Este soberbio aserto de Nooter Roberts y Allen Roberts en 2007: 54, que pone en valor tantos ‘valores’, da idea de qué captaron ellos en estas figuras para expresar tantas emociones y dedicarles sus vidas. Conocemos ya de los Luba, su manera de comunicar respeto dignidad y lealtad, entre otros ‘valores’, pero la serenidad e introspección que encierra esta figura de más arriba, subyuga y no por su sonrisa, sino por lo que cada uno recibe en esa comunicación silenciosa que no importaría se hiciera eterna. Vemos incluso una bella mujer que podría hacernos feliz si nosotros pudiéramos. Y pasando Roberts y Roberts a su estudio histórico dicen:
“La actitud contemplativa y la expresión de esta figura y su belleza idealizada representan el importante papel que desempeñaron las mujeres en el reino Luba”.
Enfatizamos, yo el primero, tanto lo que tanto nos atrae, que parece que estuviéramos hablando de un Edén idílico. Nos abstraemos en lo contemplativo sin recordar a veces que son gente normal, con pasiones sentimientos y necesidades tan corrientes y habituales como los que cualquiera vive.
Por una vez dejadme decir que no están pendientes de adivinos ni jefes, que se ocupan más de sus vidas, hijos, padres, hermanos, familia…Socializarse es su principal ocupación, el individuo es en función de con quien comparte. Y para compartir hay que estar a la altura y aportar lo que se pueda y espera de él. Y por encima de nuestro concepto vale más un buen consejo o idea que un capazo de mijo o un pollo.
Mwadi
Si nos parece que solo el hombre establece y ejerce la autoridad, tácitamente y como si de un pacto se tratara la mujer juega un papel igual de autoritario al intervenir, a veces con un peso fundamental, en los temas de alianzas, los problemas derivados de sucesión o hereditarios, como sabemos en la investidura y en otras numerosas decisiones sobre todo del día a día. Sin olvidar lo ya sabido, que son Mwadi, garantes y guardianas del los espíritus de los reyes fallecidos.
“…La Mwadi, del rey fallecido, asumió su carácter y luego sirvió como importante médium espiritual”.
Esta estatua refleja esa autoridad moral, es incontestable su decisión, cualquiera que esta fuera. Y no son comunes, son raras de ver, se cree que una por cada uno de los trece reyes Luba fallecidos, aunque no parece se conozcan tantas. François Neyt 1993: 138 a 166, nos dice que:
“Están íntimamente ligadas a las fuerzas ambivalentes reveladas por el ritual del funeral real”.
Roberts 1990: 43
Y de nuevo, según Roberts 1990: 43, las manos en el torso, como vemos en esta: “Son signos de devoción, respeto y, según algunos informantes Luba, ‘indican la posesión de secretos reales’ ”.
Mwadi es un título que recibe siempre una mujer a la muerte de un rey, es quien al recibir el espíritu del fallecido rey asume la personalidad de este que puede transmutarse en figuras con este carácter, que está de pie, nunca genuflexa ni sentada. Pensemos qué simboliza esto.
El corazón Luba estaba salpicado de estos puntos de referencia. El epicentro figurativo en la regalía Luba de sus reyes era mwadi, encarnaciones femeninas de los reyes ancestrales. Hemos visto estas efigies en los kitenta, mikanda, kibango, porta arcos y hachas que lucen este tema, representan con él el estado divino del gobernante y el refinamiento cultural de su corte.
Ya sabemos lo que la gente Luba dice:
“…solo el cuerpo de una mujer es lo suficientemente fuerte como para sostener un espíritu tan poderoso como el de un rey”, por lo que la escultura referente a la realeza es casi siempre femenina.”
Ubicación de la Mwadi
La Mwadi pasaba a residir en la aldea real, haciéndose cargo de los títulos y emblemas del anterior titular, siendo agasajada usualmente por el nuevo rey que debía ubicar su residencia en un lugar diferente. Las anteriores residencias de los trece reyes luba habían pasado a ser santuarios y algo muy importante para ellos lugar donde recordar su historia, dándoselas el título de ‘capitales espirituales’ donde las mwadis gobernaban el ‘reino de los muertos’ los que allí fallecieron.
A cada Mwadi la sucedía en el lecho de muerte otra mujer de su linaje, asegurando así la perpetuación de la memoria del rey.
Según François Neyt, ibid : 158:
“Las figuras de pie producidas por los Luba son indiscutiblemente obras de la mayor belleza.
Juanjo Andreu
Profesor de Bellas Artes y comisario cientifico de arte tribal africano
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