiginosamente, bien porque así era, o porque el ánimo así lo percibía ya.
Cuando Ezelos cosechó, encontró ñames y taros. La hambruna había terminado y todo el reino celebró tener semejante rey y que hubiera conseguido semejante cosecha. Desde entonces se venera al Nze y sus hijos, a Ahijoku porque de su sacrificio brotó el ñame y a Ada, su hermana e hija del Nze, porque de ella lo hizo el taro*10”.
*10 Nota: Ellos al ñame le llaman yam y al taro cocoyam son las dos plantas, tubérculos, con tallos subterráneos comestibles, básicos en la alimentación de África Occidental.
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