Introducción
Primero: ninguna niña o mujer baila máscaras, ni estas ni otras. Segundo: los Bamana y con ellos casi todas las poblaciones de África Occidental como los pueblos Mandé, Dogón e incluso los pueblos de habla Gur, creen que los primeros seres humanos eran andróginos, de lo que resultó que los hombres tienen un factor femenino y las mujeres masculino.
De ahí y como ejemplo que se extirpara al hombre el prepucio y a la mujer el clítoris.
Pero estas ‘operaciones’ eran de carácter físico, no se quería con ellas privar a nadie de los componentes espirituales necesarios para entender el Cosmos en su conjunto, por lo que el número de vástagos no alude a que haya debajo diferentes géneros, si no a la necesidad vital y espiritual de que los géneros y sus espíritus, se comprendan y coexistan.
máscara N’Tomo
Y explicando el mismo Zahan una conocida máscara N’Tomo exhibida en el Musèe del quai Branly, la donada por Marc Ladreit de Lacharrière, en su ficha, él dice que por sus cuatro vástagos es femenina, terminando su explicación diciendo:
“Sus cuatro cuernos revelan la naturaleza corporal del hombre, su feminidad, pasividad y sufrimiento”.
Creo que es una definición concluyente, con la que él mismo, coincidiendo con otros expertos tal vez de discursos más concisos y explícitos, entienden que el número de vástagos, y esa alternancia que Zahan explica, simbolizan los distintos niveles de comprensión de la propia existencia adquirido por el varón, el hombre, dentro de ese complejo Cosmos que necesita de todo lo existencial para poder ser comprendido en su conjunto.
Los herreros de Numuw tienen el monopolio de la talla en madera. Se considera que la madera contiene una energía tan peligrosa como poderosa, conocida como Nyama, fuerza que también encierran algunos otros materiales. Solo los herreros tienen el conocimiento y el poder para dominarla, por lo que también son llamados Nyamakalaw.
Los Numuw
Los Numuw que trabajan la madera podían llegar a tal grado de maestría y adquirir tal reputación, que los jóvenes miembros de las cofradías Ton u otras de carácter iniciático, les llegaban a solicitar sus servicios, desde lugares muy distantes, para encargarles máscaras o efigies, pero también marionetas o cerrojos de madera.
En función del encargo y antes de talar un árbol, el herrero acudía a un Djinn, un espíritu del bosque, para que le asesorara sobre qué árbol preciso era el adecuado. Conseguida la madera, la ejecución de la obra podía dilatarse meses e incluso años.
Como prevención del poder que encierra el Nyama de la madera cortada, en una especie de tácito acuerdo para que esta acepte la ejecución de la obra, avalada por el Djinn, el respetuoso herrero escultor, muestra sus herramientas, azuelas, cinceles y cuchillos sobre los que ofrece sacrificios.
El herrero escultor
El herrero escultor suele aislarse buscando un claro en el bosque, donde encontrar su propia esencia e inspiración, para lo que toma ciertas sustancias que a la vez le protejan de los peligros que va a afrontar y le ayuden a cumplir las promesas que su trabajo conlleva, como la de abstenerse de contactos sexuales mientras dure su trabajo.
Del Nyamakalaw y su habilidad, depende que la obra adquiera su poder místico y este quede inserto en ella, podíamos decir nosotros. Pero ellos dicen que no, que es este poder el que obliga en principio a que el tallista sea una mera herramienta manejada por dicho poder.
Sumando así el poder de la obra al de la Nyama de la propia madera, el tallista, ese herrero escultor no es más que esa herramienta o maquina a la que los espíritus han manejado. Dominique Zahan enumera tres tipos de árboles para la talla de máscaras N’tomo: El M’peku o Lannea acida, el Goni o Pterocarpus africanusy el Balanzan o Acacia albida.
Sin embargo, y debido al relato mítico que dice que N’Tomodyiri para tallar la ‘primera máscara N’Tomo’ utilizó madera de M’peku, es esta, por lo general, la madera preferida para hacer estas máscaras.
Elabarocación de la máscara N’Tomo
Entregado el trabajo, conservar, cuidar y mantener las máscaras ya es labor de los propietarios y, por lo general, cuando llega hora del festival anual, terminadas casi las lluvias y entrando en la estación seca, sacan y limpian las máscaras, para untarlas a continuación de una buena mano de manteca de Karité o grasa, como paso previo a colocarle los múltiples adornos de hilos, cordones o coloridos pompones de algodón.
Espero se haya entendido que entre cada ciclo de enseñanza, digamos que equivalente a un vástago, además de los conceptos básicos, al niño según va creciendo se le van enseñando las partes del cuerpo de los mamíferos, incluso de los humanos, tanto masculinos como femeninos y progresivamente su funcionalidad. Siendo así mismo importante darse cuenta que estas dos facetas, tienen emociones, sensaciones y pensamientos que no tienen por qué ser coincidentes.
Y no olvidar nunca que para los Mandé y por tanto los Bamana, la mujer está exenta de ciclos de iniciación porque lo suplen con creces por su facultad de poder ser madres. Algo que también es verdad, para la mujer infértil, constituye un peligroso estigma.
Jow
N’Tomo, redundando en lo dicho, es esa primera etapa, donde preadolescentes ‘no circuncidados’ se inician al Jow. Pasando cinco años avanzando a través de cinco niveles de instrucción. Al quinto año estos niños son circuncidados, eliminado así su parte femenina, física, el prepucio. A partir de este momento pueden buscar compañera.
Sus máscaras, que es el apartado que vemos ahora, genéricamente constan de una careta sobre cuyo frontal emergen en vertical una serie de vástagos de altura media similar a la propia careta.
Ese es el genérico, porque luego la máscara puede presentar diversas alturas, número de vástagos, entre dos y hasta ocho, pares o impares, lo que para nada tiene que ver con el género pues la mujer nunca baila máscaras, pero sí con otros componentes como el grado de conocimiento de sí mismos y las esencias vitales de género que encierra todo individuo y que marca el grado de instrucción del portador.
andrógino
Algunas presentan entre o delante de estos vástagos un personaje femenino, que en realidad representa a un ser andrógino, incircunciso, Faro o Faaro, que ocupa una faceta auxiliar creadora, dentro de la naturaleza exclusivamente, en cuanto a la funcionalidad del agua, semen para la Tierra, y la fecundidad.
A veces en esa figura se puede ver una insinuada barba lo que aparte de su bisexualidad alude de alguna manera al raciocinio de quien la haya encargado. Otras variantes se presentan con animales, como ungulados, aves o camaleones.
En el primer caso esa especie de gacela que representan, simboliza a aquellos que migraron o lo harán en busca de caza, fortuna, trabajo u otra expedición, solicitando vuelvan con bien; también alude a la discreción, estado alerta y el conocimiento de territorios que al igual que el animal, conocedor de los mejores pastos y migrante igualmente a ellos, lo es la familia a la que identifica y que dispone de esa máscara para su iniciado.
Simbolismo
Las aves simbolizan tres posibles actitudes. La primera es la pertenencia al Poro, la más importante e inquietante hermandad del África Occidental y a la que ya se dedicó un exhaustivo texto. Representa al marabú, un ave zancuda grande, de largas y lustrosas plumas y de muy largo pico.
Torpe en su vuelo y andares es la última de las carroñeras por lo que no hace ascos a lo que sea que quede, pues su estómago lo depura, haciendo que su excremento contenga nitratos y residuos que le hacen ser un potente abono y, lo más peculiar, hidrofugante, de manera que mezclado en el adobe dota a este de un alto grado de impermeabilidad haciéndolo más duradero en temporada de lluvias o en climas húmedos.
Otra ave es el cálao, primo lejano de los cuervos, que en África es de buen tamaño y encierra ciertas peculiaridades, como que de repente se le ve revoloteando entre arboles con cierto estruendo buscando un hueco, hasta que se calla cuando ha encontrado uno que le guste, para a continuación cerrarlo.
ciclos
Lo peculiar es que a los tres o cuatro meses donde entró uno, salen dos, milagro, o simplemente un magnífico ejemplo de fecundidad, La realidad es que es la hembra ya fecundada la que se encierra y con barro y serrín acumulados y su propia saliva cierra el hueco dejando un agujero por donde el macho la alimenta al caer el sol.
El tercer grupo la forman las aves canoras, por dos de sus componentes, las que ellos saben emiten el sonido con su laringe como el ruiseñor africano y las que lo hacen como los grillos o chicharras frotando sus alas, pero en bonito, como el estornino africano o eurilaimo.
En el primer caso es el control de la palabra lo que tiene que ver el iniciado. El valor y control que ha de tener con lo que dice. En el otro es el de la gestualidad que a su vez debe ser mesurada y de poco ademán.
Por último el camaleón, animal que todo lo ve y por tanto controla. Control y percepción que se requiere sobre todo cuando se ha de tratar con recién llegados conocidos y sobre todo con aquellos que se desconocen.
Camaleón
Este último tipo de máscaras se dan en territorios del sur, aquellos colindantes o a caballo con la frontera de Burkina y es algo influenciado por otros de los pueblos que habitan allí. Se pueden ver incrustados cauris, símbolo de riqueza, que se presentan como una especie de agradecimiento a los dones que la familia ha recibido y así lo pretenden mostrar.
Otra cosa que solían poner aunque muchos se han perdido, eran hilos de algodón tintados en fucsia que sacan del hibiscus siriacus, o ‘rosa de Siria’ que se da en la zona y que aporta un tono peculiar, simboliza la primera sangre menstrual, origen de la humanidad y por ello un deseo de fecundidad muy requerido por los pueblos africanos. Podían simplemente aparecer colgados de partes determinadas, como aros en orejas o bajo la nariz, o en pompones de más o menos volumen.
Pero dicho lo anterior, ninguna es más, ni menos, reflejan el reconocimiento de la familia a ese nuevo paso que sus hijos van a dar para ser un bien común más, enriqueciendo su sociedad.
Vestimenta
Y no se puede obviar el tipo de vestimenta con que se cubren, que será del algodón cosechado ese año, llevando los niños de familias de herreros o sacerdotes un N’tomo Djé o ropaje de algodón sin tintar, puro y por tanto más o menos blanco, mientras que los demás llevaran N’tomo Fign de algodón que se habrá tintado de modo similar a como se hace con los Bogolan, cuyos patrones y colores rojizos, amarillos o negros, nos dirán quién es su familia e incluso clan.
N’Tomo es por tanto el paso previo al acceso del adepto al Kómó, Nama, Kono, Tchi Wara y Korè. Tanto en su estructura como en sus ceremonias, el N’Tomo intenta responder, de manera simbólica, las siguientes preguntas:
“¿Qué es el hombre? ¿De dónde viene él? ¿Cuál es su destino? .
Sus respuestas son:
“Es andrógino; él viene de Dios; Su destino es volver a Dios”.
Continuará…
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