Introducción
Tradicionalmente, los dogón, mujeres y hombres, generalmente visten una túnica abierta por los costados llamada boubou; los hombres, desde hace ya tiempo, también suelen llevar unos pantalones confeccionados con tres bandas tejidas en cada pierna. Sus tonos preferidos son los terrosos, dada la facilidad de conseguir dicho tinte pues parten del barro arcilloso y por su mimetismo con el entorno; se pueden ver tejidos o bogolán, con dibujos que van del marrón oscuro al amarillo, a veces con perfilados en negro que sacan de las cenizas.
También utilizan el color índigo para ocasiones excepcionales o días de ritual. Los hombres pueden usar un característico sombrero cónico y más a menudo un peculiar tocado o gorro, especialmente los hombres mayores. En el pasado, los hombres llevaban el cabello muy largo y crespo, haciéndose una especie de cresta en la parte superior de la cabeza, que asumen y aún mantienen las mujeres.
Cuando el cabello escaseaba se agregaban elementos variados que dieran el volumen deseado. Por lo general, el cabello se afeita alrededor de los 45 años.
Circunstancialmente se colocan un cinturón de cauris rodeando la cabeza. Usan brazaletes de cobre o plata en el brazo, así como anillos en los dedos, no pudiendo faltar amuletos o talismanes como los cri cri. En pulseras o entrelazados suelen llevar pelos de la cola de elefantes simbolizando o solicitando fuerza y constancia.

boubou
Las mujeres usan tapasexos o boubou pero más ceñidos. Sus peinados son muy ricos y variados, tienen la forma de un casco, con largas trenzas a los lados, un tirabuzón en la nuca y perfilada cresta, mbeedu, en la parte superior del cráneo.
Al peinado se le agregan perlas y joyas de oro o plata. Las orejas están perforadas y muchos anillos de oro u otro metal se fijan sobre ellas. Al cumplir los tres años, se coloca a la niña un anillo en el labio inferior indicando su primera etapa de iniciación, el habla; entre los 10 o 12 años tres anillos más de cobre pero en la nariz para atraer buenas palabras, sentido común, y otros de zinc, para preservarlas de lo malo. Diversos tipos de piedras, algunas preciosas, también se usan para ornamentos y como amuletos. No suelen hacerse escarificaciones ni tatuajes.
Se hace patente la influencia generalizada entre unos y otros de estos pueblos limítrofes, como los bamana, bozo o fulani por ejemplo.



La Togu na
Los hombres se reúnen en construcciones específicas llamadas Togu na donde además de comentar lo cotidiano, cada individuo, con los mismos derechos y posibilidades, puede dirimir sus opiniones o diferencias.
Togu na es la ‘casa de la palabra sentada’, de la conversación meditada. Simbólicamente representa la cabeza de la aldea y es el lugar de reunión de los hombres, las mujeres no tienen acceso, aunque su presencia queda manifestada en las figuras esculpidas en sus pilares pues muchas de las esculturas son de mujeres o de los senos de estas, un proverbio dogón afirma que:
“La mama va la segunda después de Amma”.
Los pilares de la Togu Na, o casa de la palabra, están talladas en madera de kile y con frecuencia como vemos expresan temas sobre la fertilidad y la procreación.

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