los mitos Dogón
En lo conocido como ‘mito’ Dogón hay que aclarar varias cosas, lo primero y si habéis leído el trabajo ‘Pueblo Dogón’, estaréis conmigo en que no se puede hablar de ‘un’ mito, pues sus referencias están todas mitificadas.
Habréis también comprobado que realmente y como en casi todos los pueblos de África Occidental, los Dogón son un conglomerado de individuos de variada procedencia que se suman a un grupo, digamos original, y quedan todos bien asentados donde es fácil defenderse, con un río cercano, agua, y campos donde algo se puede plantar, comida.
Casi todos proceden del tronco mandé común, lo que les da coincidencias y sintonía, sólo algunos piensan en cosas concretas distintas pero tomadas más como anécdotas si es que o cuando llegan a conocerse.
Un hecho concreto es que el adn de los que habitan en la región de Shanga, parece que la prueba no se hizo en otraos sitios, es Haplo E-M 78 – A3b1A, que ubica concretamente a estos, originariamente en el Nilo Azul, el Abbai Wenz para ellos, entre la actual frontera de Sudán y Etiopía. A estos les llaman ‘Los faraones negros’, como si los originales hubieran sido blancos.
Marcel Griaule
Ya sobre 1885, durante los trabajos topográficos realizados por el equipo de Joseph Gallieni, para instalar el ferrocarril entre Dakar y el rio Níger, se advierten trabajadores, apuntados con nombres asociados posteriormente a los Dogón por el equipo de la Misión Dakar Djibuti y que posteriormente mueve a Marcel Griaule a efectuar sus amplias comprobaciones.
Se constata que ocupan pequeños asentamientos familiares a lo largo de ese trayecto, del Nilo al actual Senegal, que se asimilan como Dogón, diseminados por varios sitios en un recorrido que ya en años posteriores se ratifican.
Esto refrenda que los Dogón parten de su asentamiento originario del Nilo Azul, llamado en la zona como Abbai Wenz, en la zona fronteriza de los actuales Sudán y Etiopía, como he apuntado, esto anterior contrastado, ahora en su leyenda dicen:
“Se ponen a caminar hacia el oeste, casi en línea recta hasta lo que hoy conocemos como desierto de Libia; allí se desdoblan en dos grupos uno que inicia una marcha paralela a la costa del Mediterráneo y luego la Atlántica y que a la altura de Guinea, Bissau y Conakry, sube de nuevo hasta la falla del Bandiangara, y otro grupo que baja desde Libia atravesando el desierto. Y que tal vez ambos grupos, uno de subida y otro de bajada, utilizan el rio Níger, en un tramo de la zona llamado Bani, como ruta en busca del cortado del Bandiangara”.
los caminantes Dogón
Es un misterio cómo ambos grupos vuelven a encontrarse en ese punto concreto, pero parece que no hay discusión sobre el hecho en sí. Si es conocido el hecho de la presión ejercida por los islamistas y en concreto por los Fulani y Mossi. Son curiosos los ‘caminantes’ Dogón que ellos hacen de metal fundido y que conocidos in situ por Giacometti, este versiona y populariza.
Pictogramas
Son incuestionables también sus pictogramas, están ahí. En primera instancia, finales del XIX e inicios del XX, durante las obras de construcción de vías ferroviarias, aparecen terracotas y bronces y a la par se observan pictogramas que sumados se atribuye en esa época, a cultura proveniente de supervivientes de la Atlántida, hecho que pasmó a Europa cuando Leo Frobenius lo afirmo o como poco atribuyó a helenos exiliados en la zona, presentando determinadas terracotas y bronces que mantuvieron expectante al mundo durante más de dos décadas. Hecho desmentido por los mismos Dogón a los que refrenda Bernard Fagg.
En las pinturas hay un relato conocido como ‘La Génesis’, según los Dogón. En estos peculiares dibujos muchos manifiestan que:
“Se relata la llegada a su ‘planeta de origen’ de una ‘estrella oscura’, que cada cinco décadas también se acerca a la tierra. Cuando sus sabios anticiparon que esta estrella iba a estrellarse contra el planeta que habitaban, emigraron, eligiendo la tierra porque era la más apta para la vida del hombre y también porque era el único planeta al cual el nefasto astro oscuro no se acercaría”.
Traducción de los Pictogramas Dogón
Esta versión de la ‘traducción’ de los pictogramas está muy difundida, pero sinceramente yo no la encuentro contrastada.
Dicen que es por esta razón que cada sesenta años los Dogón celebran una fiesta, la del Sigi o Sigui, que realmente está dedicada a la fertilidad y a la vida, que dura vario días. Sí es cierto, que esta celebración se llama la gran fiesta del Sigi, y que tradicionalmente utilizan máscaras, en la creencia de que determinados espíritus les transmitirán su energía o concederán prebendas.
Recientemente los astrónomos han descubierto que de hecho una estrella oscura pasa cerca de la tierra cada seis décadas, sin embargo esta proximidad es teórica debido a que la estrella se encuentra a miles de años luz en la Vía Láctea, tengo que reconocer que el Sigi se celebra en una fecha que coincide con dicha aproximación.
Es aún si cabe más sorprendente, el hecho de que para los Dogón existe una tercera estrella. No ha sido hasta 1995 cuando científicos han podido demostrar la existencia de una tercera Sirio C, que hace fluctuar las orbitas de las otras dos.
Fue tras un trabajo realizado por alumnos de Harvard, refrendado por profesores, donde estos estudiantes presentaron unos primeros informes sobre estas pinturas, descubriendo que eran una inmensa fuente de conocimientos científicos referentes al funcionamiento del cuerpo humano y el sistema solar tal como hoy se los conoce. Varios de estos conocimientos son muy anteriores a que los occidentales los descubriesen, en los pictogramas se encuentra detallada la circulación de la sangre por el cuerpo, que Miguel Servet descubrió en el siglo XVII y la circulación pulmonar que William Harvey presenta veinticinco años más tarde.
La datación de los pictogramas Dogón
La datación de los pictogramas Dogón está sin embargo datada con mucha anterioridad, entre los siglos XV XVI.
Incluso según los expertos, el sistema planetario está descrito a la perfección, en las imágenes se ve Júpiter con sus lunas y Saturno con sus anillos. Realmente sorprendente si tenemos en cuenta que muchos de estos astros no son visibles sin el uso de un telescopio.
Reconozco que ignorante en grado sumo yo no sé ver nada en esos dibujos, pero me constan la cantidad ingente de estudios al respecto, muchos por eminentes expertos, según se dice, en la materia*1.
Joseph Gallieni
En 1879, Joseph Gallieni fue enviado a la zona para establecer un fuerte e inspeccionar el terreno para la instalación del ferrocarril entre Dakar en Senegal y el río Níger. Esto fue seguido con el establecimiento de una serie de fuertes franceses y alianzas políticas con los líderes específicos en la región a principios de 1880.
La estructura administrativa de la zona estaba todavía en gran parte bajo el control del gobernador francés de Senegal, y la colonización más importante consistía simplemente en fortificaciones y puestos militares, siendo el más importante de ellos el establecido en Kayes en 1881 por el general Gustave Borgnis Desbordes.
Ya en la primera misión Paris Dakar, que se crea para ver la causa de los conflictos entre autóctonos y europeos, pero también entre los distintos pueblos, en 1931 se da paso a una investigación francesa para conocer y entender la diversidad y manera de pensar de cada pueblo, para lo que se destaca a un grupo de técnicos y expertos que componen un primer equipo de partida.
De entre ellos y por diversas controversias, John Mitten renuncia el 29 de octubre de 1931, Prince Oukhtomsky cae enfermo y es evacuado el 11 de julio de 1931. Quedan, además de Marcel Griaule, como miembros permanentes de la misión, Michel Leiris, Andre Schaeffner, Deborah Lifshitz, Eric Lutten, Jean Mouchet y Gaston-Louis Roux. Abel Faivre se unió al equipo en el Sudán anglo-egipcio el 16 de mayo de 1932.
Conocimientos astronómicos
Cada uno es especialista en un tema y lideran el equipo que forman lingüistas y etnógrafos, y que incluyen a un musicólogo, un pintor, un naturalista y un camarógrafo, responsable de filmar todo.
Cruzan el continente de oeste a este, de Senegal a Etiopía, ambos países enormes y desde Dakar, actual capital de Senegal a DJibuti, actualmente estado autónomo y tal vez el más importante puerto comercial entre el Océano Indico y el Mar Rojo, para recoger el máximo de datos etnográficos.
Recopilan más de 3.000 objetos que llevan y depositan en el Museo de Etnografía del Trocadero con 6.000 fotografías, 1.600 metros de película y 1.500 fichas escritas a mano. Les resulta increíble, y aún persiste la incredulidad, de que una etnia relativamente primitiva del África Occidental pueda poseer dentro de su sabiduría tradicional conocimientos astronómicos tan precisos sobre el sistema estelar de Sirio, que sólo son factibles de obtener utilizando refinados recursos tecnológicos. Estos, por supuesto, son los Dogón.
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