Koré Kun
Koré sexta y última etapa: Tendemos los humanos a una globalización donde todos queremos el mismo móvil coche casa lugar de vacaciones y cuenta en el banco, solo nos seguiremos diferenciando en cómo pretendemos acceder cada uno a ello. Encontrar de golpe que alguien sobrevuele sobre ello entendiendo hoy, que claro que es muy útil un móvil e internet, pero no es óbice para mantener intactos determinados ancestrales conceptos.
Porque Koré es entender qué es la Vida, en todas sus dimensiones.
Koré es la serena contemplación de los ancianos en su evocación de la muerte y su imaginada idea sobre la resurrección. Una etapa que acompañe en el camino final de la vida. Con la clara percepción de que si no hay realidad, mejor imaginarse lo que uno espera haya tras la puerta que a no mucho tardar traspasará.
Kurumaw
Hasta que eso suceda son Kurumaw maestros del Koré o de Vida. Sus ceremonias y transmisión de conocimiento se hacen en el Tù o calvero sagrado del bosque, donde no puede entrar ninguna mujer. Para ello se requiere de una serie de actores principales como son el Kurumaw o anciano maestro del Koré y el Koré Dugaw, peculiar personaje este, mitad sabio mitad bufón que ejerce de disciplente contrapunto de los metafísicos conceptos del Kurumaw.
Por cierto, recordar que la W del final marca el singular, sin la W sería el plural. Sus enseñanzas se ejemplarizan mediante una serie de animales y sus modos de enfrentarse a la vida, de los que sacan las conclusiones para explicar cómo actuar ante las situaciones que la vida presenta y el mejor modo de aplicar sentido común, como comúnmente hacen esos animales.
La ceremonia anual del Koré consiste enuna manifestación ritual cuyo objetivo es solicitar la acción de lo invisible con el fin de obtener aquello necesario para el ser humano.
Dieterlen Germaine 1951:170 nos dice:
“Las quemaduras o golpes que se infligen los miembros así como los devaneos de los Koré duga, simbolizan los combates celestiales de los genios contra los elementos desatados”.
los Korè dugaw
“Los Korè del buitre o los Korè dugaw, del ‘caballo’, representan las alegrías y placeres espirituales experimentados por aquellos que alcanzan la etapa de unión con Dios. Estos sentimientos son expresados por los iniciados de este nivel de una manera exenta de ataduras y total libertad e incluso lasciva.
La libertad de la que goza un Korè dugaw lo libera de todas las convenciones sociales: nada le está prohibido; incluso, por ejemplo, puede comer excrementos humanos como alimento”.
Y continúa Dieterlen en 1974:22 diciéndonos:
“El Korè, ‘caballo’, se asocia simbólicamente con la inteligencia, el espíritu y la intuición. También se asocia con la búsqueda de la inmortalidad y con el robo de la eternidad”.
Los Koré Duga, son como satíricos bufones, hombres conocedores de la liturgia Koré, famosos por su conocimiento y vis cómica. Jugando con metáforas y dobles sentidos, ridiculizan lo cotidiano en que jóvenes y maduros cifran su existencia, advirtiéndoles de qué es en realidad la vida. Aunque el mensaje es duro, lo hacen con tal habilidad de expresión y comicidad que resultan afamados protagonistas en las fiestas.
Suelen iniciar sus actuaciones, manifestando de entrada que ellos también comen, vamos, que se les lleven viandas si es que se quiere que actúen, eso sí entre gracietas y aspavientos que generen risas y palmas, intentando ganarse a la audiencia.
Sátira o crítica
Un Koré Duga suele presentarse de inicio con una canción que suele aludir a esa fama de comilones que les precede y que algo de base tiene, pues hay que entender que intentan comer todos los días pero no todos los días hay fiestas, por lo que mejor llenar el estómago pero también el zurrón esos día donde la algarabía da pie a la generosidad de la audiencia.
La dimensión satírica o crítica de sus alusiones, se percibe desde el primer momento de sus actuaciones, llegando a comentar incluso ya en ese inicio en qué consisten esas rutinas impuestas, que según Brink James T. 1978:388 y 9, critican cantando:
“Cada año preparamos los campos para plantar, pero no hay esposas para nosotros; al comienzo de la estación seca no hay esposas para nosotros; el camino al cementerio está bien transitado pero nadie regresa de allí; no hay forma de pagar por el alma de una persona”.
Clara alusión a esperanzas ilusiones y vidas en el alero, para a continuación, tras un receso donde se dan a la gula entre gesticulaciones que levantan carcajadas, continúan sus actuaciones cantando y gestualizando libidinosamente sobre las niñas, por ejemplo:
“Ey!! Mira que desvergonzada esa niña…qué maleducada; Uyyy!! No se acerca a los hombres y gracias a ello no está embarazada. Niña!!! Sujeta y ata la tela de tu cintura; tu preciosa cosita -vagina- aparece por ahí; si un pobre hombre viera lo que muestras quién pararía su erección, eh!!; mostrar las vergüenzas siempre es repudiable, pero vamos, aquí y ahora, en público, peor aún, imagínate! Vaya espectáculo, me quitas la audiencia”.
La danza Kaka
D. Zahan 1960 y Brink 1982:429 a 30, nos dicen:
“La danza Kaka da paso inmediatamente a algunos sketches realizados por los actores Koré Duga. Los sketches también se conocen colectivamente como korèduga, una palabra utilizada en un sentido general para designar payasos, bufones o personas divertidas, y más específicamente para referirse a los payasos rituales de la hermandad de iniciación del Korè masculino. Además de estos payasos rituales, los sketches del prólogo representan personajes como ‘la anciana harapienta’, ‘el esclavo’, ‘el hombre de gran y largo pene’ y ‘la mujer del herrero’ ”.
Billmeier, Uschi. 1999 y Eric Charry 2000:207, nos dicen: “Kotedjuga*4 es el nombre de una casta que todavía existe hoy en día entre el grupo étnico tradicional Malinke, de la región fronteriza entre Malí y Guinea.
Los Kotedjuga eran bufones y payasos, que, por ejemplo, aparecían repentinamente en las festividades de boda, para tontear y hacer reír a la gente. Intencionadamente ‘perturbaban’ las celebraciones festivas y exigían dinero para irse de nuevo. El comportamiento de los Kotedjuga era aceptado, y su aparición era una parte integral de las festividades tradicionales. A las canciones con que acompañaban su actuación las llamaban genéricamente Komodemu”.
Canciones que podían repetir entre burlas varias veces tachando de ‘tacaños’ a los ‘contribuyentes’ que jugaban a dar poco pues sabían del juego y las artimañas de los Kotedjuga.
*4 Nota: Obviamente Kotedjuga es una derivación regional lingüística de Korè Duga.
Jow o Dyow
Los nombres y las actividades específicas del Jow o Dyow en singularo Jo y Dyo en pluralcomo Tonw o Ton, varían según la región, pero seis han sido ampliamente reconocidos por los investigadores como activos aún en el corazón de Mandé a través de Segou. En esta amplia región N’Tomo y Koré son Tonw; mientras que Kòmò, Nama, Nya y Kono son Jow.
En esencia, un Tonw o Ton es público, se ocupa de asuntos mundanos y sus reglas están hechas por y para el hombre. Mientras que Jow o Dyow, es una hermandad privada que trata con leyes naturales y poderes sobrenaturales.
Los Bamana definen el Korè como ‘padre de la lluvia y el trueno’.
Cada siete años, un nuevo grupo de adolescentes experimenta una muerte simbólica y un renacimiento en la sociedad Korè a través de rituales de iniciación cuyos símbolos se relacionan con el fuego y la masculinidad. Las iniciaciones tienen lugar en el bosque sagrado, donde los jóvenes son acosados por los ancianos con asertos y proverbios y no menos atormentados por las burlas y dobles juegos de los Koré Dugaw.
Hasta mediados del siglo XX, los iniciados debían pasar por una especie de duelo ritual en que los iniciados se fustigaban entre sí. Hoy, esto ha desaparecido aunque se mantiene cierta severidad en cuanto a seguir las reglas y enseñanzas de los preceptores.
La adaptación llega hasta el caso de haber eliminado paulatinamente ciertas máscaras del Korè que teniendo como emblema animales totémicos, ha ido derivando a una cierta homogeneidad siendo mucho menos evidentes las diferencias entre los diversos rituales de las cofradías. Estas ‘cofradías’ de iniciados, tradicionalmente, provenían de grupos, aldeas, pueblos o comunidades diferentes, que aportaban sus propias máscaras.
Laurie Ann Farrell
Colleyn, Jean-Paul y Laurie Ann Farrell 2001 nos dicen:
“En su forma general y detalle, un grupo de máscaras Korè… transmite conceptos como conocimiento, coraje y energía a través de la representación de hienas, leones, ungulados y otros animales. N’gon koun se dice que representa a un babuino. N’gon son usadas por los enmascarados que ingresan al complejo de la aldea para anunciar el inicio del período de iniciación de Korè.
Los enmascarados imitan el comportamiento promiscuo, incivilizado y ruidoso de los monos, introduciendo humor y sátira en las celebraciones al tiempo que muestran, ridiculizando, las características menos deseadas de los muchachos”.
La importancia que tienen estas ‘etapas’ de conocimiento o iniciación, que hemos visto, no son algo exclusivo de los Bamana, pues también y del mismo modo, lo llevan a cabo los Malinké, así como sus ‘parientes’ Kagoro. Y lo han adoptado los Fulah de Wassoulou, o los Mandinga, Fouladougou y Birgo, así como los Kokoroko de Bougouni. Y ya en su lengua pero de igual manera los Minianka y Senufo de San, Koutiala y Sikasso.
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