Instrumentos de música de los Luba
Los instrumentos de música que utilizan los Luba, son similares en sus tañidos de tambores, vibraciones como en las sanzas, o viento en sus tubas y silbatos, a los de cualquier otro pueblo del Congo, diferenciándose poco en su estética. La variante más notoria cuando la había, era que curiosamente, parece que como otros puelos de Benín, utilizaron cráneos humanos como cajas de resonancia añadidas alrededor de los tambores.
el Kasala
El hecho de colocar los cráneos de enemigos muertos sobre largas varas delante de las casa del jefe victorioso, no solo era para alardear y atemorizar, sino que se decía que el silbido que producía el viento al pasar entre sus hoquedades era una hermosa música y servía por otra parte, para escuchar las sugerencias de los enemigos de esa manera sometidos, que aún muertos, prevenían de cómo actuar ante determinadas situaciones.
Inherente a la música, y para ellos la base recurrente, es el Kasala. Es fundamental dentro de la tradición baluba, porque es el medio utilizado para mediante recitación o cantando, pero siempre con música de fondo, trasmitir la información o conceptos que se consideraran adecuados en cada momento. En el Kasala se utiliza un sistema que parece aleatorio, pero encierra conceptos precisos de interpretación aunque las letanías que parecen miméticas y con métrica definida, sean en realidad como poesías de verso libre.
Mujeres sobre todo, pero también hombres y como se ha dicho con aportación instrumental, se caracterizan por que en función de su hablidad y saber hacer, son conceptuados, requeridos y pagados, como profesionales. Y como profesionales, se espera que en los eventos en que participen, sean capaces de asombrar a la concurrencia dramatizando cuando el relato versa sobre el valor que tal personage demostró en la batalla; muestren su aflicción en un duelo durante el relato donde rememoran al fallecido en su funeral; o sean capaces de levantar carcajadas cuando critiquen a determinados personages públicos durante los festivales, auntenticos actores con escuela propia.
Se requiere talento que hay que demostrar tanto en las formas como en el fondo; aunque este se sepa de antemano pues aunque sean diversos los temas, la base siempre serán relatos históricos, mitos, fábulas, proverbios, cuentos o adivinanzas. El kasala es por tanto en sí mismo un género suficientemente diverso.
La marimba o xilófono
La marimba o xilófono esun instrumento muy ingenioso, el término deriva de xilo, madera, y fono, sonido. El hombre se da cuenta que la rama de un árbol, cuando hace viento, silba de una manera u otra, observando que depende de lo largo y flexibe y también del número y tamaño de sus hojas. Primero dobla hojas soplando a través de ella consiguiendo diversos tonos, pero se da cuenta que consigue casi lo mismo con solo sus labios; luego cimbrea ramas en distintas logitudes, notando que acompasados varios individuos llevan a cabo un peculiar concierto que sobre todo en el tiempo entretiene a los niños.
Estos pasos sí determinan una cosa claramente perceptible, el tamaño importa; también de qué sea pues no es lo mismo una madera dura que otra más ligera. Lo que les lleva a probar con un mismo material del mismo ancho pero de diversas medidas de más a menos o de menos a más, según qué se pretenda. Dan con el mejor y más abundante material, el bambú, la caña. Que cortan por la mitad en su sección y sujetan a otras, las más gruesas que encuentran y enteras, pues así suena más, creando la primera caja de resonancia.
Tambien hay que definir con qué golpearlas, si con las manos suena pero al estar juntas das a varias a la vez, mejor con una rama no flexible y con algo que amortigue el golpe pero no la vibración en la punta. Poco a poco van descubriendo que puede crearse un instrumento preciso, adecuado a las características de lo que cada instrumentista pretenda. Es de gran interés la incorporación de la calabaza como caja de resonancia, donde el tamaño también importa pues se consigue una u otra vibración y tono en función de su capacidad y que no es lo mismo sí con agua, sin ella o cuanta. Bambú y calabaza, recursos a mano y fácilmente manipulables.
Olga Boone
Bien, explicado qué es un xilófono, sé que no hacía falta a casi nadie, sí a los niños y despertar su ingenio, comentar que en el Museo de los Instrumentos Africanos, KMMA, guardan en el inventario de sus colecciones una variedad de xilófonos que van desde una ‘tecla’ hasta dieciséis.
Olga Boone en 1936, fue la primera especialista que se sumergió en este instrumento estudiando el origen y cómo se realizaba en cada comunidad. Tras ella surgieron C. Sachs, E. von Hornbostel y A.P. Marriam, que los ampliaron. Llegando a observar que se podía utilizar de caja de resonancia desde un hoyo en el suelo hasta las cajas de madera de los tambores. Sobre la base de 108 xilófonos, que en 1936 formaban parte de las colecciones del entonces Museo del Congo Belga, O. Boone mapeó un área de distribución que se puede subdividir en dos grandes áreas, una en el norte, distribuida en Camerún, República Centroafricana, Gabón, el norte del Congo y Uganda, y el otro en el sur, noreste de Angola, la región de Kasai Katanga en el sur del Congo y el norte de Zambia.
De qué está hecho el Xilófono
Un xilófono, por su complejidad de fabricación pues debe entenderse de qué tipo de materiales son más adecuados, las proporciones a darle a cada material, no perder más tiempo del necesario en afinarlo y finalmente saber tocarlo con habilidad, sugiere que los indivuduos, suele ser el mismo para todo aunque al actuar en parejas son dos personas, están dentro del cIrculo de poder en los pueblos de África central.
El hecho de tocar emparejados se entiende como una sorprendente evolución musical, pues en realidad estamos hablando de un conjunto de dos pianos con escalas distintas que permiten al golpear las ‘teclas’ a cuatro manos, conseguir acordes e incluso arpegios. Por lo que estos hábiles personages son admirados por la sociedad estando bajo la protección de los jefes y ser reclamados por los individuos más preminentes de su sociedad, actuando tanto para los actos oficiales, privados como bodas o funerales, o lúdicos en las festividades populares, casi siempre en compañía del resto de instrumentos como tambores de membrana de piel o de hendidura, sanzas o con danzarines que acompasen su baile con sus sonajeros de tobillo. Una orquesta en toda regla.
Obviamente el instrumentista no era alguien que llegara de improviso cual Mozart, seguro que alguno sí, sino que requería de un dilatado período de aprendizaje.
A veces y hablamos claro está de otras épocas, el xilófono se hacía sobre la marcha, todo él, o todo menos las ‘teclas’, que a discrección llevaba el músico y colocaba sobre dos haces de juncos, tocones de plataneros u otras maderas, con la habilidad adecuada sabiendo cuanto separar las ‘teclas’ entre si y estas del suelo pues es el espacio que actuará como caja de resonancia. Este tipo tan sencillo de xilófono, que se realizaba expertamente sobre la marcha, era el más típico en la pequeñas aldeas del Congo y al que llamaban pandingbwa, recordemos que todos los nombres propios africanos se escriben según el idioma del que lo escucha, y el de este característico tipo se sabe que se mantuvo y aún lo hacen los niños jugando entre los zande de Uele
manza o bandjanga
Otro tipo de xilófono que llaman manza o bandjanga según la zona al noroeste del Congo, tiene situadas las ‘teclas’ atravesadas sobre una caja rectangualar de madera sujetas con una fina tira de tripa de animal, los Ngbandi y Ngbaka lo utilizan casi en exclusiva.
En otros tiempos sin embargo, por lo delicado de instrumentos más complejos y no tener que transportarlos para cada evento u ocasión, lo más recurrente era tanto al norte como el sur del Congo, realizar poco antes de la ctuación un xilófono de tan solo una tecla montada sobre una cabalaza como caja de resonancia.
El sistema como muestra la foto, es simple pero lo que no se aprecia en esta es cómo adecuaban la calabaza para sacarle el mayor partido, los que hayais leído mi texto sobre los ‘Instrumentos Musicales en África’, lo recordareís. Era un truco que también utilizaban en ciertos tambores. Consistía en hacer una ranura a un lado de la calabaza, por la que insertaban una caña fina ahuecada del todo, cubriendo después la abertura con la tela de una araña, y no de cualquiera, sino de la ntanda nkumbidi, y solo aquella tela tan tupida que hace cuando necesita proteger sus huevos. La caña silvando al moverse en el interio a cada toque, más la vibración de la tela actuando como si de una membrana se tratara, le dan al instrumento una sonoridad y timbre peculiares.
Didimbadimba
Los Luba y pueblos influenciados y sus cazadores sobre todo, ver la foto, utilizan este tipo de xilófonos de una tecla, que ellos llaman didimbadimba, que según dicen en TshiLuba significa, ‘vamos estais todos invitados’ o ‘vamos todos al bar’, que gustan de cantar cuando vuelven de cacería o ante acontecimientos en que lo lúdico prime.
Los Lunda y Tshokwe, utilizan básicamente el mismo tipo, y comparten tanto cañas como la araña mencionada, aunque a su xilófono lo llaman jimba, utilizandolo igualmente los cazadores durante los rituales de caza.
Vistas estas peculiaridades, lo normal es que los xilófonos tengan entre 10 a 16 teclas, que es lo que en la zona de Kasai Katanga se denomina madimba, en plural didimba. Aunque utilizado por todos, el de los pende es el más conocido, tal vez por discurrir más fotos de ellos por Europa. Todos no obstante lo tocan de igual modo, con dos músicos, hay un solista que interpreta la melodía, y otro que lo hace como bajo o acompañante. Ciertamente parece claro que esas melodías los asistentes saben interpretarlas como lo hacen con los pequeños tambores parlantes del tipo ditumba dya ndanya o los de hendidura.
Juanjo Andreu
Profesor de Bellas Artes y comisario cientifico de arte tribal africano
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