Agbogho Mmwo
La complejidad delos pueblos Igbo es eso precisamente, que están compuestos de un número indefinido, por lo entremezclado, de pueblos, con pocas coincidencias. Y una apreciación, de verdad que es mucho más aburrido, o menos entretenido, explicar qué estamos viendo, que porqué realmente lo estamos viendo.
Si nos apasionan sus obras, no dudéis de que sus porqués sociológicos, morales y vivenciales son aún más apasionantes, como sucede con cualquier otro pueblo. Es fácil especificar de quíen es una máscara, cómo es una máscara y para qué es una máscara. Lo que no es fácil es explicar porqué se hace la máscara, porqué se dedican a tal o cual personaje sin conocer cómo interactua socialmente ese tipo de personaje.
En cuanto a los Igbo, un ancestro es un generador de un linaje, pero un padre a veces es menos importante para su hijo o hija que el tio del padre, o sea un hermano del abuelo del niño, o un tio del niño o niña y por tanto hermano de su padre. Y esto entre los Igbo es complejo porque el sistema sociológico de ‘familia extendida’, es único y si alguien se ha saltado dicho.
Qué significa Agbogho Mmwo
Agbogho Mmonwui literalmente, ‘espíritu de la doncella ideal’ que escribe Basden o Agbogho Mmuo, Monwu, Monnwu, Mmanwu*21 o Ikorodo el ‘espiritu de la doncella’, diversos términos que podemos encontrar escritos, son máscaras que idealizan a los espíritus femeninos. Su representación tendía a evidenciar los valores culturales y físicos que se asocian a la mujer. Sus trajes, que semejan cuerpos femeninos desnudos engalanados con patrones Uli como si autenticas mujeres fueran, están tejidos, algo importante pues se asume con ello el logro sociocultural de la mujer a la que se le atribuye. .
*21 Nota: Estos ‘apellidos’ de la máscara está claro que como suele ocurrir se deben a cómo escribe cada persona aquello que escucha, y aunque la mayoría son de lengua inglesa, no es lo mismo cómo lo transcribe un inglés, galés, neoyorkino o tejano..
Las máscaras del espíritu de la doncella
Las máscaras del ‘espíritu de la doncella’ aparecían juntas, como en alegre corrillo, teatralizando sucesos cotidianos con la intención de entretener a los asistentes, fueran espirituales o humanos, otra situación relevante pues se da por hecho que en esta máscarada confluyen ambos mundos, donde prime la belleza, sensualidad y elegancia de los movimientos que imprimieran sus danzantes, curiosamente siempre hombres asociados a la hermandad masculina secreta de Mmwo.
Sus facciones muestran rostros de rasgos humanos que tienden a ser esbeltos, con la nariz longilínea, estrecha y aguzada. El blanco de sus rostros, conseguido con piedra aulea, variedad de esteatita similar a tiza natural, habla de conexión con los espíritus con los que se asociaba para conseguir oportunidades y beneficios. Su trenzado cabello y elaborados tocados subliman los peinados que la élite de moda lucía en los primeros años del siglo XX, y que las jóvenes que salían en busca de pareja con la que casarse, reconvertían añadiendo extensiones de cabello abultadas con arcilla, abrillantándolo con polvo de carbón y que fijaban con aceites; a lo que sumaban pasadores de pelo, peines, pequeños espejos y lo que la imaginación engendrara. Es habitual ver marcas imitando las escaras Ichi, y semicirculares patrones Uli.
Hay máscaras Agbogho Mmuo sencillas, a las que parece se añadían volúmenes con estructuras revestidas con textiles, y otras en que se adosaba a la máscara una cimera o casco también de madera, lo que permitía al interprete sujetarla con firmeza y más facilidad. Tanto las mascaradas
Agbogho Mmuo ‘espíritu virginal’ como las Mgbedike, aparecían por lo general en la estación seca, época de festivales, cuando los trabajos del campo estaban en su nivel más bajo y se aprovechaba para agradecer la cosecha y rogar que la siguiente fuera abundante y propiciara fertilidad, aunque también estaban presentes en los funerales de ancianos prominentes o personajes distinguidos, siendo invocados estos para que junto a otros espíritus escoltaran a los de ancestros prominentes o guíaran a los de los recién fallecidos hacia su lugar en el mundo espiritual; obviamente también hay escalafones en el otro mundo.
Mascaradas Mgbedike y la Agbogho Mmuo
La tradición requería que estas dos mascaradas, la Mgbedike y la Agbogho Mmuo nunca actuaran juntas pues además de objetivos opuestos, se remitían a copiar la conducta social prevalente en la que mujeres y hombres tenían actividades sociales separadas. Se decía antiguamente que las actuaciones de estas mascaradas resultaban entretenidas no solo a los vivos si no que las disfrutaban enormemente los ancestros. Lo cierto es que eran tiempos donde los roles de género se llevaban de manera estricta, tanto que en realidad coexistian prácticamente dos sociedades, de manera que quien se los saltaba era tachado de inmoral o indeseable, ateniéndose a las consecuencias de su proceder.
No olvidemos que como hemos explicado en el capitulo correspondiente, las mujeres podían acceder a ser ‘maridos’ con esposas propias, aunque esto fuera más con carácter oficial que físico. Estas máscaradas se llevaban a cabo sobre todo en la región centro norte de Nri Awka en el sureste de Nigeria durante los festivales agrícolas que celebraban el fin de las cosechas y entrada ya estación seca; las máscaras de espiritus aparecían agrupadas, casi siempre alrededor de una figura principal con un indeterminado número de comparsas. Lo hacían en estos festivales Ude Agbogho o ‘Reputación de la Doncella’ y en funerales de ancianos venerables, donde honraban a los difuntos, entreteniendo al público y reiterando los valores tradicionales.
Agbogho Mmwo con dos asistentes
Estas ‘virginales’ máscaras blancas, bailadas por hombres, pueden mostrar tocados de varios tipos, indicando así los aspectos emocionales de las diferentes edades.
El personaje de la hija mayor, Ada nwanyi, que los ingleses llaman ‘Headload’, destaca por su desmesurado tocado y por que encabeza y lidera a las demás; puede tener de una a tres o más crestas, que en su ideario unifica lo positivo y negativo pues si se quiere uno hay que admitir al otro. Hay sombras porque hay sol. Las siguientes máscaras que la siguen, de hermanas menores, lucen crestas que imitan los elaborados peinados que gustan de utilizar en realidad y con insinuación en los trajes, tan fundamentales o más que las máscaras, de incipientes aunque rotundos senos.
Estos trajes lucen brillante policromía con la que se hacen destacar los diseños Uli que suelen hacerse sobre los desnudos cuerpos de chicas y mujeres jóvenes y sirvieron para trasmitir determinados mensajes concretos o a personas concretas. Aunque el objetivo primordial es aleccionar a las chicas púberes, lo hacen a través de representar a las que lo fueron y perecieron antes de hacerse adultas, por lo que a veces son figuras ancestrales, a las que se otorgan valores donde no prevalece tan solo la belleza física si a esta no la acompaña la belleza moral.
Mmanwu si N’igwe
Es por esto que algunas máscaras están tituladas como Mmanwu si N’igwe, ‘Espíritu enmascarado del cielo’ o Udemu na lenu, ‘Recuerda porqué es grande mi reconocimiento’. Esta mascarada, como se ha dicho otras veces, es un sainete o parodia en la que pueden intervenir, la madre, el padre y hasta un hijo, adolescente revoltoso al que enderezar, y cómo no, un o varios pretendientes, disfrazado alguno de anciano honorable, en la que se enrevesan las situaciones llegando a parecer críticas pero que suelen acabar en displicentes carcajadas.
A todo esto los bailarines van in crescendo sus evoluciones y alardes, sabedores que de su habilidad depende la aceptación del público e incluso su generosidad en los emolumentos. Habitualmente aunque no juntas, las Agbogho Mmuo participaban a la par que las Mgbedike. “Si los hombres son poderosas fuerzas de la naturaleza, las mujeres son la cultura civilizadora”.
Juanjo Andreu
Profesor de Bellas Artes y comisario cientifico de arte tribal africano
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