PUEBLO BATAMMARIBA SOMBA o TAMBERMA
BENÍN TOGO
Los Batammariba, Somba o Tamberma, son un mismo pueblo que reciben distintos nombres en función del lugar donde están ubicados.
Los Batammariba hablan Ditammari, una lengua Oti-Volta que pertenece a las lenguas Gurma de la familia Níger Congo. La lengua Batammariba se relaciona con otras lenguas Gurma como la Gangan, Gurma, Moba, Bassar, Nawda, etc.
Se estima que los Batammariba son aproximadamente 190.000 individuos; con un número mayoritario de personas estimado en 150.000 viviendo en Benín y cerca de 40.000 en Togo. Datos del 2015.
El pueblo Batammariba se puede encontrar en los valles montañosos y tortuosos de la región de Kara, en la prefectura de Kande, al este de Kanté y la frontera de Benín, del que son aproximadamente un 8 % de la población total; sus principales centros son Nadoba, Wantema, Warengo yKoutougou en Benín.
Los Somba son los Betammariba, que viven en un territorio de unos 2.700 km2. en el territorio montañoso de la cordillera de Atakora, hasta la frontera noreste de Togo, entre 9° 38’N y 10° 38’N y 1° 30’E y 2° E. Según datos de Adanléhoussi, 2003.Se reparten entre las subprefecturas de la provincia de Atakora, Boukombe y Natitingou; a lo largo de la carretera DjougouParakou. En el departamento de Atakora en Benín y áreas vecinas de Togo, son también conocidos con el nombre de Tamberma.
El patronímico singular de un individuo Tamberma o Somba es Otammari y a un conjunto de individuos o su plural es Batammariba. En esta zona hablan un dialecto propio derivado de la lengua Gurconocido como Ditammari.
Genéricamente el nombre Batammariba se asocia con “los verdaderos constructores de la tierra”.
Los colonos prefirieron adoptar el nombre de Tamberma que ellos creían significaba “buenos constructores”, que es el termino con el que generalmente han sido conocidos por los occidentales hasta bien entrado el siglo XX y que por imposición no les quedó más opción que aceptarlo.
La mayoría reside en Koutammakoulugar conocido popularmente como “la tierra de los Batammariba”, un asentamiento tradicional conocido por la arquitectura de barro de las casas-torre Takyenta.
Estos edificios tienen dos pisos y techos planos sobre los que acoplan grandes cubiertas cónicas de ramaje y paja.
Como sucede con la mayoría de los pequeños asentamientos poblacionales de África, instalados durante siglos en un mismo lugar, como los Batammariba, sus orígenes se pierden o son indefinidos pues son relatos orales trasmitidos durante varios siglos y generaciones.
Jóvenes guerreros Batammariba o Somba donde se observa el peculiar protector de su elongado pene.
Las investigaciones arqueológicas y la historia oral indican que los Batammariba migraron a su actual emplazamiento llegando desde el norte y el noroeste de los alrededores de la actual Burkina Faso, donde vivían y queentre los siglos XVI al XVII tuvieron que moverse para no quedar supeditados a los Mossi. Este relato histórico podría ser cierto ya que el lenguaje y el estilo de construcción reflejan el de otras personas de aquella zona como los Gangan, Gurma, Moba, Bassar, Nawda y otros.
Región de Kara.
Hombre Batammariba, Togo.Foto de alrededor de 1949
Los Batammaribe son tradicionalmente agropastores.
El patrimonio original de cada familia proviene de la cría de pollos, y el número de estos forma el núcleo de su riqueza; estas aves de corral les permite acceder al mercado a venderlas y comprar o intercambiarlas por ovejas o cabras y estas a su vez por ganado mayor. Según relatan N’Poh y N’Guissan, 1998.
El tamaño de la cabañaganadera de una familia es un signo de su riqueza.
La ganadería otorga seguridad y juega un importante papel en la vida espiritual de la comunidad como veremos.El ochenta por ciento de los animales se crían con fines socioculturales, pues el 52 por ciento se dedica a los funerales, bien para pagos u honras; un 28 por ciento sirven para pagar las dotes, quedando solo un 20 por ciento para dedicarlo a la venta. Nos dicen también N’Poh y N’Guissan,1998. Nada se desperdicia pues tanto la cornamenta como las pieles se usan para hacer vestidos y los tocadosDikunteritradicionales. Según Cornevin, 1973.
Su mayor contribución artística son sus famosas casas fortificadas de dos pisos, conocidas como Takyenta y coloquialmente como Tata Somba, en la cual la planta baja se usa para albergar ganado durante la noche; los huecos internos se usan para cocinar, y en el piso superior se ubican los dormitorios y el granero,además de un patio en la azotea que se usa para secar el grano.Estas casas evolucionaron al agregar un techo cónico de ramaje envolvente coronando las cabañas,que a su vez se unían por una pared que las cohesionaba y que son típicas de las áreas de habla Gur de África Occidental.
Hace mucho que los Somba demostraron ser hábiles constructores; sus casas, son obras maestras arquitectónicas, son casas fortificadas construidas con materiales que se pueden encontrar fácilmente, como barro, ramas y paja.
Las casas nuevas generalmente se construyen sobre los cimientos de casas antiguas, anteriormente habitadas por un pariente fallecido; esto es porque creen que el tiempo fertilizo los campos alrededor de la casa, también creen que, como sus antepasados y anteriores moradores hicieron tantos rituales y sacrificios,para expulsar a los espíritus del mal de estos lugares, han quedado limpios y exentos deamenazantes poderes olvidados.
Son casas independientes para toda una familia. Los animales y la cocina ocupan la planta baja, con cada espacio bien compartimentado; el grano se guarda en la planta superior, en lugar separado de dondeduermen las personas mediante un espacio abierto a modo de terraza. Practican la poliginia, pero cada mujer dispone de su propia habitación que ocupa con sus hijos. Él puede acceder cada noche a una de estas mujeres, pero ella tiene la facultad de aceptarle o no. Cada torreta es una habitación y desde la superior altura de la terraza se divisan las tierras, los vecinos, quién viene y quién va.Es muy peculiar el esgrafiado que presentan en la parte exterior de los muros, pues cada casa presenta en ellos, dibujos similares a las escarificaciones faciales que se hace la familia ancestralmente. Es la señal identitaria de la familia o el clan, nada mejor que mostrarla en los muros de adobe de la casa y en la cara.
Escarificaciones de un muchacho Somba foto de Mario Gert
El muestra sus escarificaciones personales y de clan.
Son las mujeres quienes se encargan de realizar estos diseños en las fachadas, y para ello se reúnen todas las del pueblo. Porque las rayitas y puntitos se hacen a mano y se necesitan tacto y manos delicadas.Aunque el paso del tiempo y los elementos han desfigurado los dibujos, alrededor del altar protector se pueden aun observar en el muro, los esgrafiados que muestran su pertenencia a un clan concreto.
Después de años, más bien siglos, de deambular, los Batammariba buscando aislamiento, se asentaron entre estas colinas y valles. Era una zona que les permitía una forma de vida más adecuada a su manera de desenvolverse entre cultivos y su escaso ganado y huir de los conflictos y leyes que imponían caciques o señores de la guerra.
La investigación histórica ha rastreado su migración desde diversas regiones aledañas a Burkina Faso, estableciéndose en sus actuales asentamientos en pequeños grupos, al tiempo que preservaban sus prácticas socioculturales de origen. Sería un error suponer que el pueblo Batammariba forma una sociedad homogénea.
Los Batammariba tienen uncarácter tremendamente individualista y se oponen a cualquier forma de dominación o servidumbre.
Es indudable que el idioma Batammariba, el Ditammari, es un fuerte vínculo común y, a pesar de ciertas disparidades en las prácticas ceremoniales, todos afirman su lealtad como “NiñosSerpientes”.Creen que son descendientes de una gran “Madre Serpiente”, invisible y subterránea, que dio a luz los primeros huevos de sus antepasados.
Ellos creen que al provenir del mundo interior de la tierra, mantienen un compromiso y enlace con la tierraEste mundo subterráneo es el dominio de los espíritus de los muertos a quienes los Batammariba deben su propia existencia y cohesión con la naturaleza y su capacidad de regenerar. Los Batammariba no se consideran terratenientes sino cuidadores de un patrimonio cedido.Su nombre implica una estrecha conexión con la tierra donde se practican los rituales.Su asentamiento no podría haber sucedido sin la intercesión de los Babietiba, los primeros ancestros que colonizaron este territorio, que pertenecían a un grupo de forrajeros altamente evolucionados culturalmente, y que fueron los que les introdujeron y presentaron a los “verdaderos dueños de la región”, las fuerzas subterráneas que pueden encarnarse tanto en una fuente, como en una roca o un árbol.
Los Babietibaantepasados de los Batammaribe cerraron una alianza con estos espíritus, jurando que respetarían determinadas reglas agrícolas y respetarían las tierras sagradas, que pertenecían a estas fuerzas.
A cambio de que los antepasados y sus descendientes fueran autorizados a construir casas, y a sembrar y cosechar en los campos no sacralizados.Por eso sus ritos de iniciación o determinadas ceremonias rituales son reuniones concertadas donde presiden las fuerzas subterráneas.Este vínculo con las fuerzas subterráneas exigía valentía, autodominio y discreción, cualidades esenciales mediante las cuales los Batammariba se forman desde temprana edad.
Familia Somba ante su Takyenta recién terminada. Foto de James Morris.
La tradición dice que cuando un jovenha cumplido todos los requisitos y está listo para el matrimonio, el lugar para construir su nueva casa se determine lanzando una flecha lo más lejos que pueda, el lugar del suelo donde la flecha se clave se convertirá, con el territorio correspondiente, en el lugar elegido. La Takyenta, vivienda tradicional, está básicamente construida de adobe, barro, paja y estiércol, que dota a la argamasa de un cierto poder hidrófugo yrodeada por torres que forman buhardillas, evocando una ciudadela medieval.A las viviendas se les compartimenta, dotándolas de una zona orientada al sur que es la masculina y otra orientadaal norte femenina.
Los modelos de Takyenta difieren de un pueblo a otro.
La construcción,con sólidos muros y dos alturas,la convierte en una singular fortaleza, que protege y mantiene alejados a los invasores y desde la que se consigue repeler los ataques con lanzas de quienes pretendan acosarles. También sirve como protección contra los leopardos que, de acuerdo con los ancianos de la aldea vagaban libremente entre los matorrales y la cubierta de maleza.
La construcción de cada fortaleza llevaba varios meses y requería mucha mano de obra cualificada. El piso superior otorgaba seguridad como hemos dicho y servía también de zona de estar donde celebrar reuniones y recibir a los invitados. Las habitaciones, cubiertas con grandes conos de entramado de ramajes y paja, estaban pensadas y para proteger a los habitantes y sus invitados del calor del mediodía, tan bien diseñadas que la parte superior del cónico entramado, se podía desplazar para airear la sala.
Obsérvese el cono desplazado. Foto de LuoisMontrose
Hoy en día estas construcciones, protegidas por la UNESCO están reservadas para ceremonias devocionalesancestrales, siendo objetivo principal del circuito turístico.
Su concepto de independencia les ha aislado de las distintas implantaciones religiosas surgidas a su alrededor y mantienen sus antiguas creencias animistas. Las almas de los antepasados residen en los altares en forma de cono hacia el cielo. Los extraños no pueden acceder al área sagrada sin permiso expreso del jefe de la casa. En el lado sur, masculino,pero al exterior de la fortaleza, se encuentran los altares que contienen espíritus de animales, animales que antes eran cazados y muertos.El altar también puede contener espíritus de la tierra que habitan el subsuelo con los cuales aquellos antepasados que poseían el don de poder “verlos” habían hecho un pacto.Por lo tanto, la conexión entre las viviendas y los altares sagrados de la aldea es extremadamente fuerte.
Esto nos da idea de su respeto y cohesión con la naturaleza.Esta conexión es una expresión cósmica de la espiritualidad Batammariba y de su indisoluble comunión con ella,de tal modo que su convencimiento les hace ser inmunes a los cantos con que se les intenta convencer de lo bueno que es pertenecer a otras creencias o religiones, resultando intratables cuando la insistencia intenta socavar sus fundamentos.
Como en todas las sociedades africanas, mantienen una estricta jerarquía basada en la edad, siendo los mayores la élite respetada, pero se oponen a cualquier forma de poder centralizado, rechazando jefaturas hereditarias.
Dos, cuatro o seis clanes pueden formar una aldea o, para ser más precisos, un “grupo territorial” centrado en las reglas y rituales defendidos por cada clan. Un centro ritual es la base de la aldea y está organizado alrededor de un cementerio, la casa de iniciación para los jóvenes y el santuario de la serpiente principal.Los clanes comparten y reconocen una cierta dependencia familiar,ya que todos están sujetos a sus normas puesdescienden de los mismos padres fundadores.
Otro pilar importante de los Batammariba es un sistema excepcionalmente preservado de ritos funerarios y ceremonias de iniciación. Los responsables de los rituales están imbuidos de autoridad y se eligen siguiendo una ética rigurosa, en particular la discreción y el autodominio, ya que, por ejemplo, si alguien es amenazado con un cuchillo,prefiere morir antes que matar.Hoy en día, los Batammariba conceden la misma importancia que antaño a sus rituales. El más joven de ellos, ya sea educado o no, se vaya o se quede en la aldea, muy raramente no mantendrá el ciclo de iniciación tradicional. La fidelidad a la tradición, como cuidar y respetar la tierra de la que depende su supervivencia, su orgullo natural, tradiciones guerreras y habilidades de caza, se reviven intensamente con la ceremonia.
Levantan altares de pequeños montones cónicos de tierra, fuera de la puerta principal de la casa y cerca del área de cocina, son los altares para las ofrendas; a menudo están cubiertos con plumas, restos de huevos y sangre sacrificial, su función es proteger el hogar y evitar las enfermedades.
También en la entrada y dentro de la tata o casa, hay fetiches protectores, guirnaldas de capuchas, cabezas de pájaros momificados, cráneos de animales como mandriles u otros monos, cornamentas de ganado o ungulados y plumas, todo manchado por sustancias de sacrificio como sangre o el aceite de palma.
Secuencia de guirnaldas y un cráneo sobre el muro en el que se aprecian los esgrafiados del clan. Fotos de V. Ali.
Protegen sus campos de maíz u otros cultivos,advirtiendo con temidos fetiches, que puede ser cualquier objeto sujeto a una rama o clavado al suelo que sobresalga y se vea, pero dotado de gran poder sobrenatural,yque tienen el poder de paralizar al intruso que se interne en ellos para robar, impidiendo sus movimientos hasta que alguien le descubra. Cuentan, el temor es la mejor defensa, que algunos ladronzuelos murieron de hambre y sed, porque ni el dueño ni nadie paso por allí durante días y ellos no pudieron moverse.
La casa se construye de acuerdo a la interrelación que los Batammariba se dan, y le dan al humano con su entorno. Es absolutamente antropológica. Una puerta siempre orientada al oeste, conduce a través de una pequeña entrada, que contiene varios recipientes con grano, a un área grande y sombría de la planta baja que es la “sala de ganado”, donde se alojan animales domésticos y aves de corral por la noche.Una cocina sobreelevada se encuentra junto a la sala de ganado y es a través de esta zona que se accede a la terraza.
La cocina y el acceso a la terraza. Foto de Mario Gerth
Colocados a continuación de esta cámara, están situados los altares de ancestros masculinos clave y una plataforma donde se instala la cama para el jefe del clan, el hombre mayor de la casa. En el nivel superior, el de la terraza, se encuentra un dormitorio utilizado por la mujer mayor de la casa y sus hijos pequeños. En este nivel también se encuentra un dormitorio auxiliar, o más si son necesarios,y varias áreas de secado y almacenamiento de cultivos. En el centro de la terraza hay un agujero ritual cubierto por una piedra circular plana, esta última se utiliza como mesa de comedor para la cena familiar. Ante la defunción de cualquier residente de la casa la piedra se lleva al cementerio para utilizarla como lápida sepulcral. Azotea, agujero central con la lasca de piedra reposando al lado y graneros y dormitorios varios.El granero del suroeste contiene cultivos identificados con los hombres; las casamatas de graneros del sureste, los cultivos y propiedades de las mujeres. Adaptan dos sumideros a modo de tuberías de drenaje en el nivel de terraza, para evacuar aguas potencialmente dañinas lejos de la estructura. Las características clave de la casa complementan y hacen referencia a las partes anatómicas humanas y atributos visuales, explicitas claramente en su idioma y conversaciones rutinarias e incluso en los rituales que dentro se celebran. Entre los más destacados de estos paralelos anatómicos se encuentran: la entrada o boca; ventanas u ojos; granero o estómago;moitar, los altares odientes; drenaje lateral, tubo el pene; habitacióndormitorio ovagina; y tubo de drenaje posterioroano.La fachada de barro de cada edificio, recuerda a su vez la carne humana, pues a la capa superficial adosada al muro, se le realizan incisiones a modo de las escarificaciones que muestran los pertenecientes al clan que habita cada casa. Cuando muere alguno de los mayores que vivían en la casa, esta se recubre con tejidos, de la misma manera que se hace con los jóvenes al comienzo de su iniciación.
Además de sugerir rasgos físicos humanos, cada casa también incorpora altares con forma de montículos para proteger el alma. Las preocupaciones religiosas pueden verse también en ciertas características de la arquitectura y la planificación de las aldeas Batammariba. Cada casa está orientada hacia el sudoeste, para que reciba la primera mirada y bendiciónde Kuiye, el sol y divinidad del cielo, cuando este sale de su casa. A Kuiye se le manifiesta con elementos arquitectónicos clave, como unos cuernos de barro que se incorporan en la fachada, sobre la puerta de la casa;con el agujero en el centro de la terraza y con uno de los altares cónicos de tierra que están delante de la puerta;cualquiera de ellos sirve como un lugar para la adoración de Kuiye.Si hay un dios, hay una diosa y para ellos es Butan la diosa de la tierra, femenina y procreadora que se la identifica conlaspellas de adobe que forman el núcleo de cada estructura, realizadas con arcilla especial y plantas extraídas junto a un manantial local y que se insertan en la base;a su vez se crea una imagen antropomorfa con ese mismo barro, identificada con esta diosa, que se sitúa en el entorno del pueblo en el curso de las procesiones rituales. En toda la casa se encuentran santuarios en forma de túmulo unidos y aislados dedicados a antepasados principales, los de los hombres en la planta baja, los de las mujeres en el nivel de la terraza.Otras deidades y espíritus tienen santuarios o altares especiales dentro de la casa, cada uno de esos poderes sacrosantos se señala a través de símbolos especiales en forma de camino colocados en la fachada del edificio que sirven para dirigir dioses y adoradores a la parte de la estructura apropiada para las ceremonias.
Estos altares son Bilu, lo sagrado, con los brazos elevados al cielo y faldas recamadas de cauris, es Butan, la diosa madre, y también Legba para los no tan lejanos pueblos Ga adoradores del vudú y tal vez ambos para todos.
Como explicó un sacerdote: “Vestir la casa con telas funerarias es como vestir a los novicios en el Lifoni”, el rito iniciático de los hombres. En los ritos públicos finales de iniciación, se cubren con ricos paños, los hombros de los principiantes masculinos y femeninos, al igual que se hace con los pisos superiores de la casa cuando se produce una defunción; se cuelgan cauris alrededor del cuello y la cintura, del mismo modo que los que se colocan alrededor del portal y se colocan tocados con cuernos en la cabeza, de similar manera a los cuernos de barroinsertados en la fachada en el centro de la entrada.
Las casas, como ya se ha dicho reconstruidas sobre los cimientos originales, simbolizan de por si el renacer, representando la fertilidad que el esfuerzo y los dioses otorgan y que generarán descendencia con jóvenes bien alimentados y por tanto sanos y conscientes.Koutammakou es la tierra de los Batammariba.
El nombre que eligieron llamarse a sí mismos, pues Batammriba, es un término que significa “la gente que es la verdadera constructora de la tierra”.Cada edificio está construido por un solo experto arquitecto constructor, el Otammaii, que ‘firma’ su trabajo dejando previamente sobre los cimientos un símbolo propio especial. Un grupo de maestros arquitectos de la comunidad se reúne antes de empezar la nueva construcción y aprueba cada diseño. Las residencias de los Batammariba, cada una de las cuales alberga una única familia, generalmente nuclear, consisten en unidades de adobe de dos pisos que comparten atributos formales similares, como se ha explicado.
Las preocupaciones religiosas Batammariba se pueden ver también en ciertas características de la arquitectura y la planificación de las aldeas.
Las casas-torreTakyenta reflejan la estructura social de las aldeas: están construidas para satisfacer las necesidades de quienes viven en ellas hoy en día.Por lo tanto, muchas de estas casas pueden no ser antiguas. Sin embargo, su forma y las técnicas utilizadas en su construcción reflejan una larga tradición, tal vez
extendiéndose al menos hasta cuando se cree que el pueblo Batammariba llegó al norte de Togo. Las aldeas,en la agrupación de sus casas, reflejan las lealtades que unos clanes se deben con clanes asociados; pero también se observa eso mismo en los espacios ceremoniales, fuentes, rocas y los sitios reservados para las ceremonias de iniciación tienen su impronta.
Dentro de las aldeas de Koutammakou, las casas están relativamente dispersas. Se dice que la distancia entre las casas debe ser la que se alcanza conel vuelo de una flecha. Curiosamente igual que sucedía en la Europa medieval.
Al igual que las casas se renuevan, se puede crear una aldea completamente nueva en respuesta a las necesidades de espacio o quizás a conflictos entre clanes.
Los nuevospueblos se inspiran en el primer pueblo creado por mediación de Kuiyey su intervención divina.
Recinto sagrado. Foto de Mario Gerth
Para garantizar que una nueva aldea esté en armonía con su entorno, primero se crea un santuario para los Dibo, las fuerzas naturales del paisaje con las que los aldeanos deben trabajar. Y, por último, se construye un recinto ritual central, la Gran Casa de ceremonias, con un altar y un cementerio.
Respecto a cómo gestionar el bosque y las tierras de labranza, existe gran colaboración entre los aldeanos a la hora de organizar las aldeas, pero no sucede lo mismo con las tierras pues cada unidad familiar funcionade manera independiente formando una unidad agrícola; no existen lugares comunes de pastoreo ni de campos cultivables.
Los bosques se comparten entre los clanes y lo único que se pretende es que el reparto sea ecuánime para que la productividad de cada parcela sea similar.
Como se ha dicho, los pueblos están situados entre una cadena de montañas, la de Atakora, y las vastas llanuras del centro norte de Togo, la llanura de Keran.En general, las casas están ubicadas al pie de las colinas para optimizar la disponibilidad de tierras agrícolas.La tierra es fértil y los agricultores practican una agricultura mixta, el cultivo de granos y el cuidado de los animales, especialmente una peculiar raza de vacas bien adaptadas a esos parajes. Algunos de sus cultivos los realizan en las pendientes de las colinas sobre terrazas escalonadas.
Muchacha repasando su tocado ceremonial momentos antes a su Linfogo o rito de paso. Foto de los años 30.
Tan grande es su interrelación con el entorno, que creen en la existencia de asociaciones intangibles entre algunos de ellos, obviamente muy respetados, y el paisaje.Al igual que hemos mimetizadouna casa con el cuerpo humano, en que la puerta se ve como la boca, las ventanas como los ojos, el granero como el estómago, etc., y la decoración de las paredes se relaciona con la escarificación de la piel, en las aldeas, las casas Takyenta se alternan con bosques y montones de rocas, preservadas para las asociaciones espirituales con los Dibo, y reverenciadas como encarnaciones de las numerosas divinidades que componen el panteónTammari.
No obstante la globalización llega a todas partes y aunque no renuncian a ninguna de sus reglas normas y ritos, algunos por convencimiento y otros por necesidad o interés han vuelto sus ojos al cristianismo,que empieza a tener efecto sobre sus creencias locales; al igual que pasacon la apertura hacia la medicina moderna y el paulatino convencimiento de que mejora los resultados para la salud,lo que está conduciendo a una atrofia de la práctica médica tradicional con el agravamiento de que casi nadie tiene poder económico para pagar los gastos de desplazamiento y las medicinas; pero no solo se pierde el conocimiento ancestral sobre determinadas formas de prevenir las enfermedades que les afectaban, sino que además y como consecuencia conlleva la pérdida deotras habilidades tradicionales, tanto de conocimiento como de su práctica. Es un grave problema pues los recursos del país no dan para mucho más de lo que hay y aunque los jóvenes, cada vez más, optan por emigrar hacia otros países, el único recurso para los que se quedan no es otro que mantener el estilo de vida, continuando con los trabajos tradicionales agropecuarios, así como los de mantener, restaurar y si hace al caso construir nuevas viviendas, aunque con pocas posibilidades de ampliación, ysi volcándose en rentabilizar el folclore para atender la creciente demanda de los turistas que se desplazan a la zona.
Si algún poblado pudiera llamarse capital de los Batammariba ese poblado esTanekaKoko, pues es el más grande y donde reside el clan primigenio, losTaneka.
Foto de Sergio Gandolfini
Los Tamberma en Benín y los Somba en Togo y Benín, Batammariba a fin de cuentas, han hecho de la escarificación el ritual de un culto único.
Los Somba argumentan que la escarificación, practicada en la cara de los niños como iniciación e ingreso a la comunidad, honra a los antepasados protegiendo a los niños y garantizándoles una buena salud.
La escarificación, ligeramente visible, es una especie de rejilla formada por líneas verticales y horizontales que recuerdan simbólicamente a los cultivos agrícolas que se practican en el suelo al sembrar, simbolizando el crecimiento y la vida; los mismos motivos también están grabados en las paredes internas y externas de la casa.
Algunos clanes Somba dicen que sus signos representan las escamas del cocodrilo; el cocodrilo es visto como un guardián y tiene el papel de proteger el hogar, también está estrechamente relacionado con Butan, la diosa de la tierra.
Los signos faciales tribales se practican cuando el niño apenas tiene tres años de edad, los cortes se realizan en solo un día, es una operación muy dolorosa y la practican hábiles expertos que pueden ser tanto hombres como mujeres, aunque lo normal es que actúen en función del género, mujeres a niñas y hombres a niños.
Los niños niñas, están más asustados que doloridos, pero claro que sufren, aunque no tanto como los padres.
Para llevar a cabo la operación, en un sitio ya preestablecido desde que se creó el poblado, acumulan grandes hojas recién cortadas formando una especie de mullido colchón donde se coloca al niño; dos mujeres le sujetan manteniéndolo inmóvil con el fin de evitar causarle lesiones más serias.
Hay tres o cuatro modelos principales a seguir odecidir cuál realizar, previamente se practica un ritual que consiste en el lanzamiento de algunas conchas de cauri, las mismas conchas usadas en el pasado como monedas; dependiendo de la disposición o dibujo que formen cuando caen al suelo, se efectúa el modelo o patrón encomendado.
Al final de la operación, se realiza una oración.
La cicatrización, muy ligera, tarda aproximadamente dos semanas en sanar; se aplica un ungüento curativo con una base de manteca de karité sobre la cara.
Los herreros, que hacen los afilados cuchillos necesarios para esta operación, ocupan una posición importante en la sociedad Somba, los herreros también están asociados con la divinidad solar Kuiye, que fue quien trajo el fuego a la tierra y lo donó a los hombres enseñándoles a utilizarlo.
Durante toda su vida los Somba van incorporando en su cuerpo diversas escarificaciones en función de la edad o sus logros, por ejemplo, harán surcos en la espalda o el abdomen cuando una niña está lista para el matrimonio, otros después del primer hijo, y para los hombres hay escarificaciones para una buena y productiva caza o la guerra. En el pasado, esta tradición era practicada por la totalidad de la población, la escarificación era un signo distintivo y visible inmediatamente, especialmente si se consideraba que antes de que llegaran los colonizadores, los Somba no usaban ropa, excepto una pequeña correa de cuero; ahora esta práctica está perdiendo su difusión original, la ropacubre el cuerpo haciendo inútiles las marcas tribales de identificación.
Estos cortes faciales llamados Yenongale se hacen sobre los nueve años.Foto de Sergio Pessolano.
Ya hemos comentado que las fachadas de las casas de los Batammariba están cubiertas con un fino enlucido de limo sobre el que con suma precisión, las mujeres hacen delicadas marcas similares a las cicatrices. El limo del río también juega un papel importante en los ritos de iniciación de los hombres; se frota sobre sus pieles para fomentar su poder fertilizante. Muchos Batammariba llaman a las marcas de sus hogares Ikerii, “la cicatriz de la casa”, e incluso tratan a cada casa como si fuera un ser vivo; dan nombres y asociaciones relacionadas con el ser humano a muchas de sus diversas partes. Los ancianos dicen que su Takyentao Tata estaba hecha de “carne”, tierra; de “huesos”, guijarros y “sangre” agua,al igual que un ser humano, y cuando su dueño muere “Takyenta es un hombre y ha muerto”.
Los habitantes de Batammariba que viven en las montañas de Atakora cerca de la ciudad de Natitingou no son una excepción a esta regla, y como se ha dicho famosos por construir sus Takyenta que les protegían de los traficantes de esclavos en otras épocas, son conocidos en todo Benín como los “Maestros de la Escarificación”.No es sorprendente que la palabra Batammariba se traduzca como “verdaderos arquitectos de la tierra”, indicando no solo su habilidad para construir casascon materiales naturales, sino también su destreza para la agricultura. Curiosamente, los surcos agrícolas que los Batammariba realizan en la tierra están simbólicamente relacionados con las delicadas cicatrices faciales y corporales de las gentes Batammariba. Marcas similares llamadas Ikerii “las cicatrices de la casa” también se aplicaron a las paredes interiores y exteriores de las Tata, y todos estos signos, ya sean trazados en la tierra, la casa o la piel humana, se asocian con la diosa Butan que gobierna la tierra, el inframundo y que controla la fertilidad humana y agrícola.
Una cuadrícula, una serie de líneas verticales y conjuntos de Vs superpuestas son patrones comunes en la escarificación de ambos, gentes y casas. Estos patrones sugieren el crecimiento de las plantas, una metáfora importante para el bienestar y la fertilidad de la casa y la familia. En algunas áreasBatammaribe, sin embargo, las marcas de las casas también se llaman Fedotumwafe o Fedofey se dice que aluden a las escamas del cocodrilo. Esto puede indicar aún más el papel de las marcas en la protección de la casa, ya que el cocodrilo es visto como un guardián, al igual que un perro, y está estrechamente identificado con la diosa de la tierra Butan.
Al margen de lo queya se ha comentado sobre las Takyenta oTatas se cree que también representan el microcosmos del universo Batammariba. Por ejemplo, dividen la casa en tres partes: la parte superior representa el cielo, la morada de los dioses;los altares y habitación del hombre, el centro de la tierra y donde los humanos viven y el humeante piso inferior el inframundo o tierra de los antepasados. En esencia, la casa familiar simboliza la unidad del hombre con los dioses, los antepasados difuntos y la tierra de donde brotó la vida.No era porque sí ese tipo de arquitectura, tenía un propósito concreto, pues durante el período de esclavitud, cada núcleo familiarpodía resistir en sus fortificados hogares abastecidos con el alimento almacenado en los graneros que se encontraban en la terraza, durante semanas. Y como no había un poblado centralizado sino que cada casa quedaba dispersa por el paisaje, los traficantes de esclavos veían sus ataques poco rentables quedando frustrados rápidamente sus esfuerzos por capturar un gran número de esclavos en la región, por lo que dejaron de molestarles permaneciendo casi aislados desde entonces.
Cara y casa,Yenongale las del hombre,Fedotumwafe o Ikerii las de las casas. Comunión entre el hombre y su entorno. Foto de Mario Gerth.
Los maestros escarificadores Batammariba son los Odouti, pueden ser hombres o mujeres; la profesión generalmente se transmite de padres a hijos que estén dispuestos a aprender las complejidades y los peligros de trabajar con afiladas cuchillas y piel humana. Cuando un niño o niña llega a los dos o tres años de edad, se le realizan una intrincada serie de líneas en la cara con una cuchilla de hierro hecha por el herrero. Los ancianos dicen que un niño no es humano hasta que no tiene sus marcas, y si no recibe los cortes o el niño niña muere antes de que haya recibido sus marcas tribales, no podrá ser enterrado en el cementerio del pueblo porque no es unBatammariba, a ojos de los antepasados. No debería sorprender que la palabra Batammaribe para herrero sea Omato del verbo Ma, “crear”.La afilada herramienta de corte es llamada Teponte.
Los diseños parecidos a una serie horizontal de Vs son llamados Tadobata, se proyectan hasta la esquina de los ojos. Por encima y por debajo de estas marcas, dos o más largas líneas perpendiculares llamadas Itiomtioni atraviesanlas mejillas, en realidad, son tramos conectados para dar la impresión de una línea larga.La manteca de karité, que se usa como antiinflamatorio en África occidental, se aplica a las heridas con una pluma de pollo, y el bebé es llevado en brazos de su madre o abuela para secar sus heridas al sol. En una acción ritual final, elOdouti o escarificador impregna de ceniza los cortes “para alejar a los espíritus malignos” y propiciar la curación. La manteca de karité posee una magia, poder, similar, y los Batammariba dicen que repelerá a los espíritus del inframundo o Buloque podrían haber sido atraído por la sangre que fluye.La sociedad Batammariba está dividida en grados de edad, sistema de clasificación que organiza a hombres y mujeres en una especie de familia con “hermanos y hermanas” en el cual la persona queda clasificada de por vida. Estos grupos de edad delimitan no solo los tipos de trabajo que cada individuo debe hacer, sino también las prerrogativas matrimoniales y rituales, el vestido, los patrones de cicatrices y, para los hombres, la participación en la caza y la guerra.
El orden de edad marca estatus y labores a realizar en el día a día. Foto de Louis Montrose.
A lo largo de la vida, las personas Batammaribarecibíansucesivos conjuntos de cicatrices en distintos períodos de suciclo vital. Los primeros cortes, oOyenonyore, se realizaban cuando el niño o niña alcanzaba los dos o tres años. Este acto ritual quedaba enclavado en la ceremonia de iniciación de la comunidad y, al mismo tiempo, marcaba al niño o niña como un miembro más del puebloBatammariba.
Cuando ese niño alcanzaba los siete o doce años de edad, se los sometía a la operación de Bedobandba; consistente en tres a cuatro bandas de cicatrices diagonales cortas, que se ramifican hacia afuera desde el ombligo. Las niñas también recibían una serie de cortes verticales en la espalda en este momento. En algunas regiones, este “cinturón” de cicatrices fue reemplazado por una serie de cortes verticales que se extendían hacia arriba desde el ombligo.
Escarificaciones Bedobandba. Foto de Lars Krutak
En un intento de diferenciarlos aún más de los niños, las niñas Batammariba alrededor de la edad de quince años recibieron Ipediduaga o incisiones en la parte inferior de su abdomen cerca del ombligo, Ikaduaga cerca de los riñones, y diseños Ifô nduaga en las nalgas. Después de tener todas estas cicatrices tradicionales, se consideraba que la niña era adulta y se le permitía casarse.
Escarificaciones Ipediduaga. Foto de Lars Krutak
Justo antes del matrimonio, las mujeres Batammariba también recibieron otra serie de cicatrices en los omoplatos. Este patrón se ampliaba una vez que la muchacha quedaba embarazada de su primer hijo. Una mujer de Tampegredecía: “Si no consigues el conjunto completo de cicatrices de las mujeres, acabara atrapándote la maldición, sólo si obtienes las marcas, estarás a salvo”.Durante la época colonial, los hombres y mujeres Batammariba llevaban poco más que sus cicatrices y eran conocidos como la “gente desnuda”. Tradicionalmente, las mujeres usaban trenzados de hilos de algodón o fibra vegetal colocados alrededor de su cintura. Los hombres adultos usaban una simple vaina en el pene y un cinturón de piel de animal donde sujetar algún cuchillo. Es en el transcurso de los años 60 del pasado siglo, que el vestido Batammariba se ha occidentalizado y los elaborados patrones de escarificación que antes todos podían ver ahora están ocultos bajo capas de ropa.
. Foto de Grete Howard
Curiosamente estando más aislados que por ejemplo los Fon, también en Benín y a no más de 150 kilómetros, los Batammaribe han dejado sus tradicionales escarificaciones, adoptando la indumentaria occidental.Por ejemplo, las intrincadas marcas que hombres y mujeres se hacían en sus pechos, marcas que señalaban que habían llegado a la edad de casarse, y que se ven en otras etnias aunque cada uno a su manera en la capital, Ouidah o Porto Novo, raramente se venhoy en día entre los Batammariba, y cuando aparecen, generalmente se encuentran en los cuerpos de hombres y mujeres ancianos.
Batammariba actualmente.
El bailarín y guía Télesphore, que dejó la aldea de Tampegre a la edad de seis años para estudiar en la ciudad, dijo: “Solían ser marcas de nuestra civilización, y si fueran algo salvaje, por supuesto que no lo haríamos. La escarificación es algo muy importante para nosotros, especialmente esas marcas en nuestras caras, porque cuando me ves, en cualquier parte del planeta, sabes de dónde vengo. Sabes que soy Batammaribe porque esta cicatriz no existe en ningún otro lugar del mundo”.
Aunque antes eran parte de los rituales anuales que se celebraban con las cosechas, desde hace ya tiempo las mujeres Batammariba rara vez se hacen ya escarificaciones en el estómago. No obstante una joven muchacha dijo: “Las mujeres pueden ser tan fuertes, valientes y resultar tan hermosas como los hombres. Cuando estás a punto de tener tu primer hijo, es cuando te haces las cicatrices en la espalda. Y sé que con ellas, mi primer hijo y yo gozaremos de buena salud. La tradición de la escarificación continúa siendo importante para nuestra gente, y es por eso que accedí a hacerme tantos cortes. Realmente amo lo que tengo, pero no es fácil de obtener. ¡Duele mucho!”
Estas se asemejan a un cinturón de aproximadamente trescientos pequeños cortes diagonales a cada lado del ombligo.
En la iconografíaBatammariba, los patrones entrecruzados, dibujos similares a la X, y los diseños de nervaduras que se asemejan a los patrones en relieve que se ven en los torsos de los hombres, son símbolos de Fayenfe, el dios de la guerra y la muerte. Este dios es el patrón de los guerreros, sepultureros, sanadores y personas que hayan o estén en contacto cercano o frecuente con la muerte. Se cree que Fayenfe facilita el tránsito de la muerte y de algún modo, palía el dolor de las personas, las protege y a la comunidad, de los diversos peligros asociados con los muertos. Los patrones acanalados y cruzados tallados en los torsos de algunos hombres Batammaribe parecen sugerir la idea de una barrera, un entramado protector o que quizá impida que los espíritus malignos y la muerte, entren en el cuerpo humano.
“Es nuestra propiedad, nuestro diseño tribal. Y cuando se coloca en el estómago es para embellecernos. Las cicatrices dan buena salud y en el pasado era difícil encontrar una mujer sin ellas. Las mujeres que tenían cicatrices tenían muchos hijos y las mujeres que no las tenían, pocos. Hacemos estas marcas para tener una vida larga y para complacer a nuestros antepasados “. Dicen algunas mujeres
Podríamos clasificarlas en cinco grupos:
-Marcas tribales:Las que les diferencia de otra etnia. Se ejecutan en los ritos de pubertad y los distintos pasos de la iniciación,en ocasiones determinan la pertenencia a un clan, una clase social determinada, o a ciertas sociedades secretas masculinas.
-Marcas masculinas: Son como las cicatrices de la batalla o de la dentellada o cornada en la caza; pruebas de valor y virilidad, al tiempo que hace a los portadores más ‘sexis’ y excitantes para las mujeres. Un joven no será reconocido como un verdadero hombre si no muestra un gran número de ‘marcas de valor’, lo que antiguamente eran las ‘heridas de guerra’.
-Marcas femeninas: Las escarificaciones femeninas, están consideradas como un elemento de belleza con una finalidad erótica; en la cara o el abdomen alrededor del ombligo; con atractivos diseños que nacen a la vista pero que conducen a lo más íntimo de los órganos sexuales o en los muslos y nalgas, porque las chicas saben que a los hombres les fascinan los cortes en las nalgas de las mujeres. Hay jóvenes que pueden ser marcadas con varios modelos de escarificaciones, cada una con un particular significado sexual. Esta técnica es tan antigua como la mismísima civilización, que usa la escarificación desde tiempos ancestrales con fines estéticos.
–Marcas rituales: Las realizan los curanderos, marcando los contornos de los orificios del cuerpo, escarificando las zonas de alrededor de la boca, orificios nasales, ombligo y órganos sexuales, para evitar que entren males al interior del cuerpo, ahuyentando a los “malos espíritus”y evitando enfermedades.
-Marcas con un componente uobjetivo religioso: ya que se podría pensar que determinadas personas pueden haberse vistoafectadas por algún espíritu o ente malévolo u objeto de algún tipo de magia o mal de ojo, a los que hay que poner impedimentos.
En algunas ocasiones se insertan substancias que hacen que la piel cambie de color, y con él el status de la persona en la aldea. Debido a lo doloroso de cada escarificación, quien tiene muchas, es honradopor su coraje y valentía.Las escarificaciones son cicatrices producidas por cortes, superficiales o profundos;entre algunos pueblos cercanos a los Batammariba, llegan a realizarlas mediante quemaduras bien con una herramienta al rojo vivo o por algún producto cáustico. Sea como fuere, estas heridas dan lugar a una costra que por lo general es de color oscuro, resultante de la muerte de los tejidos afectados. Mientras que el tatuaje requiere de agujas, este tipo de tratamiento corporal necesita de un cuchillo, que deja cicatrices que por sí mismas forman un diseño. En algunas ocasiones se realizan tratamiento sobre las heridas para que cicatricencon relieve y sea más notoriala escarificación. En otras se dejaal cuerpo que reaccione por sí mismo, y por ello a veces se observan cicatrices abultadas como si de cordones se tratase. Algunas culturas han utilizado esta técnica como método de diferenciador corporal, mediante escarificaciones, que no se limitan sólo a cortes, sino que se utilizan a continuación cenizas vegetales sobre el dibujo y queda en relieve, o se introducen pigmentos y otras materias irritantes en las heridas para realzarlas.
En pueblos como el que nos ocupa, perdido en lo más abrupto de la República de Benín, las escarificaciones adquieren un significado mucho más profundo y forman parte de una tradición milenaria. Decenas de pequeños cortes en la cara simbolizan que un bebé ha sido destetado y que se convierte en niño. Los padres consideran esta práctica como un paso vital para complacer a los espíritus de sus ancestros y conseguir así que protejan a su hijo. Cuando se inicia la etapa adulta, alrededor de los 15 años, los chicos se someten a un ritual en el que reciben más de 100 incisiones en el abdomen para probar su coraje. Al enfrentarse al dolor que producen las heridas demuestran su hombría y valor. De este modo su valentía les merece el respeto de toda la tribu.En otros casos, se utilizaba esta práctica para designar la edad de una persona según el número de cicatrices que tuviera en la cara, o para mostrar a través de cicatrices en forma de zigzag realizadas en la pierna de la mujer, que ésta ya estaba apta para ser elegida como esposa.
Las escarificaciones femeninas, donde la variedad de gustos es infinita el máximo interés se provoca cuando los diseños geométricos convergen en los órganos sexuales. Hay chicas en determinados entornos que son marcadas con más de 12 tipos de escarificaciones diferentes, cada una con un particular significado sexual.
Para todos los inconvenientes que se presentan en un entorno tan precario y hostil, donde caerse, herirse, contraer una infección o diarrea, se necesita alguien que te administre el ungüento, bebedizo, un preciso consejo o simplemente escuche y te de consuelo, existe la figura del sanador que a veces es a su vez el sacerdote. Están para atender a aquellos que necesitan curarse de algún mal, que se sienten nerviosos, o que van a emprender un viaje, un negocio o una nueva etapa de su vida.Están para responder al dolor, a la incertidumbre, a la preocupación, al miedo… porque ellos se comunican con los espíritus, o saben qué hacer para que estos ayuden.
Nos cuenta que no están solos. Que, por ejemplo, si hay una epidemia, los sacerdotes de los pueblos de la montaña se reúnen y trabajan juntos. Debaten el problema, bajo el gran baobab. Adoptan decisiones sobre qué hay que hacer, y realizan los rituales correspondientes.
Dopiti es lo que podría considerarse el arte marcial Batammariba.Dopiti es un ejercicio de entrenamiento que prepara a los jóvenes para la guerra contra las tribus vecinas u otros potenciales enemigos.Tradicionalmente, el combate se organizaba en un lugar determinado y los hombres se enfrentaban unos a otros con lanzas, cuchillos y látigos. En el Dopiti, dos hombres armados con látigos de cuero encadenan golpes protegiéndose con un escudo de pielde vaca, llevan además un arco y flechas. Moviéndose constantemente mientras se golpean, el ejercicio se acaba cuando uno de los dos sangra, lo que otorga la condición de ganador al otro.
Los azotes son una parte importante de la vida ritual entre los hombres Batammaribe.Durante sus bailes de iniciación y matrimonio, los hombres deben soportar horas de latigazos para poner a prueba su hombría. Y si muestran signos de dolor o miedo, son tildados de cobardes por el resto de sus vidas.
Estas demostraciones sirven también para dominar con los látigos al ganado sin causarle daños; o a los animales de caza, a los que acorralan con ellos y derriban con sus flechas, habilidadesta que desarrollaron cuando los esclavistas les asediaban en sus casas fortaleza,causandoles estragos desde las terrazas.
. Muchachos Somba con su elongador de pene
Es conocido desde tiempos remotos que los hombres Batammariba o Somba,utilizan una técnica con la que parece consiguen resultados importantes en la elongación y engrosamiento del pene. Los muchachos Somba practican esta técnica desde el momento de la iniciación masculina manteniéndola hasta la edad adulta si así lo consideran.
Consiste en macerar unas hierbas, que ellos ahora no conocen o no quieren trasmitir, pero que determinados datos, lo escarbado por documentos y sobre todo, conocer qué tipo de plantas son endémicas o cercanas en la región, y qué tipo de resultado pueden dar al asociarlas para conseguir los resultados requeridos, los expertos me han dado como respuesta que el tal ungüento podría estar compuesto por:
-La Alholva oTrigonellafoenum-graecum, modesta prima del trébol y de la alfalfa, de la que se sabe que los egipcios utilizaban en los embalsamamientos, y dispersa y conocida en todo el mundo. Los árabes la llaman Hulba y los chinos Huluba; y que Linneo documenta en “SpeciesPlanarum”.
– El Abrojo o Tribulusterrestris, una planta muy común y con pocas por no decir ninguna necesidad; crece en desiertos y en montañas. Es a tener en cuenta puessus frutos se han usado para matar a enemigos, macerando sus frutos y untándolo enlas armas de muchas etnias del sur de África; bastaba con impregnarlas con su jugovenenoso o Acokantheravenenata y simplemente rozar a su víctima. Ahora, en muy recientes estudios, se sabe que contieneProtodioscina, que resulta ser un potente activador sexual y de erección. Relatada por Linneo en su enciclopedia y cuyo nombre en sánscrito es Gokshura.
–La Ortiga mayor o Urtica Dioica Dioica, especie cuyas hojas eran ya citadas en los tratados medievales como remedioprostático y del uréter. Es una planta muy conocida y común que parece seguir al ganado pues se cría en suelos ricos en nitrógeno, estiércol, y húmedos, en corrales, en huertos, a lo largo de caminos, de muros de piedra, en el campo o en la montaña.
Pues bien, tras la maceración de la suma de estos tres componentes y dejar unas horas para que interactuaran, se untaba la cataplasma en el pene del hombre.
Esta práctica de los Somba es conocida por los occidentales desde 1910, que se sorprenden al verlos “desnudos”, lo que significa Somba, pero con un aditamento cónico tapándoles el pene, o con él, sujeto a la cintura con un cordón de piel que les permita andar. Los Somba todavía viven de manera tradicional y en ciertos clanes Somba como losTayaba, los sacerdotes fetiche aún se visten con taparrabos y las mujeres solo con sus Lungui o Macawis, tejido suelto a modo de falda anudado a la cintura.
Tras tener durante unos días el apósito sujeto a su miembro, cortan una rama adecuada, o el que puede, con el extremo inferior de un colmillo de marfil, que ahuecado proceden a insertarlo al iniciado. Parece que la hinchazón resultante de los efectos del ungüento, el peso de la madera o marfil y la presión, hace que el miembro se inflame, lo que repiten durante meses hasta que alcanza un tamaño y una longitudque le satisfaga, tras esto, lo quitan. Ahora, 2014, se sabe de antiguas técnicas de origen sudanés, que en la actualidad llaman Jelqing, técnica que pretende lograr la ampliación natural del pene, mediante el aumento de la presión arterial y la circulación dentro del mismo. Se lleva a cabo en varias sesiones, apretando suavemente el pene y al mismo tiempo realizando un movimiento desde la base de los cuerpos cavernosos del pene hacia el glande. El movimiento puede ser descrito como de “ordeño“. De acuerdo con un artículo publicadoen elBritish Journal of Urology, la técnica tiene antiguos orígenes africanos y o arabes.
Hombre Somba, Batammariba, con su pene alargado, sujeto con un cinturón de piel para poder caminar. Foto de Héctor Acebes de alrededor de 1953.
GANADERÍA
Los Batammariba,agropastores, crían una raza especial de ganado conocida en la zona como raza Somba. Realmente corresponde a uno de los dos gruposde Bostaurusbrachyceros africanos existentes, del que este corresponde a la variedad ShorthornsSabana Baoule diferente al tipo enano Lagunar, más pequeño y endémico como su nombre indica de las regiones lagunares, desde Costa de Marfil a Nigeria. Este bóvido, típico del área subhúmeda tropical, es de cuerno corto y se cree que es elorigen de las razas bovinas adaptadas al entorno vegetal y climático del Golfo de Guinea.
Ganado de los Somba
Es un animal robusto y adaptado al tripanosoma gambiensis, del que esta genéticamente protegido, pero que tanto estrago cusa en otros rumiantes y hasta no hace mucho en humanos. Estos animales presentan una alzada a la cruz de alrededor de 1 metro y un peso bruto que oscila sobre 250 kilos. Son por lo general, de pelaje corto blanco y negro, aunque no es de extrañar observar algunos solo negros, rojos o a manchas blancas y rojas.El tamaño de estas vacas de los Somba coincide con la puerta y establo de las Takyenta, sus casas fortaleza, donde las estabulan por la noche.Por lo que queda claro que antes que la construcción de ese tipo de casas, que datan del siglo XVII, y se construyeron para defenderse primero de caciques con aires de emperadores y después de los esclavistas, ya criaban este tipo de ganado. Era por tanto una simbiosis perfecta entre animal y humano, de manera que alterar peso o tamaño para conseguir a saber que productividad, afectaría drásticamente a su modo de vivir.Los pagos por dote o para sacrificios rituales que requerían de algún animal, solo se aceptaba que fueran de esta raza, cualquier otra se desechaba pues para ellos en un caso era un inconveniente y en el otro, se ofrecía algo que no era valorado. Los jefes de clan al acceder al cargo o cualquier hombre que cumpliera años a la vez, sacrificaban un toro a sus antepasados.
Cualquier ayuda es bienvenida. Foto de la Fao.
Respecto a la agricultura, cultivan: mijo, sorgo, maní, fonio o Digitariaexilis, y más recientemente, maíz. Según datos de Adoméfa et al., 2002, los cultivos en ese tiempo generaban alrededor de 30 €.por granja al año, y el ganado, que solía representar el mayor valor patrimonial, 80 €.Siendo por tanto la ganadería la principal fuente de ingresos de la familia. Tienen bien definidos los roles, dedicándose el hombre al cuidado y pastoreo del ganado y a la agricultura, puesson los hombres los que limpian preparan y escardan la tierra y hacen la mayor parte de la plantación con poco apoyo de las mujeres. Las mujeres por su parte realizan todas las tareas domésticas atendiendo todo lo que las casas y aledaños correspondientes de la familia requieran, además de cuidar de las cabras y las aves de corral. Todas estas tareas las deben realizar atendiendo a su vez de los hijos. La tercera parte de lo recolectado, básicamente los residuos, lo emplean en alimentar el ganado. El estiércol se recoge para mezclar con el adobe cuando se necesite y sobre todo como fertilizante.
Foto de la Fao.
Liboloni son sus santuarios ancestrales, tiene forma fálica, pues se dedican a la diosa Bantu que es la deidad femenina propiciatoria de fertilidad; al lado sitúan las tumbas de sus mayores, ambosprotegen espiritualmente la entrada de cada hogar. Estos altares son en forma y tamaño, idénticos a los de los pueblos más fuertes de su entorno como los Fon, Ga o Ewe, que a su vez crean sus santuarios en lugares similares, aunque también en plazas y sobre todo en las encrucijadas. Es una manera de imprimir respeto y generar empatía. Pues aunque saben que sus deidades son distintas, a fin de cuentas se duda de cuál es más efectiva y si no será o estará descansando la propia. Este temor o prevenciónforjóla creencia de que los dioses y en su defecto los antepasados,les protegíantambién de las incursiones de sus enemigos.
Los Batammariba tienen fuertemente arraigada sus creencias basadas en la religión tradicional y las normas que regulan su vida. Al igual que todos los grupos Gurma, ellos adoran al dios de la tierra.
SantuarioBatammariba. Foto de Yves Regaldi.
Los funerales en África, tal vez sean los rituales más importantes, por el despliegue de ritos y celebraciones; si celebraciones, el enorme coste económico y la masiva participación de familiares y amigos. LosBatammariba no son menos yefectúan elaboradas representaciones funerarias llamadas tibenti, o “danza de los tambores”, con ellas honran a sus ancianos, mujeres u hombres, fallecidos; los que representan este elaborado baile ceremonial son un grupo de personas que específicamente interpretan este complicado ritual.
Durante la celebración del funeral, la casa de la persona fallecida se cubre con tejidos y la piedra plana circular del centro de laterraza, generalmente utilizada como una mesa, se retira para usarla como lápida.
En la cultura Tamberma cuando una persona muere, dicen que onitiloua, “la persona duerme”. Los rituales tibenti culminan con la ceremonia de la “voltereta” o bita,realizados en la azotea de la casa, algo recurrente también entre los pueblos mandé. Antes de que un hombre muera, haya o no pasado el rito de iniciación lifoni, lo suele realizar de nuevo antes de morir. Y creyentes en la reencarnación piensan que el primer niño destinado, nacido ya o a punto, si se le ha realizado esta honra del lifoni de nuevo, el niño lo sabrá, pero si no se realiza, cuando él muera, el niño se negará a ser iniciado y posiblemente el niño morirá. Como resultado de esta idea, los ancianos reafirman que el ceremonial funerario en su conjunto, está estructurado en torno al ciclo de iniciación de hombres y mujeres, una especie de principio sin fin. Esto se define por los rituales y el orden de las diversas secuencias funerarias. Entre los Tamberma, el tratamiento ritual de los diferentes “objetos” o un nti, del difunto son fundamentales en los ritos funerarios de un anciano. Cada etapa de estos ritos da como resultado la destrucción o preservación de ciertos objetos personales y la transformación de la relación que los sobrevivientes tienen con el difunto. Al final del proceso, sólo se mantiene una correa de metal asociada con un “soplo” el diyanni, el ultimo halito del difunto que fluye desde la tumba instalada junto a los altares de la casa del difunto, que heredara su hijo menor, y que es probable que regrese a un nuevo ser humano.
Tin ɛ nti, es una termino Batammariba que significa “las cosas inseparables de una persona” o lo “firmemente unido a su cuerpo”. Por ejemplo, las pulseras de hierro que se llevan a un niño cuando el “aliento” del muertose inserta en él renaciendoy que los adivinos han reconocido. Tin ɛ nti u objetos personales, son principalmente sus pulseras, quese le quitaran de las muñecas al difunto solo cuando se proceda a enterrarlo.Kenneies un verbo que significa “acompañar”, implica la idea de una profunda intimidad entre dos personas.Estɛ ntien esencia significa “negocios” o “efectos”, son los objetosque se muestran en la puerta de la casa durante el rito de tibenti “cosas de tambores”.Este ritual marca la apertura de la nueva tumba de la cual el difunto se convierte en el dueño o guardián, ya que durante su vida fue dueño de su takyenta, su fortaleza.Sobre sus restos se depositarán en el futuro los jóvenes muertos de su familia.El est ɛ nti tiene dos componentes: los “efectos del fallecido”, o ukin ɛ nti, de uki“fallecido”, y n ɛ nti“negocios”; y “negocio de la muerte”, tikunɛ nti dekuo “muerto” y tin ɛ nti“negocio”.Entre ellos, distinguimos la representación o“simulacro”del difunto, una pequeña rama de baobab, instrumentos de sepultureros y objetos utilizados para el tratamiento del cuerpo por un lado, y, por otro lado, instrumentos musicales y ornamentos reservados para el ritual tibenti y los dos días de luto. Estos tikun ɛ nti, instrumentos y adornos, pertenecen al clan del muerto y sólo se utilizan para el tibenti de los ancianos del clan. Los “efectos” del muerto, o ukin ɛ nti, son las cosas que siempre llevó encima la persona durante su vida. Son de tres tipos: Los objetos de poder masculino, arco y carcaj, del femenino, bastón, y partes del cuerpo o artículos que sean como prolongación del mismo, como su bolsa, pipa, uñas, cabello y esa materialización del último suspiro, el diyanni, losbrazaletes metálicos, de hierro o cobre.
El cadáver queda desnudo en la tumba, sin adornos ni objetos cercanos. Los “objetos” del muerto y el cadáver serán utilizados en diferentes momentos del ritual. Algunos serán destruidos, otros conservados. El destino reservado para ellos parece depender del tipo de enlaces que simbolicen: la relación del difunto con su casa, su linaje, su clan, o con el “aliento” del hombre muerto que penetro en él en el momento de su concepción. Algunos objetos se romperán y luego serán enterrados durante el primer duelo; bakunaa, de banaa “mijo para cerveza” y ku“otros”, serán escanciaos o dispersos por el cementerio, el segundo día de luto, que, según el sexo del difunto, tiene lugar seis meses o cinco a diez años después de sumuerte. Otros, como el bastón, serán regalados,intercambiados o “robados”, mucho después de la segunda fase del luto. Hay que entender que el ritmo de estas ceremonias del est ɛ nti, a veces tan dilatadas, afectan el cadáver, pero tienen muy arraigado que la muerte es un terminar para comenzar de nuevo, por lo que tras el luto, el último aliento o diyanni, traerá de segurouna nueva vida en el vientre de una mujer. Pero esta transmutación no se hace sin sacudidas, o, por así decirlo, sin arrepentimiento y retroceso: es como si quisiéramos sacar al difunto de su casa, para alentarle a volver. Cada paso tiene como resultado la destrucción o retención de algunos est ɛ nti y la nueva relación quese espera tendrán los supervivientes con el fallecido, en su nueva etapa.
Observamos en la foto, a la izquierda, los altares y a sus pies las tumbas, del tamaño de la boca de una cesta de mano. A la derecha la rama de baobab con otras ramas como extremidadesy los abalorios, formando todo ello el simulacro del cadáver.
El día siguiente al entierro está marcado por la alegría exultante de los jóvenes. A cierta distancia de la casa de luto, los jóvenes de pueblos rivales forman un círculo donde los improvisadores más famosos compiten en concursos de canto. En la parte inferior de la casa, desde un día antes, las mujeres mayores siguen bailandoante la representación del cuerpo del difunto, “satisfaciendo a la muerte”. La “representación” o “simulacro”, consiste en una rama de baobab con cuatrovaras de unos 25 cm de largo a modo de miembros, evocando un cuerpo humano; a eso se le añaden adornos andróginos decorados con datos puntuales, que tienen al mismo tiempo retazos del difuani, elritual de iniciación masculina y los deldikunteri, o ritual de iniciación femenino. Mientras tanto, en el cementerio, los tíos y hermanos del fallecido consumen una porción de mijo, sin salsa ni condimentos. Vuelven taciturnos a descansar al atardecer, en una larga fila.Tan pronto como uno escucha los sonidos de su tambor, en la distancia, las alegrías terminan en la casa delmuerto. Todo el mundo sabe que los hombres recogeránel “simulacro” para depositarlo sobre un zarzal, en el cementerio. Cuando la procesión está a la vista, una mujer, usando su dikunteri, el tocado de cuernos de gacela de los iniciados y armada con sus picas, sale corriendo de la casa,yendo de un lado a otro con rapidez, pretendiendo que los dos hombres que llevan el est ɛ nti del muerto,se lo muestren. Mientras, unas veces les prohíbe traspasar el umbral de la casa o por el contrario les anima a dar el paso, indicándoles con su lanza el camino yguiándoles, el porqué deesta doble actitud lo mantienen en secreto. En una marcha lenta e inevitable, la procesión se mueve hacia la casa. Es el único momento del ritual donde los “objetos” del muerto se muestran juntos. Camina en primer lugar hacia la puerta, el hombre que lleva el tikun ɛ nti, “negocio de la muerte” que se ocupa de cómo gestionar el cuerpo; detrás de él, otro lleva ukin ɛ nti, las “pertenencias personales del muerto”. Tan pronto como la “representación” abandone la casa, estostin ɛ nti se cuelgan de la fachada, cerca de la puerta. Hasta el levantamiento del luto, recompondrán una primera imagen del difunto, y permanecerán en el límite del exterior y el interior de la takyenta, el borde de dos mundos.El tikun ɛ nti o “negocio de la muerte” se subdivide en dos tipos, aquellos que se exhiben en la puerta, y que se refieren a la tumba, y el cadáver, son objetos cotidianos, de gran banalidad. Sin embargo, tienen una característica esencial: utilizados una vez, deben parecer nuevos en el día en que se cava la tumba. Por contra, los instrumentos musicales que resuena durante la noche, delante del “simulacro” y los objetos que lo adornan son patrimonio del clan. Estos objetos pertenecen a las “cosas del tambor”, así como a las ceremonias de iniciación organizadas dentro del clan. Su historia se fusiona con la de la “vieja Takyenta” del clan, donde se guardan. Consisten en instrumentos musicales: cuernos, matracas y tambores que dan nombre al ritual, y adornos particularesque combinan el casco con cuernos dikunteri y cuellos de cauris usados por niños y niñas.El tikun ɛ nti de la tumba y el cuerpo son objetos hechos de materiales perecederos, con la excepción de la azada del sepulturero. La composición de estos “objetos mortuorios” es la siguiente: Instrumentos de los sepultureros: – Una canasta sin asa, como las que las mujeres usan para llevar semillas o frijoles. Los bordes de la canasta limitarán el diseño de la “boca” de la tumba. – Una calabaza, similar a aquella con que se come y que se utilizará para sacar la tierra del hueco. – Una estrecha azada de hierro llamada tapienta, que los hombres usan para talar árboles. En la angosta base de la chimenea, el sepulturero escavará con este instrumento la “habitación” del difunto. – Unas estacas utilizadas para desenterrar ñames. Estas dos cosas son las que se utilizan para excavar junto a la chimenea. Cuando un Batammariba habla de kuya el “útil del cementerio”, se refiere a los dos instrumentos, azada y estacas juntas. – Una vasija de cerámica redonda u ovalada según el sexo del difunto. El primero, reservado para mujeres se usa para cocinar la masa de mijo. El segundo, para conservar a la sombra la cerveza de mijo. Esta cerámica se fijará en el túmulo funerario el día del lut A la izquierda en la foto, se observan la cerámica en el suelo junto a la estera y la azada, la cesta, el cráneo y quijada del animal sacrificado y algún que otro objeto personal del difunto. Foto M.Smadja.
Objetos utilizados para tratar el cuerpo y la mortaja: – Un tazón de manteca de karité. La mujer cubrirá con ella el cuerpo después de haberlo lavado, junto al simulacro. – Un cordón de fibras negras y rojas, idéntico al cinturón usado por los iniciados al final del dikunteri.– Un haz de paja. Se usará para tejer la estera que envolverá el“simulacro”. – Cuatro hojas de un árbol de karité, de un pueblo donde un hombre desafortunado muriera sin ser enterrado.Serán usadas al final del duelo.
Essingular la manera en que se reúnen los objetos que abarcan estos tikun ɛ nti, los de sepultureros,los instrumentos y los objetos de doble género, debido a la especificidad social y de género que se les asigna.De hecho, los Batammaribas distinguen el tikun ɛ ntifemenino del tikun ɛ nti masculino. Pero en realidad,sólo el kuya de metal, es un instrumento vinculado a las actividades específicas de los hombres, como limpiar y cavar surcos, es el único tikunɛ nti, masculino.Este instrumento se le entregará al descendiente más joven, al benjamín, futuro heredero de la takyenta,con el que cavará la tumba de su padre. Él comienza a encargarse de ese útil, tan pronto como se acerca a la edad que da derecho al tibenti. El hacha, escondida en la casa, nunca debe ser vista por el padre. La cuchilla debe conservar el filo y aspecto de nueva y si se estropea, el hijo mandara hacer otra al herrero. En cuanto a los objetos perecederos del tikun ɛ nti como la cesta, calabaza, paja, etc., que representan a las mujeres en sus actividades domésticas. Están bajo la responsabilidad dela n’kua,o hija mayor, que muestra la misma discreción que su hermano para reunirlos. También deben tener la apariencia de nuevos, cosa difícil de mantener debido a la naturaleza vegetal o arcilla, tan perecedera, de su material.
Por lo demás,por conveniencia del clan de la takyenta, los objetos quedan depositados en ella.-Los sepultureros no pueden empezar a cavar la tumba antes de que el gestor del tibenti no haya reunido y presentado todos los objetos del tikun ɛ nti. Los objetos ceremoniales, instrumentos musicales y adornos internos, están disponibles de inmediato; basta con ir a la antigua takyenta del clan. En cuanto a la kuya, mantenida en reserva por el más joven de la takyenta paterna, esextraída de su escondite. El futuro heredero de la casa, el más joven, debe evitar abandonar el pueblo y hasta su propia muerte, ser constantemente capaz de defender su takyenta. Pero juntar el tikun ɛ nti por una mujer puede ser complicado e impredecible. Obtener una calabaza, una canasta o incluso una cerámica parece a primera vista muy fácil, incluso si estos objetos deben presentar el aspecto de nuevos, cada casa está provista en abundancia de ellos. Pero cavar una tumba está a veces precedido por un período más o menos largo de tiempo que traeangustia e incertidumbre; el tikun ɛ nti se cumplirá atiempo?Los sepultureros deben haber terminado antes del anochecer y su trabajo requiere de seis a ocho horas de intenso esfuerzo.
«Puede el sol estar alto, y el problema del tikun ɛ nti de la mujer sigue lejos de resolverse;los enterradores siguen esperando que les lleven los objetos rituales a la tumba, la calabaza, la cesta, la kuya. Tras mucha deliberación y después de consultar con el adivino, uno de los clanes de la aldea decidió organizar el tibenti de un hombre muerto unos meses antes, a la edad de cincuenta y cinco años. Sin descendencia, conocido como el “single”, pues había sido abandonado por su mujer, fue enterrado “como un joven” en la tumba de un anciano. De acuerdo con lo previsto por los adivinos, “él contiene la lluvia para vengar la afrenta, por su culpa, la siembra no puede comenzar. Estamos durmiendo en el dormitorio del hombre junto al altar, donde cuatro o cinco mujeres rodean el “simulacro”, como si estuvieran mirando el cadáver de un padre muerto antes del entierro. Las canciones de luto se alternan con ásperos comentarios. Sentados a ambos lados del “simulacro”, dos mujeres de cuarenta y tantos años lamentan el retraso de n’kua, la hija mayor responsable de la takyenta. El día de la muerte, es esta mujer quien se ocupa del tikun ɛ nti en la casa del luto ocupándose de la ceremonia. Los asistentes confirman sus expectativas al observar las insuficiencias de la recién llegada: no solo está nekua “enojada y fácilmente irritable”,“a ella nunca le importó estetikun ɛ nti”. Peor aún: “ella se negó a cuidarlo, a pesar de que se lo pidió su tía paterna”, comentan. Cuando n’kua hace su aparición en la terraza, es recibida con sarcasmo: “trae solo la calabaza y la cuerda de la camilla… y la canasta, ¿dónde está?… y la paja para trenzar la alfombra?”.Otras mujeres, hermanas, llegan a su vez. La discusión va en aumento.N’kua, se muestra indiferente a los comentarios. Se le acusa de no haber apelado, a su debido tiempo, a una u otra de sus hermanas: “¿quién se hubiera negado a ayudar?”. La situación es complicada, nadie quiere ir al pie de la montaña para cortar la paja: “¡está demasiado lejos!”. Por fin, el tikun ɛ nti se consigue al mediodía. Los sepultureros pueden comenzar su trabajo. ”.*>Suceso extraído del enterramiento de una mujer en junio de 1982, por la doctora M. Smadja.
La falta de voluntad de ambos géneros es comprensible en este contexto, donde se da paso previamente, al entierro de un hombre del que apenas se aprecia más que la venganza desde el más allá que comenta el adivino;las disputas son como un aditamento más, de la falta de interés por conseguir los objetos que atañen a la mujer en este tikun ɛ nti. Estos improperios, se ven de otra manera cuando conocemos el lugar ocupado por los responsables de estos asuntos, dentro de la takyenta pequeña y la grande o antigua.
Una takyenta nueva, es conocida como “casa de la esposa”, aunque le pertenece al esposo.También tiene dos pisos aunque es más pequeña acorde a la familia. Solo el más joven hereda la takyenta paterna o del clan. Los otros hermanos construyen su propia casa, una “pequeña takyenta”, cuando se casan. El grupo de hermanos es propietario de la manada de vacas pues es patrimonio común. Esta hermandad se conoce como kunalakua, literalmente “sacrificar la carne”, pues durante cualquier ceremonia de importancia, los hermanos sacrifican un buey en los altares del antepasado de la takyenta paterna o vieja. Como los hermanos tienden a dividirse fácilmente, la vieja takyenta a menudo pertenece a un anciano alrededor del quesiempre alguno de los hermanos acepta vivir.Un clan, fawafa o de la “serpiente”, recordemos que se consideran hijos de ella, agrupa varios kunalakua.Una aldea generalmente tiene dos, cuatro o seis clanes. El clan refuerza los enlaces de los diferentes hermanos de una takyenta a través de las grandes ceremonias de iniciación que tienen lugar cada cuatro años. Los jóvenes de la misma fawafa se inician juntos como pertenecientes a laantigua takyentadel clan, distinto de la takyenta de los hermanos. Recogen los tikun ɛ nti, principalmenteloshermanos de los fallecidos. Dos mujeres tienen los papeles principales: la hermana mayor, presuntamente, del difunto y la hija mayor de este último.Una de las funciones de una tía paterna es fomentar que la hija mayor, n’kua, disponga de los distintos tikun ɛ ntide su padre cuando se aproxima a la edad que da derecho a efectuar el ritual. Esta n’kua puede ser una chica real o del kunalakua.También puede ser una menor, pues es potestad de la tía paterna elegir a la muchacha que considera más apta para esta tarea, comoque viva cerca de la residencia y con el carácter bien definido sin cambios de humor, una esposa frívola es indeseable.
Una n’kua digna, debe asegurarse que cada hermana sea responsable de un tikun ɛ nti. Ella debe verificar regularmente la integridad de estos objetos que, no se olvide, deben tener la apariencia de nuevos el día del entierro. Guardado en la casa de un hermano o en la casa paterna, los “objetos” deben reunirse fácilmente el día de la muerte.
Mujeres en la tumba, a los pies del altar, escanciando cerveza. Apoyado sobre este, a la derecha, el arco la bolsa y otros objetos del fallecido. Foto M. Smadja.
Esta es la regla. Pero los obstáculos para la recogida del tikun ɛ nti pueden acrecentarse, debido principalmente al hecho de que tanto la n’kua como sus hermanas pueden estar atareadas con cuestiones inherentes a su hogar o peor aún, pendientes de la resolución de algún problema más acuciante que les ocupe el tiempo.Como ejemplo de las vicisitudes que conlleva el tikun ɛ ntilas solteras y las afligidas viudas, tan severas en sus protestas, parecían olvidar que cada joven casada madre de familia, puede en un momento u otro, dependerde circunstancias o adversidadesfamiliares. Algunas, incluso son “secuestradas” por un nuevo marido, a veces varias veces, especialmente cuando no han sido madres aun, peroansían y esperan serlo. Su familia de origen no siempre está informada de su cambio de residencia.
La ayuda que n’kua puede esperar de sus hermanas está, por lo tanto, comprometida, independientemente de la seriedad con que ella conciba sus deberes. Al final, la niña casada más joven y considerada la más cercana afectivamente a su padre, sería la más adecuada para cumplir este papel, pero a veces esta eventualidad no entra en la lógica de la reunión preparatoria deltikunɛnti.Aunque el anciano decide, y debe ser el único responsable, se dejan de lado los problemas reales o simulados, y se acata el compromiso reflejando la profunda vocación de recoger el tikun ɛ nti que adoptan las mujeres; alrededor de los restos de un padre, juntas por un corto período de tiempo, la madre, tía paterna y resto de hermanas de un kunalakua, aúnan esfuerzos. En cierto modo, olvidan temporalmente su condición de mujeres casadas y las hermanas, actúan como si nunca hubieran abandonado la takyenta paterna o la kunalakua. Cuando se expone el cuerpo en uno de los graneros de la terraza, la ley no permite que estén presentes sus esposas, estas, van al cementerio del clan al que pertenecían los fallecidos a prestar su apoyo a los enterradores. Justo antes del entierro, las hermanas de la takyenta, refuerzan sus lazos comunes, fuera de la presencia del extraño que sigue siendo un marido. Las mujeres que, en forma de reproches,comedidos y entre algarabía, como tradicionalmente aprendieron de sus madres y abuelas, enumeran los deberes a los que están sometidas las niñas durante la recolección, recuerdan, el lugar ocupado por cada una de ellas dentro de la familia de la takyenta,así como también adentro. En la terraza, cerca del cadáver simulado, las hermanas rememoran de manera efímera, las vivencias de kunalakua tal como fueron antes de su partida de la casa paterna, y de su matrimonio. Tambiénrecuperan el kunalakua, mítico, ancestral, el que trae ecos que quedaran en la configuración de la tumba. Cada clan tiene su propio cementerio, donde están enterrados los hermanos y hermanas de la misma kunalakua. Un cementerio, cavado junto a la vieja, enorme y ya extensatakyenta.
Los jóvenes muertos están enterrados según su sexo, en la tumba de un padre o una tía paterna y sobre ellos. Durante la noche,en que se excava la tumba, es difícil reconocersi la cesta,la calabaza o la vasija de tierra, del tikunɛntiestán rotas o siguen nuevas, hay que esperar a lamañana. La fragilidad de su material, el aspecto obsoleto que los caracteriza una vez que se enterraron con el cuerpo, refleja el riesgo de un rápido deterioro al que del mismo modo, están expuestos los lazos del kunalakua yla takyenta.De hecho, una vez el cuerpo enterrado, la calabaza y la cesta se cuelgan de una rama bifurcada de la que se suspendió el cráneo del buey dados por el hijo a los parientes maternos de los fallecidos, y que fue sacrificado por el segundo. La rama entera, la calavera, la calabaza y la cesta se llaman tiyoti“suciedad” de los muertos. Estos tiyoti se exhiben en la puerta de la casa del difunto, junto a los “efectos personales”, el día después del entierro. Pero, aunque la mayoría de los “efectos personales” serán destruidos en el primer duelo, bakunaa, unos días después de la muerte, el tiyoti será destruido en el cementerio en la segunda etapa de luto. Lo que ocurre seis meses después de la muerte si es una mujer, o entre uno o dos años después de la muerte si un hombre.
Tiyoti, la suciedad del muerto. “El tiyotide una madre es peligroso, debemos deshacernos de él lo antes posible”, dicen los Batammariba.
Pero ¿por qué esperar al menos seis meses para llevar a cabo esta destrucción?¿Por qué, especialmente, una segunda ronda de luto?Las reflexiones de R. Hertz, 1907., sobre los ritos de luto sugieren una respuesta a esta pregunta. Hertz señala que el segundo funeral en Indonesia, se realiza cuando el cuerpo se ha descompuesto completamente, y se ha reducido al esqueleto. Este lapso de tiempo entre el momento del entierro y el de una de estas ceremonias, resulta necesario,para dar tiempo a la transmutación de los antepasados muertos en otras relaciones de reconstrucción, entre los sobrevivientes y los muertos. Para los Batammariba, parece que hay una correspondencia entre el estado de secado de las calaveras de los animales, seis meses después de la entierro, y el que, según ellos, caracterizaría un cuerpo reducido al estado de esqueleto en la tumba. Ahí es cuando la respiración,diyanni, de una persona muerta podría salir de la tumba para “volver” en un nuevo ser humano. Destruir la “suciedad” de una muerte en la segunda etapa del duelo, respaldaría públicamente formalizar la descomposición completa del cuerpo, por lo que es posible la “vuelta” del aliento de la muerte para volver a dar vida.
Es contrastablela diferencia de destino de la parte femenina deltikun ɛ nti con la masculina de la kuya, el hacha y su relación con la tumba, y la parte del tikun ɛ nticeremonial como instrumentos musicales o adornos.La kuya,vinculada a trabajos de construcción, como la tumba, debe mantenerse, confirmando la perpetuación del vínculo entre el dueño de una casa, el hijo más joven que toma su lugar y los altares de los antepasados que ahora estarán bajo la responsabilidad de este último: él asegurará su regeneración a través de sacrificios apropiados. En cuanto al tikun ɛ nti ceremonial, muestra la conexión inseparable de cualquier miembro de un kunalakua con la vieja takyenta del clan de su juventud.
El hijo pequeño debe habituarse a seguir la senda marcada protegiendo y cuidando de la takyenta y sus moradores.
En resumen, tikun ɛ nti, por tanto, son de dos tipos. Algunos, relacionados con el cuerpo del cadáver, tienen una vida útil equivalente al tiempo de descomposición de un cuerpo. En la singularidad de su colección, hecha por las hermanas, testimonia tanto el movimiento de los lazos kunalakua como el deseo oculto de mantener una unión que depende esencialmente de la relación hermano hermana. Los otros, relacionados con una vieja takyenta de clan y el kunalakua, a través de la tumba y el cementerio, son un negocio de construcción, en el sentido de que el nuevo fundador de una takyenta pretende convertirse, a lo largo de las generaciones, en el dueño y señor de una viejatakyenta.
Mucho antes de tikun ɛ nti se reúnen en la casa del luto, los efectos personales del muerto ukin ɛ nti, se colocan sobre el cuerpo lavado y ungido de manteca de karité. No hay dificultad para reunirlos: el día de la muerte, simplemente quitamos las pulseras y los ornamentos del cuerpo y los recogemos junto a los pocos objetos sin los cuales un batammariba no se mueve.
Estos efectos son, como hemos visto, de tres tipos: objetos masculinos o femeninos, especialmente utilizados de manera que dejan su huella e incluso olor en ellos. Van tan unidos a la persona como su aliento. Los efectos de un hombre incluyen:
Vemos en la foto junto a un altar sobre un tronco, la bolsa de esterilla, la cerámica con tapa, y unos frutos, parte del ajuar de alguien fallecido.
– Arco y carcaj, son signo de valentía y dignidad masculina. El arco es el soporte del muw ɛ rimu, esto es, el “poder” de un jefe de familia; le permite hablar ante los altares de los antepasados, en el momento de un sacrificio, por ejemplo. Es, pues, esa “capacidad de habla”, gracias a la cual se asegura el mantenimiento de los altares de los que depende la continuidad de la takyenta.
Con su arco, un hombre también puede manifestar su tinitidaati, posibilidad masculina de elección, matando en la caza, la guerra o “eliminando” a un rival por una mujer. Unbatammaribanunca sale de casa sin suspender el arco y el carcaj en el hombro izquierdo, el arco se asocia con la mano o ladoizquierdo considerado masculino.
Cada flecha es la muerte;por lo que el arco se somete a un tratamiento especial, que hace hincapié en la identidad del arma y su usuario definido como cazador yguerrero. Las mujeres no pueden cantar sus canciones de duelo antes de que las pertenencias personales del muerto seancolocados cerca del cuerpo que velan en la terraza.
El hombre con derecho a “revertir”, posicionar el arco boca abajo, es el otebita“el que derroca”; él es el hijo favorito del difunto, el heredero de su casa y muw ɛrimu.
Un arco tiene una “cabeza” y unos “pies”. Por lo general, un batammariba siempre tiene cuidado de mantener su “cabeza alta”. El día de la muerte, el otebitacoloca el arco“del revés” en el suelo, para echar atrás el anclaje, que mantiene la cuerda tensa, poder quitarla y reemplazarla con un fragmento de cuerda con la que se une el cuerpo a la esterilla. Cuando termina esta operación, uno de los familiares dice: “lo derribamos”, con estas palabras afirman ya, que el difunto acaba de terminar su vida de cazador. El arco se pone “cabeza abajo” a los pies del muerto.
– La bolsa de piel de buey o cabra en la que un batammaribaguarda pipa y tabaco, y, dependiendo de sus funciones o poderes, cauríes y medicamentos, es en la que el día de la muerte, se guardan las uñas y el cabello cortados al cadáver, aunque la pipa se deja fuera, al lado de la calabaza del difunto.
– Las pulseras, de hierro o cobre, torcidas o lisas, que durante su vida el hombre ha llevado en la muñeca y quedicen son “solicitadas” por los antepasados. Sin embargo, es costumbre que a diferencia de una mujer, un hombre las guarde en casa y solo lleve una. El día de su muerte, una gran discreción rodea el manejo de estas pulseras, por lo que es difícil saber dónde se depositan sobre el cuerpo. Es importante no confundirlas con los brazaletes, que aunque también de metal, son adornos de menor rango, pues las primeras simbolizan la trasmisión y continuidad con los antepasados; son el “retorno” o la reencarnaciónde uno de ellos en un nuevo individuo.
– El cuchillo, de “sacrificio”, que colgaba de su cuello, se desliza en su funda de piel de vaca sujeta por una cuerda, junto con flechas de punta de metal. El cuchillo, un arma, se exhibirá con el arco durante todo el tiempo de losrituales, sin someterse a ningún tratamiento en particular, sobre la puertade la takyenta batammariba.
Los efectos de una mujer incluyen:
– El bastón o kupaati, es la contraparte de la “naturaleza” del hombre. Este palo acompaña a la mujer en las grandes etapas de su vida. Para una muchacha, aceptar el kupaatiquele ofrece un joven es aceptar casarse con él. En el palo se graban incisiones idénticas a las escarificaciones que cubren el cuerpo de una mujer después de su iniciación y el ritual dikunteri. Una joven solo puede bailar mostrando su bastón tras haber pasado por este ritual. Enarbolar y jugar con el kupaatidurante las fiestas es un signo de feminidad y vigor físicopara las jóvenes esposas: con un palo, una mujer debe saber cómo repeler a un posible agresor durante sus viajes, o matar a las serpientes que se cruzan en su camino. Ella no sale de su casa sin este “arma”. Los kupaati lisos, sin incisiones, son una prerrogativa de la mujer llegada a la menopausia. Se sitúa cerca del cuerpo de la difunta el día de su muerte, y se muestra en público durante todo el ritual funerario.
– la canasta con tapa o takummanta, es como la bolsa del hombre. Una mujer generalmente tiene dos. En uno guarda los condimentos y en otro sus adornos. En el primero, se deposita el cabello y otros restos de la fallecida. En el segundo, de más relevancia, estarán los bienes que ha dejado de herencia. Es en este último, donde la esposa organizaba su ropa y adornos; cuando ella decidía dejar a su marido por otro, ella se loconfiaba al nuevo elegido, como muestra de su compromiso.El marido puede sorprender a los amantes o ser advertido por un tercero; si quiere retener a su mujer,escondería el cesto, sabiendo que su esposa no puede salir de su casa sinél, pues es como parte de su ser.
– En la otra canasta, sin asa, es la que utilizan para transportar harina, semillas, frijoles u otros condimentos.
– Una olla o calabaza para cocinar o condimentar.
– Las pulseras “solicitadas” por el antepasado, en este caso femenino, por lo general. Al igual que con las del hombre, es difícil saber qué sucede con ellas tras la muerte.
Se conservan objetos metálicos, tanto masculinos como femeninos. Los adornos de “belleza” son elementos de herencia, los de un hombre los recibirá el hermano materno más cercano, los de una mujer la hija mayor de la hermana uterina, los más cercanos en edad. El cuchillo y las puntas de flecha de un hombre se entregan así mismo a su hermano, quien los usará. Las pulseras “solicitadas” por el antepasado no se pueden dañar, pues ya son señal de su próxima llegada y pertenecen por derecho al hijo más joven, heredero de la takyenta si el muerto es su padre, o a la hija mayor de la hermana, si era su madre.
. Boukoumbe, los altares a los espíritus de los muertos.
Porotro lado, los uki ti nti perecederos son todos destruidos, pero en diferentes momentos.
El día de la primera etapa de duelo o bakunaa, se rompen y entierran los ukin ɛ nti aquello que consideramos extensiones del cuerpo, como la mochila de un hombre, lacesta cubierta de una mujer que contiene el pelo del difunto, pipa, calabaza, olla de cocinar, etc.
Dicen que estos “efectos”, enterrados en el oeste, en el cruce que conduce a la casa, se entregan a ella para que quede liberada.
Mucho después de terminada la segunda etapa del duelo se arrojan la rodela del arco del hombre o el bastón si es una mujer. Hasta entonces, dicha rodela que va unida al carcaj, se mantiene en la división media del granero masculino donde es costumbre guardar los bienes valiosos, como antes los cauris y ahora el dinero, y algunos objetos mágicos o exvotos. Puede que un día, el hermano del difunto que lo ha heredado, decida deshacerse de él, “es hora de tirarlo, el niño nacido del aliento del antepasado pudo verlo” diría, aunque sabe que la identidad del antepasado que lo formó debe quedar oculta o moriría. Ver su arco trae el mismo riesgo. En otras palabras, el arco o el bastón, son como el doble perecedero e individualizado, de las pulseras de metal, y asociados a su existencia.
Un gesto particular hecho en el nacimiento de un niño por la partera, también nos invita a considerar el arco del hombre o el palo de la mujer, como uno de los atributos específicos dados por el antepasado.
Cuando se corta el cordón umbilical, la partera cierra y guarda en su mano “dones” o est ɛ nti del recién nacido, invisibles para todos menos para sí misma. Estos est ɛ nti están alojados en los pliegues de cuerpo del niño; el antepasado responsable de su nacimiento se los dio. Estos dones pueden ser poderes como clarividencia, adivinación ysanación. En principio, un niño varón siempre recibe, al menos, un arco pequeño invisible que confirma que será un gran cazador. A veces también recibe una pequeña azada, una señal de que será un granjero reconocido.
La comadrona pone el est ɛ nti invisible para el padre, en una bola de arcilla, la “bola de destino” del niño,para que lo deposite en una olla sobre el altar de los antepasados de la takyenta. Con este acto, se intenta que el antepasado done ese “efecto invisible” en el momento del nacimiento,propiciado por lo conseguido y el pundonor demostrado durante su vida por el difunto. Solo queda fuera el de sanación único “efecto” que, a diferencia de los otros, clarividencia, adivinación, solo podrá materializarse bajo la acción de una voluntad y una elección.
. Cementerio de una takyenta.
Notas aclaratorias: – Un hombre puede morir antes de alcanzar la edad requerida para optar al tibenti, quedando a merced del criterio del jefe de clan o su sucesor,este favor. -En ausencia de hijos, una niña puede heredar la casa. -Una aldea de seis clanes puede tener seis cementerios. A veces los miembros de dos clanes son enterrados en ambos cementerios, quese usan indistintamente para cualquier tibentiperteneciente al clan.-Bañar a los muertos es considerado como el trabajo más difícil a realizar por los encargados del funeral. -El matrimonio por “secuestro” es el tipo de matrimonio secundario más común entre los Batammariba -La izquierda es el lado masculino, en la takyenta orientada al oeste, corresponde al lado sur. –Las pulseras de hierro o metal son muy similares a las pulserasusadas por los titulares de poder ancestrales utilizadas por todos los pueblos mande. – Las escarificaciones de iniciación de las muchachas se hacen gradualmente, durante los cuatro años anteriores al dikunteri. – Las mujeres iniciadas que pertenecen al clan del difunto bailan con este palo dos veces alrededor del cadáver y su “simulacro”. – Con la palabra “lanzar”, en el contexto de un entierro, un Batammariba quiere decir, “destruido y sepultado”. Objetos personales del difunto o ukin ɛ nti, preparados. Foto Anthony Pappone.
¿Qué se destruye a través de estos ukinɛnti o “extensiones corporales” tras romperlos y enterrarlos el día que se levanta el primer duelo?¿Se eliminan con ello las huellas de un cuerpo, ya cadáver, cuya ominosa sombra aún deambula por la casa, como tantas veces se escucha?Esta destrucción parece inseparable de un reajuste de la relación entre los fallecidos y los sobrevivientes.Los tres días posteriores al entierro de un anciano se utilizan para preparar la cerveza de mijo que se escanciará en la tumba el cuarto día, el día de bakunaa.Durante estas preparaciones, el cónyuge independientemente de su sexo, debe permanecer recluso. Pero esta reclusión está marcada por una serie de comidas ritualizadas que, poco a poco, favorecen el regreso a la vida normal. Cada una de estas comidas, de hecho, tiene como objetivo establecer un nuevo tipo de relación entre el cónyuge sobreviviente y el fallecido, siendo este cónyuge considerado sucesivamente como esposo y como padre o madre. Dos mujeres desempeñan un papel principal en la creación de estos nuevos enlaces. Una pertenece al clan del viudo o viuda, ella representa a la niña. La otra, del clan del difunto, representa a la esposa o al esposo.
El reajuste de nuevas relaciones se confirma el día de bakunaa mediante la destrucción de los efectos personales de la persona muerta. También se debe notar que el rito se desarrolla de forma idéntica independientemente del sexo del difunto.
RELATO DE UN ENTIERRO“Una madre acaba de ser enterrada. Debido a su edad, fue tratada con el ritual tibenti: se le cavó una nueva tumba. Hasta el día de bakunaa, el viudo no puede ir a otras casas. No puede beber ni comer con sus hijos: “la muerte de su esposa está en su cabeza”, más precisamente en su cabello. Se queda en la takyenta en su espacio personal. A través de la abertura, uno la ve en cuclillas, con la cabeza baja y la piel cubierta de polvo. Él no habla. Tres días antes, los bakunaa deben comenzar los preparativos para la cerveza de mijo que beberán los tíos uterinos del difunto en su tumba, en el cementerio de su padre. El día después del Tibenti, la persona a cargo de las ceremonias va a la casa del viudo. Sentado cerca de la puerta, observa la llegada de las muchachas casadas, hermanas de kunalakua, que vinieron a tomar el mijo germinado en la terraza desde hace dos días. Lo majarán en la casa de su marido.
Primer día:Por la mañana, el viudo está en su choza. Las muchachas casadas traen el mijo majado y colocan dos jarras grandes en dos huecos cavados en cruz donde arde un fuego. Por primera vez en semanas, el patio de la casa se llena de risas. La animación de las jóvenes saca la casa del frío donde la larga enfermedad y la muerte de la madre se habían congelado.
Por la noche, el viudo deja su choza por primera vez y se apoya en la fachada. Una ancianale corta el cabelloeliminando así la “sombra” o kufenku de la mujer muerta. Ella hace lo mismo con cada uno de sus hijos y nietos de ambos sexos. El jefe de ceremonias deposita cerca el est ɛ nti de la persona muerta, con la olla de cocinar, la cesta sin asa,la calabaza y bastón, la pipa y su escoba de paja. Al lado, se coloca “tierra” de los muertos. Todos estos objetos se muestran en el lado norte, el femenino, de la casa, debajo del espacio de la novia.
Antes del anochecer, enfrente de la casa, la animación está en su apogeo. A nadie parece importarle el viudo. Las niñas van y vienen llenando tarros de agua. Otros preparan la cena. El viudo, la mujer que acaba de afeitarle el pelo y otras dos mujeres mayores se instalan en el patio de la pequeña cabaña. El muro bajo que rodea el habitáculo les protege de la vista. Una calabaza que contiene una bola de mijo amasado se coloca en el suelo. El viudo está frente a las tres mujeres sentadas. Una de los recién llegadas es parte de kunalakuade su esposa, ella la representa: la llamaremos “esposa”. La otra mujer tiene funciones rituales dentro del propio clan del viudo; aquí ella tiene el papel de la hija más joven, la llamaremos la más joven. En primer lugar, la “esposa”, que preparó la pasta de mijo, pone un bocado en la mano izquierda del viudo: lo traga; luego un segundo, que traga también. Continúa comiendo con su mano derecha, con la “esposa” compartiendo su comida. Las otras dos mujeres solo les miran. Habiendo terminado de comer antes que la “esposa”, el viudo pregunta: “¿Puedo salir?”. “Espérame”, responde ella; ella termina su comida y se levanta. Salen juntos y se unen al círculo familiar enfrente de la casa. Ninguna de las personas situadas allí gira la cabeza hacia el baobab bajo el cual se sientan el viudo y la “esposa”, como una pareja. Hablan amigablemente. La “esposa” gira su huso al hablar con el viudo que rompe su silencio por primera vez.
Al caer la noche, el viudo regresa a su cabaña, y no se irá hasta la mañana siguiente. Durante toda la noche, habrá una gran animación alrededor de los frascos en los que hierve la cerveza.
De acuerdo con un joven padre, de unos treinta años, la “esposa” ha preparado y pone esta comida de pasta de mijo en la mano izquierda del viudo, ya que es “la última comida dada por la esposa a su marido”. En la mano izquierda en lugar de la derecha que es lo habitual, porque la esposa está muerta. Uno de los mordiscos es para la difunta, el otro es para el esposo. La elección de la mano izquierda indica la separación del marido de su esposa y su soledad. Ambas mordeduras limpian la “suciedad” de la esposa que contamina la cabeza del viudo.
Un hombre mayor, de unos cincuenta años, da a esta comida una interpretación ligeramente diferente. Según él, la esposa pone los bocados en la mano izquierda del viudo para mostrarle que “si su esposa todavía estuviera viva, él no comería de esa mano”. Es como dar de comer a un niño.
Él se mostrará torpe, tragará con dificultad y los viejos le dirán: “¡Eres tú quien comió a tu esposa, eres un hechicero! Su torpeza prefigura las oraciones que ahora serán su destino.
Es un hecho que la “esposa”, aquí, no tiene la intención de suplantar o imitar a la esposa fallecida. Más bien, interpretaría el papel de “madre” de los jóvenes. Alimentar por primera vez tras esos tres días de aislamiento es difuani. Aunque ese papel materno o difuani, quede en manos de la “madre esposa” momentáneamente. También se puede suponer que la “esposa” personifica a la sombra, kufenku, dela difunta, que aún acecha alrededor de la takienta y ejerce control sobre su marido. Durante esta comida, las posiciones respectivas del viudo y su esposa fallecida están claramente definidas. Esa noche,el viudo, ya se desprende de la “sombra” de su mujer muerta.
Segundo día:Al día siguiente, todos los miembros de la kunalakuaa la que pertenece el viudo, invaden el frente de la takienta.Los frascos están humeando, la risa se dispara. Nadie se interesa por la silenciosa escena que discretamente tiene lugar al otro lado de la pared, donde entrada la mañana, el viudo, la esposa y el benjamín, se han sentado de nuevo, en el patio de la pequeña habitación. Como el día anterior, fue la “esposa” quien preparó la comida en la calabaza, consistente en una masa de mijo y un tazón de salsa. El viudo se sienta en dirección al norte, en un pequeño taburete, de cara al benjamín en cuclillas delante de él. Este separa un bocado de masa, sumergiéndolo en la salsa y lo arroja sobre el lado izquierdo del viudo. Luego se enjuaga los dedos con el agua de una calabaza, se levanta y se va. La “esposa”, a su vez, frente al viudo, coge un bocado con su mano derecha, lo lleva a sus labios pero lo desecha y lo arroja también al lado izquierdo de él. Ella hace lo mismo con otro bocado, que rechaza pero lo envía a la derecha. Luego, ella,deposita un bocado sobre el dorso de la mano izquierda del viudo que lo rechaza y envía a su izquierda y otro a su derecha que sigue ese destino.
El viudo cambia su lugar y se sienta hacia el oeste. En cuclillas frente a él, la “esposa” pone sucesivamente en su mano izquierda dos bocados, que come. Luego toma dos bocados nuevos con su mano izquierda y continúa comiendo con la mano derecha. La “esposa” comparte su comida.
De acuerdo con el informante de más edad, antes mencionado, el menor habría arrojado un bocado a la izquierda y derecha del viudo, para que este se dé cuenta de la ausencia de su esposa. “Pues ella, era quien antes le preparaba y daba la comida…” En cuanto a la “esposa”, ella se la mostró, le dio la comida sintiendo pena por su situación; ella puso el bocado en su mano izquierda para concienciarle del nuevo estado que se le presenta.
Las explicaciones dadas por un batammaribaque vive en Benín completan esta interpretación: “El viudo se sienta primero al norte para identificarse con los primeros antepasados Batammariba, que se establecen enDinabaael norte. Luego mira hacia el oeste, la dirección que toman los muertos, para volverse hacia su esposa, en camino al pueblo de los muertos. Al alimentar al viudo, la “esposa” que pertenece a la kunalakua del difunto, muestra que ella mantiene la alianza entre las dos familias”.
Por lo tanto, durante esta segunda comida, la esposa interviene como un aliado de la familia del viudo, ansiosa por mantener los vínculos entre las dos takyenta. Mientras tanto, no es el benjamín quien alimenta a su padre, no es ni puede ser su esposa. ¿Quién muerde y arroja la comida sucesivamente a derecha e izquierda del viudo? En estemomento de la investigación, se intentará explicar de qué manera se da el paso final de los jóvenes a la vida de adultosal final de la iniciación;conlleva la construcción del muro,del altar, y el “ingreso” del antepasado en un recién nacido.
Por la noche, el viudo, el benjamín y la “esposa”, se reclinan en el patio del habitáculopara cenar. Estamos en el segundo día y el viudo no puede comer hasta después de entrada la noche. La “esposa” ha preparado la comida. El viudo se sienta al norte. La esposa coloca a la derecha una calabaza que contiene una mezcla de mijo y pasta de fonio y, a su izquierda, un plato de salsa en el que se sumerge un trozo de carne de res. El benjamín da unbocado que lanza a la izquierda del viudo y luego otro que lanza a la derecha.
Luego acerca otro bocado a los labios del viudo, que no le da, sino que arroja entre sus piernas, indicandoconese gesto que rechaza a cualquier otro, él es su padre. Finalmente, como ya hizo antes, coloca primero en el dorso de la mano izquierda del viudo un bocado que arroja a la izquierda, y otro a la derecha. Luego separa dos bocados con su mano izquierda, los traga y continúa comiendo con la mano derecha, con toda normalidad. La “esposa” observa atentamente toda la escena.
De acuerdo con el informante de Benín, la tradición dicta que, sólo ahora, el viudo puede confiar en que su hijo menor se ocupe de él, aunque el papel de este no puede asemejarse al de una “esposa”.
De hecho, las comidas están siempre preparadas por la “esposa”, y el benjamín nuncase ocupa de alimentara su padre. Pero, lanzando un bocado hacia el sexo del viudo, elhijo más joven parece confirmar su kunalakuay que la takyentapertenece a su padre. De hecho, su gesto evoca el que el adivino hace con su ayudante, cuando un consultor desea identificar a un antepasado. El adivino señala a su ayudante el sexo del consultor, para indicar que este antepasado pertenece al linaje paterno.
En resumen, esta comida reafirma los vínculos del viudo con sus hijos, representados por el más joven, pero los lazos que les unen tras la desaparición de la madre destacan menos, que su pérdida: la mujer,aunque sin intervenir, está presente como lo estará su altar que, luego del segundo levantamiento de luto, será levantado en la takyenta.
Antes del amanecer, los objetos del est ɛ nti,personales y perecederos, de los fallecidos, se han roto y enterrado en el cruce de caminos que conducen a la Takyenta. Antes del amanecer también, los padres uterinos del fallecido beben la primera cerveza, todavía caliente. Prueban la primera pasta de mijo que comerán más tarde en el cementerio y la takyenta del padre dela difunta. Solo se sirven los hijos e hijas mayores. Por la mañana, todos los miembros viudos del clan al que pertenece el kunalakua, invaden el patio. Cada casa tiene varias jarras de cerveza, que propician la general animación. En la pequeña corte, el viudo y la “esposa” se sientan a la comida que esta última ha preparado. La “esposa” le dice al viudo: “ya hoy comes solo y normalmente”, con la mano derecha. Ellos comparten la comida.
Por la noche, los tíos maternos dela difunta, acompañados de otros hermanos e hijos mayores, van al cementerio. Dos mujeres mayores que llevan a cabo el papel de hija mayor,reafirman la tierra delante de la vasija cerámica fijada en el montón fúnebre. La vasija cerámica representa la nueva casa de los muertos, a su vez se arreglan la fachada y la terraza. Antes de hacer esto, la azada y la estaca de los sepultureros, los kuya, han sidoretirados del montículo donde habían sido dejados después del entierro. Una vez que la tumba está definitivamente “cerrada”, se vierte en la vasija una mezcla de mijo y luego de cerveza; de ambas cosas, luego, se reparte entre los asistentes. La ceremonia termina, todos regresan a la takyenta. Cuando llegan a la casa, el viudo entra a su cabaña en compañía de la “esposa” que le prepara la última comida. Come ya normalmente, con su mano derecha, compartiendo la comida con su pareja, al parecer no reflejan el regreso de la procesión. Estas comidas rituales se llevan a cabo de igual manera, sea viudo o viuda.
Si el viudo come normalmente la mañana del luto, es porque poco antes del amanecer los efectos personales y perecederos de su esposa fueron, en la terminología de Batammariba, “arrojados”. El regreso a la vida normal del viudo coincide por lo tanto, con la destrucción de “asuntos”relacionados con el cuerpo vivo de su esposa, ahora fallecida. También se hace cuando la “cerveza de la muerte” está lista. Derramada en la tumba, esta cerveza completará el final del entierro, asimilado al último acto de construcción de la casa donde el fallecido ya está instalado. Ya no vagará por la casa en forma de fantasma o sombra, ya no se aferrará al cabello de su esposo o hijos. La destrucción de los efectos, “prolongaciones del cuerpo vivo” confirma bien la evacuación de “su sombra”, esta operación solo puede hacerse después de la introducción de un nuevo tipo de relación entre los sobrevivientes y el difunto, especialmente aquí entre el viudo y su esposa. En este sentido, podemos decir que el tin ɛ nti se destruye, cuando ya no hay ninguna razón para mantener los lazos que antes representaban. La mujer que interpretaba a la esposa durante las comidas, poco a poco a ha ido abandonado este papel, para actuar solo como una cuñada amistosa, ansiosa por mantener la alianza entre las dos casas.
Sin embargo, un último rito, que se celebró el día después del levantamiento de luto, parece invitar a los difuntos a recordar tanto el camino de la takyenta de su marido, como la de su padre, para que regresen, sea en forma de sombra o espectro, pero como diyanni, ese aliento que debe regresar incorporado en un recién nacido. El rito circunscribe el lugar donde se tendrá que fijar este poder: cerca y a la entrada de cada takyenta.
El día después del levantamiento del duelo, por la mañana, en la puerta norte el lado femenino de la casa del viudo, se sacrifica una gallina de Guinea en una olla que perteneciera a la difunta. Los restos, se colocan en el lugar donde se enterró el est ɛ nti, tres mujeres que pertenecen al sub-clan complementario al del viudo se agachan allí mismo, formando un triángulo; una mira al oeste, las otras dos, de frente, se colocan respectivamente a norte y sur.
El hijo mayor permanece de pie. Las dos mujeres enfrentadas, sostienen dos hojas de karité sobre su cabeza, con el peciolo hacia atrás y el brillante haz al sol. La tercera mujer condimenta el “alimento de los muertos”: una pequeña cantidad de una mezcla de pasta de mijo y fonio, con algo de pescado blanco “del arroyo”, un poco de salsa de semillas de baobab, regado con cerveza,choukachou. El hijo mayor añade un poco de tabaco. Entonces todos esperan en absoluto silencio, sin moverse.Una mosca atraída por el olor, flota sobre el “plato”, se va, duda, regresa… y se acomoda en la comida. En un instante, las dos mujeres envuelven la comida en las hojas, conteniendo la mosca que representa al difunto. El rollo será escondido en una mata de hierba, donde, unas semanas más tarde, se erigirá un pequeño altar de tierra, entre la tumba y la Takyenta.
Tras esto, las mujeres se colocan a cada lado de la puerta, acompañadas por el hijo mayor, y repiten la misma operación con otras dos hojas. Esta vez el envoltorio será escondido cerca de los altares de los fundadores de la takyenta. Llamados Sol y Tierra, estos altares están situados en el lado sur, en la base de la fachada.
Las chicas barren a fondo el interior de la casa; el barrido está destinado a librar a la casa de los últimos restos peligrosos de los muertos; los hombres y mujeres del clan del esposo van a la casa del padre dela difunta, donde repiten de idéntica manera la ceremonia, esta vez dirigida por otras dos mujeres, pertenecientes al sub-clan complementario al de la esposa fallecida, pero en presencia de una de las tres primeras.
Están ahora en la puerta, la encrucijada, el calor es intenso y la mosca tarda en aparecer. “¡Ven a casa, queremos irnos!” Exclama uno. El hombre que acaba de sacrificar la pintada, en un tono de ira grita: “¿Pero qué está haciendo? Deja que se pose. ¡Estamos cansados de esperar!”
Cuando, después de haber atrapado una mosca en la encrucijada, se agachan frente a la puerta, la impaciencia les gana. Después de finalmente enrollar una mosca en las hojas y ocultar el paquete cerca de los altares de la entrada, las mujeres comparten, en el vestíbulo, la “comida de los muertos” hecha de los mismos alimentos que antes y que tanto gustaban ala difunta. La comida es peligrosa particularmente para un hombre y solo pueden consumirla con la condición de permanecer entre el interior y el exterior de la casa. La comida terminó,dikunteri.
Unos meses más tarde, después de la segunda etapa de duelo, las takyenta del viudo y del padre, tendrán un altar de tierra, receptáculo de los diyanni del difunto y el doble de su tumba. El diyanni podrá, con toda libertad, pasar de la tumba a la takyenta.
Tiyoti: la “suciedad” de los muertos.Foto M. Smadja
Los objetos o“negocio” del muerto, colgando sobre un altar de tierra. Foto M. Smadja.
“Le toma mucho tiempo a una persona aprender a morir, saberse muerta, y no querer nada de su vida anterior. Cuando, uno por uno, los asuntos que lo retenían son destruidos, cuando se convirtió en un aliento sin memoria, puede desear ser la fuente de una nueva vida”.
Escanciando la cerveza de mijo en la tumba en el día de bakunaa. En primer plano, los “asuntos” del muerto. Foto M. Smadja.
Enterrado ya, con todos sus objetos y “negocios” destruidos desperdigados, enterrados; las únicas huellas que mantendrán su recuerdo son los diseños grabados en las pulseras de metal, que dicen el nombre que se marcó “en su vientre”, y que no es necesario pronunciar en voz alta.
Concludido el ritual solo quedan como mudos testigos, sus objetos y el tumulo.
NOTAS – Los batammariba se encuentran especialmente en ciudades como Nikki y Kandi que alguna vez fueron reinos de los Bariba y en Parakou en el este de Benín. Sin embargo, también hay una población significativa de Somba en el noroeste de Benín en la región de Atacora en ciudades como Natitingou y varias aldeas. Muchos somba en el noroeste han emigrado hacia el este. En Parakou, el mercado de Guema fue fundado por una tribu somba que emigró de Atacora, y se especializa en carne de res y cerdo y cerveza de mijo local conocida comochoukachou.- Cualquier anciano o mujer que haya sobrevivido a diez rituales iniciáticos, alrededor de 60 años, tiene derecho a su muerte a un tibentio “danza de tambores” ya sea casado, viudo o soltero, tenga hijos o no. Estos tambores sirven tanbien para los ritos de paso a la edad adulta masculinos o difuani y femeninos, dikunteri. –Los tambores se usan indistintamente para cualquier tibenti antiguo perteneciente al clan. En particular, los tambores son a la vez “cosas” de difuani y “asuntos” de tinɛnti.- Son los hermanos del difunto quienes se encargarán de la ceremonia. Sea cual sea el sexo del fallecido, la cronología de los funerales es la misma: la recogida de sus objetos o “negocio de la muerte”, cavar la tumba, examinar porqué o de qué ha muerto, el entierro en el cementerio, la farsa durante la noche dentro de la casa o el “simulacro” al atardecer. Cuatro días después, en el primer día de luto, la tumba está cerrada. La segunda etapa de luto se caracteriza por la construcción de un altar en la casa del difunto. – Es fundamental que el cadáver quede en la posición adecuada: una mujer en el lado izquierdo, pies al norte; un hombre en el lado derecho, pies al sur. – La takyenta, orientada hacia el oeste, tiene dos habitaculos situados en la terraza: al sur, el masculino; al norte, el femenino. – El curso de tibenti de una madre es un poco más complejo, ya que las diversas ceremonias tienen lugar sucesivamente en la takyenta del marido y la del padre dela fallecida. Una mujer de cualquier edad siempre será enterrada en el cementerio de su padre. – Una aldea de seis clanes puede tener seis cementerios. A veces los miembros de dos clanes están enterrados en el mismo cementerio. Sus vínculos recíprocos se reflejan en la existencia de una takyenta ceremonial común, donde los jóvenes de ambos clanes se inician juntos. – En la takyenta, orientada al oeste, la izquierda,al sur,es el lado masculino, como se ha dicho. Por supuesto, un arquero por comodidad, lleva su arma en el lado izquierdo. Pero una persona zurda es considerada una persona privilegiada y un cazador superior a los demás: a su muerte su singularidad se celebra llamándolo “zurdo”. El estado del arco de los betammariba recuerda al del arco de Guayaki descrito por P. Clastres en The Society Against the State (1974).–Lavar el cuerpo de un muerto está considerado como el trabajo más ingratoa realizar por los designados. Suelen ser mujeres pertenecientes al clan de los difuntos. – El matrimonio por “secuestro” es algo frecuente entre los batammariba, basta marcharse con otro hombre dejando al hasta entonces marido; y aunque esto produzca ciertas tensiones acaba aceptado, aunque no es menos cierto que por problemas con la dote de la mujer, en el pasado, hubo varios conflictos sangrientos entre diversas aldeas. –Lastin ntin, pulseras de metal que guardan el diyanni o hálito del muerto, son muy similares a las pulseras de poder ancestrales, Gourmantché (Sr. Cartry, 1973 y 1987)- Con el verbo “lanzar”, un batammariba quiere decir: destruido y sepultado. “Arrojar” indica claramente el deseo de deshacerse de “asuntos”, en particular del tiyoti, la “inmundicia”, eufemismo que implica la idea de un peligro, una fuerza letal que estos objetos ocultan. – Hasta que finalice el primer duelo, está prohibido que el viudo coma de noche porque en ella e imperceptibles, las sombras de los impíos vagan en busca de los vivos y pueden apoderarse de él.
Muchachas danzando para entrar en trance.
Aunque se han hecho profundos estudiossobre sus ritos y en concreto de los funerales, no existe literatura sobre los trances de algunas mujeres en los funerales, tal vez no se les prestó atención, no se tuvo acceso a verlo o por pudor.
En este estudio técnico sí queda claro que los trances nada tienen que ver con deficiencias similares a las presentadas en las distintos tipos de epilepsia.Relato aquí una breve sinopsis del estudio:
“No es fácil diferenciar entre ataques epilépticos y comportamientos extraños. El objetivo de nuestro estudio es verificar si los trances presentados por algunas mujeres durante los funerales se debieron a epilepsia. Metodología. Una investigación neuroepidemiológica realizada entre el 30 de noviembre de 2001 y el 29 de enero de 2002 en el distrito de Tamberma se fundó en 6 mujeres que presentaron trances (odueri) durante los rituales funerarios (tibenti). En todos los casos, se realizaron exámenes clínicos, neuropsicológicos y electroencefalográficos. Fueron seguidos durante 5 años. Resultados. La edad promedio fue de 31 ± 12,4 años; 5 de ellas no sabían leer ni escribir. Mantenían todas sus actividades profesionales y eran animistas. El examen clínico y EEC fueron normales. No se observó ningún cambio durante los cinco años de seguimiento. En comparación con los controles, eran 4 veces más ansiosos y dos veces más deprimidos. Conclusión. Los exámenes clínicos, neuropsicológicos y electroencefalográficos y el seguimiento a largo plazo ayudan a distinguir los trances de los ataques epilépticos”.
Trance y epilepsia en el distrito Tamberma de Togo: Clínica, … | Solicitar PDF. Availablefrom: https://www.researchgate.net/publication/289769240_Trance_and_epilepsy_in_Tamberma_district_of_Togo_Clinical_electroencephalographical_and_neuropsychological_studies_of_six_cases_of_odueri_falling_women
En 2004, la UNESCO reconoció las aldeas en las que se ubican estas casas como un paisaje cultural. Según lo informado por Afrol News, esta fue la primera ubicación de Togo inscrita en la Lista del Patrimonio Mundial. El texto que sigue es la cita oficial copiada del sitio web de la UNESCO: El paisaje de Koutammakou en el noreste de Togo, que se extiende hasta la frontera con Benín, es el hogar de los Batammariba, cuyas extraordinarias y altas casas de adobe se han convertido en un símbolo de Togo. Dentro de su paisaje, la naturaleza está fuertemente asociada con los rituales y creencias de la sociedad, y existe una fuerte interrelación entre el simbolismo, la función y las prácticas tradicionales.
Descripción
Koutammakou es el nombre de una gran área de este país semi-montañoso en el noreste de Togo a lo largo de la frontera con Benín. Está habitado por la gente Batammariba cuya cultura gira en torno a las casas torre de adobe llamadas Takyenta. La belleza de estas casas torre y su densidad les ha dado un alto perfil en el oeste de África, donde han llegado a ser casi tan reconocidas como las casas Dugón de la escarpa de Bandiagara en Mali. La cultura batammariba se extiende por la frontera con Benín. Dentro de Togo, el sitio designado cubre alrededor de 50.000 ha y recorre la frontera entre Togo y Benín durante 15 km. La frontera corta así el área total del paisaje cultural en dos. No se sugiere una Zona de Amortiguamiento ya que el sitio más grande está definido por límites naturales al norte y al sur, las montañas Atakora y el río Keran, respectivamente, y un límite internacional al este. El Koutammakou como un paisaje vivo en evolución exhibe todas las facetas de una sociedad agrícola que trabaja en armonía con el paisaje y donde la naturaleza sustenta las creencias;antes, se veían complejos mucho más grandes que los que existen hoy en día, con hasta veinte edificios que formaban viviendas, en comparación con los alrededor de ocho de ahora.
El paisaje general de Koutammakou refleja todos los aspectos de la vida de los Batammariba: por lo tanto, refleja un sistema socioeconómico-cultural, que está contenido en el sitio designado, aunque el mismo sistema continúa en la frontera con Benín. Por lo tanto, el sitio no representa la integridad general del sistema, sino que es parte de él.
Evaluación comparativa
El dossier dice que hay culturas similares a las del paisaje de Koutammakou en la región, pero sugiere que en ningún otro lugar existe un sistema totalmente integrado que cubra las técnicas religiosas, funcionales e “inteligentes”. Esto es quizás para exagerar el caso. Hay muchas sociedades en África Occidental, y en África en general, que desarrollaron sistemas culturales que funcionaron en armonía con el paisaje, y donde las creencias sociales y espirituales apoyaron las prácticas sostenibles. Donde el paisaje de Koutammakou es diferente está en la forma en que el sistema Batammariba se manifestó en casas tan dramáticas dentro de paisajes estéticamente agradables. Su lejanía comparativa también fomentó un sentido de independencia y significó que el área permaneció en gran parte fuera de los diversos imperios que dominaron. Estos dos factores han llevado a un fuerte sentido de identidad y a valorar el hecho de que tanto las personas que viven allí como los que ahora lo visitan lo hagan sobre el paisaje. Por lo tanto, la identidad se ha reforzado, y el área ahora es de interés como un paisaje donde las prácticas tradicionales han persistido, en contraste con otras áreas donde pueden haberse atrofiado, y donde ese paisaje ofrece una forma de vida atractiva y viable. El Koutammakou es un testimonio elocuente de la fuerza de la asociación espiritual entre las personas y el paisaje, como se manifiesta en la forma en que el sistema de gestión de la tierra de los Batammariba está en armonía con los recursos naturales de su entorno.
Aquellos que han estudiado a este pueblo:
Leo FrobeniusAntropólogo y arqueólogo alemán (1873-1938). Los archivos del Instituto Frobenius asociados con la Universidad Johann Wolfgang Goethe de Frankfurt am Main, que incluyen cuatro colecciones científicas y un importante banco de imágenes, que son consultados regularmente.
Paul MercierCualquier persona interesada en las poblaciones de Atakorapuede referirse a diferentes obras de Paul Mercier. Sus investigaciones en la región en 1950 en Natitingou se refieren a los movimientos de los diferentes subgrupos batammariba y sus vecinos. Sus numerosos artículos describen con precisión su organización social y la tenencia de la tierra. Investigación prodigiosa, aún sin parangón, si consideramos que se llevaron a cabo solos, y por primera vez, en un tiempo relativamente corto.Paul Mercier en 1968, realizó un estudio en profundidad de sus migraciones. “Perteneciendo a lo que se conoce como una sociedad “sin estado”, los Batammariba se llaman Tamberma en Togo y Somba en Benín. Todas mis investigaciones fueron hechas en Togo. En las fronteras de Benín y Togo, en la llanura y los macizos de Atakora, viven los Batammariba (Otammari, “amasador de tierra mojada”) famosos por la construcción de sus fortalezas. Cazadores, granjeros, criadores, afirman haber venido del norte”.
Albert Marie MauriceMilitar en Natitingou en 1950, Albert Marie Maurice (1913-20 02 2011) ha llevado a cabo una amplia investigación sobre esta empresa. Sus archivos fotográficos de gran valor, están en la Academia de Ciencias de ultramar.
RigobertKouagouOriginario de Natitingou (Benín), RigobertKouagou siempre fue un apasionado de sus orígenes y su idioma, Ditammari, de quien es uno de los especialistas. Él es el autor de poemas e historias traducidas al francés.
Dominique SewaneEl etnólogo francés Dominique Sewane, desde la década de 1980, sus investigaciones se centraron principalmente en los ritos funerarios y de iniciación de los Batammariba de Togo, que dieron lugar a numerosas publicaciones y obras de referencia.
BIBLIOGRAFÍA:-Marie etPhilippeHuet, Koutammarikou -Retratos de Somba- Nord Bénin, éditions Hesse, 2012, 155
– Rigoberto KpanipaKouagou, -L’identitéTammari-, Universidad nacional de Bénin, Cotonou, 1984 – Rigoberto KpanipaKouagou, -Le défiidentitaire du peupleTammari-, FACTAM, Natitingou, République du Bénin, 2002. – Koumba N. Roussey, -Le peupleotammari, Essai de synthèsehistorique-, Universiténationale du Bénin, Cotonou, 1977 – Albert-Marie Maurice, -Atakora, Otiau, Otammari, Osari, Peuples du Nord-Bénin-(1950) ,Académie des sciencesd’outre-mer, París, 1986, 481 p. – Paul Mercier, -Tradición, cambio, historia. Les «Somba» du Dahomey septentrional -, ed. Anthropos, París, 1968, 538 p. (compte-rendu par Jean-Pierre Chrétien, Annales. Économies, Sociétés, Civilizations, année 1969, volumen 24, no 3, página 640-648, en ligne sur Persée)
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CRÉDITOS FOTOGRÁFICOS: – Toni Espadas – Romina Facchi – TortensLenk – Mario Gerth – James Morris – Raphael Bick – Lars Kutrak – Sergio Galdonfini – Sergio Pessolano – Louis Montrose- Hector Acebes- Grete Howard – Giuseppe Salvia – Anthony Pappone- V. Ali- MyrianSmadja- FAO
Textos recopilación y documentación
jjandreu
Madrid 17 septiembre 2003
Organigramade tinenti o “asuntos de la muerte”, fuera de instrumentos musicales y ornamentos, utilizados indistintamente para todos los difuntos del mismo clan titulado al ritual tibenti. H = hombre; F = Mujer.
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