Introducción
Creo que es importante puntualizar lo de ‘Gentes Kongo’, referenciando con ello a personas que no solo compartían algún tipo de ancestro común, siendo entre otros y creo que los mas importantes los que originaron y descienden del Reino Kongo, como los Vili, Yombe, M’Boma, Kakongo, Woyo o Solongo entre otros.
También resaltar lo que el profesor G. P. Murdock, adelantó hace más de medio siglo en relación con las conexiones de pueblos ahora distantes, pero que compartieron origen común como estos de los que aquí hablamos:
“En ausencia de registros escritos, las relaciones lingüísticas son, con mucho, la evidencia más confiable de conexiones históricas. Si dos pueblos hablan idiomas relacionados, por mucho que difieran en raza o en cultura y por lo remota que sea su ubicación geográfica, ambos han descendido de una sola sociedad ancestral o sus ancestros tuvieron íntimo contacto como grupo.
El minoritario o dependiente en su relación con el otro abandona su propio idioma adoptando el de sus vecinos. Incluso con escasas o absoluta falta de otra evidencia, no se puede invalidar esta conclusión.
Por lo que el hecho de que por ejemplo, los malgaches hablen un idioma derivado del malayo-polinesio, demuestra sin lugar a dudas la existencia anterior de algúncontacto directo entre los habitantes de Madagascar y de Indonesia, aunque ninguna otra pista hubiera podido llevarnos a imaginar o advertir sobre esta conclusión”.
Pueblos Kongo
Hay un exhaustivo trabajo sobre la dispersión bantú, por tanto de estos pueblos, de este eminente lingüista y profesor, G. Peter Murdock, que se puede consultar entre nuestros textos actualizados y que he desglosado en trabajos relacionados concretamente en cada pueblo y nación.
La escritura no se produjo en África Subsahariana y los pueblos Kongo no están exentos. El que ahora se escriba en toda esa zona es por influencia occidental. Por tanto no existen documentos antiguos de este tipo y sólo gracias a viajeros, misioneros, militares o comerciantes europeos, todos con un ánimo aventurero que no hay que olvidar, se pueden encontrar sobre todo a partir del siglo XVII en adelante.
Hay constancia de muchos documentos cuyo acceso es difícil, pues están a recaudo de diversas iglesias, entes gubernamentales o semioficiales y bibliotecas. Es por tanto un arduo trabajo poder echar una mirada a ese no tan lejano pasado. Estas fuentes son de todo tipo, unas relatan historias de viajes, informes gubernamentales o de misioneros, respecto a ganancias, que no se dude, económicas en un caso o de almas de otro, y de todos, medrar.
Corresponden a los primeros exploradores ingleses, holandeses, alemanes y franceses por ese orden. Son historias de viajes, que enviados o aventureros presentaban a su vuelta esperando fortuna y fama y volver a por nuevas aventuras que relatar, que más era ya un ciclo vital para ellos, África ata.
Paul Du Chaillu Belloni
Paul Du Chaillu Belloni en su libro ‘Viajes y aventuras en África ecuatorial’ de 1863, nos proporciona un conocimiento del pasado del Congo Francés a través de historias, bocetos y mapas. Él se imbuye e interactúa entre la gente, de la que extrae una cantidad significativa de información en relación con sus costumbres, idiomas, conocimientos, sistema económico y sus organizaciones sociales y religiosas.
Como por ejemplo, que cada comunidad cultural, e incluso cada clan, tiene el monopolio del comercio en su propio territorio, y que su sistema de comercio se basa en el principio de intercambio desigual; nada que ver con el trueque, que equivalía a paridad, sino que ya establecían que había un beneficio.
Ahora entendemos de procesos agricolas que antiguamente requerían de prueba y descarte, con la consiguiente pérdida de tiempo para conseguirlo, y sabemos que no es lo mismo plantar un tomate entre piceas o juníperos de lo alto de la sierra que al abrigo del soleado valle y junto al río. Eso nos hace comprender cómo estos pueblos nigríticos llegados del este, se adaptaron al bosque tropical.
El continente africano
El continente africano, por su latitud, 37º 21´ norte y 34º 51´ sur, y cadenas montañosas no excesivamente altas, se adecua a acoger tan extensa como diversa flora y fauna, como creo todo el mundo conoce.
Tal vez la sabana, como por ejemplo en la sudanesa, si hubiera recursos y no abocada a guerras por el control del petróleo escusadas en la religión, podría ser el vergel que fue el Nilo y sus riberas.
El bosque ecuatorial, al sur de esta sabana, es una muestra del vigor de la naturaleza, en él tenemos una capacidad hidrográfica considerable que proporciona un alto grado de humedad a lo que se suma la capa de manto orgánico que proporciona la densa floresta.
Claramente lo que se da en la sabana, no resulta lo más adecuado para cultivarlo en el entorno del bosque y viceversa. Tal vez por eso, como demuestra el profesor Murdock, cuando se introdujo el ñame, banano o taro de Malasia, al encontrar un entorno casi idéntico al del sureste asiático, se adaptaron perfectamente a ese hábitat en el que en el momento de su implantación habitaban los pigmeos, los Baka y los Bongo. Una vez que los antiguos pueblos bantúes conocieron de estos cultivos, su expansión hacia el sur y el este se hizo inevitable.
cultivos alimenticios de Malasia
Y el profesor nos señala:
“Los estudios de estos cultivos no especulan sino que desmenuzan cada familia de plantas alimenticias de modo exhaustivo, haciendo comparaciones entre más de veinte cultigén por familia y entre nueve distintos pueblos bantúes del noroeste.
El ñame, bananos y taro aparecen en cada uno de los nueve, y en casi todos los casos como alimentos básicos, mientras que no hay cultivos de tipo sudanés excepto la palma aceitera. No se puede concebir una prueba más sólida de que los bantúes del noroeste entraran en su hábitat actual cuando recibieron cultivos alimenticios de Malasia, a menos que, por supuesto, hubieran vuelto a una economía de caza y recolección, sacrificio que los cultivadores a lo largo de la historia rechazaron hacer invariablemente”.
implantación en territorio africano
Y sobre la implantación de estos cultivos de origen malayo indonesio en territorio africano nos lo explica así:
“Hemos examinado las pruebas que indican que las plantas alimenticias de Malasia se establecieron en la costa de Azania en el este de África hacia el año 60 d. C., fecha aproximada de la visita del autor del ‘Periplus del mar de Erythraean’.
Podrían haber sido introducidos varios siglos antes, pero no mucho más que eso si aceptamos la evidencia arqueológica que data de la expansión del sur de los Cusitas legalíticos. La datación por radiocarbono coloca a los bantúes en Zimbabwe, en Rhodesia del Sur, en el siglo VII.
Por lo tanto, tenemos un período de tiempo de entre 600 a 900 años durante el cual las cosechas de Malasia se expandieron por todo el continente hasta la frontera entre Camerún y Nigeria, y el bantú atravesó posteriormente el bosque ecuatorial hacia África Oriental.
Como el cinturón de ñame estaba ocupado por pueblos agrícolas de pleno derecho, capaces de tomar prestados nuevos cultivos con facilidad, la difusión hacia el oeste requería presumiblemente mucho menos tiempo que la migración hacia el este, con sus necesarias adaptaciones sucesivas a las nuevas condiciones geográficas.
No podemos estar muy equivocados, entonces. Una ruta obvia hacia el bosque tropical corría hacia el sur a lo largo de la costa atlántica, y esto parece haber sido seguido en un período temprano por emigrantes de la parte baja de la tierra natal de los bantúes”
la penetración bantú en el bosque tropical
Nos encontramos con que el nulo dato histórico y arqueológico que permitiera pruebas fiables de datación, obligue a los expertos citados a fijar la fecha aproximada de la penetración bantú en el bosque tropical, basándose primero en la lingüística, dado que es arduo pero no difícil, evaluar el tiempo transcurrido entre el ancestral origen de las diferentes lenguas bantúes y su evolución en los distintos entornos.
Olmsted, 1957, señala:
“…Haber aplicado técnicas glotocronológicas modernas a este problema, comparando diez lenguas bantúes muy diversas entre sí. Aunque sus estimaciones del tiempo de separación varían con los pares particulares comparados, y especialmente con las diferencias en el tratamiento puramente técnico de los cognados dudosos y la frecuencia de uso, sus resultados en general sugieren un período transcurrido de aproximadamente tres milenios”.
G. P. Murdock
El segundo método, según G. P. Murdock, se basa en los diversos hechos históricos conocidos, por ejemplo, en las oleadas migratorias desde aquel origen común. Está claro que las diversas oleadas empujaron a los predecesores hacia nuevos territorios. Unos se desplazaron empujados hacia el sur, otros hacia el interior, al noroeste del bosque y la franja costera atlántica norte de Gabón, y más arriba, en lo que hoy sería la zona ecuatorial y sur de la costa atlántica gabonesa, dividiendo por tanto a estos en dos grupos, uno al norte del bosque y otro al sur hacia la costa.
Como vemos, vivían en la zona norte pero mantenían lazos con sus vecinos del bosque. La investigación ahora sugiere, que la agricultura surgió entre los bantúes másoccidentales de las sabanas adyacentes a la parte baja del río Congo, en el primer milenio a.C., mucho antes de lo que se pensaba anteriormente.
Explicado y espero que aclarado lo anterior, hay que decir que la comunicación entre las diversas lenguas bantúes de la región es evidente porque están estrechamente relacionadas, al pertenecer al grupo concreto de idiomas Adamawa Ubangui.
Estos movimientos, bien datados y relacionados con las derivaciones del lenguaje producidas, sumados a la exhaustiva documentación de la evolución alimentaria de los sucesivos pasos, así como de sus variables, hacen fiables los numerosos datos documentados por tan eminentes expertos.
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