El pueblo de la palabra
Empezamos contando el mito de la creación, ¿recordáis? Pues permitidme que le demos una vuelta de tuerca. Que espero no sea la última.
Amma creador omnipotente omnisciente creó el mundo. Él era el poseedor de la palabra que en principio era muda*1. Con ella, Amma creó una placenta, o huevo del mundo*2, que fecundó colocando en su interior las semillas de dos gemelos andróginos, o bisexuales*3.
La gestación se vio interrumpida por la huída de uno de los gemelos. Este primer ser penetró en la oscuridad primordial llevando consigo la palabra y un trozo de placenta que se transformó en la Tierra *4. Abatido por la soledad, erró por el universo en busca de su par gemelo.
cosmogonía dogón
La desesperación le condujo incluso a buscarla en las entrañas de la Tierra, su placenta su madre, cometiendo de este modo un acto incestuoso que desordenaría por completo el mundo. Ante tanta desobediencia, Amma convirtió a Ogo, que así se llamaba, en Yurugu un zorro. Dicho castigo, no obstante, no resultó suficiente para devolver el orden, por lo que Amma intentó restablecer el equilibrio sacrificando a Nommo, el otro gemelo que permanecía en el huevo. La sangre de este, vertida, se tornó en astros, animales y plantas comestibles.
Acto seguido, con la Tierra fecundó cuatro parejas de gemelos. Tras esto Amma abrió la semilla en la que había dispuesto todos los elementos de la creación, cuyo contenido depositó en un arca, en la que el dios también colocó a Nommo al que había resucitado, así como a las cuatro parejas de gemelos que constituyen los ancestros primordiales de la humanidad.
Un arca, koro no, fue entonces bajada con una cadena de eslabones de cobre*5, que formaron el arco iris, hasta la Tierra mancillada por Ogo. Al posarse, cayó la primera lluvia, y el sol, una esfera de barro cocido aún blanco, candente y orlado con una espiral de metal*6, inició su recorrido por el cielo. A su vez, el terreno se tornó un campo arable prosperando los ancestros gracias a la agricultura. La bajada del arca así cargada a la Tierra marca el inicio del segundo tiempo de la Creación.
Nommo
Durante este período, Nommo expectoró veinticuatro*7 hilos de algodón en los que había fijado las palabras*8, y con los que creó un tejido que recibió Binu Seru, uno de los ancestros primordiales, con el que los ancestros recibieron de Nommo la facultad de hablar. Binu Seru, el primer tañedor, comunicó las claves del lenguaje a sus hermanos repercutiéndolas con su tambor.
A estas siguieron otras ‘palabras’, en las que Nommo reveló a los hombres el significado o uso, que Amma había dado a los diversos elementos de la Creación. Así, en la lengua hablada, se encuentra la razón de ser del mundo. Tras conocer los secretos del lenguaje, los cuatro ancestros primordiales intercambiaron sus gemelas para crear las cuatro familias de las que nacería la sociedad dogón.
Notas:
- *1 La palabra muda, el pensamiento, induce a Amma a ejercer de Creador.
- 2 El huevo cósmico tiene su origen en un mito egipcio sobre la creación, que se expande a través del Sudán por África Occidental.
- Tanto Ogo, el zorro o yurugu, como Nommo, el primero, eran bisexuales pero aquí dependiendo las transcripciones se cruzan los sexos y géneros, pues en ellos Ogo va tras de su hermana gemela o tras cualquier ser que a él le parezca susceptible de ser poseído.
M.Griaule
- En un primer eslabón del conocimiento Amma crea a los astros y los seres de pellas de tierra, en el mito egipcio se parte de un huevo y aquí de lo que M.Griaule traduce como placenta crea la tierra.
- Referente a que Ogo se llevó consigo la palabra, la había en efecto robado a Amma para traerla a la Tierra. Para evitar un uso inadecuado de tal don, Amma condenó al zorro a emitir sólo lastimosos aullidos cortándole la lengua. No obstante, Yurugu, que conocía el lenguaje, desarrolló la capacidad de expresarse con las patas; por ello, se considera que los zorros poseen la facultad de predecir el futuro, dejando señales a su paso por las tablas de adivinación de los humanos. En cuanto a la cadena de eslabones de cobre, también proviene de una leyenda mandé donde el creador concede que el Nommo primigenio retenga en su garganta una cadena de eslabones de cobre con las que baja o sube del Cielo a la Tierra aquello considerado benéfico.
Simbología
*6 Los ocho Nommo, símbolos del agua y de la lluvia, son además los transmisores de la sabiduría divina.
“Estos ascendieron al cielo, donde Amma les dio las ocho simientes básicas; pero cometieron una falta, y por ello hubieron de descender de nuevo a la tierra. Hicieron el viaje en una gran arca, donde se acomodaron junto a las simientes y a los animales. Retornados a la tierra, los antepasados primordiales se apoderaron de ella combatiendo al zorro y a sus descendientes, unos hombrecillos cabezudos llamados yeban, comenzando a cultivar los campos”.
Esto y lo anterior dice Ogotemmeli, pero las variantes son muchas: en otras versiones, Amma creó ocho Nommo, de los que uno sería el rebelde, destinado a convertirse en zorro, mientras que los otros constituirían el principio de diversos elementos naturales; otras, en cambio, dicen que uno de los Nommo, transformado en caballo, condujo el arca donde bajaron al mundo todas las cosas…
Retomando su relato, Ogotemmeli afirma que la Tierra, tal como la creó Amma, es plana, aunque está inclinada de Norte a Sur: “La Tierra está tumbada, pero el Norte está en lo alto”. El viejo cazador ciego le describió el Sol a Marcel Griaule:
“El Sol es una vasija cocida al blanco permanentemente. … Algunos lo estiman tan grande como el campamento, lo que sería unos treinta codos. En realidad, es mucho más grande, supera en superficie el cantón de Sangha. … Puede incluso que sea mucho más grande aún”.
Ogotemmeli
En otro capítulo de ‘Dieu d’eau’, Ogotemmeli hace el siguiente comentario acerca del Sol: “El Sol es una tierra cocida rodeada por una espiral de cobre incandescente que le confiere su movimiento diurno, que da luz y vida al universo. El Sol es como cobre fundido”. A nuestro satélite le dedica tan sólo un breve comentario: “La Luna es de la misma naturaleza que el Sol, sólo que está a medio cocer”. Luego añadió, algo molesto por la insistencia del francés, que: “A diferencia de los negros, que son seres solares, los blancos son seres lunares, de ahí su aspecto de larvas”.
*7 La cifra 24 son los escalones del universo, determina el número de ‘familias’ en las que los dogón clasifican los elementos del mundo, existen veinticuatro familias de pájaros, plantas, ritmos, palabras, etc. Según Calame Griaule 2001; p.28. Dicha cifra corresponde a una fragmentación simbólica del cuerpo humano.
*8 La palabra expresa el pensamiento y por tanto el discernimiento y conocimiento, es una paráfrasis que indica que con la palabra, se otorgaron al ser humano todas las posibilidades y todo lo necesario, para establecerse y confeccionar su mundo.
*Recordar que en su trabajo de doctorado M.Griaule hace una síntesis de 900 páginas. En su descripción del mito de la creación que transcribe de Ogotemmeli se extiende 150 páginas más. En este artículo pretendo por tanto sólo resumir y hacer comprensible algo tan denso.
Sangha
Las versiones de lo contado en Sangha, parece que no se correlacionan con las que se cuentan en otros poblados, por lo que en los diversos estudios llevados a cabo por los múltiples expertos que han pasado, la controversia se mantiene.
Sí parece establecerse un paralelismo de estos mitos, sea el que sea, que se debe al nivel del que escucha o a la claridad, algunos hablan de la “ingenuidad prepotente del occidental ante el nativo”, del que trasmite y la voluntad de cómo da a conocer lo que trasmite. Aunque sí parece que los rituales se establecen en base a una creencia común de su origen.
Pero dejemos los mitos y entremos en una realidad.
Empecemos ahora por ver cómo se asentaron…
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