Religión Vuvi
Rupe, su dios, llamado Eri en el sur de la isla, creó y supervisa todo a su alrededor; tiene su morada en lo alto del Monte Basile a más 3.000 metros de altitud.
Él separó el mundo físico del espiritual y a este lo dividió en tres niveles:
- Labakoppua o el cielo habitado con seres benéficos y puros.
- Ommo Ich’ori o el infierno habitado por seres maléficos e impuros.
- Boeboe Ommo o el limbo.
Después de esta creación, puso en marcha la vida en la isla, implicando a sus gentes, los Vuvi, a convivir con espíritus que eran buenos y malos. Los malos siempre son los culpables de la enfermedad, los traumas o la mala suerte. Es un dios por tanto benévoloque asimilan al dios cristiano, siendo Morimó ese espíritu de quien hay que estar prevenido, pues es como la vida, a ratos buena y a ratos no tanto. No o sí esposa, pero a la vera de Rupe está Bisila o Esila, la diosa madre creadora de la vida, venerada especialmente por las mujeres, pues en sus aspectos fecundadores era vital y muy solicitada durante la gestación y los partos. Bisila es la madre del universo, y quien enseñó a los hombres a cultivar la malanga y a obtener el aceite de palma.
Estructura de la religión vuvi
La religión vuvi cuenta también con sacerdotes que desempeñan su función en los lugares donde residen los morimó, los espíritus de los antepasados, buenos y malos. Los espíritus intervienen directamente en la vida de las aldeas y vigilan todo lo que se hace en la tierra. Se les dedican ofrendas para mantenerlos tranquilos y que no envíen calamidades. La mayoría de los poblados tienen en las cercanías del bosque unas cabañas donde se colocan esas ofrendas a los espíritus.
La danza y el canto tradicional están muy arraigados en la isla. En las fiestas del ñame, por ejemplo, las danzas o baleles son realizadas solo por mujeres que llevan el rostro maquillado con rayas blancas y los brazos y piernas con puntos. Los vestidos son de tipo vegetal o de rafia. Al norte de la isla estos baleles se denominan las danzas de las ‘Hijas de Bisila’.
Gunter Tessmann lo especifica y Aymemí describe la forma de protegerse de los malvados planes de los espíritus, de esta manera:
“Existe una costumbre entre los Vuvis, en que a unos cinco o diez minutos, unos trescientos metros antes de llegar a un pueblo, uno podría encontrarse con un arco construido con palos del que colgaban miles de amuletos, cosas como rabos de ovejas, cráneos y huesos de animales, plumas de faisán o pollo, cuernos de antílope, conchas de caracoles de mar y de tierra y más.
Y que de igual manera, como si de restos de nuestros muertos se tratara, se cuelga el recuerdo de los antepasados que viven en Borimo, en la región de los muertos, a ambos lados de este arco de ramas de Iko, el árbol sagrado, con el objetivo de impedir la entrada al pueblo de los malos espíritus y salvarse de su influencia perversa.”
Deidad Rupe o Eri
El padre Aymemí también expresa su alivio, en otra parte de su libro, indicando que los Vuvi no hacían uso de huesos humanos en ninguno de sus rituales, sino que más bien, mostraban gran reverencia por los restos humanos. Rupe o Eri, estaba considerado un dios misericordioso con los suyos, y por eso advirtió a los desconfiados Vuvi, contra los verdaderos motivos de los colonos, exploradores y comerciantes blancos.
Cuando la colonización española estaba ya bien asentada, era corriente oír a los vuvis exclamaciones como ¡Ala barimó!, si eran los del sur o ¡Ela baribó!, si los del norte, teniendo el término barimó o baribó como exclamación recurrente, sin acudir a otras que tenían más que ver con el interés de misioneros o algunos colonos como ¡Dios ¡ o ¡Ay Virgencita!, que es lo que quisieran oír si se invocaba ayuda. Como si sólo hubiera un dios se les tildó de ateos, no siéndolo ya que admiten un Ser Supremo creador de todas las cosas y aún de los mismos morimó.
Para más datos sirva este episodio que no sé si incluirlo en el apartado de religión o de la astucia:
Balachá
“Balachá se extiende por las laderas meridionales de la bahía de San Carlos, desde el río Mooba por el Este hasta Ndahá por el Oeste. Aunque hay quien quiere que tenga diferentes límites, por el Oriente le hacen llegar al río Musola y por el Occidente al río Lobio.
Sus principales poblados son: Relebó, Roemeriba, Ratcha y Riokoritcho. Al norte de estos poblados corresponden otros con idénticos nombres pertenecientes a Ombori, a los cuales están sujetos los de Balachá. Así Luba era el motuku, cabeza de partido, propiamente de Ombori y como tal lo era también de todo Balachá. De igual manera lo es hoy día Eoch. Todos los distritos vuvis están divididos en bualas o cuarteles, ‘manzanas’, y así todos los pueblos que tienen el mismo nombre, aunque sean de diferentes distritos pertenecen a un mismo buala.
Motuku de Riamba o Moka
Todo el pueblo vuvi se considera como un gran ejército cuyo capitán general es el motuku de Riamba o Moka, dividido en diversos cuarteles o bualas. Todos los pueblos de Ombori y Balachá se reducen a tres bualas; el jefe del primero es Eoch y son los de bakoritcho, el segundo lo es de Metchi y a él pertenecen, los laelebò y baemeriba y del tercero lo es Bosao, al que pertenecen los bacha.
Balachá es uno de los sitios más pintorescos y saludables de la isla, y al tener agua abundante con el Musola, superaría en salubridad y belleza a los llanos de Moka. Para criadores de potros aventaja en mucho a Moka, primero porque tiene mejores pastos y segundo por ser más accesible y más próximo a la playa. La única desventaja es carecer de los ríos de Moka.
Desde los montes de Balachá se llega casi a divisar las boyas que están a la entrada del puerto de Santa Isabel y a contemplar hermosos panoramas. Sus habitantes son sobrios, robustos y trabajadores, pero al mismo tiempo los más retrógrados y reacios a la civilización y a su comunicación. Dan el nombre de bapotó a los que no son vuvis, sean blancos o negros. Alguna vez he oído refiriéndose a los españoles: “a chi mopotó e mopaña”, ‘no es extranjero sino que es español’ ”.
Los balachá
“Los balachá se tienen por los más valientes y mejores guerreros de entre los vuvis y entre sí se ufanan de haber vencido a los blancos.
Conservan en todo su vigor la salvaje y bárbara costumbre de sajar, ‘escarificar’, horriblemente la cara de los niños de ambos sexos, por lo cual algunos quedan en gran manera desfigurados, feos y repulsivos. Costumbre casi extinguida en otros puntos de la isla, Antes de fundarse la Misión Católica de San Carlos los misioneros de Batete visitaban con alguna frecuencia los poblados de Balachá y como un muchacho cristiano de Batete se estableció en Balachá, solicitó a los misioneros que levantaran una escuela capilla para instruirse.
Viendo el brujo que con ello perdería su poder y sus privilegios organizó una trama para evitarlo. Es de saber que todos los distritos tienen su Morimó, patrono protector. El patrono protector de Balachá se llama Elombé, cuya morada es la laguna situada en la cumbre de un montículo achatado que se halla entre los pueblos de Biokoritcho y Bachá, el cual se ve perfectamente desde la playa de San Carlos.
El brujo, que como sacerdote propio de Elombé goza de mucha influencia comenzó a esparcir el rumor de que Elombé había abandonado su morada de Balachá trasladándose a Ureka y que el tal abandono era una señal cierta de que estaba disgustado, esta noticia llenó de temor y espanto los ánimos de aquella gente tan supersticiosa.
Elombé
Rogaron al brujo que preguntase a Elombé la causa de su huída y el brujo, muy satisfecho de haber conseguido lo que deseaba, hizo la consulta a Elombé con toda la parafernalia habitual , este contestó con una voz cavernosa por boca del mismo brujo, que la causa de la fuga era porque ellos querían levantar una casa para los Misioneros , en donde él sería escarnecido, mofado y ultrajado; y más ahora que ha subido un Padre que ha hecho siempre la guerra a todos los barimó de la isla y por temor se había refugiado en Ureka.
Les dijo que para apaciguarlo habían de sacrificarle cierto número de cabras y prometerle que no edificarían la casa para el Padre. El brujo consiguió su propósito y además las cabras de regalo”.
Actualmente, aunque mayoritariamente católicos, mantienen algunas de sus creencias tradicionales.
Deja una respuesta