Máscara Dannana
Marcel Griaule en 1938, publicó la fotografía de una máscara, a la izquierda, que encontró en Ireli de la que dice:
“Esta máscara de madera sería usada por un ser humano violento, catalogado como un depredador, específicamente un cazador”.
Él define la máscara con la cara plana y boca que originalmente tenía dientes de tallo de mijo. La característica más distintiva es su nariz, que Griaule describió como un ‘perfil humano’. “Se asemeja a la parte superior de una cabeza de animal con un hocico o mandíbula largos”.
Dicha máscara estaría usada por un hombre de más de 20 años, el grupo de mayor edad en la sociedad Awa. Su vestimenta consistiría en una túnica corriente, de rafia entretejida revestida de hojas, a la que se prenderían diversos amuletos personales y cuernos colmillos o pezuñas de los animales cazados. Iría armado de daga y lanza, llevaría colgando, una bolsa de cuero con ungüentos y remedios.
representación de Dannana
Su representación es más una pantomima que un baile, dannana se muestra agresivo intentando cazar a otro enmascarado el conejo, pero no consigue atraparlo. El conejo en este contexto es el ser embaucador, inteligente y astuto, capaz de desafiar a los hombres. La pareja formada por el cazador y el conejo recrea el mito de cómo se creó la primera máscara de cazador, en él un experto cazador mató a un antílope, y tanto el conejo como la hiena le recriminaron. Después de mucha discusión y alguna persecución, el conejo le dice al cazador entre mucho aspaviento que la hiena le atacó, el cazador, harto, va tras la hiena y la mata.
Cabe señalar que los dogón describen peyorativamente a Tata, la hiena, le consideran un ser hediondo y desagradable, levantisco abusón repulsivo y chirriante cuando habla. En el mito, el cazador le dice a su padre que le acompañe a cazar al antílope y la hiena, por razones obvias a estos animales, pero tras la partida su padre muere.
El cazador no cree que sea algo casual y atribuye el hecho a los espíritus de los dos animales muertos. Lo que concuerda con la creencia africana generalizada, de que toda enfermedad o muerte, son efecto de sortilegios que no de causas naturales. El cuento concluye explicando cómo el cazador talla su máscara, para asustar y también protegerse de los espíritus de los animales que había matado.
Consideran otras tres máscaras de rasgos humanos como violentas porque así consideran a los imitados, son: la del guerrero extranjero, del hechicero y del antepasado mítico, a las que también asocian con la muerte y la enfermedad.
Juanjo Andreu
Profesor de Bellas Artes y comisario cientifico de arte tribal africano
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