Punulu
Punulu es la casa de la menstruación y por ende, sólo y para las mujeres, aunque las que tienen, suelen llevar con ellas a sus hijos más pequeños.
La religión tradicional de los Dogón, requiere que las mujeres durante su período menstrual, vivan separadas. La casa menstrual o punulu, está situada a las afueras, en el borde de la aldea. Las mujeres que tienen el período son consideradas impuras, por lo que aquí es donde duermen y comen durante su llamado ‘estado de impureza’. Solo utilizan las herramientas de cocina que ya se encuentren ahí.
Es una forma temporal, cinco días, de exclusión de la vida del pueblo.
Estas construcciones son de diseño circular.
J.C.Huet, en ‘Peuples Cintres des Dogon du Malí’ – página 157, dice que esta forma redonda: “Hace pensar en un recinto cerrado, que aisla a las mujeres del resto del pueblo”.
Para respaldar su argumento, da el ejemplo de la choza de la menstruación de Arou, que es un recinto circular sin techo. Los muros exteriores se adornan a menudo con símbolos de la fecundidad, por ejemplo, individuos con órganos sexuales extremadamente grandes.
Es construido por mujeres y es de inferior calidad al resto de construcciones de la población.
También esta casa es lugar de encuentro para las mujeres durante las tardes y se llena de risas y gritos de los niños jugando al rededor.

Punulu de Arou
Este emplazamiento también se piensa que tiene algún tipo de simbología reproductiva, por el hecho de que la ubicación de estas cabañas puede verse fácilmente por los hombres que trabajan en los campos y que saben que en su interior sólo puede haber mujeres durante su período, y por lo tanto esto coadyuva a su vez a propiciar el conocimiento idóneo del momento para intentar embarazos.
El término Tellem, con el que los dogón dan nombre a los primitivos habitantes de la zona, parece que realmente significa en su lengua ‘los hemos encontrado’. No está claro si refiriéndose a la ubicación o a las personas. Las oquedades que se ven en el desfiladero, algunas a casi cien metros, eran las viviendas originarias de los Tellen, a las que ascendían con cuerdas hechas de corteza y fibras del baobab. Posteriormente los dogón al ver que en algunas había hasta momias y otros restos humanos, también las aprovecharon como sepulturas.

Zonas geográficas
Veremos que más adelante, al hablar de las obras que tallan los dogón, se mencionan estilos que en realidad corresponden a zonas geográficas, son:
- Ogol, zona central del macizo.
- Tintam, situados en la parte central de la meseta.
- Kambari, al sudeste de Malí y en Burkina Faso.
- Bombou Toro, oeste de la meseta en la región de Bondum.
- Komakon, en las orillas del Niger al extremo de la planicie.
- Wakara, en el delta interior del Niger.
- Niongóm, en la región de Pignari cerca de Djenné.
- Kibsi en la región del Yatenga.
- N’duleri, al extremo occidental del Bandiangara, en el sudeste de Malí.
- Sanan o Samari, en Burkina Faso junto a la frontera.
Practican la androginia, circuncisión o escisión. Se realizan en recuerdo y honra del primer ser creado, con la creencia de que así se purifica lo que de impuro tiene el cuerpo en cada género.
Awa
Awa es el término común con el que se conoce a la asociación masculina de iniciación, encargada de la organización de las ceremonias del Dama, en la que durante días se conmemora a los difuntos de los últimos años. Para la celebración se fabrican las mascaras Sirige del mito de la creación con la bajada del arca mítica, Koro na, y tras lo cual se suspenden las máscaras de duelo, como las Kanaga y otras zoomorfas con los típicos pigmentos rojo, negro y blanco.
El Dama es la ruptura definitiva del difunto con el mundo de los vivos.
La más importante celebración y que se celebra cada sesenta años, es la del Sigi.
Dentro de su concepto místico religioso, con claras influencias mandé, las leyendas son múltiples, y varían según el grado de saber y madurez del iniciado a quien se relatan.
El Hogón, o jefe religioso de aldea, sabe que ciertas explicaciones míticas pueden ser asumidas por los niños o jóvenes, mientras que otras, más simbólicas o complejas, sólo son accesibles para los más avanzados en los grados de iniciación.
Por tanto, a nadie extraña que una figura o una máscara signifiquen algo diferente para cada espectador, según el nivel que haya alcanzado en su educación, pues presentan mitos sobre su origen y creación que aunque en esencia comparten los mismos principios, difieren en cuanto al relato. Aquí presentamos una breve sinopsis, que más adelante se ampliará.
Las normas de la sociedad Awa, son las responsables de llevar a cabo la liturgia de los rituales, ritos públicos que incluyen los funerarios del Bago Bundó, que permite a la persona fallecida dejar el mundo de los vivos para integrarle en el mundo de los muertos y de la ceremonia del Dama que marca el fin del periodo de duelo.
El Olaburu
Estos ritos implican tradiciones arraigadas, que se llevan a cabo sólo por varones iniciados, que han aprendido las técnicas necesarias para transponerse a lo sobrenatural.
El Olaburu sacerdote máximo de la sociedad Awa y maestro del Sigi, otorga los grados de edad y estatus, haciendo caso omiso de linajes tradicionales u orden jerárquico en el pueblo, prevalece su decisión.
Las figuras de madera que representan a los antepasados, masculinos o femeninos, son hechas por escultores miembros de castas endogámicas, herreros o artesanos y estas pasan a ser ‘espíritus protectores’ usados como ejemplo para la familia y recibiendo sacrificios del pueblo.
A la muerte de un familiar, la figura se extrae del santuario colocándola junto al cadáver para que absorba una parte del Nyama o fuerza espiritual, de la persona fallecida. Una vez enriquecida con el Nyama, se devuelve al santuario donde seguirá recibiendo sacrificios que garantizaran la salud, fecundidad o abundancia de las cosechas. La estatua es por tanto y en sí misma, la conexión entre vivos y muertos, atribuyéndosele una potente energía capaz de influir y afectar la vida cotidiana del poblado y sus descendientes.

El Bogolan
El Bogolan, es un paño de algodón confeccionado en tiras de entre 7 y 13 cms. cosidas entre sí, hecho tanto por los dogón o bamana que los llaman bogolanfin, como por los pueblos colindantes; teñido con tintes vegetales disueltos en barro, es tradicionalmente usado para marcar la participación en eventos u ocupaciones específicas. Las muchachas usan este paño después de la escisión, ya que se cree que las protege de las fuerzas malévolas que pueden dañarlas cuando son más vulnerables.
También es usado por los cazadores o donso, hombres que tienen un estatus especial en estas sociedades debido a su capacidad para enfrentarse a cualquier tipo de peligro. El uso de la tela puede ser visto como una afirmación de las capacidades de uno como cazador. Hasta hace poco, el bogolan no podía ser usado más que por un cazador, pues vestirlo otro, sería asumir un estatus al que no tenía derecho.
Significados de los diseños
Como los paños adinkra de los Asante, los diseños de los bogolan, tienen significados específicos, de manera que la tela puede servir como fuente de información sobre la historia y la mitología dogón.
También es algo a tener en cuenta, aquello que parece manifiestan ciertos pictogramas y sus simbolismos, que merecen información aparte, al igual que el festival de Antogo, los funerales, sus herrerías o fraguas, sus mezquitas o sus enfermedades endémicas entre otras cosas. De todo ello se compartirá la información, ampliada y comprobada, en artículos individualizados.

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