Autel
Autel es un término francés cuyo significado es altar y que se ha popularizado. Extremadamente raros, estos ‘altares’ dogon, son objetos de gran poder, encargados de retener la fuerza espiritual del protegido y que llegan a poner en peligro la vida de quienes los manipulan, máxime si no son los habilitados. En ambos cabe suponer son bilu, objeto sagrado, como sagrada es una escalera, que además del útil es un ser solicitando implorante a dios con los brazos alzados. Barro madera y metal: la tierra, la naturaleza y el hierro, tres dones básicos de la creación.
Estos dos pequeños ‘altares’ familiares vemos que están compuestos de un recipiente de barro, cocido al sol, donde en uno se ha insertado una especie de tirachinas de madera, similar a una escalera o pie de togu na que ellos usan, junto a la talla de un flanito kelé, un antecesor protector, junto con componentes varios de hierro manufacturado; incluso en el de la derecha, asoma una pata de gallina, símbolo de la encrucijada, además de hierros realizados con las formas curvas de simbología ancestral, que se aprecian también por paredes tallas o útiles.
Terracotas en el arte Dogón
Antes se ha hecho referencia al primer personaje que dominó el fuego, tal vez no fuera el herrero. Dominar no es utilizar sino conseguir objetivos o producir. Pudo ser todo, como casi siempre, producto de una casualidad. Las teorías sobre el origen del barro o tierra cocida, parten de trozos de tierra endurecida que se encontraban bajo los fuegos con que se calentaban, alumbraban y posteriormente donde asaban la caza. Entre cada paso decenios y entre que notaran que la tierra de abajo se calentaba y cocía, tras el agua que antes le caía encima por algún descuido o a saber, seguro que siglos.
Pero no tratamos ahora de eso. Hemos visto anteriormente cómo elaboran y ‘cuecen’ sus útiles cerámicos los dogón y hasta como los impermeabilizan, pero estamos en un entorno donde las culturas fluyen y con ellas el conocimiento que da paso a que la técnica florezca. Los dogón no hacían terracotas morfológicas, ni ‘antropos’ ni ‘zoos’, vamos que ni de figuras humanas ni de animales; es cierto que hace una centuria alguna hicieron pero no es su especialidad. Veremos en este apartado barros amalgamados simplemente semicocidos con tan sólo el sol.
Otros con más dureza y barro más trabajado y algunos con calidad significativa, donde la materia base está bien escogida tratada y amasada y a la que incluso imprimen un característico engobe rojizo. Más que los dogón, fueron, muy anteriormente y durante el periodo de su llegada al Bandiangara y su entorno, otras culturas de las que ahora hablaremos.
Qué es Ferey
Los dogón no hacían terracotas morfológicas, ni ‘antropos’ ni ‘zoos’, vamos que ni de figuras humanas ni de animales; es cierto que hace una centuria alguna hicieron pero no es su especialidad. Veremos en este apartado barros amalgamados simplemente semicocidos con tan sólo el sol. Otros con más dureza y barro más trabajado y algunos con calidad significativa, donde la materia base está bien escogida tratada y amasada y a la que incluso imprimen un característico engobe rojizo.
Más que los dogón, fueron, muy anteriormente y durante el periodo de su llegada al Bandiangara y su entorno, otras culturas de las que ahora hablaremos. Tienen definiciones precisas como por ejemplo: El nombre dado al barro cocido al sol, que es Ferey. Un cilindro de barro así cocido Ferey Djenné, derivado del sistema empleado en la famosa Mezquita utilizándolo de forma similar a un ladrillo. El cilindro o ladrillo para el hombre blanco Toubaboy Ferey.
Y por qué esa diferenciación, os preguntareis muchos. Sus vecinos, los Bozo, estaban considerados los mejores albañiles, y utilizaban para el ferey tradicional, barro, paja, excrementos de animales y su propio orín para amalgamarlo, dado que la urea, proporcionaba un efecto hidrofugante, aunque ellos obviamente no sabían por qué, haciendo más resistente el ladrillo ante las ocasionales pero torrenciales lluvias. Esto no gustaba a aquellos primeros colonos, que tampoco creían en esa facultad, y obligaban a hacer sus casas con adobe, sin excrementos ni orín.
terracotas procedentes de Malí
“Recientemente un gran número de terracotas procedentes de Malí, han aparecido ilegalmente en el mercado occidental. No es muy fiable por tanto la información concerniente a su descubrimiento. Tanto lo relatado por los profanadores clandestinos, como por lo descubierto en los estudios tras las excavaciones oficiales, sitúan su ubicación a lo largo del Niger. Trabajos arropados por textos árabes del siglo XVI, hablan y reflejan datos que se muestran en estos estilos culturales, como del interior del delta del Niger, …
Nada se conoce sobre estas culturas que tienen todas unas dataciones similares en estas obras aparecidas, pero está en la oscuridad más absoluta el conocimiento sobre su sistema religioso, político u organización social. Un gran número de estas terracotas, así como joyas y figurillas en bronce, sacadas casi siempre de forma ilegal de estos sitios arqueológicos han ido apareciendo en el mercado francés y belga, en el transcurso de los años setenta”.
jj Andreu: ‘Barros y terracotas Africanas’, 1987
Djenné
Djenné, es la primera clave estilística, el orígen. Se atribuye al nombre de la zona arqueológica oficial, Djenné Djenno, en una zona a caballo entre las actuales ciudades de Djenné y Moptí, en el delta interior del Niger; desde 1933 en que se produjo el primer hallazgo, no han cesado de descubrirse yacimientos cerámicos de esta cultura. Siguiendo el cauce del Niger y a lo largo de él en territorio Malí, se han ido encontrando piezas similares, siendo Moptí uno de los centros principales donde ver, pero también donde los desaprensivos transaccionaron. Muchos imperios se crearon y perdieron en la zona, el de Ghana el de Malí o el Songhai, pero parece que los mitos lo son porque sí perduran.
El tipo de figura refleja seres humanos y algún animal, sobre todo mujeres y serpientes, tal vez por el mito primordial del que hablabamos de la serpiente Vida, con quien el fundador de la dinastía Malinké, Magna Diabé, hizo un pacto mediante el cual antes de las crecidas se le sacrificaría una virgen, pero un mago se enamoró de una de ellas matando a la serpiente y provocando una sequía de 7 años. Desde entonces en los cimientos de los pueblos se emparedaba una virgen, lo que posteriormente se trasmutó por una terracota representativa de la muchacha y la serpiente.
Parecen estas antiguas piezas el origen del posterior estilo escultórico de los dogón, con cabezas elongadas y delicados miembros como ya se ha explicado. Las piezas de estas varias culturas, se han datado entre el siglo XI al XVIII.
Ounjougou
La zona arqueológica más importante de Malí y su zona se encuentra en Ounjougou, cerca del río Yané o Jané, en la zona arenisca del Bandiangara cerca de la antigua ciudad de Yenné o Jenné, tierra adentro del delta del Niger.
Fue en 1977 cuando Susan Keech y J. Roderick Mcintosh acotaron las excavaciones oficiales y posteriormente en 1980, cuando con criterio y seriedad científica se acometieron los trabajos bajo la dirección de estos arqueólogos americanos. En un principio atribuidas a los dogón, que en esas fechas ya ocupaban la zona, estudios posteriores las sitúan en la época de entre el siglo XI al XVII coincidiendo con las importantes migraciones procedentes del Mandé.
Claramente se comprueba en la actualidad que bajo los grandes pantanos del Delta delNiger quedan aún por descubrir gran parte de estas ricas culturas que permitirán aseverar o acrecentar las teorías que se defienden en este momento. Están realizadas con una fina arcilla procedente de las orillas del río que contiene una gran cantidad de hierro decantado en su composición y que en algunos casos recubren posteriormente de un delicado engobe rojizo. Los dibujos que se observan en los útiles cerámicos del Niger se producen mediante la impresión de cuerdas sobre el barro aún mordiente, antes de su cocción.
Los artistas Dogón
Los artistas crean composiciones llenas de expresiones y gestos, como serenidad, angustia, compasión, temor, ternura… Algunas muestran escarificaciones faciales características. Bernard De Grunne asevera, que estas expresiones son únicas en el continente y solo comparables a las del reino Kongo. Este mismo experto comenta que: ‘
…estas piezas estaban situadas en altares denominados kordodjan, donde eran veneradas y que representaban antepasados divinizados, fundadores de pueblos o reyes importantes.Eran también empleadas en ritos de petición, sacrificios o como protección, pero se descarta su uso en rituales funerarios’.
El término dogón tiene un peculiar significado para ellos, dicen que significa: “La hierba permanente, que perdura a pesar de la sequía” Aunque como se ha dicho, es rara y escasa la producción de objetos de terracota entre los dogón, pues los útiles que utilizan provienen en su mayoría de etnias vecinas, sí hacen determinadas figuras casi siempre con carácter místico, y con claras alusiones a solucionar los problemas inherentes a su condición, ubicación o creencias. Son por tanto recurrentes, las peticiones de cura de enfermedades de familiares o del ganado, buenos partos o lluvia para fructíferas cosechas.
De alusión u honra a los difuntos o ancestros, así como la previsión ante lo cotidiano o grandes discernimientos que alumbren sus agudos adivinos. Junto al rio Bani, gran brazo o bifurcación del Niger, alrededor de la ciudad de Djenné se empezaron a localizar restos arqueológicos de los pueblos allí asentados antes y durante la 1ª gran oleada islamista sobre el siglo XIV.
Estos llegan a imponerse y sobre el anterior palacio real levantan la magnífica mezquita, haciendo que estos habitantes se muevan, expandiéndose por territorios limítrofes, aportando singulares formas a los artesanos ubicados o por ubicar en las zonas de influencia como los bamana, bozo o dogón entre otros.
Terracotas dogón de estilo Djenné
Se observa que estos artesanos no son artistas creativos sino que siguen normas establecidas desde generaciones centenarias, como cabellos peinados como un campo labrado y sembrado para que la madre tierra, mágicamente, dé frutos abundantes; como culto a la fertilidad propiciatorio de lluvia y de alumbramientos; y en definitiva la mujer como madre de la humanidad, con su descendencia, que dio orígen al pueblo.
Juanjo Andreu
Profesor de Bellas Artes y comisario cientifico de arte tribal africano
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