Circuncisión en los Dogón
Austeros por decisión, como el territorio donde habitan, promulgan por encima de cualquier otra cosa el valor de la palabra y por tanto del silencio, de lo que hacen gala. Eso conlleva respeto. Respeto por no importunar al que puede estar pensando pues la palabra es el vehículo del pensamiento meditado y por ello de los hechos bien llevados a cabo. Y dicen que nunca se deja de iniciar el camino, siempre hay algo nuevo que aprender.
Con la iniciación se educa a los niños sobre los preceptos de la vida social, abundando en el hecho de su existencia dentro de la naturaleza y del universo en su amplio sentido. Para todo esto los niños, jugando, aprenden a ser hombres. Asisten a sesiones teatralizadas, donde se les inculcan las reglas y modos de conducta que regirán sus vidas y recordarán en historias de sus ancestros cómo ellos los preservaron.
En este primer período de sus vidas, siguiendo el pensamiento derivado de sus creencias, muy arraigado entre todos los pueblos provenientes del Mandé, de que hombres y mujeres nacen duales en cuanto al sexo, y que el prepucio es la parte femenina del varón y el clítoris el masculino en la mujer, practican la circuncisión en los niños y la escisión en las niñas para que ambos puedan asumir su propia identidad corporal.
Orígenes
Estos ritos se realizan por tanto desde sus más remotos orígenes, para corregirlo y así asumir la identidad física adecuada.A los varones para la circuncisión se les agrupa por trienios, por ejemplo entre los 9 y 12 años, que es el trienio más frecuente; coincide con el término del primer período de iniciación lo que conlleva la ‘muerte del niño’ y el ‘nacimiento’ a su nueva vida como hombre, ya es un iniciado.
Si algo aún le queda en el recuerdo desu anterior vida lo perderá, en los varios días que pasará en una cabaña aislado del pueblo, pero acompañado de maestros que le abren nuevos horizontes mientras se le cura y cicatriza la herida. Es el herrero, que a su vez suele ser el curandero, quien realiza la operación.
La circuncisión es un motivo de celebración y los niños iniciados recorren el pueblo recibiendo regalos. Llaman la atención de los vecinos haciendo ruido con un instrumento especial que está hecho de una vara de madera que inserta trozos de calabaza que suena como una carraca o sonaja.
la ablación
A las niñas se les practica la ablación más traumática, la de clítoris y labios menores, la conocida como del tipo II, entre los 7 u 8 años como muy tarde. El objetivo es ‘evitar que sientan placer sexual y liberarlas del pecado de la promiscuidad’, para que esto las lleve vírgenes al matrimonio, y no ser rechazadas. Creen o quieren creer o justificar, que propicia la fertilidad y facilita los partos haciéndolos más seguros.
Esta operación queda también en manos de los herreros o de las mujeres de estos. Se trata de uno de los varios grupos étnicos africanos que aún practica la mutilación genital femenina.
La circuncisión de hombres y mujeres se considera necesaria para que el individuo obtenga género definido, pues antes de la circuncisión o escisión son vistos como neutros, lo que relacionan con su mito sobre la creación.
En la región de Sangha*, en lo alto de un promontorio, hay una cueva cuya pared exterior está ornamentada con pinturas rupestres de color blanco, rojo y negro, donde se ven animales y plantas, que generaciones de niños han aprendido a descifrar, donde se lleva a cabo la circuncisión, en esa amplia zona. Muy cerca se encuentra otra cueva donde se guardan los instrumentos musicales.
Los muchachos recién circuncidados, tras el ritual, deben ir desnudos durante un mes para mostrar su paso de edad y de esta manera ser agasajados por los ciudadanos del poblado. Esta práctica se ha transmitido de generación en generación y se practica incluso durante el invierno.
Sangha
Los ideogramas se refieren a ‘la vida del mundo’: la astronomía, las máscaras y la parafernalia sagrada, las figuras espirituales, las prohibiciones totémicas y las instrucciones que recibirán de especialistas sobre ciclos vitales o rituales.
“Los diseños son dispositivos mnemotécnicos que recuerdan las leyendas y las historias locales, ejemplarizando el comportamiento y responsabilidad adecuados en el hombre adulto. Históricamente, el sitio es un aula llena de conocimientos prácticos, una narración visual que representa la ‘organización social de la verdad.
La conversión al Islam puede estar cambiando de alguna manera estos lugares y prácticas entre algunas personas dogón”. Hoffman, 1993: ‘Además’, pg. 231.
Los signos sagrados que los niños empiezan a aprender durante su iniciación en el abrigo rocoso de Sangha, tienen diversas capas de significado que irán siendo reveladas poco a poco, lentamente, en función de la capacidad; deben ir asumiéndolas, y solo a algunos hombres llegarán a la maestría, pero el conocimiento, del nivel que se consiga, lo irán aprendiendo durante el transcurso de toda su vida.
A los niños, no a todos, en mi opinión sólo a los que a los que provienen de un entorno peul, se les realiza a la edad de cuatro años en su calendario, sobre los cinco en el nuestro, un corte o escisión en la mejilla conocida como wi, la prueba de dolor, que aunque coincide con la misma época de las circuncisiones, nada tiene que ver con estas.
Marcel Griaule
*Nota: Sangha es el sitio donde Marcel Griaule, al que encargaron estudios etnográficos se instaló en 1931 realizando la prospección del Sudan francés en la Travesía Dakar D`Jibuti; recaló varias veces en esta zona a la que dedicó gran parte de su vida.
La escuela dejada por él y los siguientes estudios que allí se han ido llevando a cabo, han hecho de Sangha, una especie de santuario de la antropología. De modo que aunque sí se han estudiado los pueblos y zonas circundantes, prevalece lo trasmitido en esa zona, por el grupo que él dirigió.
Algunos símbolos son muy simples, otros excesivamente complejos, y nos revelan una curiosa perspectiva de las artes visuales de África:
La economía de formas que se encuentra en la simpleza geométrica, a menudo permite la interpretación ilimitada. De hecho, el refugio de Sangha es un ‘lugar de memoria’ donde los niños aprenden la ciencia y la tradición de sus antepasados, reinterpretando los conceptos a través de cada narración, para satisfacer las necesidades intelectuales ‘del momento’. Los mismos signos aparecen en otras esferas de la vida, tanto referidos a lo secular como lo sagrado, pintados en las vasijas o las paredes, recuerdan a la gente los principios de cohesión del pensamiento dogón.
Ginna o santuario
El ejemplo de la foto de arriba, es un santuario, Ginna, situado en la región de Sangha, y dedicado a la fertilidad de las personas, el ganado y los cultivos.
Algunos de los ideogramas de la iniciación de los chicos, se encontraban reproducidos en una fachada, donde fueron fotografiados a finales de 1980.
Kapucinski pone en boca de OgoTemmeli:
…”El agua lo es todo, la tierra emana del agua, la luz procede del agua, la sangre es agua”.
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